13: Presunto criminal
Al día siguiente...
15 de septiembre de 2022.
Tutelar de menores.
Era un nuevo día en la ciudad. El clima estaba cálido, pero el cielo estaba nublado y un poco de llovizna estaba cayendo desde el cielo.
Katia y su mamá estaban afuera del tutelar de menores, esperando la liberación de Santino. Katia portaba una blusa azul de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Madre e hija estaban felices por la inminente liberación de Santino.
El momento había llegado. Las puertas del tutelar se estaban abriendo, y Santino estaba saliendo poco a poco, acompañado por dos policías. Santino portaba una playera roja de mangas cortas, pantalón de mezclilla negro y un par de zapatos tenis blancos.
Katia y su mamá estaban felices al verlo, y corrieron hacia él para abrazarlo.
—¡Santino...! —exclamó la mamá.
—¡Santino, hermano! —exclamó Katia.
Las dos seguían abrazando al chico, quien no decía ni una sola palabra. Después de varios segundos, ambas dejaron de abrazarlo y entablaron una conversación.
—Nos alegra que al final hayas resultado inocente, Santino —dijo Katia sonriendo.
—No te hemos dejado solo, hijo. Y nunca lo haremos —dijo la mamá sonriendo—. Ahora más que nunca, estaremos contigo.
—Muchas gracias, mamá. Muchas gracias, Katia... —dijo Santino sonriendo—. No saben cómo me alegra estar libre, después de estar varios días encerrado.
—Lo que importa es que ahora estás libre, hermano —dijo Katia sonriendo—. Al fin podrás rehacer tu vida.
—Sí, Katia... —dijo Santino sonriendo.
—Ya mucha gente sabe que Alessia fue violada, pero ya están enterados de que no fusite tú quien la violó —dijo Katia.
—Así es, Katia —dijo Santino sonriendo—. Ahora más que nunca, estoy listo para rehacer mi vida.
—Y desenmascarar al verdadero violador —dijo la mamá.
—Cierto, mamá... —dijo Santino ya serio—. Ahora más que nunca, debo ponerme las pilas para desenmascarar al violador de Alessia.
—Sí, hermano —dijo Katia ya sonriendo—. Vmos a acabar con el verdadero violador.
De repente, en medio de la felicidad de la familia, alguien caminó lentamente hacia ellos mientras aplaudía muy lentamente. Y cuando Santino, Katia y su mamá voltearon hacia él, se molestaron al ver que ese chico no era otro que Oliver Lattanzio. La familia decidió enfrentarlo.
—Vaya, nunca creí que ya salieras libre tan pronto, Santino... —dijo Oliver burlón—. Me siento orgulloso de ti.
—¿Qué es lo que quieres, Oliver? —preguntó la señora Alarcón—. ¿Quieres volver a burlarte de mi hijo?
—Vamos, señora. ¿Por qué tanta hostilidad? —preguntó Oliver burlón.
—¿Y todavía lo preguntas? —vociferó Katia molesta, mientras se acercaba a Oliver—. ¡Te burlaste de mi hermano, acusándolo de un crimen que no cometió!
Oliver se echó a reír.
—Claro que yo acusé a tu hermano de un crimen que no cometió. Pero al final me di cuenta de que no sirvió de nada —dijo burlón después de reír—. En fin, ¿cómo has estado, hermano? ¿Ya te sientes mejor, o te estás ahogando en tu propia bilis?
—No puedo creer lo que está pasando aquí, Oliver —dijo Santino molesto y a la vez triste—. Siempre creía que eras mi mejor amigo, pero con el pasar del tiempo, me doy cuenta de la clase de persona que eres en realidad.
—Vaya, hasta que al fin decides hablar, Santino... —dijo Oliver burlón—. Eres más tonto de lo que creía. Cómo verás, nunca te consideré mi mejor amigo. Nunca te quise, siempre te he odiado desde que éramos niños.
Estas palabras hicieron pedazos el corazón de Santino. A éste le dolía ver en lo que Oliver se había convertido.
