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Capítulo cien "Virus mortal"

Nos pusimos a escuchar la cinta, la cual hablaba sobre las instrucciones para conseguir el pago luego de matar a alguna criatura de la lista.

—¿Has hecho una transferencia bancaria? —preguntó Stiles mirando directamente a Scott.

—nunca he tenido tanto dinero —admitió.

—entonces, no entendiste ni una palabra —lo miré comprensiva, tampoco había hecho una transferencia bancaria pero tenía algo de conocimiento y como no tenerlo con un hermano como Stiles.

—no entiendo nada de esto. —asintió —¿por qué usar todo este dinero para...—miró de reojo a Melody, la cual estaba dibujando muy ensimismada en ello. —matarnos —murmuró.

—alguien te quiere muerto amigo, bueno a ti, a mi hermana —me miró de reojo —y a mi sobrina, de verdad. —Scott tomó el dinero y comenzó a guardarlo con rapidez —,¡wow! ¿Qué estás haciendo?

—es tarde, tenemos exámen mañana —nos recordó.

—no, creo que se refiere al dinero —expliqué apuntando la bolsa.

mi hermano asintió. —los quinientos mil dólares ¿Sabes cuanto dinero es eso?

—son quinientos mil.

—medio millón de dólares, Scott—especificó el castaño —¿Qué vas a hacer con él? ¿Esconderlo debajo de tu colchón?

—tengo que hablar con Derek, es su dinero.

—él tiene razón, Mischief —hice una mueca.

—suyo y de Peter —señaló.

—¿Qué significa?

—Stiles me miró —En serio Hannah, ¿Qué le viste? Porque su cerebro está claro que no.

—¡oye! Es un poco despistado, no seas malo —lo defendí.

—sigo aquí —se hizo notar.

—significa que quizás debamos actuar con precaución —siguió Stiles.

—¿No creen que debamos decirle a Derek?

—yo sí —respondí con seguridad.

—no —dijo mi hermano poniéndose en pie —no, claro que debemos decirle pero, lo que digo es que una parte del dinero es de Peter.

—si —murmuró el alfa.

—Peter, loco homicida ¿Recuerdas? —nos miró —¿quieren darle el medio millón de dólares  a él?

—debemos devolverle el dinero a Derek, no a Peter —afirmé.

—yo no dije eso —se quedó pensativo.

—Stiles, ¿De qué hablas?

De repente oímos ruido, Scott rápidamente escondió el dinero debajo de la cama, nos pusimos en pie rápidamente.

—¡oh por...! —murmuré al sentir un ligero dolor en la zona de mi pecho.

—¿Estás bien, amor?

—sí, cariño —le sonreí.

Malia abrió la puerta —encontramos a los de Satomi, Derek y yo —explicó —pero están muertos.

—¿Todos ellos? —inquirió Scott.

—todos los que encontramos.

—¿En dónde está Derek? —Stiles se acercó a ella.

—tranquilo vaquero, tu chico debe estar bien —bromee.

Luego de que Malia se fuera y Stiles también solo quedamos Scott, Melody y yo.
Me acerqué a la pequeña la cual estaba en el piso dormida, se había prácticamente desmayado mientras dibujaba.

—yo me encargo —Scott la tomó en brazos y la pasó a la cama.

En ese momento en que él la acomodaba fue donde tomé los dibujos ví uno que llamó mi atención, rápidamente lo escondí detrás de mí espalda.Scott se volvió hacia mí con una sonrisa.

—¿No es increíble lo rápido que se duerme después de un día tan largo? —dijo, con los ojos brillando de amor por nuestra hija.

—sí, es...increíble —Intenté fingir naturalidad, pero él notó que algo me pasaba.

—Hannah, ¿todo está bien? —preguntó, su mirada volviéndose inquisitiva.

—Sí, todo está bien —respondí rápidamente, intentando sonar casual.

Sin embargo, Scott notó los dibujos en mis manos y su expresión se volvió curiosa.—¿Son esos los dibujos de Melody? —preguntó, acercándose.

—No, no todos —respondí demasiado rápido, y él se dio cuenta.

