Cuando Adam y yo llegamos a la cabaña Fleur está dormida/noqueada.

Mason está vistiendo un pans negro y una sudadera a juego. Se le ve tranquilo e incluso un poquito animado, no sé porque pero eso me provoca una sensación extraña en el pecho, como una punzada.

Adam le entrego una bolsa de plástico de la que sobresalía una tela rojiza transparente, desde mi perspectiva parecía un vestido.

—Se cauteloso —le dijo en un tono que no logré distinguir, pero al que tampoco le tome importancia, solo había una cosa que me interesaba saber en ese momento.

—¿Cuando volveremos a casa? —pregunte y aunque lo intente no logré disminuir el tono ilusionado. La verdad era que estaba desesperada por tenerlo nuevamente entre mis brazos, ya extrañaba fundirme con él entre las sábanas.

Adam me miró por el rabillo del ojo y luego lo miro de vuelta, hubo un extenso silencio antes de que lo escucharamos resoplar.

—No iremos a casa, al menos no por ahora, tenemos algunos asuntos que resolver con la princesa roja —mis cejas se hundieron.

—¿Con quién?

Adam suspiro.

—Descubrimos que Fleur sufre de transtorno de personalidad múltiple —explico en voz baja.

—Y Mason parece estar muy interesado en ella —la voz de Pierce nos hace dar un salto a mi y a Adam — ¿No es así, Mason?

Ese tono, no me agrada, no me agrada nada.

Intercale mi mirada entre el ojigris y el pelinegro.

—¿A qué se refiere? —cuestiono en un tono más hostil del que me gustaría admitir.

Mason no dice nada, Pierce en cambio ríe.

—Oh, vamos Mason, solo dile, será divertido —se cruzó de brazos y una sonrisa lobuna se extendió por todo su rostro, estaba disfrutando la situación.

—Mason... —mi tono sale amenazante.

—Deberias responder Mason, por tu bien, no subestimes todo el tiempo que la entrene, aprendió de los mejores —alzo y bajo las cejas, sugerente.

Mason sigue algo detrás de mí y siento como ligeramente algo se desliza entre mis dedos, es un mango, cuando bajo la mirada noto que se trata de un cuchillo. Adam acaba de dejar un cuchillo en mi mano.

—Amelia —su tono es tranquilizante, pero está vez no logra calmarme, más bien aumenta mi nerviosismo —, estás siendo manipulable.

—Estas viendo las pruebas y estás analizando, dime ¿Has llegado a alguna hipótesis? —Pierce está prácticamente susurrando en mi oído.

Mason me había enseñado a pensar como un psiquiatra y como un enfermo mental, pero Pierce me había enseñado a seguir las pistas y los hechos.

Y el hecho ahora era que Mason quería estar lejos de mí.

—Que el quiere abandonarme —me aferre al mango del cuchillo con fuerza.

—Amelia —esta vez el tono de Mason fue amenazante, quería que me detuviera.

—¡Responde! —le grite — ¡¿De que habla Pierce?!

Silencio.

Ambos intercambiaron una mirada.

—Vamos a quedarnos aquí, con Fleur —dijo —, Adam, Pierce y yo.

Parpadee perpleja y solo tarde un segundo en saber que haría, le arroje el cuchillo, lo esquivo y se despistó siguiendo el camino por el que había ido, aproveche su descuido para dar dos pasos al frente y proporcionarle un puñetazo en la mejilla. Mason dió un par de pasos atrás y soltó una ligera risa, antes de que pudiera hacer algo más Pierce me tomo por la cintura y me alzó del suelo.

—Te dije que lo haría, la entrene bien —Pierce me sujeto los brazos y Mason volvió a reír, está vez escupió un poco de sangre.

—La verdad no creí que fuera a lograr si quiera hacerme un rasguño —hizo una mueca.

—Solo era una prueba, Amelia, tranquila, te quedarás con nosotros —Adam se apresuró a explicarme y comencé a respirar con tranquilidad —, pero debemos decirte un par de cosas.

Nota

Me darán tres semanas de vacaciones y aprovecharé lo que pueda para actualizar porque mi madre me ha quitado el teléfono.
Si, tengo 17 años y mi madre aún me controla, tengo un gran futuro por delante.

Espero que disfruten el capítulo.