—¡No puedo creer que te hayas burlado de mi hijo! —gritó la señora Alarcón molesta—. ¿Cómo pudiste hacer esto a mi hijo?
—¿Por qué lo hiciste, Oliver? ¿Por qué? —gritó Katia molesta.
—¿Por qué lo hice? Por el odio y desprecio que le tengo a su querido Santino Alarcón —dijo Oliver burlón—. Y será mejor que te prepares, Santino. Porque ahora sí te voy a destruir.
—¡No te tengo miedo, Oliver! —gritó Santino—. ¡Vas a pagar por todo el daño que me hiciste! ¡Yo mismo voy a encargar de que todos se enteren de que eres un violador!
Oliver se echó a reír mientras se alejaba de Santino y su familia.
—¡Haz lo que quieras, querido! —exclamó burlón—. Nadie te va a creer, no tienes ninguna prueba de lo que dices. ¡Suerte!
Santino quiso enfrentar a Oliver, pero Katia y su mamá lo detuvieron.
—¡No, no vale la pena, Santino! —exclamó la mamá.
—No lo hagas, Santino. Tranquilo —dijo Katia.
Santino se tranquilizó después de unos momentos.
—Lo sé... —dijo tranquilamente—. Todo a su tiempo, debo tener paciencia... Debo estar tranquilo...
Santino quería tranquilizarse y evitar más problemas, pero no podía sacarse la cabeza ese dolor que sentía al descubrir quién era realmente su supuesto mejor amigo. Sabía que le esperaba una batalla muy difícil, y debía estar preparado.
***
Más tarde...
Casa de la familia Landeros.
Alessia y Marcelo estaban en la sala de la casa, sentados en el sofá. Alessia portaba una blusa azul de mangas cortas, pantalón deportivo negro y un par de zapatos tenis blancos. Marcelo por su parte, portaba una playera blanca de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Los dos hermanos estaban platicando.
—Aún no puedo creer que hayan liberado a Santino... —dijo Alessia llorando, pero feliz.
—Sí, hermanita... —dijo Marcelo.
—Eso quiere decir que todo fue mentira —dijo Alessia secándose sus lágrimas—. Eso quiere decir que él nunca me violó.
—Pero, si él no te violó, ¿entonces quién lo hizo? —preguntó Marcelo.
—No lo sé... —dijo Alessia tranquilamente.
Mientras los dos hermanos seguían platicando, la madre de ambos entró a la casa y los sorprendió. Ambos se levantaron y quisieron platicar con ella.
—Hola, niños. ¿Todo bien? —dijo la mamá amablemente.
—¡Mamá, ya liberaron a Santino! —exclamó Alessia mientras corría hacia ella para abrazarla.
—Tranquila, hija. Tranquila —decía la madre mientras abrazaba a Alessia—. Ya todos saben que Santino nunca te violó, cielo.
—¡Sí, mamá! ¡Todo fue mentira! ¡Santino no me violó, él nunca me violó! —sollozó Alessia mientras seguía abrazando a su madre—. ¡Él es inocente!
—Cierto, mamá... —dijo Marcelo tranquilamente—. Además, dice la policía que ya está haciendo varias investigaciones. Quieren llegar al fondo de esto.
—Sí, hijo. Eso ya me lo habían dicho... —dijo la mamá—. Y si todo llega a salir bien, dicen que van a descubrir quién violó a tu hermana.
Marcelo quedó completamente estupefacto después de haber escuchado las palabras de su mamá. La madre y Alessia dejaron de abrazarse y empezaron a platicar.
—Espero que muy pronto atrapen al verdadero responsable, hija —dijo la mamá consternada.
—Sí, mamá. Eso espero... —dijo Alessia tranquilamente.
Marcelo palideció aún más con el pasar del tiempo.
—¿Me permiten un segundo? Voy a hacer una llamada —dijo—. No dejes sola a Alessia, mamá.
