8: La misma gata, sólo revolcada
Días después...
2 de septiembre de 2022.
Ciudad Universitaria.
Era un nuevo día en la ciudad. Todo se veía tranquilo, y el clima se veía caluroso, aún si el cielo estaba completamente nublado.
Santino y Alessia iban hacia la Torre de Rectoría, después de haber estado en sus respectivas facultades. Santino portaba una playera roja de mangas cortas, pantalón de mezclilla negro y un par de zapatos tenis negros. Alessia por su parte, portaba una blusa blanca de tirantes, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos.
—Todavía no puedo creer que mañana sea la fiesta en la quinta —dijo Santino sorprendido.
—Tienes razón, Santino. Con lo mucho que Oliver ha esperado ese momento… —dijo Alessia tranquilamente—. De verdad que ya ha esperado mucho tiempo para hacer su festejo.
—Así es. Y espero que al final, todo salga bien —dijo Santino tranquilamente—. No me gustaría encontrarme con Soraya en la fiesta.
—Tranquilo, Santino. No te vas a encontrar a tu ex en la fiesta —dijo Alessia amablemente—. Seguramente ya se olvidó de ti.
—Espero que tengas razón… —dijo Santino—. Espero que sí se haya olvidado de mí, no soportaría lo contrario.
—Aunque la verdad, no sé si lo haga... —dijo Alessia.
Si bien Santino estaba feliz por festejar una fiesta en una quinta, tenía el mal presentimiento de encontrarse con su expareja. No quería encontrarse a Soraya ese día en la fiesta, y tenía miedo de las represalias que ella pudiera cometer en su contra.
—¿Por qué estás tan triste? ¿Está todo bien? —preguntó Alessia al ver triste a Santino.
—Es que no sé por dónde empezar… —dijo Santino con tristeza—. Es que me acabo de enterar de que Katia ya tiene novio, y ni te imaginas quién es él…
—¿Y de quién se trata? —preguntó Alessia.
—Es nada más y nada menos que Lorenzo Covarrubias… —dijo Santino, dejando totalmente impresionada a Alessia.
Estas palabras fueron suficientes para dejar estupefacta a Alessia.
—¿Mi ex novio…? —preguntó Alessia sorprendida—. ¿Lorenzo Covarrubias?
—Sí. El chico que alguna vez fue tu novio —dijo Santino.
—Dios mío… —dijo Alessia intranquila.
—Y sinceramente, no sé qué hacer… —dijo Santino con tristeza—. No sé cómo decirle a mi hermana en la clase de persona que es Lorenzo, y todo lo que te hizo.
—Yo también conozco a tu hermana, Santino. Pero no sé qué decirle —dijo Alessia preocupada—. Me preocupa que se enoje con nosotros si hablamos con ella.
—Tú ya sabes cómo es Lorenzo, y me preocupa mucho que llegue a hacerle daño a mi hermana —dijo Santino preocupado—. Lorenzo te hizo mucho daño, Alessia. Y me da miedo de que llegue a repetir la historia con mi hermana. No sé qué hacer…
—Yo tampoco sé qué hacer, Santino... —dijo Alessia preocupada.
La preocupación de Santino era genuina. El chico estaba muy preocupado al saber que su hermana era novia del ex novio de Alessia, y no sabía qué hacer para ayudarla. Aunque Alessia estaba aterrada, porque sabía la clase de persona que era Lorenzo, y tenía miedo de que Katia repitiera su historia.
***
Más tarde…
Parque La Pérgola.
Katia y Lorenzo estaba en el parque La Pérgola, sentados en una banca. Katia portaba una blusa blanca de tirantes, minishort de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Lorenzo por su parte, portaba una playera blanca de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos.
—¿Crees que mañana sí vayamos a la fiesta de Oliver? —preguntó Katia sonriendo.
—Sí, le pregunté a Oliver que si podíamos ir, y me dijo que sí —dijo Lorenzo tranquilamente.
