Scott tenía su mano en mi mejilla mientras me miraba con una sonrisa, la movió hacia atrás acomodando un mechón de cabello tras mi oreja, cuando lo hizo frunció el ceño.

—¿Qué? ¿Por qué tienes esa cara? —pregunté preocupada —Scott...

—tienes...tienes algo aquí —frotó su dedo en un punto tras mi oreja derecha —déjame ver —hice mi cabeza a un lado para que le fuera más fácil —es un número cinco pero del revés, es extraño, parece como si lo hubieran quemado en tu piel —sacó su celular y le tomó una foto para mostrarme.

—he visto esto antes...—fruncí el ceño —pero no recuerdo donde.

—supongo que tampoco recuerdas su significado —negué.

De pronto se hoyó un rugido de lobo, ambos nos páramos alertas tratando de identificar al licantropo—¡ay! no puede ser...—murmuré al reconocerlo. —¿Derek?

—si, es él —me miró. —creo que mejor regresamos al loft —tomó mi mano para luego bajar hacia el departamento, en el camino oímos el potente grito del Hale echando a todos de su casa, reí por eso. Cuando llegamos vimos a los espectros, los mismos que me atacaron.

—Scott —presioné nuestro agarre —¿Los ves?

—si —asintió.

—ellos fueron los que me atacaron. —instantáneamente me puso detrás de sí mismo.

—oigan, ¿Me están mirando a mí? —preguntó el que creía que era Aidan. Las cosas se acercaron más a él —¿Qué quieren conmigo? —dieron un paso más —¡oigan!

Scott corrió a atacarlos junto con Derek, fue una pelea extraña dado que ellos no parecían hacerle nada a esas cosas, pero ellos a los chicos, sí.

—¡Scott! —exclamé cuando lo vi caer gracias a un empujón que le dio uno de los espectros.

—¡No! —me detuvo —quédate ahí, estoy bien.

Isaac quién estaba con Allison sosteniendo a Ethan decidió también ir en defensa del otro gemelo, pero retrocedió al ver que la cosa sacó una espada.

—¡alguien haga algo! —gritó Allison.

Uno de los espectros sujeto a Aidan de la cabeza e hizo algo extraño por lo que él cayó desmayado a los segundos.
El próximo en estar en su radar fue Scott, el cual hizo brillar sus ojos y me volteó a ver mientras se ponía delante de mí a una distancia considerable.
De repente el sol comenzó a salir y las criaturas desaparecieron.

—¿Qué rayos era eso? —preguntó mi novio.

—ya pasó el tiempo que nos pidió tu papá —dijo Isaac mirando a Allison.

—Derek —pasé junto a Scott y fui a abrazar al castaño —te extrañé, sourwolf.

—yo igual —sonrió al separarnos, pero se puso serio cuando bajó la mirada a mi vientre —veo que la familia se agranda —miró a Scott —¿Es tuyo?

—ah...sí —asintió. —es mía, es una niña.

—es Ahmes —expliqué. —bueno, eso nos dijo Deaton.

—oigan, tenemos algo más importante de lo que hablar —el rubio llamó nuestra atención.

—¡oh sí, sí! Lo siento —me disculpé yendo de nuevo con Scott.

[...]

Scott iba a ir con Allison y Isaac al departamento para hablar con Chris y que él les contara lo que sabía pero, primero me fue a dejar a mi casa lo cual agradecí pues estaba muy agotada.

Estaba en la escuela, en el patio delantero para ser exactos, no pude ver mucho pues una neblina cubría el lugar.

—Hannah...—dijo una voz que reconocía perfectamente.

—Stiles —voltee y al ver a la persona di un paso atrás.

—Stiles se fue de sabático, Annieh —me guiñó un ojo.

—¿Quién eres? ¿Por qué fastidias a mi hermano?

—¿Quién soy? —sonrió —mm...Por  casualidad ¿Conoces algo de mitología Japonesa?

—poco y nada —admití.

—bueno, soy algo así como...un zorro travieso. —respondió —¿Qué quiero de tu hermano? Nada, solo su debilucho cuerpo —se encogió de hombros.

—¿Tiene que ver con la puerta entreabierta de su mente?

—básicamente me invito a entrar a su cuerpo y mente —asintió.