Marcelo salió de su casa y se alejó un poco. Sacó su celular del bolsillo derecho de su pantalón y comenzó a hacer una llamada.
—¿Oliver? ¡Contesta, Oliver! —exclamó molesto.
—¿Qué quieres, Marcelo? Estoy ocupado —dijo Oliver, via el micrófono superior del celular.
—Me urge hablar contigo, ahora mismo voy a tu casa —dijo Marcelo—. Espero que estés ahí, porque no te puedo decir nada por aquí.
—Bueno, ahí te espero... —dijo Oliver, vía el micrófono superior del celular.
Marcelo guardó de vuelta su celular en el bolsillo derecho de su pantalón, y se dirigió hacia la casa de Oliver, con tal de hablar con él.
***
Más tarde...
Parque La Pérgola.
Katia estaba paseando en el parque con Lorenzo. Él portaba una playera roja de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Los dos platicaban mientras caminaban.
—Es bueno saber que ya liberaron a tu hermano, linda —dijo Lorenzo sonriendo.
—Así es, Lorenzo. Y no sabes qué feliz me siento —dijo Katia sonriendo—. Finalmente, ese infierno se terminó.
—No esto aún no termina —dijo Lorenzo tranquilamente—. Sé que liberaron a Santino, pero aún no han descubierto la identidad del verdadero violador de Alessia.
—Lo sé, lo sé... —dijo Katia preocupada—. Lo que más me preocupa de todo esto, es que Oliver podría estar ya moviendo sus fichas para seguir lastimando a mi hermano.
—Ya todos conocemos a Oliver, Katia —dijo Lorenzo—. De hecho, fui a visitarlo a su casa. Y tengo un video acerca de su confesión.
—¿Neta? A verlo... —dijo Katia.
Lorenzo sacó su celular del bolsillo y derecho de su pantalón, y le mostró un video a Katia. Ese video era de la confesión de Oliver. Katia estaba completamente horrorizada después de haber visto ese video.
—¿Entonces sí es cierto...? —preguntó horrorizada—. ¿Oliver sí es el verdadero violador de Alessia?
—Sí, y no dudaré en usarlo en caso de que sea necesario... —dijo Lorenzo.
—Pero, ¿acaso no le tienes miedo a Oliver? —preguntó Katia consternada—. Porque como te digo, Oliver es capaz de cualquier cosa.
—No, no le tengo miedo... —dijo Lorenzo tranquilamente—. Sé muy bien de lo que es capaz, pero no voy a permitir que se salga con la suya.
Lorenzo estaba decidido a mostrar ese video a las autoridades en caso de ser necesario. En su mirada se podía notar que ya le había perdido el miedo a Oliver, así como el respeto.
De repente, alguien los estaba espiando a lo lejos, sin ser descubierta. Y no era otra que Soraya. Portaba una chamarra de mezclilla azul sin mangas, sobre una blusa blanca de tirantes, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Se veía molesta al ver a Katia hablando con Lorenzo.
—¿Acaso Lorenzo está hablando con Katia? ¿Acaso estaban hablando de lo que creo que estaban hablando...? —preguntó estupefacta—. ¿Van a exhibir a Oliver...? No, tengo que avisarle a Oliver acerca de esto...
Estaba aterrada al saber que Lorenzo estaba decidido a traicionar a Oliver. Sin más que decir, la joven decidió alejarse del parque. No podía con la idea de que Lorenzo traicionara a Oliver.
***
Más tarde...
Casa de la familia Lattanzio.
Oliver abrió la puerta de su casa y vio que era Marcelo el que estaba tocando.
—Hola, Marcelo —dijo Oliver sonriendo.
—Oliver, qué bueno que me abres —dijo Marcelo asustado—. Es que quería hablar contigo de algo importante.
—Entra —dijo Oliver.
Marcelo entró a la casa de Oliver, y ambos chicos se dirigieron hacia la sala de la casa para empezar a hablar.
—¿Ya te enteraste de que Santino ya salió del tutelar? —preguntó Marcelo.
