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Capítulo 25

Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

Emma salió de la habitación de Amelia y camino hasta la sala de espera, pero al llegar a ella, se quedó impactada al ver quién estaba en la sala de espera.

—¿Cómo está Amelia? —le pregunto Ricardo, ella desviando la mirada de la persona que tenía al frente, le respondió.

—Le dieron un calmante y se quedó dormida —ella volvió a mirar a esa persona, pero esta vez si hablo —Federico, ¿qué estás haciendo aquí?

—Es que me enteré del accidente de Amelia, además me gustaría hablar contigo —ella asintió.

—¿Sobre qué? —le pregunto.

—Quiero pedirte perdón por todo lo que ha pasado, sobre todo necesito hablar con Amelia —ella lo miro bastante asombrada.

—Mira Federico yo solo quiero decirte una cosa, ninguna de las dos te guardamos ningún rencor, pero si quiero decirte que tus malas decisiones han afectado mucho a Amelia.

—Lo sé, sé que he cometido muchos errores, pero si me gustaría que me dejarás hablar con Amelia.

—Ahora está dormida, pero si quieres mañana puedes hablar con ella —cuando Emma le dijo eso, Federico sonrió.

—Yo voy a esperar, no me voy a mover de aquí.

—¿Tanto le pesa la conciencia? —le preguntó Edward a Federico, Emma inmediatamente le hizo señas de que se quedará callado.

—Edward yo de verdad lamento todo lo que sucedió, pero es que yo confíe en Susan, porque si hubiera sabido que en verdad no eras el papá de ese bebé, yo no te hubiera obligado a casarte con ella
—Federico se escuchaba sincero, pero Edward no le creyó absolutamente nada.

—Mmm, veo que ahora le dio por ser buena persona —agregó Edward finalmente.

—¡Edward! —exclamó fuertemente Emma.

—Tranquila Emma, entiendo perfectamente la reacción de Edward —él se fue a sentar.

Emma y Edward se quedaron viendo fijamente, ambos no podían creer que Federico estuviera aquí con ellos y mucho menos preocupado por Amelia.

....

—Yo no lo puedo creer —dije y Emma negó.

—Yo la verdad lo siento arrepentido, además el qué este aquí ya deja mucho que decir.

—Está bien, pero yo también voy a esperar que Amelia se despierte para hablar con ella de algo muy serio —le dije, ella me miro asombrada.

—¿Qué es lo serio? —me pregunto.

—Ay Emma por favor, no te hagas, eres su madre y me vas a decir que no sabias que yo era el padre de su bebé y no entiendo el porque no me dijo que ese bebé era mío, así que mañana mismo apenas se despierte voy a hablar con ella —Emma negó.

—Tienes razón en que debes de hablar con ella, pero no ahora por lo menos espera unos días, Amelia está muy alterada y no quiero ni tampoco voy a permitir que la alteres más.

—Está bien, pero quieras o no voy a hablar con ella, porque me merezco esa explicación —le dije, antes de alejarme de ella —David, ya me voy a ir, necesito aire.

—Entonces nos vemos en tu casa —me dijo, yo asentí.

—Si allá nos vemos, adiós Samanta, nos vemos Eduardo —les dije finalmente y salí de ahí, conseguí un taxi, me subí, le di la dirección y él arrancó.

....

Al llegar al conjunto, pagué el taxi y me bajé, la verdad tengo muchos pensamientos y demasiadas dudas, no sé qué hacer con mi vida, puse la llave en la puerta y abrí, mi mamá estaba tomando café, al verme corrió hacia mí.

—Supe lo del accidente de Amelia, ¿ella está bien?

—Si mamá, ella está bien, pero perdió al bebé y sabes algo más... —hice una pausa, ella me miraba con atención —ese bebé era mío —le dije finalmente.

—¡Que! —grito mi mamá y estoy segura que en París escucharon ese grito.

—Si mamá eso te cuento, apenas me acabo de enterar, ella estaba decidida a privarme de mi labor como papá, yo es que la verdad sigo sin poder creerlo —exclamé.

