Un grupo de chicas se encontraban en un centro comercial buscando sus obsequios para la persona de la cual ellas eran sus amigas secretas.

¿Y hoy no te escribió, ni te envió nada tu admirador?, decía Bulma.

No, al menos no en el aula, dijo la pelinegra.

¿Qué te envía cosas a tú casa?, dijo sorprendida Dieciocho.

Sí, dijo Milk sonrojándose.

Entonces es alguien que te conoce bastante bien y que por lo visto no le teme a tu padre. ¿No que era tímido?, dijo Bulma.

Así me dio a entender en sus cartas. Les aseguro chicas que ya no se ni que pensar, dijo Milk.

¿Por qué?, dijo Dieciocho.

Tenías mis sospechas, pero estas se vinieron abajo, ahora ya estoy más confundida que antes, dijo Milk.

Pero tú dijiste que él quiere ir al baile contigo, por eso no has aceptado la invitación de nadie, ¿no?, dijo Dieciocho.

Así es, dijo Milk mientras caminaba con sus amigas por unas tiendas buscando el regalo perfecto.

Milk, no te compliques la vida, si él está tan interesado en ti como dice en las cartas que te escribe, estoy segura que más pronto de lo que te imaginas se parara frente a ti. Mejor busquemos nuestros obsequios, dijo Bulma.

Si, creo que es mejor, dijo Dieciocho.

Si tienen razón, dijo Milk.

¿Empezamos por los regalos de chicas o chicos?, dijo Bulma.

Eso depende de para quien sea el regalo, dijo Dieciocho.

Miremos por toda la tienda, no porque nos haya solo tocado chico o chica, no vamos a mirar lo demás, dijo Milk.

Si tienes razón, lo importante es encontrar el regalo perfecto, dijo Bulma sonriendo.

Casa de Gokú:

Un atractivo jovencito de cabello alborotado, sacaba de una pequeña cajita unos cuantos billetes mientras pensaba: Ahora en busca del regalo para el intercambio y de paso le compro algo a mi niña.

El atractivo jovencito salió de su habitación a paso rápido para ir al centro comercial en busca de su regalo, mientras iba caminando su celular timbro:

Vegueta, dijo Gokú al ver el nombre de su amigo en la pantalla de su celular contestando la llamada.

Insecto al fin contestas, decía Vegueta.

No escuche tus llamadas, dijo Gokú.

Ya no importa, dime Kakaroto, ya compraste el regalo, dijo Vegueta.

No, aún no, dijo Gokú.

Entonces vamos juntos a comprarlos, necesito tu ayuda, no soy bueno para elegir obsequios, dijo Vegueta.

Está bien, yo también quiero tú opinión para lo que comprare, dijo Gokú.

¿Mi opinión?, no me escuchaste insecto, yo no soy bueno escogiendo obsequios, ¿y quieres mi opinión?, decía irónico Vegueta.

Aunque no lo creas si, tu opinión es muy valiosa para la elección del obsequio, dijo Gokú.

Si tú lo dices así será, dijo Vegueta.

Yo ya estoy yendo al centro comercial que esta frente a Central Park, dijo Gokú.

Entonces voy para allá, dijo Vegueta.

Centro Comercial:

Una bella pelinegra miraba en la tienda de ropa deportiva los nuevos modelos de accesorios que habían llegado.

¿Aún no encuentras tu regalo?, dijo Dieciocho que se encontraba con una bolsa de papel en la mano.

¿No aún no?, dijo Milk.

Vaya, parece que a Bulma y a ti les toco alguien muy difícil porque la pobre Bulma no sabe que llevar aún, ya lleva dándole más de 10 vueltas a las tiendas, dijo Dieciocho riendo.

Pues yo estoy igual, dijo Milk riendo.

¿Quieres qué te ayude a buscar tú obsequio?, dijo Dieciocho.

No amiga, no es necesario, dijo Milk mirando impactada hacia una de las tiendas.

¿Qué te pasa Milk?, dijo Dieciocho mirando la cara de su amiga.

Ya lo encontré, dijo Milk sonriendo.

¿Ya lo encontraste?, ¿a quién?, dijo Dieciocho sin comprender.

Ya encontré el regalo perfecto, dijo Milk con una amplia sonrisa.