—Me alegra —dijo Katia sonriendo.
—Por cierto, no olvides llevarte tu mejor traje de baño para mañana —dijo Lorenzo sonriendo.
—Claro, me encantaría —dijo Katia sonriendo.
—Sólo espero que mañana todo salga bien —dijo Lorenzo tranquilamente—. No vaya a ser que mañana termine lloviendo otra vez.
—Vamos, Lorenzo. No creo que mañana vaya a llover —dijo Katia.
—Espero que así sea, porque Oliver se esmeró mucho para organizar esta fiesta —dijo Lorenzo—. Y ya ha tenido que posponerla por el mal clima. Me confesó que no soportaría tener que posponerla otra vez. Esperemos que todo salga bien.
—Sí, a ver qué pasa… —dijo Katia tranquilamente.
—Por cierto, tu familia todavía no me conoce —dijo Lorenzo un poco intranquilo.
—Sí, tienes razón —dijo Katia—. Es que todavía no les he mencionado que tengo novio, y mucho menos que tú eres mi novio.
—Vaya… —dijo Lorenzo tranquilamente—. Pues preferiría dejar que todo vaya tranquilamente. Si quieres ir despacio, pues preferiría ir despacio.
—Me alegra que lo entiendas, Lorenzo —dijo Katia sonriendo—. No quiero ser imprudente con mi familia, quiero que todo vaya lento.
—Sí, tienes razón —dijo Lorenzo amablemente—. Por cierto, ¿qué tal si vamos al centro comercial? Tengo hambre.
—Sí, vamos —dijo Katia.
Katia y Lorenzo se levantaron de la banca y empezaron a caminar. Se alejaron del parque, para ir directamente hacia Plaza Fiesta Anáhuac.
***
Más tarde…
Casa de la familia Lattanzio.
Oliver se encontraba en su casa, después de haber tenido un largo día en la escuela. Portaba una playera azul de tirantes, pantalón de mezclilla negro y un par de zapatos tenis blancos. Estaba en su habitación, sentado en su escritorio y terminando de hacer su tarea.
Daniela entró a la habitación del chico. Portaba una blusa celeste de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis negros. Se acercó a Oliver para hablar con él.
—Hola, Oliver… —dijo Daniela amablemente.
Oliver dejó de hacer su tarea por unos instantes y volteó hacia Daniela.
—Hola, Daniela… —dijo Oliver amablemente.
—Oliver, es que vine a pedir perdón por la forma en que te traté… —dijo Daniela amablemente, mientras se sentaba en la cama junto a Oliver—. Es que de verdad, no sé qué me está pasando últimamente.
—Descuida, es que estabas de mal humor… —dijo Oliver amablemente.
—Sí, es que no tuve un bien día… —dijo Daniela amablemente—. Entonces, ¿no es verdad que odias a Santino Alarcón?
—¡Claro que no! Solo dije eso porque estaba enojado, nada más —dijo Oliver amablemente.
—Pues se te ve que ahora estás de buen humor, desde que Santino terminó con Soraya —dijo Daniela amablemente.
—Sí, es que me di cuenta de que Soraya le estaba haciendo mucho daño a Santino —dijo Oliver amablemente—. Por eso decidí hacer que terminaran. No soportaba ver cómo Soraya seguía lastimando a Santino sin importarle nada.
—Ya me doy cuenta de que de verdad aprecias a Santino —dijo Daniela amablemente.
Oliver se sintió algo nostálgico, mientras seguía platicando con Daniela.
—¿Está todo bien, Oliver? —preguntó Daniela.
—Sí, no te preocupes… —dijo Oliver con un tono nostálgico—. Es que me doy cuenta de que Santino y yo hemos sido amigos desde toda la vida. Y jamás permitiría que alguien como Soraya le hiciera daño.
—Así es… —dijo Daniela—. Por cierto, ¿crees que mañana eso se vaya a concretar esa fiesta que habías planeado desde hace semanas?