—Sí, ya me enteré —dijo Oliver tranquilamente—. Incluso fui a darle una buena calientadita, pero me encontré con su madre y su hermana.
—Oliver, por favor, tienes que tomarte esto en serio —dijo Marcelo muy asustado—. Ya sacaron a Santino del tutelar, y ahora todos están en tu contra.
—¿A qué te refieres, Marcelo? —preguntó Oliver mientras se sentaba en el sofá—. ¿Por qué estás tan asustado?
—Porque mucha gente ya está empezando a sospechar de ti —dijo Marcelo asustado—. Incluso hay algunas personas que ya saben que tú violaste a mi hermana.
—¿Que ya hay gente que sabe que violé a tu hermana? —dijo Oliver en tono de burla—. ¿Y qué hay de la gente que sabe que tú fuiste mi cómplice? ¿Acaso están diciendo que tú me diste permiso para violar a tu hermana?
Marcelo no sabía que decir, después de haber escuchado las palabras de Oliver.
—¿Qué dices...? —preguntó.
—Lo que escuchaste, Marcelo —dijo Oliver en tono de burla—. Yo abusé de tu hermana, y tú lo permitiste. ¿Acaso ya se te olvidó?
—¡Deja de decir tonterías, carajo! —gritó Marcelo ya enojado—. ¡Todos van a saber que tú le destrozaste la vida a mi hermana!
—¡Pues prefiero que todo el mundo se entere, a mí me da igual! —gritó Oliver furioso, mientras se levantaba del sofá y se acercaba a Marcelo—. ¡Así como todos van a saber que yo le destruí la vida a tu hermana, todos van a saber que tú me ayudaste. ¡Si yo caigo, tú caes conmigo!
—¿En en serio, Oliver? —preguntó Marcelo sorprendido—. ¿Me estás amenazando?
—Tómalo como quieras, Marcelo —dijo Oliver ya tranquilo—. Pero a tu familia no le va a gustar saber que tú fuiste mi cómplice. Así que será mejor que mantengas la boca cerrada, si no quieres que yo mismo te desaparezca.
—Haz lo que quieras, Oliver. No te tengo miedo... —dijo Marcelo tranquilamente.
Después de esa discusión, Marcelo se alejó de Oliver y salió de la casa, dejando solo al chico. Oliver sabía que tenía a Marcelo en sus manos, y le gustaba alardear de ello. De repente, su celular empezó a sonar, y el chico lo sacó del bolsillo derecho de su pantalón. Era un mensaje de Soraya, vía WhatsApp. El mensaje decía:
Soraya
"Ten cuidado, Oliver. Lorenzo está desatado, amenaza con traicionarte. Dice que tiene pruebas de lo que le hiciste a Alessia."
Oliver palideció después de haber leído ese mensaje. Era obvio que su secreto estaba por salir a la luz. Sin embargo, decidió mandarle un mensaje:
Oliver
"Tranquila, Soraya. De eso me voy a encargar yo. Como ya estás enterada de que Santino salió de la cárcel, será mejor que te encargues de él. Lo quiero muerto para esta noche."
Oliver estaba deseoso de quitar a Santino de su camino, sin importar lo que tuviera que hacer. Y no importaba si tenía que mandarlo a matar.
***
Más tarde…
Parque La Pérgola.
Alessia y Daniela estaban caminando juntas en medio de una lluvia débil. Alessia portaba una blusa azul de tirantes, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos. Por su parte, Daniela portaba una blusa celeste de mangas cortas, pantalón de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos.
Las dos chicas empezaron a platicar.
—Daniela, no sabes cómo lamento haberme portado tan mal contigo en estos últimos días —dijo Alessia muy preocupada.
—No pasa nada, amiga. De todas formas, ya sabes que Santino nunca te violó —dijo Daniela tranquilamente.
—Sí… Y la verdad es que estoy muy angustiada. No sé por dónde empezar —dijo Alessia preocupada.
