Extra :D
—Estúpido— lancé mi milésima maldición mientras observaba con asco al cantinero, quien me veía asustado.
Me encontraba en un bar, a altas horas de la noche, luego de haberme enterado de que mi ex novio me fue infiel con otro chico, no conocía esa faceta suya. Estoy decepcionada.
—Señorita, por favor, deje de llamarme así— pidió, sintiéndose avergonzado y ofendido.
—No te lo digo a tí, idiota.
—Bueno, acaba de llamarme idiota— recordó y reí levemente.
—Esa si fue contigo— asentí— pero las anteriores no lo habían sido.
—¿Por qué me miraba? ¿Acaso soy guapo?— bromeó.
Observé su rostro, el cual comienza a desfigurarse por el efecto del alcohol, pero aún así era lindo.
—¡Oye! Presumido.
—Bang Chan, para servirte— bromeó nuevamente y río.
—Un gusto— contesté rodando los ojos por el sarcasmo.
El rió y soltó el vaso que limpiaba por dentro.
—¿Qué necesitas?
Desvíe la mirada hacia el vaso vacío en mis manos y relamí mis labios.
—Otra— pedí.
—¿Segura?— frunció el entrecejo— no te ves muy.. cuerda.
Hice un ademán torpemente, restándole importancia a mi estado.
El varón frente a mí alzó una ceja y asintió unos segundos luego, llevándose el vaso para servir más soju.
Estando sola en la barra, Minho volvió a aparecer en mi mente. Esos mensajes delataban sus verdaderos gustos y su personalidad.
—Me traicionaste, Lee— negué con la cabeza— eres un cobarde mentiroso— hice una mueca de disgusto— te odio, imbécil.
Alcé los ojos hacia el techo.
—Dios, ¿qué hice mal? ¿Acaso soy mala persona? Yo no cometería de nuevo mi error— afirmé y bajé la mirada— Jungkook siempre fue el indicado para mí, pero llegó su amigo encantador y arruinó las cosas, haciendo que me fijara en el también— negué nuevamente decepcionada— yo tampoco debí..—tomé aire— yo tampoco debí haberme enamorado de Jimin.
—¿Te enamoraste de mí?
Esa voz.
La reconocería en cualquier parte del mundo.
Mi estado de ánimo no era el mejor, todo lo contrario. Por lo que decidí no girarme, por más que la curiosidad pretendía ganarme pues llevaba desde el día que rompí con Jungkook sin verlo. Sería revivir un flashback que ya superé. O eso creo.
Al sentir los pasos acercarse quedé estática en mi lugar, ¿cómo luego de tanto tiempo puede seguir provocándome escalofríos su presencia?
En ese momento llegó Bang Chan con la bebida y al mirar detrás de mí, sobre mi hombro, encontró a ése alguien que hizo una reverencia leve.
—Bueno, debo ir a.. cambiarme— indicó y se retiró.
Sentí cómo se sentaba a mi lado, aún así no miré. Su suspiro cansado llegó a mi campo auditivo, recordándome cuando acabábamos de tener relaciones. Sentí su penetrante mirada sobre mí pero me mantuve firme.
—T/N, ¿quieres mirarme?
—No.
Chasqueó la lengua e intentó hacerme girar el rostro, pero aparté su mano con un movimiento brusco y ágil.
—No me toques— ordené.
—En serio, ¿te enamoraste de mí?
—Eso no debería importarte, Park— lo observé.
Su cabello que anteriormente era oscuro estaba teñido de rubio, el flequillo no cubría su frente, ya que estaba dividido a la mitad, dejando expuesta ésta parte de su anatomía. El cambio le hacía ver demasiado atractivo, le iba muy bien en color.
—¿Por qué no?
—Porque son cosas mías, y creo habértelo dicho una vez— sonreí falsamente, posteriormente bebí del líquido que permanecía en el vaso.
Jimin tenía su mirada puesta en mí, hasta que decidió quitarme el vaso de las manos.
—¡Oye!— reclamé.
Sin importarle mi reclamación bebió un poco de la bebida y luego relamió sus labios, retirando los restos de líquido sobre ellos. Me devolvió el vaso y suspiró, sentándose de frente.
—Terminé con mi novia hoy— afirmó y observó hacia el frente.
No mencioné ninguna otra palabra, simplemente lo observé fijamente, viendo cómo este no hacía más que tener su mirada perdida en algún punto de la barra.
—¿Te.. duele?
Sonrió con amargura.
—¿No es obvio? También tengo sentimientos, T/N.