—Así es, Daniela… —dijo Oliver amablemente—. No creo que mañana vaya a llover, así que todo estará bien.
—Eso espero… —dijo Daniela.
Esa plática demostraba que poco a poco, Oliver y su hermana Daniela estaban reconciliándose. Daniela trataba de olvidar esos rencores, incluso intentaba olvidar el hecho de que Oliver y Soraya habían pasado en la noche juntos.
—Por cierto, al rato voy a ir con Ángel a Plaza Fiesta Anáhuac. ¿Quieres ir? —preguntó Daniela amablemente.
—Claro —dijo Oliver sonriendo.
Oliver se mostraba contento, pues iba a planear la fiesta en la quinta ese día siguiente. Sin embargo, escondía muy bien los verdaderos propósitos de esa fiesta, no quería que nadie se enterara de lo que iba a hacer.
***
Más tarde...
Casa de la familia Alarcón.
Katia paseaba por la calle, cerca de su casa. Portaba una blusa gris de tirantes, short deportivo negro y un par de zapatos tenis blancos. De repente, Alessia se la topó y quiso hablar con ella. Katia se detuvo y quiso escucharla.
—Hola, Alessia —dijo Katia sonriendo.
—Hola, Katia —dijo Alessia algo seria—. ¿Podemos hablar?
Katia asintió, ambas chicas empezaron a hablar.
—Oye, me acabo de enterar de que ya eres novia de un tal Lorenzo Covarrubias, ¿no es así? —dijo Alessia.
—Sí, es mi novio. ¿Qué tiene de malo? —preguntó Katia con curiosidad.
Alessia respiró profundamente antes de seguir hablando.
—No quiero que te sientas afectada, Katia. Pero quiero que sepas que Lorenzo Covarrubias fue mi novio hace mucho tiempo —dijo tranquilamente.
—¿Cómo que fue tu novio hace tiempo? —preguntó Katia consternada.
La tensión aumentaba conforme pasaba el tiempo. Katia estaba decidida a escuchar lo que Alessia tenía que decirle.
—Sí, y yo tuve una relación tóxica con él... —dijo Alessia tranquilamente—. Él me hizo mucho daño cuando éramos novios, y más aún después de terminarlo. Me engañaba con muchas chicas, e incluso me violentaba física y psicológicamente. Y no es por nada, pero por solidaridad entre amigas, te sugiero que te alejes de él.
—¿Alejarme de él? ¡Primero muerta! —dijo Katia molesta—. ¡No sé de dónde habrás sacado esas cosas, Alessia! ¡Pero te aseguro que Lorenzo no es así, no voy a alejarme de él!
—Yo sé que tú quieres mucho a Lorenzo. Pero él a mí nunca me quiso —dijo Alessia consternada—. Pero con el tiempo, te darás cuenta de que nada es lo que parece. Te sugiero que termines con él mientras puedas.
—¡Con un carajo, ya te dije que no lo voy a hacer, Alessia! —dijo Katia muy molesta— Di lo que quieras, pero por ninguna razón voy a terminar con Lorenzo. ¡Él es mi novio, y lo quiero mucho! ¡Así que déjame en paz!
Después de esa discusión, Katia caminó hacia su casa y le cerró la puerta en la cara a Alessia, dejándola aún más preocupada de lo que ya estaba.
—¿Cómo es posible que esté pasando esto...? —susurró Alessia muy preocupada.
La chica estaba bastante preocupada, y tenía mucho miedo de que Lorenzo repitiera con Katia, lo mismo que había hecho con ella.
***
Más tarde…
Parque Hundido Amado Nervo.
Santino se encontraba en el parque hundido Amado Nervo, después de haber tenido un largo día en la escuela. Se había cambiado de ropa, portando una playera gris de tirantes, short deportivo negro y un par de zapatos tenis blancos.
Estaba caminando un rato, cuando de repente, se encontró a Lorenzo en el lugar. Lorenzo no pensó dos veces, y se acercó a Santino para hablar con él.
