Toc, Toc ✊🏻

Samanta abrió la puerta, se encontró con su novio y con Edward.

—Tú te pierdes y no me dices nada, yo como loco buscándote, eso no es nada bonito Samanta Jones —le dijo David mientras cruzaba los brazos, ella sonrió.

—Es que debía ir a un lugar importante y tú...

—Si ya sé, estabas con Violeta, luego hablamos de eso, por ahora venimos a preguntar por Amelia —Samanta sonrió y los dejo pasar, ellos saludaron y se sentaron en la sala junto a Olivia y Ricardo.

—¿Por qué tienen esas caras?, parece que vieron un fantasma —preguntó Edward.

—Porque nos acabamos de enterar que Amelia y Susan son hermanas —le contestó Olivia, David y Edward abrieron los ojos.

—¡Qué son qué! —exclamaron los dos, tratando de entender semejante información.

—Son hermanas —repitió Samanta, Edward iba a hablar, pero Federico y Emma llegaron a la sala, provocando que ellos se limitarán solo a respirar.

—Supongo que ya es hora de irme —hablo Federico, Emma asintió, pero antes de irse él agregó —solo me queda pedirte perdón por todo lo que hice mal.

—Tus malas decisiones le han hecho mucho daño a Amelia, yo solo espero que tú seas consciente que el sufrimiento de mi hija lo pudiste impedir, pero no lo quisiste hacer, ahora sólo me queda ayudarla para que salga adelante y de que olvidé toda esta pesadilla, y otra cosa Federico lo mejor es que te alejes de nosotras —Emma se escuchaba muy decidida.

—Yo solo quería tratar de recuperar a mi familia, aquella familia que nunca supe valorar, pero está bien, me iré —Federico se despidió y cuando se dirigía a la puerta, Emma lo llamo, cuando tuvo su atención le dijo

—Federico no te guardo ningún rencor, pero tu familia ya no somos Amelia y yo —él asintió y salió, cerrando la puerta detrás de él.

Emma dirigió su mirada hacia los presentes los cuales estaban bastante callados, pero Olivia habló.

—¿Qué fue eso? —Emma suspiró y le respondió

—Sus mentiras nos han hecho mucho daño y sobre todo a Amelia, porque resulta que ella y Susan son...

—Hermanas —hablaron todos, ella los miro mal.

—¿Estaban escuchando? —les pregunto Emma mirándolos desafiante, Olivia, Ricardo y Samanta le desviaron la mirada, David y Edward solo observaban la situación, pero luego Edward se levantó.

—Necesito hablar con Amelia, quiero escuchar de su boca las razones por las cuales me oculto su embarazo —pero Emma se negó a dejarlo pasar a la habitación de Amelia.

—Cariño, Amelia está muy alterada por lo del bebé y más ahora que sabe que Susan es su hermana, no creo que sea un buen momento para hablar.

—Emma no te estoy preguntando, yo necesito hablar con Amelia, además me merezco una explicación, porque te recuerdo que el bebé que murió también era mío —Edward se estaba empezando a molestar.

—Amor, Edward tiene razón y mientras más rápido hablen todo será mejor, ellos pueden aclarar las cosas, además mi amor no es nuestro asunto, así que déjalo ir a la habitación de Amelia —Emma suspiró y lo dejo pasar.

—Emma tranquila que después de todo ellos se aman y ahora es su momento para vivir ese amor —intervino Samanta, y Emma después de todo le dio la razón.

—Vamos mejor a hacer la cena —propuso Olivia, Emma acepto y Samanta les va a ayudar, David y Ricardo se quedaron hablando de fútbol.

....

Edward caminaba hacia la habitación de Amelia, se sentía muy nervioso, pero a la vez tenía cierta ansiedad por hablar con ella.

Toc, Toc ✊🏻

—Mamá ya te dije que no quiero hablar con nadie, quiero estar sola —escucho Edward desde el otro lado, pero en este momento no le importaba lo que Amelia quisiera de todas formas está dispuesto a entrar.

—No soy tu mamá, soy yo —le dijo Edward mientras entraba a la habitación, Amelia abrió los ojos y su corazón se aceleró.

—Edward —fue lo único que dijo.

—Hola Amelia, estoy aquí para escuchar tus razones ya que quiero entender, quiero comprender ¿por qué querías apartarme de mi hijo? —exclamó Edward.

—Edward las cosas no fueron fáciles para mí, ya que cuando Susan contó lo de su embarazo a viva voz, yo me sentí engañada ya que tú me juraste que entre ustedes no pasaba nada y...

Edward la interrumpió.

—Y tu solución fue empacar, dejarme como despedida una carta y desaparecer de mi vida, no pues que solución tan efectiva porque mira ahora como estamos y...

Ahora Amelia lo interrumpió.

—No me fui para París porque creyera que esa sería la solución, solo no me sentía con la capacidad suficiente de verte con tu nueva familia, Edward nosotros estábamos viviendo nuestro amor, el embarazo de Susan fue un baldazo de agua helada y...

—Tu debiste haberte quedado a mi lado, independiente del embarazo de Susan, yo estaba dispuesto a responder por el bebé, pero eso no afectaba en nada nuestra relación, yo te amo a ti y también podía ocupar mi rol de papá, pero solo me dejaste y me dijiste en aquella carta: «voy a enterrar este amor» y...