Frunció el ceño y notó que escondía uno de los dibujos tras mi espalda.—¿Qué escondes ahí? —preguntó, alargando la mano.

—No es nada, en serio —insistí, alejándome un poco.

Scott sonrió con picardía, acercándose más.—¿Estás segura? —dijo, su voz suave y seductora mientras sus manos se apoyaban en mis caderas.

—Scott... —murmuré, sintiendo el calor subir a mis mejillas.

—Vamos, Annieh. —Su voz se volvió un susurro mientras se inclinaba hacia mí, su aliento cálido contra mi piel—. Dime qué estás escondiendo.

Mi corazón latía con fuerza mientras sus labios rozaban los míos. Antes de que pudiera responder, me besó suavemente, con una mezcla de ternura y pasión. El beso me distrajo por completo, y cuando me di cuenta, ya había tomado el dibujo de mi mano.

La sonrisa de victoria en su rostro se desvaneció al ver el dibujo. Era de Derek Hale.

—¿Por qué estaría Melody dibujando a Derek? —preguntó, su tono lleno de preocupación y confusión.

Llevé una mano a mi boca mordiéndome las uñas con nervios, si sabía porqué lo había hecho pero, se supone que Scott no debía saber lo que ocurrió la noche del juego.
Nos movimos fuera de la habitación para no despertar a Melody y poder hablar de esto con más libertad porque sabía que tenía que decirle la verdad.

—Hannah, ¿qué está pasando? —insistió Scott, su voz ahora más firme.

Me sentí acorralada y  aun más nerviosa. No podía seguir ocultando la verdad.

—Scott, hay algo que tengo que decirte —comencé, mi voz temblando ligeramente—. Después del juego la otra noche, me encontré con Derek. Él nos dejó a Melody y a mí en casa. Tuvieron una pequeña conversación en el coche, y... ella lo llamó Fenris.

La expresión de Scott cambió de preocupación a enojo.

—¿Fenris? ¿Y por qué lo llamaría así?

—bueno, tengo una teoría pero... —suspiré —pero, no te va a gustar. —sentí un nudo en mi estómago que iba creciendo de a poco.

—¿Cuál es la teoría? —cruzó los brazos, preparándose para lo que venía.

Tomé un respiro profundo antes de continuar.

—Derek me contó hace mucho tiempo que Amhes —Melody en su vida pasada—tenía un amor no correspondido llamado Fenris. Se enamoró de un forastero al cual tuvo que morder para salvarlo, pero es extraño que ahora, en la actualidad, Melody insista con Fenris si es su amor no correspondido —expliqué, observando cómo la confusión en el rostro de Scott se transformaba en enojo.

Dio un paso hacia atrás, tratando de asimilar la información.

—pero, espera ¿Quieres decir que Derek Hale y Melody están conectados? —preguntó, su voz temblando de frustración.

—yo...no lo sé ¿quizás? Se supone que su alma gemela es Robbie ¿no? —estaba bastante nerviosa porque se podía sentir la tensión en el aire —creo que Melly esta recordando cosas de su pasado.

Scott se pasó una mano por el cabello, claramente agitado.—Esto no me gusta nada, Hannah. No solo permitiste que Derek estuviera cerca de nuestra hija, sino que ahora ella está reviviendo recuerdos de su vida pasada. ¿Cómo se supone que manejemos esto? —su voz estaba llena de desesperación y enojo.

—Lo sé, Scott. Créeme, no fue intencional —respondí, tratando de calmarlo.

Tomó un respiro profundo, tratando de controlar su enojo, pero sus ojos brillaban con furia contenida.—Hannah, ya hablamos de esto antes. Te dije que no me sentía cómodo con que Derek estuviera cerca de Melody. ¿Por qué no me escuchaste? —dijo, su voz alzándose ligeramente.

Sentí un nudo en el estómago. Sabía que tenía razón y que debía haberlo consultado con él.

—Scott, lo sé, y lo siento. No fue planeado. Es solo que Melody estaba tan canasada y yo solo quería llegar a casa—expliqué, mi voz temblando de arrepentimiento.

