Capítulo 14
Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲
Comencé a caminar rápidamente para la habitación, estoy más que segura que a Susan le va a dar un infarto.
Llegué a la habitación y Susan estaba sentada y se agitaba las manos en su cara.
—¿Qué te pasa? —le pregunté, ella me miro.
—Sentí un leve mareo, pero ya estoy bien, ¿cómo te fue con la zorra de Samanta? —me pregunto, yo me senté al frente de ella.
—No pude decirle sus verdades —le dije.
—Pero si te fuiste como alma que lleva el diablo, yo me imaginé que le ibas a sacar los ojos —Susan se rio.
—Es que a eso iba, yo estaba dispuesta a arrancarle los ojos a Samanta, pero es que escuché algo y vine corriendo a contarte —le dije y ella abrió los ojos.
—¿Tan importante es lo que escuchaste? —me pregunto Susan y yo asentí —entonces cuenta pues, te escucho.
—Susan es que no sé cómo decírtelo —exclamé.
—Ahora si me pusiste nerviosa, deja de darle más vuelta al asunto y cuéntame.
—A ver Susan lo que pasa es que la barriga de Amelia no es por comer muchos caracoles ni nada por el estilo —Susan me miro extrañada.
—O sea que me vas a hablar de la barriga de Amelia, tanto misterio para decirme semejante bobada, Violeta de verdad coge oficio, mi tiempo vale oro...
—Ella está embarazada —la interrumpí y le solté la gran noticia, Susan apenas pudo entender y al hacerlo se soltó a reír.
—¿Embarazada? y ¿de quién si se puede saber? —me pregunto Susan en medio de risas, yo me quedé en silencio —¿quién es el papá? —insistió Susan.
—Es Edward —le dije, Susan dejó de reírse.
—¡Qué! —se levantó exaltada y comenzó a caminar de lado a lado por toda la habitación —tu no me puedes estar diciendo que esa zorra está esperando un bebé de mi marido —yo me levanté y me hice en frente de ella.
—Susan entiende Amelia está embarazada y el papá es Edward —le dije finalmente, ella negó.
—No, Amelia no puede estar embarazada de Edward, Violeta seguro que tu escuchaste mal o es una muy mala broma de tu parte.
—No es broma, te juro que eso escuché —le dije, Susan volvió a caminar por toda la habitación.
—Entonces ese embarazo afecta mis planes, ¿te imaginas cómo va a reaccionar Edward cuando se enteré que Amelia está embarazada? —me pregunto Susan.
—Eh no, pero la reacción que sí me imagino es la que va a tener cuando se entere que tú no estás embarazada de él —le dije para luego reírme, ella me fulminó con la mirada.
—Mis planes se vinieron abajo, ahora no solo tengo a Simón como amenaza sino también a Amelia con bebé incluido —dijo Susan mientras se sentaba y yo la verdad no entendí lo primero.
—¿Cómo así qué Simón es una amenaza para ti? —le pregunté, ella desvío mi mirada, la sentí muy nerviosa —Susan, ¿qué pasa con Simón?
—Ayer me propuso dizque formar una familia juntos y no solo eso, me dijo que está enamorado de mí —yo abrí los ojos.
—Lo que dices es una locura, pues bueno Simón es el papá de tu hija, pero eso de decir que está enamorado de ti y proponerte hacer una familia, la verdad es que sí se le zafó un tornillo, él sabe que tú estás casada y además hacerlo así de la nada es una doble locura —le dije, Susan siguió moviendo sus manos —¿por qué estás nerviosa?, ¿hay algo de lo que yo no me haya enterado aún?
Susan me miró fijamente.
—Yo no te lo había querido contar, pero es que desde hace días me estoy viendo con Simón —me dijo finalmente Susan.
—¿Simón es tu amante? —le pregunté, ella asintió.
—La verdad sí, pero ¿qué quieres que haga?, Edward jamás me toca y tengo mis necesidades —exclamó finalmente y yo negué.
