Capitulo setenta "Malia"
—oye y...una cosa más —dijo Scott mientras salíamos del hospital. —es un pequeño detalle que creo que pasaste por alto.
—si ¿Cuál? —lo miré confundida.
—nuestra hija, a la que quieres dar en adopción es un ser sobrenatural —admitió —¿Crees que encajará en una familia de humanos? Humanos que cuando se enteren de su verdadera naturaleza, podrían abandonarla a su suerte o hacer algo peor.
—no lo había pensando —murmuré bajando la mirada a mi vientre el cual apenas se asomaba por la vaporosa blusa que llevaba puesta.
—Annah, nuestra bebé es literalmente la Diosa de los lobos, los cazadores irían tras ella y no hablar de las criaturas sobrenaturales.
—soy una bruja ¿no? —él asintió —podría intentar hechizarla durmiendo sus poderes.
—¿te das cuenta de que no interesa tu propia hija? Estas buscando la manera de...alejarla de las personas que podrían mantenerla protegida y fuera de peligro —paró nuestro andar —somos los únicos que podemos guiarla en su crecimiento, enseñarla como controlar sus poderes, enseñarle el bien y el mal.
—y somos los únicos que la ponemos en peligro, también —lo miré —¿no te das cuenta? Eres un alfa verdadero, algo no se ve todos los días, hay lobos que matarían por tener tu poder, como Peter Hale —pude ver la sorpresa reflejada en su rostro —sí, Scott, ese tipo aún quiere acabar contigo.
—pero no sería capaz de hacerle daño a Melody.
—¿Melody? —alcé una ceja —no, no la nombres...no debes encariñarte con ella, será más difícil la separación. —me voltee dándole la espalda e hice un par de pasos.
—ya es tarde Hannah —paré de sopetón al oír sus palabras —la amo, si tú no la quieres...déjamela a mí pero no la des en adopción. —bajé la mirada tapando mi boca para que no se oyeran mis sollozos —Hannah por favor —suplicó.
—no es que no la quiera —me giré para verlo —es que...—las palabras no me salían, Scott vio mi estado de vulnerabilidad y no dudo en abrazarme. —lo siento, todo está pasando tan rápido que no puedo pensar con claridad.
—está bien —dejó un beso en mi cabeza —no te presionaré, pero promete que pensarás lo que dije.
—lo haré —de repente ambos saltamos en nuestros lugares separandonos solo un poco y observamos mi vientre.
—¿Qué fue eso? —preguntó el castaño.
—¿tú también lo sentiste? —asintió. —creo que pateó.
—creo que se alteró un poco —reímos.
—si, eso creo...—sentí dos dedos debajo de mi mentón que tiraron hacía arriba suavemente y luego los labios de Scott chocaron con los míos en un beso dulce y sin apuro. —¿y eso? ¿No se supone que estamos peleados?
—si, pero la verdad extrañaba besarte —admitió —y por cierto, no vuelvas a intentar darme celos con Isaac o acabaré por romperle la espalda.
—¿Otra vez lo empujaste contra la pared? —asintió.
—mamá se molestó por eso —hizo una mueca.
—no te daré más celos, pero que sepas que estaba haciendo un experimento.
—no me gusta Kira —suspiró —tú eres la única en mi corazón.
—¿aún con todo lo que está pasando entre nosotros?
—aún así —tomó mi mano.
[...]
Stiles pasó a buscarnos en el jeep y nos llevó a casa del señor Tate, donde intentaríamos buscar algo de la pertenecía de Malia y así rastrearla.
—¿y cómo te fue? —Stiles volteó a verme.
—pues bien, esta sana —sonreí.
—Stiles ¿Qué opinas del nombre "Melody"?
—miró a su amigo por el espejo retrovisor —es lindo ¿por qué? —abrió los ojos como platos —¿ese será su nombre?
—quizás —respondió Scott.
—pues a mí me gusta Narah —hablé —significa Reina de los lobos.
—Melody Narah —probó mi novio —¡me agrada!
—Melody Narah McCall, sí, ¡suena perfecto! —opinó Stiles. Voltee la mirada hacia otro lado, en ese instante el auto se sumió en un profundo silencio —mmm...¿Toqué una fibra sensible? —los dos lo miramos con cara de pocos amigos —eso es un sí.
Un rato más tarde llegamos, mi padre fue a distraer al señor Tate, en lo que nosostros nos metíamos a la casa por la puerta trasera.
—cuidado —moduló Scott con sus labios, tomando mi mano para ayudarme a pasar por encima de una trampa para coyotes.
Stiles tomó el pomo de la puerta de la habitación de Malia e intentó abrirla despacio otra que no hiciera ruido pero rechinó, suspiré cerrando mis ojos con fuerza con frustración.
Entramos rápidamente y nos pusimos a buscar cosas que tuvieran el olor de la chica, pero todo estaba impregnado de humedad y un aroma de perro.
—lo único que percibo es un olor a animal —dijo Scott luego de olfatear un peluche que Stiles le lanzó.
—¿Qué clase de animal? —inquirió el susodicho.
Scott y yo volteamos hacia la otra puerta donde había un gigantesco Rottweiler observándos —hay un perro —respondí sin despegar la mirada del can.
—¡hola perrito! —exclamó mi mellizo —desaganse de él —murmuró.
—¿nosotros?
—si ustedes, muestrenle sus ojos brillantes o algo —gruñó —Scott ¡sé un alfa!
—no puedo, no tengo control.
El perro gruñó —¿y tú Hannah?