Scott sacudió la cabeza, claramente frustrado.—Esto no se trata solo de Derek apareciendo de repente. Se trata de que ya hablamos de esto y acordamos mantenerla alejada de él por su seguridad. No puedo creer que lo hayas dejado acercarse a ella —dijo, su voz más baja pero cargada de decepción.

—Tienes razón, Cariño. Cometí un error. Solo pensé que en ese momento era lo mejor. —Traté de justificarme, pero sabía que no sería suficiente.

Cerró los ojos por un momento, intentando calmarse.—Annah, no puedo protegerlas a ambas si no estamos en la misma página. Necesito saber que puedo confiar en ti para mantener a Melody a salvo —dijo, su voz rota por la preocupación.

Sentí las lágrimas llenar mis ojos. Sabía que había fallado en proteger a nuestra hija y en mantener la promesa que le había hecho a Scott.—Lo siento, Scott. Haré todo lo posible para que esto no vuelva a suceder. Lo resolveremos juntos, lo prometo —dije, tomando su mano con desesperación.

Scott me miró, su expresión suavizándose un poco al ver mi sinceridad.—Sí, lo resolveremos. Pero necesitamos ser más cuidadosos. Por Melody —dijo, apretando mi mano con fuerza. —ven aquí —tiró de nuestro agarre pegándome a su cuerpo para luego envolverme en sus brazos, abrazándome con fuerza.

Sentí su calidez y la seguridad que siempre me brindaba, y por un momento, toda la tensión y el miedo se desvanecieron. Dejó un beso suave en mi cabeza, un gesto que me reconfortó más de lo que las palabras podían expresar.

...

Al día siguiente teníamos el exámen que nos ayudaría a tener una beca para ir a la universidad yo aún me debatía en ir o no, ya que de todas forma ir a la universidad ahora, no era un plan, no con Melody en sus vidas. Uno de los debía sacrificar sus estudios para cuidad de nuestra pequeña y esa iba a ser yo.

—no, tú irás —negó Scott mientras yo peinaba a Melly.

—no lo haré, lo justo es que me quedé con nuestra pequeña —le sonreí a través del espejo.

—nos organizaremos, los dos lo haremos —me abrazó por la cintura —somos un equipo ¿lo olvidas?

—está bien, lo haré —Sonreí.

Una hora después estábamos en la escuela, claro que Melody nos tuvo que acompañar porque nadie podía cuidarla.

—¿En dónde está Lydia? —inquirió Kira mientras estábamos en la fila esperando para entrar.

—lo hizo desde el primer año —respondí.

—entonces ¿podría hacerlo en otro momento? —preguntó Malia.

—Malia, estudiaste para esto más que nosotros —le recordó Scott.

—no significa que vaya a hacerlo bueno.

—bien —le corrigió Stiles.

—bien ¿Qué? —lo miró.

—se dice bien, no bueno.

—¡ay Dios! —se exaspero.

—¡bien, bueno!

—vas a hacerlo —traté de tranquilizarla —porque mientras intentamos no morir, debemos vivir...—la verdad un mal presentimiento me envolvió en cuanto atravesé la puerta de la escuela.

—si sobrevivo a la preparatoria me gustaría ir a una buena universidad —terminó el alfa.

—solo son tres horas, sobreviviremos tres horas —opinó la kitsune.

Una vez estuvimos en el salón, Melody se quedó con la madre de Lydia en lo que hacíamos el exámen, lo cual agradecí mucho.
En cuanto al examen no voy a mentir, estuvo un poco complicado pero, no imposible. De vez en cuando alzaba la mirada para ver a la pequeña, la cual estaba dibujando en uno de los pupitres.
De repente Sidney se desmayó —¡Sidney! —Natalie se acercó para ayudarla —Sidney, ¿Estás bien?

—estoy bien, solo un poco mareada —respondió una vez en pie.

—¿Sidney? —Tomó su brazo —,¿Cuanto tiempo has tenido esto?

—no sé desde cuando.

—¿Señora Martin, debo detener la prueba? —preguntó el otro maestro.

