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Capítulo I. Welcome to Las Vegas.

Capítulo 1.

Savannah's POV.

Let's get drunk on the mini bar

Make the phone call

Feels so good getting what I want

Yeah, keep on turning it up

Chandelier swinging, we don't give a fuck

Film star, yeah I'm deluxe

Classic, expensive, you don't get to touch

Fancy - Iggy Azalea ft. Charli XCX.

Existe un refrán que dice: "Si visitaste Las Vegas y no jugaste o apostaste nada, entonces jamás estuviste ahí", y hay quienes no sólo han jugado, sino que han visto como gracias a la suerte su vida cambió de un momento a otro.
Haciendo apuestas específicas relacionadas a retos o desafíos, o bien, jugando en alguna de las atracciones de los casinos, algunas personas sí que sacaron provecho de la Ciudad del Pecado y embolsarse una buena cantidad de dinero.
Es una ciudad que necesita ofrecer siempre algo nuevo para atraer a los turistas. En los años treinta fue el juego, el alcohol y la prostitución, luego vendrían las actuaciones musicales, las bodas y divorcios exprés, hoy el entretenimiento familiar y otros ganchos como la supresión de impuestos, como el de la renta. Siempre fue una ciudad al borde de la legalidad ofreciendo a sus vecinos de Los Ángeles lo que ésta les prohibía.
¿Qué mejor sitio al que ir que el que más cerca del infierno estaba? Metafóricamente hablando, claro.
-Aquí a su izquierda verán el desierto de Nevada colindando con los estados de California y Nevada. Las Vegas está rodeada de desérticas montañas y en un paisaje árido y seco que contrasta con el verde de sus calles y jardines que...

Heather y yo habíamos acabado aquí sin saber realmente cómo, puesto que fue un plan de esos que haces cuando estás borracha como una cuba y te pones a decir gilipolleces. Pues esa había sido hasta ahora la mejor idea que habíamos tenido en mucho tiempo. Como suelen decir, las mejores decisiones surgen de los peores momentos. Estaba totalmente de acuerdo.

Nos encontrábamos mezcladas con un grupo de turistas, viejos para ser claras, sólo paa saber dónde estaba la zona de los casinos, y me estaba empezando a hartar del discurso de la guía. Así que hice lo que mejor se me daba hacer, joder momentos:

-Eh... ¿señora? -la guía dejó de mirar hacia los viejos sonrientes con sus grandes cámaras colgando de sus cuellos y sus gorros que le tapaban, básicamente, toda la cara cubierta de crema del cincuenta, con sus respectivas marcas blancas de no habérsela puesto bien, para mirarme a mí. Sí, a la que le había jodido el discurso. La mismísima Savannah Dawson en persona. He aquí mi entrada triunfal, para variar.

-¿Sí? ¿Señorita? -dijo hablándome como si fuera una enana de catorce años o yo que sé, con la ceja levantada, vacilándome. Pues para chula ella, chula yo.
-Mi amiga y yo... -miré a Heather de refilón y vi que estaba aguantándose la risa, sabiendo perfectamente que le soltaría alguna bordería- Queríamos que se callase un rato y nos hiciera un favor a estas pobres personas y a nosotras, y nos dijese exactamente dónde está la zona de los casinos y... esas cosas.

La tía se me quedó mirando, con la cara cambiando a tonos rojizos por la ira contenida, suponía, y justo cuando creía que me soltaría alguna clase de insulto por el cual se arrepentiría segundos más tarde, una voz de yo no sé dónde, salió.

-Faith, tienes que ser amable con los clientes. Sea lo que sea que hayan hecho o dicho. Podrían demandarnos o algo.

La tal 'Faith' me miró y le sonreí triunfante, a sabiendas de que había ganado yo. Miré a Heather y se estaba, prácticamente, partiendo el culo de la risa. Sabía perfectamente que le había caído tal mal como a mí. Y sé de ciertas personas que se divertirán más tarde a costa de la guía. Exacto. Nosotras.

Aún seguía esperando una respuesta, así que dejé caer mi peso en mi cadera derecha, alzando una ceja lentamente, dándole a entender de que no tenía todo el día para sus mierdas de "ser amable con los clientes y bla bla bla".

-La mayoría de los casinos se localizan en el área conocido como Strip o Las Vegas Boulevard, al sur del centro de la ciudad.

¿La mayoría? ¿Pero esto que mierda es? ¿Que encima se reparten o qué? Estúpidos arquitectos.

Pero a lo que estábamos. La tía me tocó las pelotas con eso de "la mayoría". "La mayoría" su puta madre.

-¿La mayoría? Estás de coña, ¿verdad?

No le tuvo que gustar mucho mi respuesta porque pasó de mí como la puta mierda. Y eso sí que no. Así que le di un codazo "suave" a Heather que estaba absorta con el móvil.

-Tía, esto es una jodida mierda. ¿Nos piramos?

Me miró y se encogió de hombros.

-Vayamos a donde vayamos, esta noche nos vamos de fiesta por mis cojones. -Eso era evidente. ¿Nosotras un día sin fiesta? ¿Pero estamos locas o qué?