—Ahora ponte a pensar, Edward se va enterar que tienes un amante y que fuera de eso es el papá de tu hija, sin mencionar que Amelia que es el amor de su vida, si espera un hijo suyo, tus planes de tener todo su dinero se van a quedar en este lugar —le dije mientras la mostraba la canasta de la basura, ella bufó.
—Aspiro a que Simón de verdad no le diga nada a Edward y respecto a Amelia, ella no va a acabar con mi matrimonio, primero la mato y eso te lo juro —me quedé en silencio, luego hablé.
—Tranquila Susan, pongámonos a pensar si Amelia le quisiera decir a Edward que está embarazada, pues ya lo hubiera hecho entonces no tienes por qué preocuparte.
—La verdad estoy muy nerviosa, buscaré a Simón para pedirle que no le diga nada a Edward —bufé.
—Supongamos que Simón no le diga nada a Edward, ¿dónde queda Amelia?, te recuerdo que un embarazo no sé puede ocultar —le dije.
—Es cierto, pero ya me encargaré de eso, por ahora iré a buscar a Simón, ya vuelvo —habló finalmente Susan y salió de la habitación, yo solo espero que no comenta una locura.
....
Lo único que me faltaba es que la zorra de Amelia este embarazada de mi marido, pero está muy equivocada si cree que podrá acabar con mis planes, como le dije a Violeta primero la mato además sería muy fácil ya que no es la primera vez que sacó a alguien de mi camino.
Recordé a la insignificante de Sofía, de verdad que me da mucha lástima que este muerta, pero es que si ella no hubiera abierto la boca estaría viva y si Amelia sigue siendo un estorbo para mí, pues así mismo la voy a eliminar.
Caminé hasta la habitación de Simón, en el camino me encontré con David.
—Hola Susan —me saludo.
—Hola David y que belleza la tonta de Samanta regresa y tu reacción es que botas a mi amiga, ¿a qué estás jugando David? —le cuestione.
—Susan con todo respeto, no te metas que esto no es tu asunto —me dijo.
—Te equivocas porque la felicidad de mi amiga si es mi asunto, además yo se lo mucho que ella te quiere.
—Susan te repito no te metas, pero te diré algo si termine con Violeta es porque no quiero que ella sea como tú —me dijo y yo abrí los ojos.
—¿Y cómo soy yo? —le pregunté.
—Pues que estás con un hombre aun sabiendo que él quiere a otra —me dijo, yo lo mire mal —permiso Susan —se fue caminando por el pasillo, maldito David tu tampoco es que me caigas muy bien.
Seguí caminando hacia la habitación de Simón, al llegar toque varias veces, hasta que me abrió la puerta, me miro asombrado.
—Susan la verdad no esperaba verte —me sonrió.
—¿Puedo pasar?, es que necesito hablar de algo contigo —le dije y él asintió.
—Claro que sí, pasa —me dio el espacio y yo pasé —¿vienes a decirme lo que estoy pensando?
Yo negué, él bajo la cabeza.
—Entonces, ¿qué quieres decirme?
—Te pido por favor que no le vayas a decir nada a Edward, no acabes con mi matrimonio —le dije.
—Susan no he pensado ni pensaré en contarle nada a Edward, jamás voy a arruinar tu felicidad, aunque en realidad sé que no lo quieres —me dijo con su voz entrecortada, yo sonreí y le dije.
—Gracias Simón.
—Pero si quiero pedirte algo a cambio.
—¿Qué quieres? —le pregunté.
—No me dejes, y además quiero conocer a la niña, estar presente en su vida, puedo ser su padrino, yo quiero compartir con mi hija.
—Obvio no te voy a permitir eso, además el padrino de mi hija será David —le dije, él miro para otro lado.
—Es mi hija Susan —exclamó.
—Si, pero te recuerdo que cuando te pedí el favor, tú me dijiste que yo te gustaba, pero no como para tener un bebé conmigo.
—Pero eso fue antes, ahora estoy enamorado de ti, yo te amo Susan —él se me acercó y hasta me acorraló contra la pared.
—Simón aléjate por favor —le dije, pero él no me hizo caso, antes intento besarme —Simón, por favor —él rodó los ojos y se alejó.