—no, no —sentó a la chica —está bien. Todos permanezcan sentados yo...volveré en un minuto. Nadie puede salir.

El salón se quedó en completo silencio, con el sonido ocasional de un lápiz rascando el papel o el susurro de una página siendo pasada. El estrés del día anterior aún pesaba en mi mente, pero intentaba concentrarme en las preguntas frente a mí.De repente, una visión comenzó a invadir mi mente.

El entorno a mi alrededor se desvaneció, y me encontré en un lugar oscuro y sombrío. Podía oler la humedad del aire y sentir el frío en mi piel. Caminé lentamente, cada paso resonando en el silencio opresivo.Vi figuras borrosas a lo lejos, y al acercarme, el horror me golpeó. Había cuerpos esparcidos por el suelo, reconocí a Scott, Kira, Malia y a mí misma.

La visión de la muerte era abrumadora, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Sentí una presencia detrás de mí y me giré para enfrentarla, pero todo se volvió negro antes de que pudiera distinguir quién o qué era.Volví a la realidad con un sobresalto, mi respiración agitada y las manos temblando.

Miré a mi alrededor, tratando de reorientarme en la sala de examen. Scott, que estaba sentado al otro lado del salón, levantó la vista y me miró con preocupación, como si hubiera sentido que algo andaba mal.Intenté calmarme y volver a enfocarme en el examen, pero las imágenes de la visión seguían invadiendo mi mente. Sabía que algo terrible estaba por suceder.

De repente oímos a Natalie gritar en El pasillo, por lo que salimos a ver que sucedía.

—¿Qué pasa, mami? —Melody tiró de mí mano, bajé la vista y la tomé en brazos protectoramente.

—no lo sé, Cariño.

—regresen al salón ahora —nos ordenó. —por favor.

Entramos al salón otra vez, deje a Melly y fue cuando noté que Scott estaba escuchando a la directora, lo supe con solo ver su postura. Me acerqué con cuidado —¿Está todo bien? —Scott negó.

—se acercó a mi oído —Natalie llamó al centro de enfermedades contagiosas —murmuró para que sólo yo oyera. Miré a Melody y me sentí culpable por traerla aquí, ella no tenía que estar en este lugar.

—tuve una visión —le comenté de igual modo.

—¿Qué viste?

Tomé un respiro profundo, tratando de controlar mis nervios.

—Muerte —admití, mi voz temblando—. Vi cuerpos, Scott. Algo terrible va a suceder.

—Annah, Melody está en peligro y es nuestra culpa —su voz quebrándose ligeramente.

—lo sé —bajé la mirada apenada.

Fui con Melody para que estuviera con nosotros, bien vigilada.

—Seguramente creen que es viruela —comentó Stiles.

—no lo creo —se metió el hombre que nos vigilaba —la viruela se erradicó a nivel mundial en mil novecientos setenta y nueve. —nos miró —solo hemos logrado erradicar dos virus por completo en la historia, el otro era la peste bovina, mataba vacas.

—se supone que eso nos consuele ¿cierto? —comenté con un poco de sarcasmo.

—a menos que sea algo peor.

—sea lo que sea, lo están tomando en serio —dijo Malia, la cual parecía oír lo que pasaba afuera. —hay muchos autos y camiones ahí afuera. —escuchó un poco más —su papá está ahí —nos miró.

—claro —Stiles se puso en pie —creo que debería llamarle —se acercó a los sobres y tomó su celular.

—no te molestes, seguramente ya cortaron toda la comunicación con el exterior.

—me siento como en una película de terror —admití.

—mami ¿Dónde mi papá?

—no lo sé, Cariño —respondí siendo bastante sincera.

—iré a buscarlo —salió corriendo fuera del salón.

—¡Melody no! ¡regresa aquí! —corrí detrás de ella.

Logré agarrarla justo cerca de los baños de hombres donde Natalie golpeaba la puerta bastante preocupada y ansiosa.

—Melody, no vuelvas a hacer eso nunca más, es peligroso —le dije con firmeza.

—Scott, llevas mucho tiempo allí dentro ¿Estás bien? —al oír a la directora no dude en acercarme.