-Eso ni se duda.

(...)

Nosotras, como la mayoría de las personas que vienen aquí, vemos en Las Vegas nuestro propio paraíso terrenal. El mejor lugar donde no sabes lo que te puedes llegar a encontrar, desde narcotraficantes hasta al empresario multimillonario más conocido de todo el estado, y eso sin contar la de tíos de nuestra edad que se casaban ilegalmente por un tío calvo y regordete disfrazado de Elvis Presley. Eso sí que serán recuerdos épicos.

La cosa es que íbamos ya toda pintadas y arregladas a muerte, como casi siempre, e íbamos pasando entre la gente. Podías encontrar de todo: desde putas baratas, hasta las strippers en una plataforma elevada rodeadas de hombres de todas las edades, hasta viejos en mesas de ruletas de la fortuna haciendo sus jugadas con, obviamente, mujeres alrededor, las cuales todas convenidas, puesto que cuando vimos que un hombre había perdido casi un millón de dólares, la mujer se descolgó de su brazo y se fue con el otro, claramente sin importarle si quedaba como una zorra o no.

Estábamos buscando la discoteca. No tendría que estar muy lejos, la música retumbaba por todas las paredes y por el suelo, las luces de neón cegaban, pero a su vez daban una vista generosa de todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Tras perdernos por los pasillos de las máquinas tragaperras unas cuantas veces, supimos que estábamos cerca, porque la música retumbaba más y más fuerte. Íbamos por buen camino.

El pasillo por el que teníamos que ir era largo, y con largo, digo largo de cojones. Vimos a los típicos guardas en cada lado de las puertas, con su ropa negra y sus gafas negras opacas. El tipo en cuanto nos vio, nos abrió. Sin preguntar y sin nada. Ventajas. Sonreí con suficiencia y en cuanto entramos, todo cambió radicalmente. Se podía oler de todo: sexo, alcohol, tabaco, marihuana... el aire era espeso y se veía todo como difuminado con gris. Nos hicimos paso entre la gente a base de empujones, total, aquí no importaba eso. La cosa era pasártelo bien, haciendo lo que te saliera del coño hacer. Fuimos a la barra a pedir algo fuerte para empezar.

-Eh, Heather, ¿empezamos con algo fuerte?
-¿Tequila? -dijimos las dos a la vez, esto sí que era sincronización. Después de no dudar ni un segundo, el tío de detrás de la barra vino.
-¿Qué queréis preciosas? -Nos miró lascivamente, pero yo pasé de su "adulación" y fui directa.
-Chupitos de tequila, y tráenos la botella directamente.
-Buena elección, ¿a palo seco?
-No, con sal y limón.

Nos lo trajo en seguida y fuimos preparándonos el primero. Después de haber llenado el minúsculo vaso, cortamos el limón y nos humedecimos la parte superior de la mano y echamos la sal, anticipándonos a lo que nos tocaba.

-1, 2, 3, ¡ya! -cogí el vaso y de un trago me lo bebí, y sin esperar ni un segundo absorví el ácido zumo del limón con la sal de la palma de mi mano, sintiendo la acidez y el calor quemar mi garganta.

-Joder, así sí, -dijo Heather. Entonces fue cuando por una irrelevante circunstancia me giré, dejando caer los codos en la barra apoyándome, cerrando los ojos sintiendo como ya el primer chupito me iba subiendo. Con tres sabía perfectamente que estaría ciega. Entonces al abrir los ojos fuertemente, después de recuperar la vista completamente, ya que el mareo me invadía, y me giré. ¿Qué coño me pasaba? ¿Un chupito y ya estaba borracha? Patético, Savannah, patético. A lo que agarré a Heather del brazo y la llevé en medio de la pista. Nos empezamos a mover al ritmo de la música electrónica, frenéticas. Sin importarnos nada ni nadie, entonces, notamos una presencia detrás y nos giramos. Al ver quién era, o mejor dicho, quiénes eran. Dos tíos de, más o menos, nuestra edad estaban mirándonos lujuriosamente de arriba a abajo. Eran completamente iguales. Uno con tatuajes y piercings, pero por lo demás igual, esto era una gilipollez, no podía estar pasando. Entonces, como por impulso, nos miramos con los ojos abiertos como platos y dijimos a la misma vez:

-¡Tenemos que dejar las drogas!

Lo último que escuché después de eso, fue la risita de uno, o no sé si fueron los dos. Lo que sí sabía es que mi vida no iba a ser la misma desde ahora.





OFICIALMENTE AMERICAN BASTARDS HA EMPEZADO NENAS, ESTE EL PRIMER CAPÍTULO, NARRADO POR SAVANNAH, POR LO QUE EL SIGUIENTE SERÁ NARRADO POR HEATHER , YA SABÉIS, UN CAPÍTULO POR CADA PERSONAJE. ESPERAMOS QUE OS GUSTE Y NO OS OLVIDÉIS DE DAR VUESTA OPINIÓN PEQUEÑAS.

BESOS.

GINGER&REICH.

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