—Ahora que poco a poco te estás dando cuenta de todo, vamos a trabajar muy duro para descubrir la identidad de tu verdadero violador —dijo Daniela tranquilamente—. Te prometo que esto no se va a quedar así, te voy a ayudar en todo lo que necesites.
—Sí, muchas gracias, amiga —dijo Alessia.
—Y espero de todo corazón, que encuentren a tu verdadero violador —dijo Daniela.
—Que así sea… —dijo Alessia.
De repente, mientras ambas chicas seguían hablando, Lorenzo apareció en el lugar, y quiso hablar con Alessia y Daniela.
—Hola, Alessia. ¿Cómo has estado? —preguntó Lorenzo en tono de burla, provocando que Alessia volteara hacia él y se molestara—. ¿Sigues teniendo esperanzas para que liberen a tu querido amigo? ¿O ya te estás ahogando en tu propia bilis?
—¿Qué es lo que quieres, Lorenzo? —preguntó Alessia molesta.
—¿Qué quiero? Que ya no estés desperdiciando tu tiempo en un violador como Santino Alarcón —dijo Lorenzo burlón—. Acéptalo de una vez: no va a salir de la cárcel, y de hecho se va a quedar ahí para siempre.
—¡Santino no es ningún violador, Lorenzo! —gritó Alessia molesta—. ¡Después de varios días, me di cuenta de que no fue Santino quien me violó! Fue alguien más, pero no sé de quién se trata.
—Ya lo sabes, Lorenzo. A alguien le salió mal la jugada —dijo Daniela molesta—. Cada vez hay más gente que sabe que Santino no es ningún violador, y que el verdadero responsable está libre. Y para tu información, te informo que Santino ya está libre.
—Eso ya lo sé, Daniela —dijo Lorenzo con tono de burla—. Todos saben que Santino no es ningún violador, pero nunca van a encontrar al verdadero culpable.
—¡Claro que lo vamos a encontrar, Lorenzo! —dijo Daniela molesta—. ¡Para cuando menos lo esperes, el verdadero violador ya estará en la cárcel! ¡Te lo aseguro!
—Pues, deseo que lo puedan encontrar, si es que pueden —dijo Lorenzo burlón—. Porque dudo muchísimo que puedan encontrarlo.
Tras burlarse de Alessia y de Daniela, Lorenzo decidió irse del lugar, dejando solas a las chicas.
—¡Demonios! —dijo Alessia molesta.
—No le hagas caso a Lorenzo —dijo Daniela tranquilamente—. Ahora que Santino es inocente, vamos a buscar al verdadero violador. Te lo prometo.
A pesar de todo, ambas chicas estaban dispuestas a encontrar al verdadero violador de Alessia, sin imaginar que estaba más cerca de lo que creían.
***
Esa noche...
Casa de la familia Lattanzio.
Ya era de noche. El cielo ya estaba despejado, y el clima seguía caluroso.
Oliver se encontraba en la sala de su casa, descansando tranquilamente y acostado en el sofá. Estaba sin playera, portaba un pantalón deportivo negro y un par de zapatos tenis blancos.
—Caray, nunca debiste haber salido de ese tutelar de menores, Santino Alarcón... —dijo mientras se levantaba del sofá—. Bueno, ya mandé a Soraya para que te elimine, querido.
De repente, Lorenzo y Marcelo aparecieron en la casa de Oliver, entraron por la puerta principal, y se dirigieron hacia él, provocando su molestia.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Oliver molesto—. ¿Por qué entran así a mi casa, qué les pasa?
—Es que queríamos hacerte una visita de emergencia, hermano —dijo Marcelo preocupado—. Es que parece que todo va de mal en peor para ti.
—¿Qué? —preguntó Oliver preocupado—. ¿Cómo que todo va de mal en peor?
Conforme avanzaba el tiempo, la preocupación de Oliver aumentaba cada vez más. Marcelo y Lorenzo no sabían qué decirle en ese momento.
