Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo VIII. Boys.

Capítulo 8.

All in baby,

Don't hold nothing back.

Wanna take control,

Nothing wrong with that.

Say you liking how I feel,

Ain't gotta tell me that.

Just put your skin baby on my skin.

No heels,

No shirt,

No skirt,

All I'm in is just skin.

No jeans,

Take em off,

Wanna feel your skin.

You a beast, oh.

You know that I like that.

Come on baby,

All I wanna see you in is just skin.

Rihanna - Skin.

Nuestro plan de la tarde se resumía en lo siguiente; esperaríamos en nuestro motel de mala muerte hasta que Harry y Edward vinieran a por nosotras y nos fuéramos de fiesta. Pero me negaba, me negaba rotundamente a estar muerta de asco metida en este tugurio de mala muerte sin nada más que hacer que ver a cuatro gordos gilipollas batiendo un récord de comer hamburguesas en la televisión.

-Oye Sav.- me quejé mirándola.

La susodicha estaba tirada en el sofá como un saco de patatas mientras jugaba con el volumen de la televisión.

-Qué.- ni siquiera había preguntado, sólo lo había dicho como una borde. La quiero tanto.

-Quiero hacer algo. Estoy aburrida.

-Pues tírate por la ventana.- dijo encogiéndose de hombros. Estaba claro que estaba más aburrida que yo. Tiende a decir gilipolleces cuando se aburre.

En ese mismo instante recordé un pequeño obsequio que mi hermano había metido accidentalmente en la maleta de Savannah. Si, mi hermano estaba colado hasta los huesos por mi mejor amiga, pero qué se le va a hacer, tenía sus ventajas que tu hermano le diera marihuana gratis a tu mejor amiga, la cual la iba a compartir contigo, ¿no?

-Oye Sav, ¿te acuerdas de Brandon?

Savannah giró hacia mí poniendo las piernas en el respaldo del sillón y apagando la televisión, para después lanzar el mando a tomar por saco.

-¿Quién?¿Tu hermano el idiota?

Me reí ante sus palabras. Nunca me voy a arrepentir de haberle dado un tortazo en la guardería. Así nos conocimos. Después de esa vinieron muchas peleas pero acabamos descubriendo que en equipo trabajábamos mejor y bueno, henos aquí, metidas en Las Vegas a punto de liarla parda.

-Si, el mismo.

-Vale, ¿qué ha intentado ahora?

En ocasiones anteriores Brandon había hasta colado un ramo de rosas enorme en casa de Sav. Esta intentaba de todas las maneras decirle que no quería nada con él, hasta había quemado el ramo de rosas delante suyo. Pero nada, era mi hermano y lo conocía, era gilipollas perdido.

-Creo que lo vas a amar después de esto.

-Sólo dilo ya joder.- dijo agitando la mano.

-Te ha metido un paquete de marihuana en la maleta, ¿qué te parece?

Savannah se quedó callada. Primero no dijo nada, luego siguió callada, esta vez formando una o con sus labios, a lo que procedió un chillido. Se levantó rápidamente del sofá en dirección hacia el cuarto. La seguí con una sonrisa en la cara. La marihuana para Sav era como darle un caramelo a un niño.

-Bolsillo derecho abajo.- indiqué viendo cómo sacaba toda su ropa como una psicótica.

Mientras Savannah sacaba la bolsita de marihuana de el bolsillo chillando como una niña pequeña, busqué el papel para liar cigarros y mi preciado mechero entre mis bragas. Era una puñetera desordenada pero bueno, qué se le iba a hacer.

Tardamos algo más de tres minutos en liarnos el puto porro, entre las risas y demás, habíamos acabado con la marihuana enredada hasta en el pelo. Cuando finalmente teníamos dos porros decentes hechos, encendí el mío le pasé el mechero a Savannah, mientras me dejaba caer sobre el sofá, inhalando el humo y dejándolo en mis pulmones, para después soltarlo y dejar escapar una risa ronca y tonta.

(...)