—Y luego corriste a casarte con Susan...

—Amelia, Susan fue mi refugió, yo me sentía en una profunda depresión, me sentía confundido, me sentía abandonado por ti y si debí haberle hecho caso a David, yo tenía que dejar todo atrás y tomar el primer avión que me llevará a París, debí buscarte, pero luego comprendí que si tú de verdad quisieras estar conmigo no te hubieras ido y...

—Entiende de una vez que yo no me fui por gusto, tampoco me fui porque ya no te amará, simplemente me fui para tratar de entender que tú vida ya no iba a ser conmigo sino con Susan y entonces luego me entero de que estoy embarazada y...

—Debiste decírmelo, Amelia yo hubiera dejado todo por ti, mírame estaba dispuesto a responder por una hija que ni siquiera era mía, que no estaría yo dispuesto a hacer por mi hijo que era un pedacito de los dos, pero la señorita decidió que la mejor idea era ocultarme su embarazo y fuera de eso estabas dispuesta a que el padre de mi hijo fuera Eduardo y...

—Jamás le pedí a Eduardo que fuera su padre, él siempre me ayudo de forma desinteresada, yo decía que él era su padre, pero para evitar problemas con Susan, yo solo te pido que trates de entenderme.

—Amelia más bien entiéndeme tu a mí, Susan me trató como un títere, me hizo creer que sería padre, provocó que tú te fueras y me dejarás, posterior a eso, tú me negaste la oportunidad de vivir el poco proceso de embarazo que tuviste, yo no pude escuchar su corazón, Amelia era mi hijo, era mi sangre, era nuestro hijo no solo tuyo...

Edward comenzó a llorar.

—Perdóname por favor Edward, sé que me equivoqué, pero todo fue por miedo a tu reacción, miedo a la reacción de Susan, la noticia de mi embarazo llegó el mismo día que me enteré que te ibas a casar con Susan y cuando te divorciaste de ella, yo estaba dispuesta a decirte la verdad sobre mi embarazo, pero luego llegó ese accidente y...

—Y ahora nuestro bebé no existe, ya no queda nada de él, pero por lo menos tú lo pudiste sentir, yo en cambio me lo tengo que imaginar.

No dijeron nada más, solo se quedaron callados y se miraban el uno al otro, es evidente que entre ellos aún su amor está latente y eso se puede sentir desde la luna, pero también existen heridas y algunas bastante profundas...

—Amelia, yo te amo y cuando te siento cerca me muero por besarte, por abrazarte, por sentirte, te veo y todo mi mundo se pone de cabeza, pero también dentro de mí siento un profundo rencor hacia ti porque me negaste la oportunidad de conocer a mi hijo.

—¿Qué pasará con nosotros? —le preguntó Amelia a Edward, él tomo aire y luego le respondió.

—Amelia ya no hay un nosotros, nuestro tiempo ya pasó y no lo supimos aprovechar a pesar de que yo siento por ti un amor muy fuerte, también tengo muchas heridas y no creo que puedan sanar fácilmente.

Las palabras de Edward para Amelia fueron como si una espada hubiera atravesado su corazón, ella sentía en el fondo de su corazón que ahora sí podrían estar juntos y vivir su amor, pero ha sido todo lo contrario, Edward quiere ponerle un fin definitivo a su historia de amor.

—Pero Edward yo...

—Nada Amelia, lo poquito que pudimos construir hoy se acaba definitivamente —él se levantó de la cama y camino hacia la puerta, luego volvió a verla —después de todo agradezco a Dios de que tú estés viva —abrió la puerta y salió.

Amelia tomo su almohada y mientras la mordía para no gritar, lágrimas caían por sus mejillas, ahora sí de verdad su historia con Edward se acabó.

La puerta se abrió, entraron Emma, Olivia y Samanta las cuales al ver el estado de Amelia se preocuparon bastante pues estaba hecha un mar de lágrimas, hasta por momentos se ahogaba

—Hija, ¿qué pasó? —le pregunto su madre.

—Edward acaba de decirme que ya no hay un nosotros, que nuestra oportunidad ya pasó, me duele porque él es el amor de mi vida, no es justo, porque después de todo yo lo amo, era el papá de mi hijo —Olivia y Sammy la abrazaron, Emma sentía mucha pena por su hija y finalmente las cuatro se abrazaron para así darle a Amelia, un poco de: «calor de hogar».

....

Edward salió de la casa de Amelia, sentía su corazón destrozado, llegó a su casa y su madre estaba haciendo maletas.

—Hijo me duele mucho dejarte en estas circunstancias, ya que estás muy mal por lo que pasó con Susan y ahora con Amelia, no quisiera dejarte solo, pero tu padre me necesita para unos negocios —Edward le dio un abrazo a su madre.

—No tienes que irte y dejarme —su madre lo miro extrañada por sus palabras, Edward continuó hablando —porque ya lo decidí, me voy contigo a Londres.

—¿Te vas conmigo? —le pregunto su madre bastante asombrada.

—Así es, me voy contigo.