—¿Qué quieres, Lorenzo? —preguntó Santino molesto.
—Vamos, Santino. Solo te aviso para avisarte que si no te alejas de Alessia por las buenas, tendré que hacerlo por las malas —dijo Lorenzo molesto.
—¡Ya te he dicho mil veces que no me voy a alejar de esa chica! ¡Es mi amiga, te guste o no! —exclamó Santino molesto.
—No te preocupes, Santino —dijo Lorenzo burlón—. Como no quieres alejarte de esa chica, yo mismo te voy a alejar de ella. Y de paso, me voy a quedar con tu hermana.
—Haz lo que quieras, Lorenzo. No te tengo miedo —dijo Santino molesto—. Ah, y no me gusta la idea de que estés saliendo con mi hermana, así que aléjate de ella.
—No, no lo voy a hacer —dijo Lorenzo burlón—. Voy a salir con tu hermana, aunque no te guste.
—¡Katia es mi hermana, y como ya te lo dije antes, no voy a dejar que le hagas daño —dijo Santino molesto—. No sé de lo que sería capaz, si te atreves a lastimarla.
—Vamos, querido —dijo Lorenzo burlón—. No voy a lastimar a tu hermana, yo la quiero mucho.
—Pues si la quieres, será mejor que te largues de la vida de Alessia —dijo Santino molesto—. Y haz lo que quieras, que no te tengo miedo.
De repente, mientras los dos chicos discutían, Soraya apareció en el parque. Ella portaba una blusa blanca de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Se acercó a Santino para confrontarlo.
—¡Si dices que no nos tienes miedo, pues haz lo que quieras, Santino! —exclamó Soraya.
La repentina aparición de Soraya dejó completamente sorprendido a Santino.
—¿Que significa esto, Soraya? —preguntó Santino sorprendido.
—¡Nunca debiste haber terminado conmigo, Santino! —gritó Soraya molesta, lanzándose sobre Santino—. ¡Mucho menos debiste haberme dejado por Alessia Landeros! ¿Cómo puedes dormir tranquilo, después de haberme dejado por esa chica?
—¿Y tú cómo puedes dormir tranquila, después de todo lo que me has hecho, Soraya? —preguntó Santino molesto—. ¿Cómo puedes dormir tranquila después de todas tus escenas de celos y malos tratos?
—¡Yo duermo tranquila, porque quería protegerte de cualquier persona que quisiera separarme de ti, Santino! —exclamó Soraya molesta—. ¡Nunca lo entenderías!
—¿Lo ves, Santino? —dijo Lorenzo burlón—. ¿Ya ves lo que provocaste?
—Digan lo que quieran, no me afecta lo que piensen de mí —dijo Santino molesto—. Ustedes dos son la misma gata, sólo revolcada.
—¡Claro! Porque ahora mismo debes estar disfrutando tu tiempo con esa chica, ¿verdad? —dijo Soraya muy molesta—. ¡Te juro que no voy a descansar hasta que pagues por haberme dejado por esa chica! No sabes cómo te desprecio, ¡maldito canalla!
—Yo también te desprecio, Soraya —dijo Santino molesto—. Incluso desde el día que empecé a salir contigo. ¡Me das asco, maldita miserable!
Soraya le dio una cachetada a Santino.
—¡Cállate! —gritó furiosa.
—Yo también, Santino. Vas a pagar por haberme quitado a mi novia —dijo Lorenzo.
—Y por haberme cambiado por Alessia Landeros, estúpido muerto de hambre —dijo Soraya furiosa.
—Hagan lo que quieran, par de miserables —dijo Santino molesto—. Total, ya los conozco, par de sátrapas.
Al no poder soportar las palabras de Lorenzo y Soraya, y la cachetada de ésta, los ojos de Santino se llenaron de lágrimas. Al final, el chico decidió irse del parque. Lorenzo y Soraya se mostraban burlones ante la situación.
—¡Maldito miserable…! —dijo Soraya molesta.