—¡Déjalo! ¡Te ordeno que...! —su mano se posicionó en mi vientre arrancandome un grito de dolor que me despertó.

—Hannah, ¿Estás bien? —Scott quién estaba junto a mí me abrazó preocupado.

Llevé una mano a mi vientre mientras respiraba agitada, no podía calmarme.

—cariño...

—hazme un favor, ¿Podrías decirme si la bebé está bien? —pregunté.

Estuvo unos minutos en silencio —su ritmo cardíaco es normal.

—gracias a Dios —suspiré aliviada.

—¿Qué pasó?

—tuve un sueño o...quizás una visión —admití —y la cosa que vi, me provocó este dolor.

—desearía que no tuvieras esas visiones—me arrulló entre sus brazos.

—yo también —murmuré —yo también.

Al día siguiente fuimos a la escuela como un día normal, aunque no teníamos uno desde que Scott fue mordido por Peter, pero bueno, no se puede volver el tiempo atrás.

—Annah, ¿Eso en tu dedo es lo que creo que es? —preguntó Lydia mirando con sorpresa mi mano izquierda.

—miré el anillo con una sonrisa —lo es, es un anillo de promesa.

La pelifresa tomó mi mano y la acercó a ella para mirar la joya con más detenimiento —es precioso, ¡Dios! ¿Cuándo te la dio?

El anillo en cuestión era de plata, fino y con un pequeño lobo en medio con algunas piedritas color perla.
Y el de Scott era más grueso y tenia la forma del lobo calado en medio.

—en la fiesta, antes de que Derek llegara.

—¡wow! Él realmente te ama, amiga.

—si —suspiré —y yo a él.

—Hannah —Stiles llegó junto con Scott —¡ven! —tomó mi mano y tiró de ella.

—voltee hacia mi novio —¿y a este que le picó? —señalé a mi hermano.

—no sé —se encogió de hombros.

Llegamos al salón de química y me soltó.

—ella comenzó a hablar de fósforos, la llave tenía químicos en ella y eso me hizo pensar, en el armario de químicos  y que alguien debió dejar entrar a Barrow —cuando volteó hacia el pizarrón se quedó callado, estaba limpio. —se fue, bueno no importa —retrocedió —no importa aun tengo la llave —sacó el llavero y se dirigió al armario —¿Qué demonios...? —no encontraba la llave. —la tenía, la tenía aquí...la tenía esta mañana, lo juro por Dios —nos miró desesperado —la tenía.

—¿la llave de la que hablabas anoche? —inquirí.

—¿se la mostré, no? ¿se las enseñé?

—no, sólo hablaste de ella, nunca la vimos —respondió Scott.

Miró de nuevo hacia el otro lado del salón y se fue acercando —estaba aquí hace un par de horas y el mensaje que le dejaron a Barrow, deletreando el nombre de Kira estaba ahí en el pizarrón con mi letra —explicó —yo tenía la llave del armario.

—así que, tú ¿abriste el armario de químicos para que Barrow pudiera ocultarse? ¿Y le escribiste para que atacara a Kira?

—eso es algo que haría yo, no tú —comenté extrañada.

—Annah...

—lo siento, amor —miré de reojo al castaño.

—lo sé, sé como suena pero...—sacó algo se su bolsillo —miren esto, es el reporte del noticiero sobre Barrow cuando lo atraparon sobre la bomba de metralla que uso —nos mostró el papel —¿Ven esto? ¿Ven lo que hizo? Puso tuercas, pernos y tornillos y ocultó la bomba y el detonador en una caja que envolvió como regalo de cumpleaños ¿Qué les hace pensar eso?

—al entrenador —los miré

—la broma que le hicimos —secundó Scott.

—esa fue idea mía, ¿recuerdan? Fue mí idea, no es coincidencia, no puede ser.

—no quiero que parezca que digo que te equivocas pero, no creo que intentes  matar personas —admitió mi chico.

—estoy de acuerdo con él, hermanito.

Hizo un bollo el papel mientras miraba el pizarrón limpio —estaba aquí, todo, estaba aquí.

—¿Te sientes bien? —inquirí preocupada. —te ves muy cansado.

—si, estoy bien, es que...no he dormido.

—¿por qué no vas a casa? —sugerí —di que estas enfermo.