Primeros días
- Padre Jung.
Dijo el sacerdote deteniendo su andar y viendo al sacerdote frente a él sonriendo como siempre, pensó si sería bueno decirle aquello pero estaba seguro que no había nadie mejor preparado que él.
- Dígame padre ¿En que le puedo ayudar?
- Necesito que orientes al Padre Seokjin, aun es nuevo en la iglesia y no quiero que cometa errores.
- Esta bien padre.
Dijo el menor mientras sentía aquel golpeteo nuevamente en su pecho, espero a que el padre se fuera y soltó un sonoro suspiro, se suponía que alguien más le enseñaría pero al parecer lo habían elegido a él otra vez.
No es que le molestara, más bien no se sentía del todo cómodo con la presencia del otro, con tan solo ver aquellos ojos de color Esmeralda sabia que no podría concentrarse.
Sacudió su cabeza en modo de negación y comenzó a caminar hacia la parroquia para poder alejar esos pensamientos, una vez llegó ahí tomó un poco del agua bendita en sus manos y la paso por su frente y cuello para después juntar sus manos y arrodillarse frente a la imagen de Dios y comenzar a rezar.
Estaba tan concentrado que no noto otra presencia pero el seguía en lo suyo, seguía pidiendo que su Dios le quitara aquellos pensamientos indebidos y una vez término suspiro para sonreír al final estando seguro que su padre lo ayudaría.
- Padre Jung.
Dijo una voz detrás de él haciendo que pegara un brinco del susto para después tocar su pecho tratando de calmarse y rezando en voz baja al estar a punto de decir una maldición, se percino nuevamente y después se puso de pie para ahora ya más calmado darse la vuelta y encontrase con aquellos enormes ojos color Esmeralda.
- ¿Que pasa Kim Seokjin?
- El padre Park me dijo que usted podría ayudarme en algunas cosas así que lo seguí.
- Esta bien, te enseñare lo más básico y después lo harás tu solo.
Dijo mientras cerraba los ojos tratando de olvidar esos hermosos ojos y recordando lo que había rezado para no hacer pecado alguno.
Espero a que el nuevo sacerdote saliera de la parroquia y una vez estuvo solo nuevamente volvió a arrodillarse frente a su Dios para volver a rezar nuevamente por casi pecar.
No podían culparlo pues no era el único que iba más de dos veces a la parroquia para tratar de ser fuerte al ver al nuevo sacerdote, varios padres e incluso algunos que otro niño del coro habían ido a expiar su pecado más oscuro.
Aquel sacerdote era la viva imagen de un Ángel pero también era un pecado para todos ahí, aunque más para el padre Jung.
- Padre Jung, ¿Ya ha hecho lo que le pedí?
- Padre, apenas iba a hacerlo, tuve que limpiar un poco la mesa de nuestro señor.
-¿Asi?
- Si padre, con su permiso.
Dijo agachando la cabeza para después salir de la parroquia con la mente en paz después de haber hablado con su padre, es cierto que había dicho una pequeña mentira pero eso no podía considerarse un pecado pues había hablado con su Dios.
- Padre Jung, otra cosa.
- Dígame padre.
- Ese día que el joven Kim estaba aquí ¿Que quería?
- Solo me dio las gracias eso es todo padre.
- Anoche llamaron a la puerta sus padres, dicen que escapó de su hogar y que si podíamos incluirlo en nuestras oraciones.
- Dios lo esta cuidando desde allá arriba, seguro solo salió y decidió tomar aire.
- Ojalá sea así, nuestro señor le ha dado otra oportunidad y espero que la tome.
- Así sera padre.
Dijo no del todo convencido pues sabia que el pequeño Kim tenía un problema más serio y que no había tomado la oportunidad de Dios, continuó su camino tratando de dejar de lado el otro tema para poder concentrarse y ser de mucha ayuda para el nuevo sacerdote.
Salió al pequeño jardín que había en la iglesia y lo encontró, estaba sentado viendo las pequeñas plantas mientras tenía a los niños de la iglesia atentos a todo lo que decía, se acercó y no pudo evitar no reír ante las ocurrencias de los niños.
- Padre Seokjin ¿Usted es un Ángel?
- No lo soy, no tengo alas.
-¿Porque sus ojos son así?
- Porque son iguales a los de mi madre.
-¿Usted tiene esposa?
- Suficiente niños, vayan adentro que es la hora del almuerzo. No querrán ver a la madre Lee molesta.
-¡No!
Gritaron todos al unísono para correr hacia el comedor dejando solo a ambos nuevamente, el padre Seokjin le sonrió mientras tomaba una pequeña flor y comenzaba a olerla.
La sola imagen de aquello lo hacia sentir algo cálido en su cuerpo, no sabía que era pero sabía que esta emoción era en contra de todo lo que creía y en contra de la palabra de Dios.
Porque el sabia que Dios era una persona sabía, que solamente nos guiaba por el buen camino y nos abrazaba con su manto blanco, y si su Dios que eso estaba mal entonces era verdad.
Asintió y con una sonrisa miro al cielo y junto sus manos dando una pequeña oración y un gracias por sus sabios consejos que siempre le daba.
Miro una última vez a aquel sacerdote y sin más se fue del lugar para así comenzar a ayudar a la madre Lee y así olvidar todo lo que su mente le decía porque todo eso era erróneo.
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- Jungyuli3312💜
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