—Sí, Oliver —dijo Lorenzo muy preocupado—. Se te dijo que estabas con el agua hasta el cuello, pero parece ser que todo está peor de lo que creíamos.
—¿Y me pueden decir de qué se trata? —dijo Oliver cada vez más asustado—. ¡No se queden callados, carajo! ¡Por favor, díganme de una vez que está pasando!
Marcelo respiró profundamente antes de responder.
—Oliver, ¿te acuerdas que te dije que la policía ya está investigando lo de Alessia? —preguntó Marcelo tranquilamente.
—Sí, me lo dijiste... —dijo Oliver preocupado, cruzando los brazos.
—Pues resulta que esto ya escaló a niveles mucho más extremos, Oliver —dijo Lorenzo muy asustado.
—Y lamentablemente, ya no hay nada que se pueda hacer para revertirlo —dijo Marcelo aún preocupado.
—¿Y no se supone que todo esto debería de desaparecer? —preguntó Oliver ya molesto—. Tengo unos amigos poderosos que pueden hacer que todo esto desaparezca.
—Lo siento, Oliver. Como te dijo Marcelo, ya no hay nada que hacer para revertirlo. Ya es demasiado tarde —dijo Lorenzo preocupado—. Esto ya es demasiado, ¡parece ser que ahora todo se está saliendo de control!
—¿Cómo que ya no hay nada que hacer para revertirlo? —exclamó Oliver aún más molesto—. ¡Se supone que ustedes pueden hacer que todo esto desaparezca! Ustedes son familiares de políticos poderosos, ¿no?
—¡Sí pero la Interpol ya se metió al juego! —dijo Lorenzo consternado—. Acaba de emitir una orden de investigación en tu contra por abuso sexual, tráfico de drogas y múltiples asesinatos. Van a congelar todas tus cuentas, y por si fuera poco, ¡ya se emtió una alerta migratoria para que no puedas salir del país!
—¡Lo siento, Oliver! —exclamó Marcelo asustado—. Pero en estos momentos, ¡todas las agencias policíacas del mundo, te consideran un... ¡presunto criminal!
El terror que sentía Oliver se exacerbó. Estaba cada vez más asustado, pues su fin estaba más cerca de lo que creía. Estaba atrapado en un pozo, y nada ni nadie podría sacarlo de ahí.
***
Más tarde...
Parque Piedras Blancas.
Alessia, Daniela y Santino estaban caminando en el parque. Todo iba en orden y viento en popa. Los tres chicos platicaban alegremente mientras platicaban.
—Nos alegra que ya estés libre, Santino —dijo Alessia sonriendo—. En serio, nos alegra mucho.
—Sí, lo sé, Alessia... —dijo Santino sonriendo.
—Nos alegra saber que no fuiste tú quien violó a Alessia, Santino —dijo Daniela sonriendo—. Es bueno saber que al final, resultaste ser inocente.
Alessia se puso frente a frente con Santino para decirle algo.
—Santino, quiero pedirte perdón por haberte acusado de violación... —dijo Alessia tranquilamente—. De verdad que estoy arepentida por ello, es que no sabía lo que estaba pasando.
Santino se dio cuenta de que el arrepentimiento de Alessia era sincero, por lo que no perdió el tiempo y le dio un abrazo inmediatamente.
—Tranquila, aquí estoy. Y te perdono de todo corazón —dijo mientras sus ojos empezaban a derramar lágrimas.
—Gracias, Santino... —dijo Alessia mientras seguía abrazando a Santino.
Santino no dejaba de abrazar a Alessia era obvio que deseaba apoyarla en todo momento.
—Qué bueno que ya volvieron a ser amigos —dijo Daniela sonriendo—. Pero ahora, hay que buscar al verdadero violador.
—Lo sé, Daniela. Lo sé... —dijo Santino mientras dejaba de abrazar a Alessia.
—Sí, y no tenemos tiempo que perder —dijo Alessia tranquilamente.
