Gokú y sus amigos se encontraban en el pasillo de la preparatoria, esperando la llegada de su maestro para ir al aula.

El joven de cabello alborotado vio entrar a la pelinegra y caminar por el pasadizo en el que él se encontraba junto a sus amigos. El joven trataba de fijarse si la bella jovencita llevaba puesto el prendedor que el le había regalado, pero debido a la distancia no percibía nada, conforme se acercaba pudo notar que algo brillaba sobre su blusa. Para suerte del joven la bella pelinegra al llegar junto a su grupo se detuvo frente a Piccolo, Ten y Yancha permitiéndole confirmar que ella efectivamente llevaba el broche.

¿No saben si ya llegaron Bulma o Dieciocho?, dijo Milk con esa dulce voz que hechizaba al joven de cabello alborotado.

Dieciocho esta con Krilin y Bulma aún no llega, respondió Piccolo.

¡Gracias¡ dijo Milk con una dulce sonrisa continuando su andar cuando escucho.

Espera Milk, quiero preguntarte algo.

Vegueta y Gokú se miraron entre sí y miraron a Piccolo.

Si, ¿dime?, dijo Milk confundida mientras pensaba: no se supone que podía ser Yancha o Ten, ¿o es que Piccolo también era parte del grupo?.

Justo cuando Piccolo iba hacer su proposición, el maestro llego junto a Bulma y pidió a los alumnos que entren al aula.

Después hablamos, dijo Piccolo.

Está bien, dijo Milk continuando su andar.

Estuve cerca, dijo Piccolo.

Ya te dije insecto que no te atrevas a invitarla, dijo Vegueta.

Tú no me lo puedes prohibir, dijo Piccolo.

Jóvenes pasen dijo el maestro, saliendo del aula al ver que faltaban unos cuantos alumnos en el aula.

Horas después:

Lunch empezaba a repartir las cartas, a cada uno de sus compañeros con la ayuda de Dieciocho.

Milk ya había recibido la carta que pertenecía su admirador secreto de manos de Lunch, pero para sorpresa de la rubia una nueva carta dirigida a Milk apareció dentro de la caja.

¿Otra carta?, dijo intrigada Lunch mirando la pequeña carta y acordándose que Milk desde que empezó el juego había recibido al menos de manos de ella los dos modelos de carta en los diferentes días de la semana.

¿Cómo qué otra carta?, dijo Dieciocho.

Dieciocho, ¿tú ayer le diste alguna carta a Milk?, dijo Lunch.

Claro todos los días me ha tocado darle una carta, ¿por qué?, dijo Dieciocho.

Porque yo también le he dado una carta todos los días y ahora tengo la segunda carta del día en la mano, dijo Lunch con molestia.

Vaya, su amigo secreto, tendrá mucho que decirle, dijo Dieciocho sonriendo.

Claro que ¿no?, esto lo resolveré ahora, dijo Lunch.

¿Qué piensas hacer?, dijo Dieciocho preocupada.

Solo se vale una carta diaria no dos, dijo Lunch.

Chicos, su atención ¡por favor¡ dijo Lunch, mientras Milk miraba en las manos de la rubia un sobre que ella perfectamente reconocía porque siempre era el mismo.

¿Qué sucede Lunch?, dijo Mai.

Dieciocho y yo, no hemos dado cuenta de algo, uno de nosotros a estado recibiendo dos cartas todos los días y eso esta prohibido, por ello hemos decido hacer pedazos esta carta y lo que tenga dentro pues no es justo que alguien este tomando este juego a la broma y este burlándose de nosotros de esta manera, dijo Lunch.

Pero no es justo, ¿para quién era la carta?, dijo Marón.

Si, ¿quién estaba recibiendo dos cartas?, dijo una joven de cabello rojo.

No se lo podemos decir, por esta vez esa persona recibirá por última vez dos cartas, pero si a partir de mañana sucede lo mismo, rompemos la carta y su contenido, dijo Lunch.

No puede ser, esta es la última carta que le escribí a mi niña, ahora que haré, pensó Gokú.

Dámela, yo se la entrego, dijo Dieciocho, guardando la carta.

¿Quién abra estado recibiendo dos cartas?, dijo Bulma mirando a una entristecida pelinegra.

Vámonos, dijo Milk parándose de su asiento.

¿Qué te sucede Milk?, dijo Bulma al ver entristecida a su amiga.

Nada, dijo Milk ocultando su tristeza mientras pensaba: Ahora no sabré quién eres.

Bulma y Milk caminaban, cuando escucharon.

Milk, Milk, espera.

Es Dieciocho, dijo Bulma deteniendo su andar junto a la pelinegra.

Chicas, ¿por qué no me esperaron?, dijo la rubia.

Milk, ya quería irse, dijo Bulma levantando los hombros.

Toma Milk, dijo la rubia, mientras Bulma abría los ojos sorprendida.

Tú, tú eres la que estaba recibiendo las dos cartas, dijo Bulma.

Si, pero no lo digas tan fuerte, dijo Milk.

Entonces el peluche, la muñeca, si es de un admirador secreto, dijo Bulma sonriendo.

Si, dijo Milk sonrojada.

Que romántico, dijo Dieciocho.

Si muy romántico, lo malo es que esta fue la última carta que recibiré de él, dijo Milk con tristeza.

Por eso dijiste que ibas a intentar olvidarte de él, dijo Dieciocho.

Si así es, dijo Milk.

Milk luego de platicar con sus amigas se fue a su casa.

Habitación de Milk:

Está es tú última carta dijo Milk mientras abría la carta que en esta ocasión tenía forma de corazón y al centro de ella tenía la inicial de su nombre entrelazado con una interrogante que estaban hechas a base de un material que parecía plástico.