—Tranquila, Soraya… —dijo Lorenzo tranquilamente—. Ya nos desharemos de Santino Alarcón. Solo sé paciente.
—Sí, sólo quiero lastimar a ese maldito idiota, pero no sé si pueda esperar... —dijo Soraya molesta.
Los dos chicos no soportaban que Santino estuviera más tranquilo, después de esa relación fallida. Y querían hacérselo saber en la fiesta.
***
Más tarde…
Plaza Fiesta Anáhuac.
Aprovechando que era viernes, mucha gente decidió ir a Plaza Fiesta Anáhuac, con tal de pasar un rato agradable.
Katia, Daniela y Ángel estaban en el centro comercial, caminando y platicando tranquilamente. Katia portaba una blusa celeste de tirantes, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Ángel portaba una playera gris de mangas cortas, pantalón de mezclilla negro yun par de zapatos tenis blancos.
Los tres entraron a una tienda llamda Levi's, y empezaron a ver la ropa que estaba en venta.
—¿Ya vieron estos pantalones, chicas? Creo que me quedarían bien —dijo Ángel mientras tomaba un pantalón de mezclilla.
—Sí, están muy buenos —dijo Katia sonriendo—. No sé qué tipo de ropa le guste a Lorenzo, pero me dijo que le gustaba de ésta.
—Así es, Katia —dijo Daniela sonriendo—. Me dijo Oliver que iba a comprar una playera de éstas, para estrenarala mañana, cuando vayamos a la quinta. Por cierto, ¿te dijeron tus papás que te iban a comprar algo de aquí?
—Sí, para cuando se acerque mi cumpleaños —dijo Ángel mientras devolvía el pantalón en su lugar—. Espero que sí me compren ropa de aquí, ya me hace falta.
—Bueno, vamos a otra tienda, chicos —dijo Katia.
Los tres chicos dejaron de ver la ropa de la tienda, y salieron de esa tienda, para después seguir caminando tranquilamente.
Katia revisó su celular para ver sus mensajes. De inmediato, quiso hablar con sus amigos acerca de ello.
—Chicos, Lorenzo me mandó un mensaje —dijo Katia.
—¿En serio? —preguntó Ángel.
—¿Qué te dijo? —preguntó Daniela.
—Me dijo que mañana iba a la quinta con Oliver —dijo Katia sonriendo—. También dijo que podíamos ir todos juntos, si queríamos.
—Me encantaría —dijo Ángel—. Además, me dijo Soraya que sí íbamos a ir mañana.
—¿En serio? ¿Qué Soraya no dijo que no fueras con ella? —preguntó Daniela.
—Sí, pero cambió de opinión. No sé por qué… —dijo Ángel sonriendo—. Pero el caso es que vamos a ir juntos.
—Me alegro —dijo Daniela sonriendo—. Espero que mañana todo esté bien, y no vaya a llover.
—Pues me enteré por el pronóstico, que no iba a llover mañana, que iba a estar caluroso —dijo Katia.
—Pues mejor para nosotros —dijo Daniela sonriendo—. No quiero que la fiesta que hizo mi hermano, se vaya a echar a perder.
—Esperemos que no, que todo salga bien —dijo Katia.
Los tres chicos esperaban que todo saliera bien en la fiesta del día siguiente, y querían divertirse a lo grande en la quinta. Nadie tenía malos presentimientos.
***
Más tarde...
Casa de la familia Lattanzio.
Oliver se encontraba en el patio de su casa, platicando con Lorenzo. Ambos se encontraban sentados en la alberca, con el torso desnudo y descalzos. Oliver portaba un traje de baño tipo short azul, mientras que Lorenzo portaba uno rojo.
—¿A poco te encontraste con Santino Alarcón, Lorenzo? —preguntó Oliver asombrado.
—Sí, lo encontré con mi ex novia Alessia —dijo Lorenzo molesto—. Pero le dije a ese tipo hasta de lo que se iba a morir. Perdón, pero es que no pude soportar que Santino estuviera con Alessia, mi ex novia.