—Yo también estoy impactada, pero Amelia quizás tuvo sus razones, debes de escucharla y esta vez espero que lo hagas —me dijo mi mamá mientras se sentaba en el sofá.

—Claro que la escucharé, es más hoy mismo iba a hablar con ella, pero ni Ricardo ni Emma me dejaron hablar con ella —le dije sentándome a su lado.

—Pues estoy segura que debió estar alterada por eso no te dejaron hablar con ella, aunque no sé, pero creo saber una de las razones de Amelia —me dijo mi mamá mientras seguía tomando café.

—A ver, te escucho —le dije, ella puso la taza en la mesa y me miro.

—Me imagino que para Amelia fue muy difícil enterarse que estaba embarazada cuando tú te estabas casando con Susan y ella estaba también embarazada, además ellas no han tenido buena relación, imagínate a Amelia diciéndote que estaba embarazada, Susan la mata, porque recuerdo que tú me dijiste que Susan se la pasaba diciéndote que la iba a matar y ya sabemos los alcances de esa niña —cuando mi mamá termino de hablar hasta le di la razón, Susan ha sido nuestro mayor impedimento para ser felices.

—Además hijo no sé, pero ese accidente de Amelia después de unos días de tu separación con Susan es demasiado sospechoso, y además de ser muy conveniente para Susan...

—Mamá, ¿qué estás insinuando? —le dije mirándola asombrado.

—Yo no estoy insinuando nada, pero si se me hace mucha coincidencia que apenas te divorcias de Susan, Amelia tiene un accidente, entonces eso es de pensarlo.

La verdad es que mi mamá tiene razón, además de Susan se puede esperar cualquier cosa, me levanté rápidamente.

—Lástima que no vamos a poder saber que auto la atropelló, porque ese auto imagino que se dio a la fuga —agregó mi mamá.

—¡Las cámaras! —dije.

—¿Cuáles cámaras? —me preguntó mi mamá y yo sonreí.

—Aquí en Wisconsin todas las avenidas tienen cámaras —agregué —pero ya mismo vamos a saber sobre ellas —me dirigí hacia mi habitación, necesitaba mi teléfono.

—¿A dónde vas? —me pregunto mi mamá desde la sala.

Llamada

Yo: Hola Eduardo, yo necesito hablar algo importante contigo.

Eduardo: Hola Edward, si dime.

Yo: Por ahora respóndeme ¿tu papá tiene acceso a los vídeos de las cámaras de seguridad que hay en cada avenida?

Eduardo: Claro que sí, ¿por qué?

Yo: Porque ahora tengo la sospecha de que a Amelia no la atropellaron de accidente, sino que la intentaron matar.

Eduardo: Y me imagino que piensas en la misma persona que yo.

Yo: Así es, por eso necesito tu ayuda.

Eduardo: Entonces ya mismo llamo a mi papá para que tenga esa grabación lista, nos vemos en la estación.

Yo: Dale, pero por favor no le vayas a decir nada a Emma ni a Ricardo, ellos son muy impulsivos y pueden estropear nuestras investigaciones.

Eduardo: Dale, no les diré nada.

Fin Llamada

Salí de mi habitación y mi mamá seguía en la sala.

—Mamá ya vengo, debo ir a hacer algo —le dije mientras le daba un beso en su frente.

—¿A dónde vas? —me pregunto.

—Luego te explico —dije mientras caminaba hacia la puerta.

—Cuídate mucho —fue lo último que escuché antes de salir, salí prácticamente corriendo, esto es algo que se debe descubrir para ya.

....

Me levanté y me acerqué a Samanta.

—Me tengo que ir —le dije, ella negó.

—Pero si le dijiste a Emma que te ibas a quedar con Amelia, para que ella se fuera a descansar.

—Pero puedes quedarte tu está noche y ya mañana me puedo quedar yo, por ahora debo salir de emergencia —le dije, ella me miró extrañada.