—¿Scott esta ahí dentro? —ella asintió —yo entraré a ver.

—no creo que sea lo correcto.

—le prometo que estaremos bien, puedo controlarlo —admití.

—sí, esta bien. —se hizo a un lado dándonos el paso libre.

Entramos a los baños, solo Melody y yo, ella se aferró a mi mano con fuerza.
Scott estaba de espaldas en los lavabos con una mano sujetando la cerámica del lavamanos.
Me solté de la pequeña y le indiqué que se quedara ahí.

—¿Scott? —me acerqué con cuidado —rugió tomándome por sorpresa, me hizo un pequeño saltito —¿Estás bien? —Toqué su brazo —estás hirviendo.

—vete Hannah, creo que estoy contagiado —dijo con la voz entrecortada.

Negué con la cabeza con determinación —no, voy a dejarte aquí solo. Si tu caes, yo caigo —tomé su rostro en mis manos —enfrentaremos esto juntos.

Me miró con urgencia —Annah, hazlo por Melody, no podemos dejar que corra riesgo. —podía sentir la preocupación por nuestra hija en él.

Voltee hacia Melody —Cariño, sal y dile a la directora que te lleve con el tío Stiles ¿Sí?

—está bien —se volteó y salió del baño.

Voltee hacia Scott, de repente tuve un mareo y hubiera caído de no ser por él que logró tomarme por la cintura —tenemos que salir de aquí —lo miré —tiene los caninos de fuera —señalé mi boca.

Scott cerró los ojos con fuerza, luchando por controlarse.

—No puedo contenerlo, Hannah. Deberías irte. Estoy poniendo todo de mí para no transformarme aquí mismo y herirte —admitió, su voz cargada de esfuerzo.

Me acerqué un paso más, mi corazón latiendo con fuerza.—Sé que no me harías daño, Scott —le dije, tratando de sonar más segura de lo que me sentía.

Él me miró, sus ojos llenos de miedo y desesperación.—No estoy muy seguro de eso en este momento —dijo, su voz rota.Me quedé quieta, sintiendo la gravedad de la situación. —Deberías irte, yo estaré...bien.

—no y...—De repente, sentí otra oleada de debilidad y mareo. Me tambaleé, apoyándome en la pared para no caer.

—Hannah, ¿qué te pasa? —preguntó Scott, su voz llena de preocupación.

Me llevé una mano a la frente, sintiendo el calor que emanaba de mi propia piel.—No lo sé... me siento... —intenté decir, pero el mareo se intensificó.

El alfa me miró con horror, dándose cuenta de que también podría estar contagiada.—No... no puedes estar... —murmuró, tratando de acercarse a mí pero deteniéndose, temiendo empeorar la situación.

De repente, el pánico se apoderó de mí. Si yo ya estaba contagiada, entonces Melody también podría estar en peligro.

—Cariño... si yo estoy contagiada, Melody... —dije con la voz temblorosa, apenas pudiendo terminar la frase.

La realidad golpeó a Scott con la misma fuerza que a mí. Melody podría caer enferma en cualquier momento. Su rostro se llenó de una mezcla de desesperación y determinación.—No podemos permitir que eso pase. Tenemos que encontrar una manera de sacarla de aquí y mantenerla a salvo —dijo, su voz temblando de emoción contenida.

Luchando contra el mareo y la debilidad, me acerqué a él, sintiendo la urgencia de la situación.—Scott, necesitamos ayuda. No podemos hacer esto solos —le dije, tratando de mantener la claridad.

Scott asintió, rodeando mi cuerpo con sus brazos, ambos tratando de contenernos. Tenía que controlarme, no quería hacerle daño a mi chico.

De repente oímos pasos acercarse, el castaño no tuvo que voltear para saber quién era —traiga a Stiles.

—¿Estás loco? No vas a traer a mi hermano aquí —me negué —podríamos herirlo.

—no lo haremos, confía en mí —dijo como pudo.

—siempre, mi amor —con algo de esfuerzo llevé una mano a su mejilla y lo acaricié con ternura, sonreí muy apenas.