-¿Y te acuerdas cuando en cuarto le metí una hostia con la tartera del bocadillo a Sally Stevens?- me recordó Savannah mientras le daba otra calada a su segundo...o tercer porro.

Me empecé a reír. Claro que me acordaba. La cara de esa niña se quedó abollada en la tartera.

La verdad es que había perdido la cuenta de los porros que llevábamos ya pero nos habíamos quedado sin marihuana.

-Echo de menos a la marihuana.- me quejé.

-Yo también.- rió Savannah.- Vamos a rendirle homenaje venga, ¡los mecheros en alto!

Entonces no se me ocurrió mejor cosa que hacer que correr por toda la habitación del motel con el mechero en mano. Me estaba riendo como una retrasada, corriendo con un mechero encendido en la mano y si, todo era muy divertido...

... Hasta que una de las cortinas prendió y empezó a arder.

Miré a Savannah con cara de asustada y esta a otra mejor cosa que hacer empezó a reírse, por lo que la imité.

-¡Ay, no quiero ser una Heather a la plancha!¡Pinchitos!- empecé a chillar. Me reía como una loca pero estaba cagada, ¿y si nos quemamos qué eh? Así que no se me ocurrió otra cosa que coger las maletas y sacaras afuera, con suerte no había ropa en los armarios ya que nos daba asco dejarla allí. Cuando dejé las maletas en el pasillo y volví a entrar, Savannah había apagado el fuego tirando en agua sucia de la fregona, así que me empecé a reír.

-¿Pero qué mierda?- escuché una voz grave a mis espaldas.

Me giré y me encontré con el hombre del otro día, el que pedía que nos callásemos.

-¡Pou!- chillé presa de la felicidad.

Savannah se empezó a descojonar todavía más -si eso era posible- y el hombre desapareció en los pasillos murmurando maldiciones entre dientes.

-Savannah el Pou se ha enfadado.

-Seguro que llama a la policía.- me empecé a reír y justo cuando estaba por entrar de nuevo a la habitación, el señor Pou y dos gordos más aparecieron cruzados de brazos.

Uno de ellos, el de pelo grasiento, agarró nuestras maletas y se las llevó. Intenté protestar pero el de barriga prominente me agarró del antebrazo y a Savannah también y nos arrastró tras él.

-¿Nos vas a comer?- preguntó Savannah riéndose.

-¡Señor Pou ayuda!- chillé riéndome como una loca.

El hombre nos llevó a través de recepción arrastrándonos mientras nosotras nos quejábamos y nos encontramos con las maletas en la puerta principal.

-Tenemos que echaros, lo sentimos pero no se permite la posesión de drogas en este motel.- dijo uno de los hombres.

-¡Iros a la mierda!- me quejé agarrando mis maletas.

Savannah y yo echamos a andar y cuando doblamos la esquina del motel empezamos a reírnos como posesas.

-¡Eso ha sido la polla!- chillé atrayendo la atención de varios viandantes.

-¡Casi incendias el motel!- se descojonó Savannah.

(...)

Llevábamos horas andando , y cuando digo horas son horas. A parte los pies me estaban matando y estaba drogada. Savannah y yo habíamos quedado en ir de nuevo al apartamento de los chicos, es decir, Harry y Edward, pero nos habíamos perdido otra vez.

Estábamos en un barrio desconocido para mi. Lo único que había era gente de color y me estaba agobiando porque nos miraban raro. Qué coño, sólo éramos dos chicas vagabundas buscando el apartamento de dos chavales para amargarles la existencia.

Rendida de tanto andar, arrastré a Savannah y sus respectivas maletas detrás mío hacia un grupo de chavales de color. Los efectos de la marihuana empezaban a pasarse y no molaba.

-¡Oye vosotros!- llamé la atención de los chavales mientras me acercaba dando tumbos- Vosotros tenéis pinta de conocer esto. Ayuda.

Uno de ellos rió y se acercó a mi, hasta agacharse a mi altura.

-¿Por qué tendría que ayudarte blanquita?