Carta

Mi bella Milk, espero y te haya gustado el diseño de la carta la hice yo para ti con mucho amor, la interrogante es porqué aún no se si yo seré el dueño de tu amor o hay alguien a quién tu ya entregaste tu corazón.

Mi niña bella, ayer tuve sueño bello, porque tú estabas en el.

Soñé que estábamos juntos en a la playa, jugando con las olas con dos pequeños tan bellos como tú.

Yo no creo en las premoniciones, pero sabes me gustaría ahora creer en ellas, porque eses el futuro que quiero tener contigo un futuro lleno de paz y amor.

Un futuro en el que tu y yo, mi niña bella, estemos juntos hasta la eternidad, siendo una familia feliz.

Espero y algún día ese sueño se llegue a cumplir y no se quede solo en un sueño, si no es conmigo al menos yo quiero que tú seas feliz con la persona que elijas para ti, ya que eres una niña perfecta y cualquiera desearía tener la fortuna de ser elegido por ti para compartir el resto de su vida contigo.

Mi niña, se que los días van pasando y ya queda poco para irnos de las aulas, por eso ya tome la decisión, si hoy veo que llevas puesto el prendedor, mañana en mi carta te enviaré la dirección del lugar donde nos encontraremos para que sepas quién soy.

¡Ah¡ también te envió unos chocolates rellenos de almendras, me acordé que son tus favoritos.

¡Amándote cada día más¡

Tú admirador secreto.

Milk doblo la carta y entristeció, mientras pensaba: ya no abra más cartas, ahora como harás para decirme dónde podemos encontrarnos para saber quien eres.

Casa de Gokú:

Un entristecido joven de cabello alborotado miraba a través del balcón de su ventana el atardecer mientras pensaba: Y ahora cómo haré para decirle, dónde debemos encontrarnos, tengo que hallar alguna forma.

Al día siguiente: "Casa de Gokú"

Un nuevo día amaneció, un entristecido jovencito de cabello alborotado se alistaba para ir a un nuevo día de clases mientras pensaba con nostalgia: Tal vez tenga que seguir los consejos de Raditz y Vegueta e intentar acercarme a Milk como amigo, si me pongo nervioso cuando hablo con ella tal vez sea lo mejor, así se da cuenta que soy yo el chico que le envía la carta, hoy y mañana son buenos días para intentar acercármele, solo tendremos entrega de trabajos no hay exámenes y para mi suerte, estamos en el mismo grupo, la tendré cerca estos días, tengo que aprovechar esta oportunidad, pensaba Gokú.

Casa de Milk:

Una bella pelinegra terminaba de alistarse mientras pensaba: ¿Y ahora que pasara?, ya no comparto grupo con ellos, salvo próxima semana, si allí tendré que buscar la manera de averiguar quién de ellos es.

Horas después: "Preparatoria Dragón"

Un hombre delgado, alto de lentes, daba las indicaciones para que sus alumnos se formen en grupos para que presenten un último trabajo de laboratorio en ese momento.

No lo puedo creer, el Karma me sigue hasta los últimos días, dijo Vegueta.

Ya Vegueta en que quedamos, dijo Gokú,

Si, tal vez está sea la oportunidad para hacer lasa pases, dijo Vegueta parándose de su asiento para ir junto a Krilin y Gokú a la mesa donde estaban Bulma, Dieciocho y Milk.

Minutos después:

Al fin llegan, dijo irónica Bulma.

No empieces mujer, dijo Vegueta.

Si Vegueta tiene razón, es nuestro último trabajo en grupo, por una vez trabajemos como un verdadero equipo, dijo Dieciocho.

Yo estoy de acuerdo, dijo Milk evitando mirar a Gokú que se encontraba frente a ella.

Yo también, dijo Gokú.

Y yo rubiecita bella, dijo Krilin.

Pues ya somos mayoría, entonces a repartirnos las tareas, dijo Dieciocho.

Gokú buscaba con la mirada insistentemente la mirada de la pelinegra que evitaba mirarlo por temor a ver que este la ignorara.

Creo que así nos quedara bien, dijo Bulma.

Si yo te apoyo, tengo que reconocer que hiciste un buen trabajo, dijo Vegueta.

¡Gracias¡ dijo Bulma sonriendo.

Ya ven como si se puede trabajar bien, si nos lo proponemos, dijo Krilin.

Sí, dijeron todos.

Bueno, ahora, ¿Quién será la persona encargada de exponer esto mañana?, dijo Bulma.

Yo opino que hagamos un sorteo para hacerlo más justo, dijo Milk.

Yo estoy de acuerdo, dijo Gokú con tal de llamar la atención de la pelinegra y que está voltee a mirarlo, pero a pesar de todo lo que Gokú hacía Milk no volteaba para nada a verlo.

Si, creo que es lo mejor, dijo la rubia haciendo unos papelitos para sortear quien de ellos presentaría al día siguiente su trabajo de laboratorio.

Minutos después:

¿Por qué yo?, decía Bulma.

Porque la suerte sabe que tú eres la que más domina esto mujer, dijo Vegueta.

¿Tú lo crees?, dijo Bulma.

Claro, tu eres muy inteligente y bella, dijo Vegueta haciendo sonrojar a la peli azul.

Creo que ustedes dos tienen mucho que platicar pero lo harán después, Lunch ya me esta llamando para ayudarle a entregar las cartas, dijo la rubia, mientras la pelinegra entristeció.

¿Qué te sucede?, dijo Gokú a la pelinegra.

Que te importa, dijo Milk recibiendo su carta y saliendo a prisa del aula dejando entristecido al joven de cabello alborotado.