Es triste cuando dejas de hablar con ese amigo con quien hablabas todos los días, y más cuando lo llegabas a considerar un hermano.

Ese amigo alguna vez te dijo que te quería, pero de un día para otro no te conoce, no sabe quién eres, y tú estás ahí, esperando que vuelva a ser la persona que creíste que era.

Todos los buenos momentos que vivieron juntos, todo lo que pasó, de repente desaparece. Es como si no hubiera pasado nada.

Y es ahí cuando te das cuenta de una sola cosa.

El tiempo no cambia a las personas. Les quita la máscara.

Ese es el caso de Santino.

Él se dará cuenta con el tiempo, de que Oliver, su mejor amigo, en realidad es su peor enemigo.