Ladeé la cabeza hacia un lado y entonces sonreí con sorna.

-Porque esta blanquita puede clavarte los taconazos de diez centímetros en las pelotas y dejarte estéril negrito.

No faltaron los abucheos por parte de sus amigos y entonces Savannah y yo nos integramos en el grupo. Según el negrito o Tyler, había tenido un par de cojones hablándole así y a Tyler le molaba eso, así que aquí estábamos, entre cervezas y más porros, echándonos las risas de nuestras vidas con unos tíos que no conocíamos de nada.

-¿Y de dónde venís chicas?Porque por las maletas no parece que seáis de aquí.- preguntó uno de ellos.

A veces hablar de casa me dolía, a las dos nos dolía, precisamente porque huíamos de eso, de casa.

-De Detroit.

-¿Detroit?¿Como Eminem?

Me reí entre dientes y le di otro sorbo a la botella de cerveza.

-Exactamente.

-Chicas de Detroit- comentó Tyler más para si mismo que para los demás- ya sabemos a dónde tenemos que ir después de Las Vegas chicos.

Todos empezaron a reírse así que Savannah y yo nos unimos a las risas.

Después de terminarnos todo el alcohol y fumar más, acabamos tirando piedras a todo los blancos que pasaban por el barrio. Esto era la jodida hostia. Cuando se quejaban porque nosotras también éramos blancas Tyler se levantaba y cogía una piedra enorme, entonces se acojonaban y salían cagando hostias.

Y en medio de toda la ceguera del alcohol y los porros una calle me resultó familiar, y un bloque de edificios también. Y me acordé de Edward y Harry.

-¡Savannah!¡Edward y Harry!

La susodicha terminó su botella de cerveza y tras despedirnos efusivamente y con ganas de nuestros nuevos amigos, agarramos las maletas y nos acercamos dando tumbos hacia el edificio.

-Bingo.- murmuré cuando entramos en él.

Savannah metió las maletas con dificultad mientras yo me acercaba dando tumbos al ascensor. Tardamos unos cinco intentos en subir todas las maletas pero sólo había pasado media hora cuando acabamos. Totalmente borrachas y fumadas, nos acercamos hacia la puerta con el número 57. Para la memoria de pez que tenía me sentía orgullosa de acordarme esta vez. Tocamos un par de veces pero nada, seguimos tocando y no nos abrían.

-Sólo nos queda una opción.- murmuré vagamente.

-¿Marcharnos con nuestros amigos los negros?- propuso Savannah.

-Derribar la puerta gilipollas.

No necesité decir nada más. Entre Sav y yo cogimos la maleta más pesada y la estampamos contra la puerta con fuerza. Tras varios intentos, la puerta seguía sin ceder y Savannah se cabreaba por momentos.

-¡Me cago en la puta!- y le arreó tal patada a la puerta que juro que se abrió por eso. Puta Savannah, a veces pienso que es Dios.

Bueno la verdad es que cuando puse la mano en el manillar, hizo un ruido raro y se cayó.

-Ups...- murmuré entre dientes.

Rápidamente fuimos a dejar las maletas en el salón y nos sentamos muertas de la risa mientras hacíamos el gilipollas.

-¡Vamos a echarnos unas Plays!- chillé loca de contenta.

Savannah se levantó y con pasos torpes encendió la televisión y cogió los mandos.

-¿Qué juegos tienen?- murmuré presionando mi cara contra un cojín.

-Vamos a ver,- escuché el repiqueteo de las cajas de los juegos chocar unas contra otras- Call of duty, GTA, Assasins Creed, Last of us, Most Wanted, Resistance, Thief, Halo 4, Silent Hill...

-¡Silent Hill!- chillé. De pequeña jugaba a eso con Brandon pero era una versión cutre y me descojonaba.

Savannah metió el juego en el lector de la PS4 y empezamos a jugar. La verdad es que estaba bastante acojonada porque los gráficos de el puto juego eran buenos de cojones y los monstruos o lo que coño fueran las enfermeras con la cara vendada esas me estaban empezando a poner de los nervios.

