Capítulo 15
Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲
Salimos del consultorio bastante animadas.
—Estoy muy feliz espero un niño —le dije a mi mamá y ella me abrazo.
—Yo también estoy muy feliz, me darás el niño más hermoso como nieto, y ¿sabes quién también va a estar muy feliz? —me pregunto mi mamá.
—¿Quién? —le pregunté.
—Ricardo, aunque también estaría muy feliz si era niña, pero ya tú sabes que entre hombres se entienden.
—Es cierto, ya sabemos quién lo va a consentir más —dije y mi mamá asintió.
—Y nosotras también, así que vamos a comprarle cositas al niño —me dijo mi mamá y yo asentí —entonces vamos —al subirme al auto le mandé un mensaje a Sammy
Yo: Ya se el sexo de mi bebé, estoy esperando un niño.
Ella me dio una respuesta inmediata.
Sammy: Awww que hermoso, me emociona demasiado el saber que tendré un sobrinito, está noche voy a tu casa y celebramos.
Yo: Claro que sí, te esperaré, un besito.
Bloqueé mi celular.
—¿Con quién hablabas? —me pregunto mi mamá.
—Le estaba contando la buena noticia a Samanta —le dije a mi mamá, ella sonrió.
—¿Ya le contaste a Olivia? —me pregunto mi mamá, yo negué.
—Pero ya mismo le voy a contar —busqué su contacto y le marqué.
Videollamada
Olivia: Hola pequeña, ¿cómo vas?, veo que te olvidaste de mí.
Yo: Ay discúlpame, pero no creas que me olvidé de ti y te llamo porque hay un hermoso motivo.
Olivia: Cuéntame te escucho, aunque con esa cara que tienes ya me imagino que es, ¿volviste con Edward? y ahora van a ser una hermosa familia con ese bebé.
Yo: No he vuelto con él y eso no va a pasar, pero ya que hablas de mi bebé, estoy esperando un niño.
Olivia: ¡Que emoción, va a llegar un varoncito a la familia, me siento muy feliz por ti!
Yo: Si, yo también estoy muy emocionada, aquí estoy con mi mamá.
Olivia: A ver nuestra a esa hermosa abuela.
Moví mi celular y mostré a mi mamá.
Mi mamá: Hola preciosa, ¿cómo estás?, ni para que te pregunto si estás es demasiado guapa.
Olivia: Wooo, estoy guapa, pero tú estás hermosa y más ahora que vas a ser abuela, que belleza ya me están llamando para la pasarela, en la noche las llamo.
Mi mamá y yo: Cuídate Olivia.
Fin de videollamada
Apagué mi celular y miré divertida a mi mamá.
—¿Por qué me miras así? —me pregunto mi mamá, yo me reí.
—Porque ahora que Olivia sabe que estoy esperando un niño, espera y verás las cajas de regalos que van a llegar —mi mamá también se rio.
—Más bien me imagino que para cuando ella llegue al parto, pagará un avión privado porque en el vuelvo normal no va tener espacio para todas las maletas que va a traer —me reí aún más fuerte y mi mamá me siguió.
—Bueno llegamos a Baby's Store, aquí vamos a comprarle las cositas necesarias, porque ya sabes que lo demás lo trae Olivia —me dijo mi mamá y yo me volví a reír, nos bajamos y entramos a la tienda.
....
Luego de enviarle el mensaje a Amelia, baje a almorzar ya que Matilde me había llamado.
—¿Por qué estás tan feliz? —me pregunto Matilde mientras servía el almuerzo y yo le pasaba los platos.
—Es que Amelia está esperando un niño —le dije sonriente.
—Ay que felicidad, hay que irle comprando cositas —me dijo y yo asentí.
—Además hay que organizarle a Amelia el mejor Baby Shower del mundo —le dije.
—Cuenta con eso, solo hay que ponernos de acuerdo con Emma y obviamente con Amelia.
—Claro que sí —añadí y ella comenzó a servir el jugo.
—Tengo hambre —gritó mi papá.
Ambas nos reímos.
—Mi papá es un caso —dije.
—Ni que lo digas —añadió Matilde, nos dimos un abrazo, creo que cada vez nuestra relación es mejor, ella me agrada bastante y lo más importante es que se le nota que quiere mucho a mi papá.