Santino y Alessia eran amigos de nuevo, ya se había reconciliado. Pero aún les faltaba la misión más difícil: encontrar al verdadero violador y denunciarlo a las autoridades. Daniela entendía que no era un objetivo fácil pero estaba dispuesta a ayudar a Santino y a Alessia.
De repente, alguien apareció hecha una furia. Y no era otra que Soraya. Santino y las chicas empezaron a temblar de miedo, puesto que Soraya estaba increíblemente furiosa.
—¡Sabía que ya te habían liberado de la cárcel, maldito violador! —gritó Soraya histérica—. ¡Es increíble que esa acusación no nos haya servido de nada!
Santino decidió enfrentar a la fiera.
—Vaya, hasta que al fin te dignas a aparecer frente a mí… —dijo.
—¡Cállate, imbécil! —gritó Soraya histérica—. ¡Debí haber acabado contigo cuando tuve la oportunidad! ¡Ahora me di cuenta de que Oliver siempre cometió un error al considerarte su amigo! ¡Eso lo avalan las noches que he estado con él, mientras tú y yo éramos novios!
Santino quedó petrificado después de haber escuchado las palabras de Soraya.
—¿Me has estado engañando con Oliver desde siempre, Soraya…? —preguntó estupefacto.
—¡Sí, te he estado engañando con Oliver, y no me arrepiento de nada! —gritó Soraya aún histérica—. ¡Te odio, siempre te he odiado, maldito asqueroso!
—¡Ya basta! —gritó Alessia mientras se interponía—. ¡Deja en paz a Santino, carajo!
—¡Santino no está solo, Soraya! —gritó Daniela mientras también se interponía—. ¡Haz lo que quieras, no te tenemos miedo!
Soraya los miró a todos con frialdad, mientras sacaba una pistola negra del bolsillo derecho de su pantalón.
—Por cierto, Oliver me pidió que hiciera esto… —dijo mientras le apuntaba a Santino con el arma—. ¡Hasta nunca, maldito infeliz!
Todos se asustaron al ver el arma de Soraya, ella estaba decidida a acabar con Santino de una vez por todas.
—¡No, no lo hagas, Soraya! —gritó Daniela, mientras se interponía entre Santino y Alessia.
Soraya se preparó para disparar, y Daniela se interpuso entre Santino y Alessia. Soraya apretó el gatillo, y disparó. Le disparó a Daniela en el abdomen, mientras que Santino y Alessia gritaban de terror.
—¡Daniela! —gritaron Alessia y Santino al mismo tiempo.
Daniela cayó al suelo, mientras Santino y Alessia trataban de auxiliarla.
—Chicos… chicos… —susurró Daniela mientras yacía en el suelo, desangrándose—. Ayúdenme… Me estoy… muriendo…
—Tranquila, Daniela… —dijo Alessia llorando—. ¡Una ambulancia, por favor!
—No te preocupes, Daniela… —dijo Santino—. Ahora mismo voy a llamar a una ambulancia..
Soraya guardó el arma y miró de reojo a Santino y a Alessia.
—Hagan lo que quieran. Ahora me doy cuenta de que no vale la pena mancharme las manos con su sangre… —dijo molesta.
La joven se retiró del lugar como si nada hubiera pasado, mientras Santino y Alessia trataban de ayudar a Alessia.
—Ya es… tarde… —susurró Daniela—. Díganle… A Oliver que… lo quiero… a pesar… de todo…
Después de varios segundos de agonía, Daniela soltó su último suspiro y dejó de existir. Santino y Alessia se desesperaron al ver que su amiga había muerto.
—¡Daniela, no te mueras! ¡Daniela, Daniela! —gritó Alessia.
—¡Daniela, Daniela! ¡No nos dejes, por favor! ¡Reacciona! —gritó Santino.
Los dos chicos trataban de reanimar frenéticamente a Daniela, pero era inútil. Ella ya había muerto a causa del disparo, mientras que Soraya había desaparecido sin dejar rastro.
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