Esconderte
Maratón 1/4
No he salido de casa en unos días.
Masón dijo que debía estar en casa con él. Además, no es que me moleste demasiado, mucho menos en estos momentos.
Mason y yo estamos en la cocina, haciendo hot cakes; bueno, él está haciendo hot cakes. Yo estoy abrazándolo desde atrás, con mi mejilla pegada a su espalda desnuda. Solo está usando unos vaqueros. Yo por otra parte, estoy usando un vestido floreado color beige.
Conforme él se mueve para dejar cada hot cake en un plato yo me muevo con él, de vez en cuando le escucho reír cuando mis pies se enredan con los suyos provocando que ambos casi nos vayamos de bruces al suelo.
—Cocinar contigo es un peligro —solto una risita.
—No es mi culpa que no tengamos una buena coordinación.
Giro su rostro sobre su hombro para verme y arqueo una ceja. De un movimiento rápido se dió vuelta completamente, me levanto por el culo y me subió a la encimera. Se alejo de mi y bajo la flama de la estufa y dejo un poco de masa sobre el sartén antes de poner toda su atención en mí.
—Mas te vale que no te vengas hasta que te lo ordene —me sujeto de la cintura con una mano y de un movimiento rápido me acerco a la orilla, lo ví desabrocharse el cinturón y bajarse el cierre, apretó su agarre a mi cintura y con su otra mano se encargó de subir mi vestido y de apartar mis bragas, introdujo uno de sus dedos y con su pulgar comenzó a hacer círculos en mi clítoris, arqueé la espalda y los dedos de mis pies se encogieron —, tan preciosa mi Amelia, lista para recibirme.
Mordí el interior de mi labio cuando sentí que introdujo otro dedo y comenzó a moverlos dentro de mí. Sentí que mi orgasmo comenzaba a formarse y de pronto el separó su mano de mi interior provocando que chillara en respuesta. Lo mire con cierto enojo y el me devolvió una mirada divertida mientras aproximaba su cuerpo al mío, de pronto sentí como se introdujo fuertemente en mi interior, arqueé mi espalda completamente y enrolle mis piernas a su alrededor para acercarlo más.
—Oh, mierda —logre decir mientras el aceleraba el ritmo y apretaba su agarre a mi cintura para moverme a su gusto. Me aferre a la orilla de la encimera mientras Mason enterraba su cara en mi cuello.
Abrí los ojos y mantuve mi vista fija en el pasillo, absorta en el placer y en intentar contenerme o me vendría.
De pronto, Adam y Pierce aparecieron en mi campo de visión, ellos tenían llaves de la casa y habían entrado sin que nos dieramos cuenta. Hice un intento vago por separar a Mason de mi cuerpo, pero prácticamente mi cuerpo se negó a separarse de él, no cuando estaba tan cerca.
Adam se tapo los ojos con las manos al notar la escena y se devolvió por dónde venía, pero Pierce se quedó ahí, quieto, observandonos. Mason estaba mirando en la misma dirección que yo así que a menos que tuviera los ojos cerrados, el también había notado su presencia. Cuando lo sentí sonreír contra mi cuello note que se trataba de la segunda.
—¿Que es lo que quieres? —la voz de Mason se escucha severamente afectada por la situación, podía escuchar la exitacion en su tono que estaba parcialmente grave, pero a pesar de ello se escuchaba tranquilo, como si no estuviera follandome mientras habla.
—Surgio un inconveniente —a pesar de que estaba hablando con él, no apartaba la vista de la mía, entonces comprendí un poco lo que Mason deseaba, quería que me viniera frente a Pierce.
—Ya veo —Mason me dió un apretón en el culo, volviendo su atención a mí, se acercó a mi oído y comenzó a susurrar para que solo yo lo escuchará —, míralo Amelia, míralo fijamente, mira como se muere por ser él quien te folle —trague duro mientras el aceleraba el ritmo y también dirigía su mirada a Pierce, yo no había logrado desviar mi atención ni un poco de sus ojos grises —, míralo mientras te vienes conmigo y le enseñas a quien le perteneces.
Dió una última y fuerte estocada que me hizo aferrarme con fuerza a sus hombros mientras sentía como mi interior se contraía, y al mismo tiempo el líquido caliente se deslizaba en mi interior.
Cuando salió de mi se acomodo el pantalón, mientras yo trataba de recomponer mi respiración. Me acomodó el vestido y luego me ayudó a bajarme de la encimera.
Me sujeto por la cintura cuando vió mis piernas flaquear.
—Ven aquí, te llevaré a la tina —se agachó, paso una mano bajo mis rodillas y me alzó en un movimiento rápido que me hizo soltar un pequeño grito, él me estaba cargando como a una princesa. Pasamos a lado de Pierce y como dijo, Masón me llevo a la tina, la dejo llenandose con agua caliente y cuando está estuvo perfecta me ayudó a entrar con cuidado —, bajaré a ver qué quieren, ahora vuelvo.
Se marchó y me dejó ahí desnuda en el baño.
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