—Susan yo te amo y tú sabes que haría todo lo que fuera por ti, además te recuerdo que hace muchos años te preferí por encima de Amelia, yo he hecho todo por ti, por eso ahora te pido que me permitas estar cerca de mi hija.
—Está bien Simón, dejaré que estés cerca de la niña, pero solo estar cerca porque su papá es Edward —le dije, él asintió —y ahora que mencionas a Amelia, debo contarte algo.
—Cuéntamelo —me dijo.
—Amelia está embarazada —él abrió los ojos.
—¿Quién es el papá? —me pregunto, quise decirle que era Edward, pero mejor no le dije nada.
—No lo sé, yo solo supe que está embarazada —le dije.
—Vea pues, son cosas que pasan, pero ahora déjame estar cerca de ti, apenas ha pasado un día y no te imaginas cuánto te he extrañado —dejé que me besará y pues el deseo, no puedo negar que me encanta acostarme con Simón.
....
Días después
Estamos aquí afuera del consultorio del Doctor Andrade, yo me siento muy nerviosa, hoy voy a saber el sexo de mi bebé, mi mamá me acompaño tal y como quería, además está bastante emocionada de conocer el sexo de según ella su primer nieto o nieta, pero yo por ahora solo tendré a este bebé.
—Hija tranquila ya verás que todo va a salir bien —me dijo mi mamá mientras apretaba mi mano, yo sonreí.
—Espero que sí mami —le dije.
Abrieron una puerta y salió una chica.
—Señorita Smith puede pasar —yo me levanté y mi mamá le pregunto.
—¿Puedo pasar con ella?
—Claro que sí, adelante —ambas entramos.
—Buenas tardes doctor —dijimos las dos al mismo tiempo.
—Buenas tardes, ambas están muy jóvenes parecen hermanas —nos dijo y nosotros nos reímos.
—Gracias por decirme que estoy joven —le dijo mi madre, el doctor le sonrió y le guiñó un ojo, veo que nos salió coqueto el doctor, pero lo que él no sabe es que mi mamá es una mujer casada y su esposo es algo tóxico, me reí al pensar eso, mi mamá me dio un pellizco.
—Hija muestra seriedad —me dijo mientras me fulminaba con la mirada, yo asentí, el doctor me miro.
—Y bien Amelia, ¿cuéntame cuántos controles llevas?
—Llevo cuatro doctor —le dije y él asintió.
—Perfecto, entonces ponte esto y aquí te esperamos, te puedes cambiar en el baño —tomé las cosas y me fui al baño.
Al salir ya con la bata puesta, me acosté en un estilo de camilla.
—El líquido es muy frío —me advirtió el doctor.
—Si doctor, no hay problema —le dije, luego de aplicarme el líquido comenzó a mover el transductor por todo mi vientre, comencé a escuchar el sonido de su corazón, mi mamá me tomó de la mano y lágrimas le comenzaron a salir.
—Es la primera vez doctor que escucho al bebé, los otros controles mi hija se los hizo en París, no sabe cómo me siento de feliz —hablo mi madre entre lágrimas, al verla así me dieron también ganas de llorar.
—Escuchar el corazón de un bebé en el vientre de su madre conmueve a cualquier persona —nos dijo el doctor —bueno Amelia, tu bebé se está desarrollando muy bien, está completo, es decir no le falta ninguna extremidad, ya tienes cinco meses de embarazo así que apenas pueda va empezar a ser muy activo, así que lo vas a sentir muy constante —añadió el doctor.
—¿Y el sexo? —preguntamos mi mamá y yo al mismo tiempo, el doctor se rio.
—Pues Amelia te cuento con mucha felicidad que estás esperando un hermoso niño.
Mire a mi mamá y ambas lloramos, estoy demasiado feliz.
—Bueno Amelia, eso es todo por esté control, ya te puedes cambiar y aquí tienes una copia de la ecografía —la recibí y fui a cambiarme.
Estoy esperando un hermoso niño. 👶🏻❤️
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