Llevamos el almuerzo y nos sentamos a comer, mis hermanitas llegaron corriendo.
—¡Hiciste espaguetis! —gritó Renée.
—A mí no me gustan los espaguetis —añadió Chloé, Matilde se levantó y se fue a la cocina, al volver traía un plato y se lo colocó a Chloé.
—Tranquila cielito yo sé que no te gustan los espaguetis, así que te hice esta rica carne con papitas —Chloé sonrió.
—Gracias mami —le dijo mientras le daba un beso y Matilde volvió a sentarse.
—Gracias mi amor —le dijo mi papá a Matilde para luego darle un beso.
—Para esto estoy mi cielo, para consentir a mi familia —volvieron a darse un beso.
—Bueno, bueno, el postre se lo comen después —añadió Renée, todos la miramos y nos reímos, luego de comer nos pusimos a contar chistes, el ambiente en mi casa es demasiado agradable desde que Matilde vive con nosotros.
—Mi amor deliciosa estuvo la comida, ahora iré a dar una siesta —dijo mi papá, las niñas se fueron a seguir jugando, ayude a Matilde a lavar los platos.
Toc, Toc ✊🏻
—Yo abro, tu síguele dándole duro a la esponja —le dije, ella se rio y yo me dirigí a la puerta, pero al abrir me quedé estática.
—Hola Sammy —me dijo y yo le sonreí.
—Hola David, ¿qué haces aquí? —le pregunté.
—Yo necesito hablar contigo —me dijo, salí y cerré la puerta.
—Te escucho —le dije y él sonrió.
—Termine con Violeta, yo no puedo estar con ella queriéndote a ti —me dijo.
—No sé qué decirte —le dije y él se me acercó.
—Solo dime que me das otra oportunidad, yo te amo demasiado.
—Y si me amas ¿por qué no buscaste en París? —le pregunté.
—Quise darte tu espacio, pero luego me sentí un cobarde y finalmente fui débil y caí nuevamente en las redes de Violeta, yo me metí con ella para intentar «olvidarte», pero no lo logré y ahora necesito estar contigo —me tomo por la cintura y me acerco a él —créeme cuando te digo que te amo.
Analicé cada una de sus palabras y lo sentí demasiado sincero, yo también lo necesito y no puedo negar que yo también lo amo.
—Yo también te amo y no he podido olvidarte, sé que no deje que te explicarás y también sé que solo me centré en el dolor de Amelia...
No me dejó terminar de hablar, ya que comenzó a besarme y yo me estremecí al sentir de nuevo sus labios.
—Te amo Sammy, entonces ¿me das una oportunidad?
—Si, tienes otra oportunidad —él volvió a besarme.
—Vamos a dar una vuelta —me dijo y yo asentí.
—Claro, pero debo cambiarme —toque la puerta y me abrió Matilde.
—Pensé que te habían secuestrado —me reí.
—Algo así, Matilde él es David mi novio —sonreí al decir esto y ella le sonrió.
—Mucho gusto conocerte —le dijo Matilde, David le sonrió.
—El gusto es mío.
—Bueno entremos y me esperas en la sala mientas yo me cambio —le dije a David y él asintió, subí rápidamente a la habitación y me coloqué un jean, mi camiseta favorita, mis vans, tome mi bolso, empaque unas cuantas cosas y salí, al bajar a la sala me di cuenta que David estaba conversando con Matilde me miro y sonrió.
—Bueno entonces vámonos —él se levantó y se despidió de Matilde, yo le di un abrazo.
—Por favor le dices a mi papá que salí, igual no llegaré muy tarde —ella me sonrió y nosotros salimos, David me tomó de la mano y comenzamos a caminar, me siento en el mismo paraíso.
....
Al llegar a mi casa, ambas estamos cargando de a diez bolsas.
—No te parece que diez bolsas son exageradas —le dije a mi mamá, ella sonrió.
—Nada es exagerado para mi nieto —dijo mientras ponía la llave en la chapa, aunque no fue necesario porque Ricardo nos abrió.
—Hola mi amor —le dijo mi mamá, ellos se dieron un beso —preciosa, ¿cómo te fue? —me pregunto mientas me daba un abrazo.
—Me fue genial, estoy esperando un niño —él comenzó a dar brincos de felicidad.