—Lo sé, Lorenzo —dijo Oliver tranquilamente—. Sé muy bien que no soportas que Alessia se dé la oportunidad de volver a hacer amigos, después de que te dejó.
—Créeme que me cuesta trabajo dejarla ir tan fácilmente, Oliver —dijo Lorenzo tranquilamente—. Pero hay un obstáculo que no me lo permite, y tiene nombre y apellido: Santino Alarcón.
—Obvio, te refieres al amigo de Alessia, ¿no es así? —preguntó Oliver.
—Sí, amigo —dijo Lorenzo tranquilamente—. Es obvio que tengo que deshacerme de Santino a como dé lugar.
Oliver quedó encantado con las palabras de Lorenzo, y no lo pensó dos veces antes de decirle algo.
—Déjame aclararte algo, Lorenzo —dijo amablemente—. Yo sé muy bien que odias a Santino desde el primer momento en que lo viste.
—Claro que ya lo odio, y eso que no llevo ni dos días conociéndolo —dijo Lorenzo sonriendo—. Aunque tengo que aceptar que tengo que dejar ir a Alessia, que esa feliz contigo, si tú quieres.
—Claro que quiero ser feliz con ella, Lorenzo —dijo Oliver, antes de meterse a la alberca y mojarse la cabeza—. Y tú me vas a ayudar.
—Lo haré, Oliver. Cuentas conmigo —dijo Lorenzo antes de meterse a la alberca con Oliver.
Oliver tomó una bocanada de aire y se sumergió en el agua. Después, se salió del agua y por ende, de la alberca. Tras salir, volteó hacia Lorenzo y le dijo algo.
—Pero prométeme que no me vas a traicionar, Lorenzo —dijo ya serio.
—Claro que no lo haré —dijo Lorenzo.
—Más te vale. Porque tengo cero tolerancia contra la traición —dijo Oliver.
—Eso ya lo sé, Oliver —dijo Lorenzo amablemente—. Ya sabes lo que vas a hacer con los que te traicionan.
Oliver se fue hacia la casa para buscar su toalla y secarse. Lorenzo se salió de la alberca, y miró con celos a Oliver.
—Claro que te voy a traicionar, Oliver Lattanzio —dijo Lorenzo—. Alessia volverá a ser mía, de un modo u otro...
Estaba decidido a ayudar a Oliver, pero quería esperar el momento justo para traicionarlo.
Por otro lado, Oliver se dirigió hacia su habitación para secarse y cambiarse. Tomó su celular del buró y lo vio. Vio un mensaje de WhatsApp, pero era anónimo. Desbloqueó su celular y vio el mensaje. Éste decía:
Anónimo
"Hola, Oliver. No creas que se me olvida lo que le hiciste a mi amigo Carlos".
Oliver quedó perplejo después de haber leído el mensaje. Quedó completamente aturdido, y no sabía que hacer. Entendía que el mensaje era de uno de los amigos de Carlos, y tenía miedo de posibles represalias en su contra.
De repente, Marcelo apareció en la casa. Portaba una playera roja de tirantes, pantalón deportivo negro y un par de zapatos tenis blancos. Entró a la habitación de Oliver y se acercó a él para hablar. Oliver volteó hacia él y se molestó.
—¡Oye, ten cuidado! —exclamó molesto y sorprendido—. ¿No ves que me iba a cambiar?
—Disculpa, es que me sorprendió mucho verte en traje de baño… —dijo Marcelo sorprendido.
—Pues toca antes de entrar —dijo Oliver molesto.
—¿Está todo bien, Oliver? —preguntó Marcelo preocupado.
—No, ya ni siquiera sé si estoy bien o no… —susurró Oliver un poco molesto.
—No te ves nada bien… —dijo Marcelo preocupado.
—Eso que hay un tipo que me mandó un mensaje… —dijo Oliver mientras tomaba su toalla de la cama y se secaba el cabello—. No me perdona que haya matado a su amigo Carlos.