Miré al perro y le enseñé mis ojos pero no pasó nada —no funciona —di un paso atrás, Scott rápidamente me puso detrás de él.
—bien amigo, vas a tener que intentar algo nuevo —insistió Stiles.
Estiró su mano hacia el rottweiler —buen perrito —el perro comenzó a ladrar amenazante.
—¿Es enserio? —miré a mi chico, él se encogió de hombros.
Estiré mi mano y con magia intenté ahuyentarlo, solo retrocedió un poco.
—¡Apolo! —gritó el señor Tate —¡Ya cállate Apolo! —el perro se calló en automático y de repente parecía un adorable can. Por suerte se fue de allí.
Seguimos en lo nuestro, Stiles le pasó un libro a Scott —¿Algo más?
—solo huelo al perro.
Me acerqué a mi hermano y vi que en la estantería había una foto de dos niñas, tomé el cuadro y al verla sentí cierta familiaridad, era extraño porque nunca la había visto en la vida.
Stiles tomó el cuadro de mis manos y le tomó una foto para luego regresarlo a su
lugar.
Salimos de allí y nos fuimos para encontrarnos con nuestro papá.
—lo lamento, me esforzé tanto como pude, sino fuera tan antiguo tal vez hubiera podido —dijo Scott.
—si, yo tampoco pude, solo olía a perro allí.
—sé que es casi imposible —negó —de hecho fue una idea terrible, creo que acabo de abrir la herida de ese hombre —admitió —nunca debí traerlos aquí, no sé qué pensaba, pero gracias por intentarlo —le dio un golpe amistoso en el hombro al castaño y besó mi frente antes de subirse a la camioneta —los veo en casa —nos miró antes de irse.
—¿No hay casos más recientes que resolver?
—sí, solo creo que este es uno...de los que pensó que podía resolver ahora. —respondió Stiles.
—¿por qué es importante, ahora?
—bueno, quiere poder resolver un caso más, mientras aún es alguacil —comenté.
—me miró —¿mientras aún es alguacil?
—¿no se lo dijiste? —inquirió mi hermano obervandome.
—¿Decime qué?
—bueno, tu papá...él...am...quiere despedir al nuestro porque tiene muchos casos sin resolver —expliqué.
Vi como su rostro cambió a uno molesto —claro, ¿Cómo no se me ocurrió que mi papá estaba metido en esto?
Más tarde por la noche dormía plácidamente cuando oí que alguien entraba a mi habitación, abrí los ojos y mi primer movimiento fue tirarme encima del intruso, quedando él debajo de mí.
—¡Annah soy yo!
—¿Scott? —salí de encima ayudándolo a poner de pie y luego prendí la luz —¿Qué haces aquí a mitad de la noche?
—cámbiate, tendremos una noche larga.
—me perdí, ¿me cambio o me quito la ropa? —lo miré divertida.
—cámbiate, no tendremos acción hoy, no de esa clase al menos —sonrió.
Rápidamente me cambie el piyama por ropa acorde y salimos a la habitación de mi hermano.
—¿Qué haces aquí? —preguntó a Scott.
—nosotros tres vamos a encontrar un cuerpo —prendió su linterna —un cadáver.
Fuimos al bosque y comenzamos a investigar cerca de donde había sido el accidente.
—si nuestro papá tiene razón —empezó mi mellizo —significa que hay otro hombre lobo que aún no conocemos.
—lo sé —murmuró el alfa.
—y si resultan ser trillizos que se transforman en un sabueso de tres cabezas del infierno, no creo que pueda enfrentarme a él.
—si, yo tampoco —respondió mi chico —en especial porque ya no puedo controlar mis transformaciones.
—dejen de delirar, no serán trillizos —reí.
Oímos un aullido y del susto Stiles golpeó el brazo de Scott el cual tenía el celular con el mapa, este cayó a un pequeño charco —lo siento, amigo, detesto a los coyotes, muchísimo, siempre suenan como si estuvieran deborando a un pequeño e indefenso animal.
Scott fue el primero en bajar la pequeña colina y luego me tomó de la cintura para ayudarme a bajar, después siguió Stiles, el cual casi se cae.
Tomé el celular de Scott y se lo pasé, el cual le intentó quitar el agua y lodo de encima. —aún funciona.
—préstame la linterna —Stiles la tomó y apuntó hacia un lugar —creo que lo encontramos —caminamos un poco.
—ah ¿y por qué no lo movieron? —preguntó refiriéndose al auto volcado que estábamos observando. —¿no es evidencia?
—puede que fuera demasiado difícil sacarlo con una grúa. —estuvo estudiando todo el auto —miren esto —había marcas de garras —¿ven eso? Las garras de un animal estarían mucho más juntas.
—entonces fue un hombre lobo —afirmé. —y papá tenía razón —miré a Stiles.
Seguimos buscando más cosas —¿Qué es eso? —preguntó Scott cuando pasó la luz por la parte de atrás del auto. Stiles se estiró y lo tomó, era un bebé de juguete
"Tengo hambre" —soltó la muñeca sacándonos un buen susto.
—creo que me acaba de dar un micro infarto —admitió Stiles.
De repente se oyeron gruñidos de animal —oigan, por favor díganme que ven eso —me acerqué un poquito y en efecto lo vi, era un coyote muy enojado.
Scott fue tras él —¡oye Scott! —exclamé. —¡espera Scott! —quise correr tras él pero mi hermano me detuvo.
—no vas a correr, estas embarazada —me recordó.
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