Esperarlos
Amelia
Unos días después Mason y yo vamos a comprar una casa.
No le cuento lo de la princesa roja, pero se que no se traga del todo que solo haya aceptado y ya.
Pero tampoco se queja, así que yo tampoco lo hago.
Nos mantenemos en silencio tomados de las manos cuando recorremos cada casa.
—No quiero que sea tan grande —murmuro al ver la imponente estructura de tres pisos —, hará que me sienta el triple de sola cuando no estés.
>>Y será el triple de casa que escombrar, no gracias<<
—De acuerdo —Mason no dudo y rápidamente le dijo al de bienes raices que no estábamos interesados.
El cual nos llevó a otra casa rápidamente.
Según Adam planeamos quedarnos aquí por al menos unos siete años. Nuestra casa está a un rango de unas cuatro horas de la suya.
La casa que nos muestra está vez es de una sola planta, pero es bastante amplia, tiene tres habitaciones, sala, cocina y dos baños. Tiene acabados de madera oscura, los techos son blancos y tiene grandes ventanales.
Mason le dió un apretón a mi mano, para preguntarme que opinaba.
—El patio es grande —murmure mirando por la ventana.
—Si Amelia, pero no dormirás en el patio, me refería a la casa.
—Me gustan los patios —refunfuñe —, son una parte escencial de las casas. Podríamos hacer un picnic.
Mason suspiro. A veces creo que piensa que me comportó como una niña pequeña. Yo también lo pienso.
—Bien, ignoremos el patio por un momento —sonrio y eso fue suficiente para traer mi atención de vuelta a la casa —, ¿Está bien está? Escogeremos la que te guste más.
—Esta me gusta —sonreí, el hombre de bienes raices llamado Patrick ya parecía harto de nosotros cada que nos mostraba una casa yo encontraba un defecto que no me gustaba de ella y que no me gustará a mí, hacia que no le gustará a Mason.
Escuché al hombre suspirar de la emoción.
—Bien —dijo Mason, volviéndose al hombre —, has el papeleo y apresuralo lo más que puedas, queremos mudarnos cuanto antes.
Patrick desapareció en un segundo.
—Gracias —le sonreí y lo atraje a mí para darle un beso casto en los labios.
Con los recuerdos de Fleur de Adam también vinieron con ello los míos. Ahora me recordaba, pero nuestra relación ya era distinta. Ya no éramos amigas, éramos más como un tipo extraño de aliadas.
A los chicos no les importaba realmente mientras estuviéramos en buenos términos.
Además no habíamos tenido realmente una oportunidad de hablar, solo nos habíamos visto un segundo y después Fleur entendió a dónde iba Mason al terminar el día. Ella comprendió que él siempre volvía a mis brazos.
Tampoco pareció molestarle, comprendía el papel de Mason en su vida, el cual era cuidarla. Ayudarla a superar el trauma.
—En cuánto haga el depósito la casa será suya —Patrick me saco de mis pensamientos — a él también le gustaría acelerar la compra lo más posible, así que en cuanto firme los papeles y pague, está será oficialmente su casa, señores Stevens.
Mason se alejo de mí y se acercó a Patrick, lo ví hacerle un cheque y firmo un par de cosas.
—Perfecto —Patrick parecía muy feliz de deshacerse de nosotros —, tenga —le entrego un juego de llaves a Mason, esté se aparto y me señaló con la cabeza —, claro —Patrick se acercó a mí y me ofreció las llaves —, espero que disfruten la casa, Señora Stevens.
Las tomé encantada.
—Gracias.
Salió de la casa como si tuviera miedo de que nos arrepintieramos y lo fuéramos a hacer ver más casas con nosotros.
—Llamare a la mudanza —anuncio Mason volviendo a mi lado —, me muero por estrenar nuestra nueva cama.
—Ya lo estoy esperando.
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