—Vaya, sí que te estás echando nuevos enemigos a la bolsa… —dijo Marcelo.
—Sí, como si no fuera suficiente… —dijo Oliver molesto, mientras se secaba todo su cuerpo—. Los amiguitos del difunto no me dejan en paz.
—Cierto, es que tú mataste a Carlos hace tiempo —dijo Marcelo—. Esos tipos no soportan que no hayas caído ante sus chantajes.
—Sí, como sea —dijo Oliver mientras arrojaba su toalla hacia su cama—. Mañana nos desharemos de Santino Alarcón. Pondremos en marcha el plan.
—Tú lo has dicho, Oliver —dijo Marcelo sonriendo—. Tienes mi permiso para drogar a mi hermana y abusar de ella. Pero no olvides hacer quedar a Santino Alarcón como el culpable.
—Ya lo sé, Marcelo… —dijo Oliver—. Ahora sí voy a quitar a Santino Alarcón de mi camino, de una forma u otra.
A pesar de todo, Oliver no se olvidaba de su plan para deshacerse de Santino. Y no le importaba hacer lo impensable, con tal de cumplir su objetivo.
***
Más tarde...
Parque La Pérgola.
Alessia y Santino estaban sentados en una banca, platicando tranquilamente.
—¿Por qué tienes esa cara, Alessia? —preguntó Santino preocupado.
—Es que hoy tuve una pelea con Katia, tu hermana... —dijo Alessia con tristeza.
—¿Y se puede saber por qué pelearon? —preguntó Santino.
Alessia respiró profundamente antes de responder.
—Por Lorenzo... —dijo preocupada—. Le dije que se alejara de él, pero al parecer se enojó mucho conmigo.
—Sí, lo sé... —dijo Santino tranquilamente—. Es que no sé cómo es posible que mi hermana se haya hecho novia de ese tipo, y más después de todo lo que te hizo.
—Sí... —dijo Alessia con tristeza—. Le dije todo lo que Lorenzo me había hecho durante el tiempo que fuimos novios, pero no me creyó. Ella prefiere no entender de razones, prefiere quedarse con Lorenzo.
—Sí, Alessia... —dijo Santino con tristeza—. ¿Sabes una cosa? Yo también traté de hablar con mi hermana hace tiempo, pero ella no quiso escucharme. Seguía terca en andar con Lorenzo.
—No me imagino por lo que estás pasando, Santino —dijo Alessia con tristeza—. Primero terminas tu relación con Soraya. Luego te peleas con Lorenzo. Y ahora, te enteras de que tu hermana es novia de ese chico.
—Yo tampoco... —dijo Santino con tristeza.
Mientras los chicos seguían platicando, un chico apareció y se les acercó, no era otro que Marcelo.
—Hola, Marcelo —dijeron los dos al mismo tiempo.
—Hola, chicos. ¿Por qué esas caras? —preguntó Marcelo preocupado, mientras se sentaba con los chicos.
—Nada, es que nos enteramos de que mi ex es novio de Katia... —dijo Alessia preocupada.
—De mi hermana... —dijo Santino.
—Sí, no me imagino cómo se sienten... —dijo Marcelo preocupado.
—Sí, y no sabemos qué hacer... —dijo Santino preocupado.
—Pues, lo único que podŕia aconsejarte, es que trates de abrirle los ojos a Katia —dijo Marcelo amablemente.
—Y si eso no funciona, tendrás que esperar a que las cosas pasen por sí mismas, Santino —dijo Alessia tranquilamente.
—Es que no sé qué pensar... —dijo Santino preocupado—. No sé qué vaya a pasar, pero espero que Katia recapacite, y se dé cuenta de que esa relación no la va a llevar a nada bueno...
La preocupación de Santino aumentaba conforme pasaba el tiempo, y no sabía que hacer. Sólo podía esperar un milagro que le abriera los ojos a Katia.
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