—¿Qué es lo urgente que tienes que hacer?

—Está bien, te voy a decir la verdad —le dije y ella me miró fijamente —Edward me llamo y me dijo que mirando las cámaras íbamos a dar con el culpable del accidente de Amelia, aunque también me dijo que pudo haber sido un atentado.

—No tienen necesidad de buscar al culpable, porque solo hay una persona que quiere ver muerta a mi amiga...

—Susan —dijimos los dos al mismo tiempo.

Es evidente que para todo el mundo la principal y única enemiga de Amelia es Susan, y eso lo vamos de descubrir.

—¿Qué pasó con Susan? —preguntó David, quién apenas se unía a la conversación.

—Creemos que Susan es la culpable del accidente de Amelia —le dijo Samanta, él nos miró asombrado.

—A mí no me extraña, de ella se puede esperar cualquier cosa —agregó David, yo iba a hablar, pero alguien lo hizo primero.

—Imposible ya que ni Susan ni Elena tienen auto, el único soy yo y el día que atropellaron a Amelia, yo lo estaba utilizando —nos dijo Federico, aunque para serles sincero no le creo mucho ya que Susan es como su hija y además ha sido un pésimo papá con Amelia.

—¿Por qué debemos confiar en usted? —le pregunté.

—Porque yo de verdad quiero cambiar, y además les digo la verdad, Susan no tiene auto y su madre menos —añadió, yo la verdad sigo sin creerle —además aún Susan está demasiado delicada de su cirugía.

—Esa cirugía no le impide ser la reencarnación de Lucifer —al escuchar a David se me hizo muy gracioso, pero no pude reírme ya que es un momento bastante serio.

La verdad quedamos en un profundo silencio, solo se escucha el ruido del hospital.

—Aunque ahora que lo mencionan Elena tiene un amigo que maneja un auto —nos dijo Federico, rompiendo aquel silencio.

—¿Y usted lo puede reconocer? —le pregunté, él asintió —entonces vamos a la estación, Samanta, David manténganme informado por si algo le llega a pasar a Amelia —les dije.

—Cuídense mucho —nos dijo Samanta, yo asentí y salí con el señor Federico rumbo a la estación.

....

No me queda la menor duda de que Susan intentó matar a Amelia y me alegra mucho que de eso se pueda demostrar, ya es hora de que ella pague por todo lo que le ha hecho a mi amiga y sobre todo a su amor por Edward.

—Ya le avisé a Emma que me quedaré con Amelia esta noche.

—Bueno amor, yo por reglas del hospital no me puedo quedar más tiempo, pero si necesitas algo no dudes en llamarme —me dijo David, yo le di un beso y un gran abrazo.

—Gracias mi amor, vamos te acompaño hasta la salida —le dije, él me dio un último beso y se fue, desde la puerta me lanzó un beso, de verdad que yo estoy demasiado enamorada de él y lo mejor de todo es que es un amor correspondido, regresé a la sala de espera, Emma estaba con Ricardo y ambos tenían de a maleta en la mano.

—Bueno Sammy te agradezco mucho que te quedes con mi niña, sé que la dejó en buenas manos, si alguna cosa me avisas, ahí en la habitación te dejamos buena comida y bebidas, también por si Amelia despierta —me dijo Emma dándome un abrazo, yo también la abracé.

—Y este dinero es por si llegas a necesitar algo —me lo paso Ricardo, yo con mucha pena se lo recibí.

—Muchas gracias —les dije, ellos se iban a ir, pero alguien llegó.

—Menos mal que llegué a tiempo —todos nos volteamos, ahí estaba parada Olivia la cual se veía bastante cansada.

—Cariño no sabes el alivio que me da tenerte aquí —le dijo Emma, ellas se abrazaron, luego Olivia abrazo a Ricardo.

—Sammy no sabes cómo me alegra verte así sea en estas circunstancias, ¿cómo estás? —me dijo Olivia mientras me daba un abrazo.

—Aquí tratando de asimilar lo que le pasó a Amelia —le dije y ella asintió.