-¡Su puta madre!- chillé cuando un tío sin cara apareció en cámara- ¡Corre cabrón corre!- presioné el botón X como una posesa hasta que el puto personaje salió corriendo.

-Tía, ¡cabeza de pirámide!¡CORRE ME CAGO EN LA PUTA!- chilló Savannah cuando el monstruo principal del juego empezó a seguirnos, el cual consistía en un tío cachas con una falda horripilante echa de piel humana, un cuchillo jamonero de mi tamaño y algo parecido a una pirámide metálica en la cabeza.

De repente se escucharon unos gritos y Harry apareció en escena, con una tía colgada del brazo.

-¡¿Qué coño hacéis aquí?!¡Edward!

Se escucharon gruñidos y Edward se apoyó en el umbral de la puerta, con una rubia tetona besando su hombro. Asco.

-¡Fuera de aquí putas!- se limitó a gritar.

Puse el juego en pausa y me levante, con aparente tranquilidad. Edward me miró con cara de circunstancias cuando me acerqué a él y levanté el puño, pero en vez de darle a él le di a la zorra que estaba detrás. La que cayó al suelo chillando como una gorrina y tapándose la cara con las manos.

-¡Ya lo has oído!¡Fuera zorra!- grité riéndome.

-¿Pero estas quiénes son?- preguntó la morena con voz de pito y cara de asco.

Esta vez Savannah tomó iniciativa y la agarró de los pelos.

-¿Pero no ves que en este edificio no permiten perras?¡Fuera!- la empujó fuera de la puerta abierta y la rubia tetona la siguió. Sav y yo nos empezamos a descojonar y chocamos las palmas.

-¡Perras fuera!- grité presa de la risa.

Entonces Edward reaccionó.

-¿Pero quién os da el derecho?¡Putas zorras fuera de aquí!

-¡Esto es el colmo!¡Venga piraros, quiero ver esas maletas fuera en cinco minutos!- gritó Harry antes de marcharse a su cuarto.

Edward me lanzó una mirada furibunda y repitió las acciones de su hermano.

Para cuando me di cuenta Savannah me estaba arrastrando de camino a sus habitaciones.

-Tenemos que convencerles.

Asentí. Necesitábamos un sitio donde dormir y estos gilipollas eran tan manejables que en unas horas ya estaríamos alojadas y todo. Savannah me empujó hacia la puerta de Edward. Todavía veía borroso y estaba mareada pero haría lo que pudiera.

-Harold...- susurró Savannah cerrando la puerta detrás se ella.

Con un suspiro toqué la puerta sin recibir respuesta alguna. A la mierda, voy a entrar te guste o no gilipollas.

Le di un fuerte empujón a la puerta, encontrándome con Edward tirado en la cama con los ojos cerrados y el ceño fruncido.

-Eddie...- murmuré.

-Vete puta.

-Edward.- me quejé.

Pasó de mi y me sacó el dedo del medio antes de dejar caer el brazo sobre su cara. Si no es por las buenas es por las maneras de Heather, cabrón.

Ande hasta la cama y gateé hasta quedarme a horcajadas sobre su regazo, haciendo presión.

Edward soltó un gemido ronco y me empujó, por lo que caí hacia atrás casi cayéndome de la cama.

-¿¡Pero tú eres gilipollas!?- me quejé levantándome-¡Inútil, eres un inútil!

-Repite lo que me has llamado cacho puta.- murmuró levantándose y cruzándose de brazos.

-I-nú-til.- apreté los dientes separando las sílabas con rabia.

-Puta.

-¡Puta tu madre!

-¡Tú si que eres puta!¡Pedazo de zorra!

-¡Eres un cabrón!

Para cuando me di la vuelta su mano atrapó mi muñeca y choqué contra su pecho.

-Si me pides perdón de la manera adecuada a lo mejor me lo pienso.- susurró en mi oído.

-Perdón.- lloriqueé como una cría.