—No.. no quise decir..— dije rápidamente intentando retractarme— perdón.
Negó con la cabeza.
—No te preocupes, ya pasó— respiró profundamente y me miró— pero tú realmente te ves diferente— opinó.
—¿Qué tanto?
—Más de lo que me contó Jungkook la última vez que se vieron.
Hace ocho meses no veo a Jungkook.
—¿Por qué hablaban de mí?— fruncí el ceño.
—No, no, sólo me contó que te había visto y que te iba bien. Que habías cambiado físicamente también— aclaró.
Asentí lentamente y dirigí mi mirada hacia el frente. A lo mismo que el silencio se adueñó del momento, hasta que el varón a mi lado decidió volver a hablar.
—T/N..
Lo observé.
—¿Sí, Jimin?
—¿Realmente te enamoraste de mí?
Al principio dudé un poco en hablar, podía burlarse de mí. Pero ya había consumido suficiente alcohol como para preocuparme por lo que él dijera y sentía que no iba a dejarme tranquila hasta que le confesara la verdad.
Luego de un suspiro fuerte, respondí.
—Sí, Jimin, me enamoré— regresé mi mirada hacia el frente.
Observé disimuladamente cómo asentía levemente mirándome de manera fija.
—¿Ahora te burlarás de mí?
Negó.
—No, no haría eso— se giró completamente, quedando bastante cerca de mí. Abrí los ojos sorprendida, porque aunque haya pasado tiempo desde que rompió mi corazón, mentiría si digo que ya lo había olvidado por completo, es alguien muy difícil de superar— de hecho..— relamió sus labios y no pude evitar fijarme en ello. Pero al ver mi reacción frunció el ceño— ¿quieres besarme?
Procesando lentamente su propuesta observé sus luceros negros, quienes me miraban de manera fija e intensa. No sabía qué responder, logró blanquear mi mente por un momento y odié que mi cuerpo se negara a reaccionar ante su cuestión, ya que me sentía como una chica débil dándole el gusto de quedar encantada por él.
Pero respondiendo a su interrogante; ¿Realmente quería besarlo? ¿Regresar en el tiempo a aquel episodio de mi vida donde todo lo que tenía era sexo y luego arrepentimiento? ¿Donde descuidé lo que tenía y el Karma logró darme donde más me dolía? ¿Revivir viejos tiempos? ¿Quería eso?
Pero a la vez, sí podía hacerlo. Eran tiempos distintos, donde yo estaba soltera y él también. Ambos despechados, con ganas de volver a sentirnos aún sabiendo que jugó conmigo en un pasado. No tendría de qué arrepentirme, ni estaría viviendo un amor escondido ya que Jungkook ya no formaba parte de mi vida. Éramos buenos amigos, pero él sí pudo continuar su vida de manera satisfactoria y de corazón le deseo lo mejor, pues él lo es y claramente no me merecía a una persona tan buena y especial como Jungkook.
En un momento donde sólo sentía despecho y ganas de volver a sentirme mejor, y donde el alcohol tomaba las decisiones por mí, no podía negar que deseaba volver a sentir esos carnosos labios sobre los míos, esa experiencia única que tuve el inmenso placer de hacerlos míos cada vez que quería. No pude evitar morderme levemente el labio al recordar su bestialidad y maestría en la intimidad, nunca en la vida había tenido relaciones sexuales sintiéndome verdaderamente en el cielo, y no como se lo hacía saber a mis.. ahora dos ex's; quienes no eran malos en la cama, pero no comparemos.
Entonces, sentí que me importaba poco el qué pasará, sólo quería sentirme mejor nuevamente, olvidando a la fuerza todo lo vivido antes con él pues no podía evitar sentirme una chica ofrecida que se encuentra en la palma de su mano. Eso fue lo que me hizo sentir, pero en ese momento no quería recordar qué me hizo. Minho me traicionó y yo estaba muy débil.
Quería sacar mi corazón del pecho para así evitar sentir, y desconectar mi cerebro para evitar pensar en todo lo ocurrido hace meses atrás. Al final, la mente y el corazón son nuestros peores enemigos, quienes realmente conocen nuestros puntos débiles y saben dónde pegarnos cuando nos encontramos en ese estado de vulnerabilidad emocional.
Aunque yo sea una desgraciada, tengo sentimientos y me odio por ello. Quiero ser feliz pero mi conciencia de niega a ello, creo que hizo un pacto con el Karma para que yo nunca volviese a ser feliz.
Pero, no pensaría en ello ahora.