—A mí me pasa igual, yo estoy todavía impactada, pero díganme ¿por lo menos saben quién fue el que atropelló a Amelia? —añadió Olivia y como yo no sé disimular, ellos se dieron cuenta.

—Bueno Emma yo voy a ir buscando el auto, ¿vienes con nosotros Olivia?, ahorita a Amelia no la puedes ver —ella asintió —nuevamente Samanta gracias por quedarte con Amelia, nos vemos mañana —Ricardo se despidió y salió.

—A mí no me gusto para nada la cara que hiciste cuándo Olivia mencionó el accidente, ¿acaso tu sabes algo? —me dijo Emma mirándome fijamente, yo me dormí el labio, es que yo sé que, si les digo las sospechas de Edward, Emma no lo va a tomar muy bien que digamos, ahora estoy entre la espada y la pared...

—Edward cree que la culpable del accidente de Amelia es Susan —les dije, ellas me miraron fijamente.

—¿Qué? —exclamaron las dos, aunque en realidad me dejaron sorda.

—Esto no puede ser, es cierto que Susan odia a Amelia, pero eso de intentar matarla yo no lo puedo creer —dijo Emma mientras caminaba de un lado a otro.

—Emma tiene razón, no creo que Susan la haya intentado matar —agregó Olivia.

—Es que todavía no está comprobado, es solo una suposición de Edward —les dije, Emma seguía caminando de un lado a otro y Olivia trató de controlarla.

—Está bien, me iré para mi casa trataré de estar tranquila, pero si esa niña resulta ser la culpable, yo misma la voy a hundir en una cárcel, nos vemos mañana Sammy —dijo Emma tomando sus cosas con Olivia pisándole los talones, pero antes me dio un beso en la mejilla.

Yo tomé mis cosas y me fui para la habitación de Amelia, ella seguía dormida porque la tenían con calmantes, le organicé bien la almohada y la cobija, después me fui a dormir en el sofa cama que siempre hay en los hospitales.

....

Arturo ya tenía las grabaciones de ese día, aún no me las ha mostrado porque estamos esperando a su hijo, pero él como que viene en burro.

—Lo volveré a llamar —me dijo, pero justamente en ese momento entro Eduardo acompañado de nada más y nada menos que de Federico.

—Que pena la demora, pero es que había un tráfico terrible —nos dijo mientras le daba un abrazo a su papá.

—Tranquilo, igual ya tenemos las grabaciones —le dije, luego miré fijamente a Federico —¿usted qué hace aquí?

—Eduardo me comentó tus sospechas entonces pienso que yo puedo ser de gran ayuda ya que puedo reconocer el auto que atropelló a Amelia.

—Si cree que lo puede reconocer como usted dice es una buena ayuda —le dijo Arturo, yo en verdad no le dije nada, pero no confío mucho en él entonces vamos a ver el vídeo.

—Adelante papá —agregó Eduardo y él le dio play.

Grabación

Pasaban y pasaban autos, pero nada extraño sucedía.

* Arturo le aumento el zoom al vídeo *

Fue el momento correcto porque pudimos ver claramente a las chicas y si también se vio como Samanta se alejó de Amelia, ella se quedó ahí parada y en menos de tres minutos ella ya estaba en el suelo...

Fin grabación

—Por favor devuelve el vídeo —pidió Federico y Arturo lo devolvió, además lo puso en cámara lenta.

Grabación.

Amelia estaba ahí parada y el auto se fue acercando, tanto que se le pudo ver claramente la placa.

Fin grabación.

—No puede ser, no puede ser —exclamó Federico.

—¿Reconoce ese auto? —le pregunto Arturo.

—Así es —se quedó en silencio, pero luego hablo —pertenece a Rubén Escalante.

—¿Y ese quién es? —preguntamos los tres al mismo tiempo y Federico se quedó callado, solo se limitaba a respirar y a parpadear.

.....

Aquí les presento al padre de Eduardo.

Arturo Pérez

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