—¡Es niño, es niño, es niño! —ahora comenzó a gritar y nosotras nos reímos, además entramos al apartamento.
—Eduardo ¿qué estás haciendo aquí? —le pregunté, él se levantó y me abrazo.
—Amelia se me olvidó decirte que tu amigo Eduardo está aquí —me dijo Ricardo mientras entraba las bolsas junto con mi mamá.
—Hola cariño tiempo sin verte —lo saludo mi mamá y él le dio un beso en la mejilla.
—Bueno los dejaremos solos —nos dijo Ricardo y se llevó a mi mamá.
—y cuéntame ¿a qué debo tu visita? —le pregunté.
—Pues solo quise visitarte y además pues quiero volver a hablar de lo que te propuse —me dijo y yo desvíe mi mirada.
—Eduardo lo estuve pensando y solo podemos ser amigos, yo no puedo engañarte, tú no te mereces esto —le dije, él me miró fijamente.
—Tu no me vas a engañar, yo soy consciente de que estás enamorada de Edward, además estás embarazada de él, yo solo quiero apoyarte —me dijo.
—Por favor Eduardo, dejemos eso como una amistad, por favor —le insistí.
—Está bien, no tengamos una relación, pero igual déjame apoyarte así sea como amigo —me dijo y yo sonreí.
—Claro que acepto —le dije.
—Gracias por aceptar mi apoyo —miro su reloj —bueno, creo que ya es hora de irme —él se puso de pie y yo también.
—Vamos, yo te acompaño —le dije.
—Hasta luego, muchas gracias —se despidió, mis papás le contestaron y salí con él hasta el estacionamiento.
—Cuídate mucho, me escribes cuando llegues —le dije mientras él se subía a su auto.
—Claro que sí mi generala, nos vemos mañana en la universidad —bajo el vidrio y me dio un beso en la mejilla, yo me aleje, él arrancó el auto y se fue.
....
Al subir a mi apartamento mientras caminaba por el pasillo me encontré con Susan.
—¿Cómo estás? —le dije, ella me sonrió.
—No también como tú, pero ahí vamos —me contesto, yo comencé a caminar hacia la puerta —Amelia ven que quiero hablar una cosita contigo.
—¿Sobre qué? —le pregunté.
—Pues amiga quiero hablarte de lo zorra que eres.
—¿Perdón? —exclamé.
—Si Amelia, es que ya me enteré de tu secreto, sé que estas embarazada —me dijo y yo sentí frío, me quedé sin habla.
¿Cómo se enteró?
Susan seguí hablando.
—Además sé que el papá es mi marido, o sea Edward.
—No sé, de que me estás hablando.
—No te hagas la boba, yo ya lo sé todo y solo te diré que no voy a permitir que me dañes mi matrimonio ni mucho menos que dejes a mi hija sin su papá.
—Susan si estoy embarazada, pero no es de Edward —le dije y ella se rio.
—Si claro como no y ya te creí, solo vuelvo y te digo, yo no voy a permitir que dañes mi matrimonio, aunque pensándolo bien Edward es igual a tu papá.
—¿A qué te refieres?
—Pues a que me prefieren más a mí que a ti.
—Susan, ¿se supone que somos amigas?
—Yo jamás seré tu amiga, acaso no ves lo mucho que te odio —me dijo.
—Entonces ¿por qué tanto teatro? —le pregunté.
—Es obvio, lo hago por tener a Edward lejos de ti y ese bebé tuyo no me va a separar de él.
—No tiene por qué separarlos, Edward no es el papá, sino Eduardo.
—No te creo —me dijo mientras cruzaba sus brazos.
—No necesito que me creas, ahora yo me iré —comencé a caminar, quise salir de ahí, así que me dirigí al ascensor, pero Susan también lo iba a tomar así que me fui por las escaleras
—Amelia huye como la cobarde que eres —me gritaba, yo la ignoré —me queda más que claro que estás embarazada de Edward —seguí ignorándola —¡Te odio demasiado Amelia! —ahora me está gritando —¡Amelia, Amelia, Amelia!...
—¡Ameliaaaaaaa! —me volteé y Susan estaba rodando por las escaleras.
—¡Susan! —me acerqué a ella, pero ya estaba inconsciente.
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