—Si te dijera que sí, ¿qué pasaría?— indagué viéndolo desde la puntilla del ojo, luego carraspeé mi garganta.
Él demoró unos segundos en responder, y ahí me maldije mentalmente por ser tan lanzada.
Pero..
—Eso no es una respuesta clara.
Me giré un poco para verlo.
—¿Quieres una respuesta clara?
—Claro.
Apreté los labios y asentí con la cabeza. Él me dedicó una mirada de desesperación por escucharlo por mi propia boca y no por lo que decía mi cuerpo.
—Sí quiero.
Él satisfecho al escucharme sonrió levemente y se acercó lentamente hasta conectar sus labios con los míos. Sentí cómo volé en el tiempo, regresándome a esos días donde sólo me interesaba mantener en secreto esa relación con Jimin mientras estaba casada. No me gustó recordar esos tiempos, pero sí regresar a sus labios.
El beso no fue extenso, luego de varios segundos moviendo nuestros labios al compás, él comenzó a alejarse, lentamente.
Observé sus labios húmedos y entreabiertos, las ganas de volver a probarlo se adueñaron de mí.
Pero, una voz femenina interrumpió el momento, ya estando separados.
—¡Park Jimin, ¿qué haces aquí?!— giré mi cabeza, viendo sorprendida a una chica de tez blanca, delgada, de cabello largo y oscuro, de baja estatura, quien me observaba con asco y a él con desprecio.
Jimin abrió sus ojos anonadado y rápidamente volvió a observarme, para luego sonreír levemente.
—Ya estás lista— me dijo, y le dediqué una mirada de total confusión. Posteriormente se levantó del taburete y caminó hacia ella.
—¿Quién es ella? ¿Qué haces aquí? ¿Por que estaban tan cerca uno del otro?
—Daewang, relájate— hizo callar.
—¿Qué? Jimin me debes una explicación.
—¿Por qué?
—Porque soy tu novia— respondió con obviedad.
Abrí los ojos sorprendida desde mi lugar y sonreí amargamente, no podía pasarme esto de nuevo, con la misma persona.
—Es una amiga, estaba cerca de ella porque le estaba acomodando el lente— mintió— ¿algo más?
—¿Amiga?— alzó una ceja incrédula.
Jimin rodó sus ojos.
—Es mi amiga lesbiana.
Quedé anonadada ante su mentira, recordándome la mía cuando Jungkook nos encontró juntos en mi habitación. Claramente sería como devolverme el favor desde el inicio.
La tal Daewang me observó de arriba hacia abajo y asintió no tan convencida. Jimin simplemente sonrió para tranquilizarla.
—Anda, espérame un segundo en el auto, pagaré la cuenta— tomó sus manos y dejó un beso en su mejilla, lo cual la hizo sonreír como una estúpida enamorada.
De la misma manera en la que habría sonreído yo.
Es un maldito mentiroso encantador.
Daewang salió del lugar y Jimin volvió a acercarse a mí, mientras yo lo observaba con enojo.
—¿Con que no tenías novia?
Río ante mi reacción mientras tocaba su labio inferior con su dedo.
—¿Cuando me entregarán un Óscar cómo mejor actor?— respondió.
Entrecerré los ojos y sin dudarlo respondí.
—¿Cuándo te darán un premio por mejor mentiroso?
—Se llama actuar, lindura— guiñó un ojo coquetamente, lo cual hizo hervir mi sangre. Aparte de haber jugado conmigo y roto mi corazón, también acababa de utilizar mi fragilidad sólo por gusto propio y ahora le da completamente igual. Comienzo a preguntarme si es una buena persona, porque claramente conmigo no lo es, y acaba de mentirle a su novia en su cara.
—Jódete, Park— maldije.
—Anda, para que veas que no soy tan malo como crees— comenzó a sacar su billetera, dándome unos billetes. Fruncí el ceño— paga lo que bebiste, y con lo que sobre llama a un taxi para que te lleve a casa, no te vayas sola a estas horas.
—No quiero tu dinero.
Él se encogió de hombros y dió media vuelta.
—Tómalo como una muestra de paz.
Abrí la boca incrédula.
—¡Eres una mierda, Park!— detuvo su paso pero no se volteó, hasta segundos después.
—Ambos lo somos, Han. Lo sabes— asintió con la cabeza.
Ante su declaración, me mantuve silencio y éste aprovechó para aventarme un beso volador abstracto, para luego continuar caminando hasta llegar con su novia.
Pasé mis manos por mi rostro sin creerme como había vuelto a jugar conmigo.
—Soy una estúpida.
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