El profesor salió y fue rápidamente por Stiles, la cosa es que no solo vino él sino que también Malia, Kira y Melody.

—¿La trajiste aquí? —casi me lanzó sobre él de no ser por Scott.

—mami —la niña estaba en brazos de Malia —no me siento bien —tenía las mejillas rojas.

—ven aquí —la tomé con cuidado —tienes fiebre, Cariño.

Scott se acercó a ella —vas a estar bien, mi dulce Melodía, voy a sacarte de aquí —Sus ojos comenzaron a titilar.

—tus ojos... —señalé.

—¿Qué?

—titilan como semáforo descompuesto —comentó mi hermano. —los tuyos igual, Annah.

—déjame ver —dijo el profesor.—sigue pasando.

—no puedo hacer que se metan —la coyote mostró sus garras.

—claramente el virus los afecta más a ustedes tres de una manera que no afecta a los seres humanos.

—tienen que esconderse —dijo Stiles. —debemos ponerlos en cuarentena.

—sí, pero ¿donde? —inquirió Kira. —¿Si se ponen violentos como en luna llena?

—no deberíamos quedarnos aquí en los casilleros. —murmuré.

—un salón de clases no nos detendrá —opinó Malia.

—¿Qué hay del sótano?

—demasiadas salidas —respondió el alfa. —debe ser algo seguro donde no puedan encontrarnos.

—la bóveda —hablé recordando vagamente aquel lugar. —la bóveda de los Hale.

Scott me miró —ellos siempre tienen una ruta de escape, como su casa, hay otra manera de entrar.

Los chicos fueron por los planos para poder buscar la puerta oculta.
Mientras tanto con Melody, había visto que le salió el mismo sarpullido que a Sidney, a ella le estaba afectando como humana.

—aquí está el letrero de la escuela —Stiles señaló un punto —y la bóveda debe estar por aquí.

—supongo que si hubiera una segunda entrada probablemente solo sería accesible desde el sótano —comentó el profesor luego de estudiar los planos.

—seguramente esté en este pasillo —apuntó mi hermano. —El corredor oeste —se desplomó, cuando se recompudo vi el sarpullido en su mano.

—te está pasando también —dije con preocupación. —te estás enfermando, todos se enferman. —miró a su hija.

—no me siento enferma —dijo ella.

—creo que te afecta de otra manera, neurologicamente —sacó una hoja —encontré tu hoja de respuestas entre las demás —las respuestas estaban corridas.

—tenemos que irnos de aquí, ahora —Scott se acercó a mí —dame a Melly, yo la llevo —la tomó de mis brazos para luego salir todos juntos hacia el sótano donde debería estar la entrada a la bóveda.

Comenzamos a buscar por todo el lugar, hasta que Stiles nos llamó —oigan chicos, por aquí —nos acercamos, lo ayudé a correr las estanterías donde pudimos ver una rejilla en la pared en medio de un triskel tallado. —miren las grietas de la pared, es como la entrada de afuera solo se abre con garras. Las garras de quien sea ¿cierto? —nos miramos sabiendo que teníamos que engañar a Malia para que lo hiciera ella.

—am...¿Malia puedes intentarlo?

—¿por qué yo? —preguntó a la defensiva.

—yo no tengo control —Scott mostró su mano.

—bien, lo haré —aceptó —pero primero cuentenme lo que ocultan. Sé que creen que me protegen pero, puedo soportarlo. —con los chicos nos pusimos nerviosos, sabíamos que no soportaría. —sé que estoy en la lista.

Stiles nos miró —¡Sí!

—¿Cuánto?

—¿cuánto qué? —inquirí.

—¿cuanto vale mi cabeza?

—cuatro millones —respondió el alfa.

Se quedó pensativa, casi perturbada —¿Estás bien? —apoyé una mano en su hombro.

—¡sí! Scott vale veinticinco,Annah treinta, Melly novecientos, Kira seis —nos miró —así que los mataran mucho antes que a mí.

—es progreso —comentó Stiles. —estamos progresando.

—esta no me parece la definición de progreso —murmuré.

Malia abrió la bóveda y nos metimos dentro.

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