-No, no. No de esa manera rubia.

Abrí los ojos exageradamente cuando comprendí a qué se refería. Será capullo.

-¿Pero tú te piensas que soy puta o algo? Vete a la mierda chaval.

Me sacudí de su agarre para darme la vuelta, y cuando mi mano tocó el manillar de la puerta un cuerpo se presionó contra el mío desde atrás.

-Vamos nena,- susurró Edward en mi oído- los dos sabemos que me pones a mil cada vez que veo tu bonito culo pasearse delante mío, ¿no te gustaría sentir mi piel desnuda contra la tuya?- dejó un par de mordidas en mi hombro y apretó su entrepierna contra mi culo- joder es que tienes un culazo.

-Mierda.- mascullé chocando mi frente contra la puerta. Estaba consiguiendo ponerme cachonda.

Las manos de Edward viajaron a mis caderas y apretó hacia atrás. Podía sentir su erección contra mi culo.

-Mira cómo me pones.- gruñó contra mi oído.

A la puta mierda.

Me giré abruptamente y tiré del cuello de Edward con fuerza para chocar mis labios con los suyos. Un gemido se escapó de mis labios y al abrir la boca su lengua entró en esta, acariciando la mía y llevándome al séptimo cielo. Dimos un par de pasos torpes hacia atrás y escuché el cierre de mis pantalones bajarse y caer al suelo. Una de las manos de Edward se coló debajo de mis braguitas y apretó una de mis nalgas. Tiré de su labio inferior con fuerza y mis besos bajaron a su cuello. Metí mis manos debajo de sus pantalones y apreté su culo también, la verdad es que para ser un tío tenía buen culo.

-Hostia.- gruñó Edward quitándose el cinturón y quedando en bóxers.

Me separé unos centímetros para quitarme la camiseta y seguí besando a Edward. Le dio un par de golpes a mi barbilla y buscó mis labios, desde donde fue dejando sonoros besos hasta mis clavículas. Yo ya me estaba cagando en las mil putas.

-Tú me vas a dar el mejor polvo de mi vida.- susurró contra mi piel- Te voy a hacer tantas guarradas que no te vas a sostener en pié.

-Mierda Edward.- me quejé apretando sus hombros.

Se quitó la camiseta casi con urgencia y me besó una vez más dando torpes pasos hacia atrás mientras nos seguíamos besando. Ahora sus dos manos se colaron bajo mis braguitas y apretaron mi culo. Sentí la superficie fría de la pared y gemí contra los labios de Edward cuando mi cuerpo se arqueó contra el suyo y sentí su fuerte erección presionando contra mi tripa. Bajé una de mis manos hasta su prominente entrepierna y froté por encima de la tela.

-Hostia puta.- los dientes de Edward se apretaron en torno a mi labio inferior mientras maldecía.

-¡Joder Heather es que Harry...! ¡mierda!- me separé rápidamente de Edward y me escondí detrás de su cuerpo cuando Savannah interrumpió el momento.

Harry apareció detrás de Savannah y se quedó flipando. Joder.

-¿Ves? Te dije que estaban a punto de follar.

Pero Savannah no respondió, es más, una sonrisilla condescendiente se escapó de sus labios y levantó ambas cejas mientras Edward me escondía detrás de su cuerpo y se cagaba en su hermano.

Oh mierda.

SOOO AQUÍ CAPÍTULO. ES UN POCO CACA BUT BUENO, ESPERO QUE OS GUSTE MÍNIMAMENTE. PREGUNTAS,

¿QUÉ OS PARECEN EDWARD Y HEATHER? Casi tienen 1313 je je je.

¿QUÉ PENSABAIS QUE HACÍAN HAROLD Y SAV?

¿QUÉ ESPERÁIS DEL SIGUIENTE CAP.?

ASKS.

http://ask.fm/lostheaven_

http://ask.fm/extraordinhxrry

http://ask.fm/edwardvegas

http://ask.fm/vegasharry

BESOS.

GIN&REICH.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro