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Capítulo 21

Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

Llegué a la universidad bastante alterado, pagué el taxi y me baje, comencé a caminar ya que necesito despejar mi mente y con mucha urgencia, al llegar a la habitación David está tumbado en su cama con el celular en la mano, ni siquiera se ha dado cuenta que llegué, me senté en mi cama y respire profundo.

—Veo que llegaste —me dijo David mientras bloqueaba su celular.

—Así es —le  dije mientras me tumbaba en mi cama, sentí como él se levantó y se sentó en mi cama.

—¿Cómo te fue? —me preguntó David, yo suspiré.

—Bastante mal, ella me dijo que todo lo hizo supuestamente por amor a mí —me exclamé.

—¿Entonces qué piensas hacer?

—Necesito conseguir un buen abogado —le dije —porque el abogado de Susan es evidente que será Federico.

—Ya conseguirás ese abogado, solo hay que saber buscarlo, ¿le hiciste algo a Susan? —me pregunto David, yo lo mire fijamente.

—En realidad nada, yo solo fui a pedirle el divorcio, aunque te juro que quise estrangularla —suspiré.

—Menos mal que no le hiciste nada hijo —al escuchar esto, me volteé inmediatamente y me encontré con mi mamá.

—¿Mamá?, ¿qué estás haciendo aquí? —le pregunté bastante asombrado, ella se me acercó y me dio un beso en la mejilla.

—Quise saber cómo seguían las cosas con Susan y me entero de semejante noticia, ¿cómo estás hijo? —yo le sonreí, aunque en realidad fue como una mueca.

—En realidad me siento demasiado mal, Susan jugo conmigo como si yo fuera un títere, además lo peor de todo es que perdí a Amelia —exclamé finalmente.

—Pero hijo yo pienso que tu deberías primero no se buscar pruebas porque no nos podemos basar solamente en lo que te dijo un chico...

—¿Y cómo podemos averiguar esas pruebas? —le pregunté a mi mamá.

—Pues yendo al médico solicitado la historia clínica de Susan y además hacerte una prueba de ADN —dijo mi mamá, David y yo nos miramos.

—No creo que me den la historia clínica y además la bebé yo creo que ya se deshicieron de ella —dijo David, mi mamá negó y añadió.

—En algunos hospitales hasta cierto tiempo los tienen, y lo de Susan paso más o menos quince días, mejor cojan sus cosas y vamos al hospital —le hicimos caso y los tres salimos de la habitación.

....

Llegamos al hospital, preguntamos por el doctor que atendió a Susan, la recepcionista nos dio las indicaciones y fuimos en búsqueda de ese doctor.

Y justamente lo encontramos hablando con una enferma, nosotros nos acercamos a ellos.

—Doctor González, buenas tardes —le dije al doctor, él me sonrió.

—Buenas tardes señor, cuéntame ¿cómo sigue su esposa? —me preguntó el doctor.

—Bien doctor y en realidad es ex esposa —él abrió los ojos, yo continúe hablando —necesito su ayuda doctor —le dije y él asintió.

—Cuénteme, ¿para qué soy bueno?

—Doctor lo que pasa es que me llegó un comentario de que yo no era el papá de esa bebé, entonces tengo mis dudas, aunque Susan me jura que yo si era su padre.

—¿Y por qué duda de su esposa? —me pregunto el doctor, yo le iba a responder, pero David se me adelantó.

—Porque Susan es peor que Caín, mejor dicho, ella es la reencarnación de Lucifer —David termino de hablar y el doctor quedó sorprendido.

—No sabía que la paciente fuera tan mala —añadió el doctor.

—Demasiado mala —le dijo mi mamá.

—Señor Edward, y ¿qué necesita de mí? —me pregunto el doctor.

—Necesito pruebas de que esa bebé no era mía para así agilizar mi divorcio, así que vengo a pedirle que por favor me permita hacer una prueba de ADN con la bebé y que me deje ver la historia clínica de Susan —le dije, pero el doctor cambio de expresión.

—Edward lo siento, pero ambas peticiones se me salen de las manos —yo bufé.

—¿Por qué doctor? —le pregunté desanimado.

—Porque la historia clínica es algo muy personal, si yo le doy acceso a la historia de Susan es contra ético, ya que la paciente no me dio ese permiso, eso es algo ilegal y puedo tener serios problemas por eso, respecto a la bebé no sé si aún esté en el laboratorio —él miro a la enfermera y ella luego me miro a mí.

—Iré a hablar con la jefa y le puedo preguntar si aún tienen a la bebé —el doctor le dio permiso y ella salió, yo mire al doctor.

—Por favor doctor, de eso depende mi divorcio —le insistí.

—Lo sé Edward, pero lo que me pides va contra mi ética, lo siento, pero no puedo ayudarte —me dijo finalmente el doctor —con permiso, tengo pacientes para darles ronda —él comenzó a caminar y yo lo llamé.

—Doctor —él me miro.

—Si Edward.

—Por favor póngase en mis zapatos, ¿usted qué haría si lo hacen casar con engaños, fuera de eso a pesar de todo espera con ilusión esa niña para luego enterrarse que la bebé no era su hija porque todo era una mentira? —se me comenzó a entre cortar la voz, pero obviamente yo no voy a llorar aquí  —además de eso, por culpa de todos esos engaños usted pierde al amor de su vida, dígame doctor ¿cómo reaccionaría? —terminé de hablar.

El doctor me miró fijamente y comenzó a acercarse nuevamente hacía mí.

—Edward no sé cómo te puedas estar sintiendo, y tienes razón si yo me pongo en tus zapatos no sé lo que haría —suspiro y siguió hablando —está bien, te daré la historia clínica de Susan, pero por favor no quiero problemas con abogados y ni mucho menos en el hospital.

—Muchas gracias doctor, yo le aseguro que no tendrá problemas —le dije, él asintió.

—Venga conmigo —me dijo y yo lo seguí, mi mamá y David se quedaron en la sala de espera, llegamos al consultorio, el doctor se sentó al frente del computador, puso los datos de Susan y en menos de cinco minutos ya tenía la historia clínica en mis manos, él tomó un resaltador —aquí dice muy claramente que ella tenía de embarazo cinco meses y medio, no estaba de siete meses como le hizo saber a los paramédicos.

—Eso quiere decir doctor ¿qué no tenía los meses qué ella decía? —le pregunté y él asintió, tocaron la puerta.

—Adelante —dijo el doctor, entro la misma enfermera que estaba con él cuando llegamos, ella me miro y sonrió.

—Que bueno que lo encuentro señor Edward, la bebé aún está en nuestro poder así que ahora mismo le podemos hacer la prueba de ADN que usted está solicitando —yo me levanté y caminé detrás de ella, me llevaron al laboratorio, me sacaron una muestra de sangre —listo, en veinte días puede venir por el resultado.

—Muchísimas gracias —le dije, tomé la carpeta y salí de ahí, caminé a encontrarme con mi mamá y David.

—¿Cómo te fue? —me preguntó mi mamá.

—Susan no tenía el tiempo de embarazo que ella decía —les dije.

—¿Y la prueba de ADN? —me preguntó David.

—En veinte días me dan el resultado —suspiré.

—Bueno ahora tenemos parte de la verdad, estuve hablando con Marcos el amigo abogado de tu padre y está dispuesto a ayudarnos, solo hay que hacer una cita con él y llevarle todos los papeles —me dijo mi mamá, yo asentí.

—Eso quiere decir que tu divorcio es un hecho —agregó David.

—Así es y si de algo me arrepiento es de no haberte hecho caso —le dije.

—Igual tu nunca me haces caso, eso es normal en ti.

—Lo sé, pero yo debí tomar el primer vuelo que me llevará a París y así no hubiera perdido a Amelia —dije en un tono triste, mi mamá me acarició y me dijo.

—A veces hay que aprender de nuestros errores, bueno ahora vamos yo los llevo a la universidad y de ahí me voy para el apartamento —ambos asentimos y salimos del hospital, por lo menos tengo parte de la verdad.

....

—¿Por qué no me dijiste qué le habías dicho a Edward qué yo soy el papá de tu bebé? —me preguntó Eduardo y la verdad lo siento un poco molesto.

—Es que yo no le dije a Edward, bueno en realidad se lo dije fue a Susan, evidentemente ella fue la que le dijo —le dije mientras subía mis hombros.

—Casi, casi la embarro Mia cuando Edward me felicito por el bebé —añadió mientras se sentaba en mi cama, yo sonreí.

—Pero menos mal nada de eso paso.

—Así es y aunque me gustaría que fuera verdad pues acepto que solo seamos amigos.

—Gracias por aceptar mi decisión —le dije y él sonrió.

—Siempre aceptaré tus decisiones.

Comenzamos a platicar sobre el Baby Shower, ya que Eduardo me quiere ayudar con la preparación, luego llegó Sammy.

—Hola chicos —nos dijo mientras nos daba un beso a cada uno.

—Hola Sammy, ¿qué tal? —le preguntó Eduardo.

—Bien, todo muy bien, ven Eduardo ¿por qué no he vuelto a ver a Damián además lo llamo y no me contesta, le escribo y no le llegan los mensajes?, ¿le pasó algo?

Eduardo miro hacia otro lado y puedo notar que se puso incómodo.

—Lo que pasa Sammy es que Damián se fue de la universidad, prácticamente hizo lo mismo que ustedes hace unos meses que se fueron para evitar ver a la persona que aman con otra persona, créanme chicas que a Damián le dio muy duro la relación de Sammy con David —hablo Eduardo.

—Yo no quería que las cosas terminarán así, pero es que yo tenía que aprovechar que la vida me estaba dando una oportunidad para estar con el hombre que amo, lamento mucho que Damián se haya ido —añadió Sammy.

—Tranquila yo sé —le dijo Eduardo, Sammy suspiro aliviada.

—¿Para dónde se fue? —pregunté.

—Se fue para Canadá, bueno las dejo chicas tengo trabajo que hacer —se despidió de nosotras y se fue.

—Lástima lo de Damián —dije, Sammy asintió.

—Mia, iré a buscar a David, ¿no hay problema si te dejo sola o sí?

—Claro que no, ve y busca a tu amor —le dije divertida, ella me sonrió, me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.

—Bueno bebé, quedamos solo tú y yo, mejor vayamos a dormir —le dije al bebé y su respuesta fue que se movió, de verdad esto es lo mejor que le puede pasar a una mujer.

....

Camine hacia la habitación de David y fue inevitable no pensar en Damián, de verdad me siento muy mal por lo que pasó con él, pero yo no podía obligar a mi corazón a quererlo, en definitiva, no puedo ni podré, Damián es un gran chico y ya podrá encontrar alguien que lo quiera.

Llegué a la habitación de David, toque y nadie me abrió, saqué mi celular para mandarle un mensaje a David.

Yo: Amor, estoy aquí en tu habitación, pero nadie me abre, ¿dónde estás?

Justo cuando se lo iba a enviar, los vi acercándose.

—Hola chicos —les dije, Edward me dio un beso en la mejilla.

—Hola Sammy —me saludo, y la verdad es que le note una cara de pocos amigos —nos vemos —me dijo mientras entraba a su habitación.

—Hola amor —me saludo David dándome un beso.

—Hola amor, ¿le pasa algo a Edward? —le pregunté a David y él asintió.

—La verdad le está pasando de todo —me dijo David.

—¿Qué es de todo? —pregunté.

—Susan lo engaño, la bebé no era de él sino de Simón, todo fue una trampa para separarlo de Amelia —me dijo David, yo quedé estática.

—¿Qué? —exclamé.

—Así es amor, entonces Edward obviamente le pidió el divorcio a Susan, y su excusa fue que todo lo hizo por amor hacia él, ahora estábamos reuniendo las pruebas para que Edward pueda pedir el divorcio.

—Amor esto se cuenta y no sé cree —dije finalmente.

—Además Edward está muy mal porque perdió a Amelia.

Pues la situación no está tan perdida ahora sí Amelia podrá hablar con Edward y decirle la verdad sobre su embarazo.

—Amor, hablamos mejor mañana, estoy algo cansado —me dijo y yo asentí.

—Claro que sí amor, mañana nos vemos en el almuerzo —nos dimos un abrazo, un gran beso y David entro a su habitación.

—Esto lo debe de saber Amelia —corrí rápidamente hacia nuestra habitación.

....

Estoy durmiendo tan tranquilamente y placenteramente, pero siento como me muevo de un lado al otro, cada vez se vuelven más intensos esos movimientos, abrí los ojos y me encontré con Sammy.

—¿Me quieres matar de un infarto? —le pregunté mientras me sentaba, ella me miraba sonriente —no le veo nada gracioso.

—Amelia y Edward ahora sí podrán estar juntos y para siempre —me dijo Samanta, yo la mire extrañada.

—Edward no me quiere ver ni en pintura —le dije, Sammy negó.

—Todo el cuento fue un invento, Edward no era el papá de la bebé sino Simón, todo fue un plan de Susan para separarlos, Amelia, Edward ahora la está pasando muy mal y también se siente mal por haberte perdido.

La verdad Sammy hablo tan rápido que apenas si le entendí.

—¿Simón era el papá de la bebé qué esperaba Susan? —le pregunté a Sammy.

—Así es.

—Vaya, Susan no tiene límites —dije.

—Así es, ahora Edward se está obviamente divorciando de Susan, Amelia ustedes podrán ser una familia, ya todo se está solucionando.

—No Sammy nosotros no seremos nunca una familia.

Ella bufó.

—Amelia si estás embarazada de Edward, ve y dile la verdad, es tu oportunidad.

—No, no lo haré.

—Si, si lo harás.

—Que no Sammy, no insistas más.

—Perfecto, no le vas a decir nada a Edward, está bien no hay de otra —respiro profundamente —entonces se lo voy a decir yo —se levantó y se fue para el baño.

Yo me quedé bastante sorprendida, Samanta se escucha muy decidida a contar mi verdad.

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