El regalo perfecto, dijo Dieciocho sonriendo.

Si, ya regreso, dijo Milk caminando hacia una de las tiendas dejando intrigada a la rubia.

Mientras tanto:

Un par de atractivos jovencitos bajaban de un auto en una lujosa tienda.

¿Estas seguro Kakaroto que aquí encontraremos algo?, dijo Vegueta intrigado mirando la tienda.

Si, está tienda es la que más visita mi madre, debe ser buena ¿no?, dijo Gokú.

Si la visita tu madrecita debe de ser muy exclusiva, cómo no se me ocurrió preguntarle a mi madre, dijo Vegueta.

Pero puedes llamarla, ¿no?, dijo Gokú mientras Vegueta lo miraba con reproche.

Cómo se te ocurre Kakaroto esas tonterías de andar preguntando sobre donde encontrar regalitos, no va con mi forma de ser, dijo Vegueta.

Pero tú dijiste...., decía Gokú viéndose interrumpido por el joven cabello de flama.

Yo lo dije por decir, mejor cierra la boca insecto y vamos en busca de esos tontos obsequios, dijo Vegueta con molestia.

Está bien vamos, dijo Gokú con resignación.

Minutos después:

En una tienda una bella pelinegra se encontraba recibiendo sus bolsas de compras.

¡Gracias señorita por su compra¡ decía la vendedora.

Milk solo sonrío y continuó su camino.

Milk, ¿ya conseguiste tú obsequio?, dijo Bulma sonriendo.

Sí ya, ¿y tú?, dijo la pelinegra sonriendo.

También, dijo la peli azul mostrándole su bolsa de compras a su amiga.

Entonces vamos con Dieciocho, le dije que nos espere en la heladería dijo Bulma.

Vamos, no la hagamos esperar, dijo Milk sonriendo.

Las dos jovencitas caminaban por las tiendas del centro comercial, cuando a unos metros suyos vieron a un par de atractivos jovencitos que miraban en unas vitrinas de una tienda.

¿Esos no son Vegueta y Gokú?, dijo Bulma sonriendo.

Si, si son ellos, dijo Milk con melancolía.

Bulma miro el rostro de tristeza de su amiga, entonces dijo: ¡Vamos con Dieciocho¡ no la hagamos esperar más.

Minutos después: "Heladería"

Una bella jovencita rubia miraba hacia la entrada principal de la heladería.

Las chicas, pensó la bella rubia al ver entrar a su par de amigas mientras levantaba sus manos para que ellas se acercaran al lugar donde ella se encontraba sentada.

¡Disculpa la demora¡ dijo Milk.

No se preocupen, ¿encontraron lo que andaban buscando?, dijo Dieciocho.

Sí, dijeron la pelinegra y peli azul a la vez.

Que bueno chicas. Ahora pidan su helado, dijo la rubia, mientras comía de una pequeña copa de helado.

Eso haremos dijo Bulma, mientras miraba la carta.

Por la noche: "Casa de Milk"

Una bella pelinegra colocaba un moñito a su obsequio, mientras pensaba: Ojala y sea de tu grado y te sea útil, en eso su celular que estaba sobre su mesita de noche sonó. La pelinegra se acercó a tomarlo para leer el mensaje, pero salió un número que ella no tenía registrado. Con temor la bella pelinegra abrió el mensaje.

Quiero que sepas quién soy mi bella Milk. 

El día 22, después del intercambió de regalos te espero en la heladería del frente de la preparatoria, yo estaré sentado una de las mesas del fondo, llevare una rosa roja en la mano para que me reconozcas.

Deseo con ansias que sea ese día, espero no te decepciones de mí.

¿Cómo consiguió mi número?, quiere que después del intercambió nos veamos. Ese día podré despejar mis dudas, ¿pero cómo haré para hacerle entender que por ahora solo puedo aceptar su amistad?, pensó intrigada la pelinegra.

Casa de Gokú:

Un atractivo jovencito de cabello alborotado se encontraba sentado en el borde de su cama mirando la pantalla de su celular mientras pensaba: Ya lo hice, ahora a esperar que sea el día, solo faltan 2 días para que sepas quién soy mi bella Milk, ojala y no me rechaces como en el aula, porque me dolería mucho tú rechazo.