Maratón 2/4

A casi una semana de aquello, Adam y Pierce van a casa, Masón me pidió que me quedara en la habitación, porque era algo que solo debían saber ellos.

Yo mientras tanto me siento frente a un caballete y práctico un poco hacer una pintura, Adam me trajo un par de cosas para distraerme. Cosa que le agradezco.

No estoy pintando nada con una forma en específico, más bien es como un montón de pintura revuelta sobre el lienzo. Mi mente está en blanco, no logro concentrarme.

Escuché la puerta de la habitación abrirse, gire mi rostro y me encontré con los ojos bicolor de Mason.

—¿Todo bien? —asentí ante su pregunta. Él me regaló una sonrisa ladina —, ¿Si te tomaste la pastilla?

Asentí nuevamente, recordando que al día siguiente, cuando volvió del pueblo había traído una pastilla de emergencia.

Sin decir más, salio de la habitación y volvió a dejarme sola.

Hoy no me sentía de buen humor, estaba un poco decaída. Estaba aburrida, con sueño y sin nada realmente interesante que hacer.

Sin poder resistir la curiosidad, me levanté de la silla casi de un salto y camine lentamente hacia la puerta, la abrí despacio y trate de escuchar lo que decían, al no lograr escuchar camine lentamente por el pasillo y fue entonces cuando los escuché.

—Vimos a Fleur comprando un cuchillo de caza, creo que lo hará hoy, es mejor estar preparados —la voz dulce de Adam sonaba inquieta.

—Lo haremos está noche —les dijo Masón.

—Bien —ese era Pierce, sonaba un poco disgustado.

—¿Ya se lo dijiste a Amelia? —pregunto Adam. La mención de mi nombre me hizo fruncir el ceño.

—No —la respuesta de Masón fue directa, y por el tono incluso me hizo pensar que...

—¿Ibas a marcharte por casi un año sin decirle nada? —Pierce de nuevo, pero está vez sonaba el triple de enojado. Me tape la boca con las manos.

>>¿Mason me dejaría aquí sola a mi suerte sin decir nada?<<

—No quiero que se involucre en esto.

—Eres un animal —Adam de nuevo —, no puedes dejarla sola, no sin explicarle la situación

No pude resistirlo, y salí de mi escondite.

—¿Ibas a dejarme? —cuando hice mi aparición los tres pares de ojos se giraron a verme.

—No debes escuchar conversaciones ajenas —evade mi pregunta.

—¡Contestame! —grite.

—Si, iba a dejarte —sin pensarlo fui corriendo a la cocina, tome un cuchillo, corrí devuelta a ellos y no le dí tiempo de reaccionar cuando yo ya estaba colocando el cuchillo contra su cuello. Dió un par de pasos atrás hasta que lo tuve contra la pared, Adam y Pierce se levantaron de sus lugares preocupados, pero Mason les hizo una seña con la mano para que se mantuvieran en sus lugares, parecía divertido y eso solo me hizo enojar más — ¿Vas a matarme, Amelia?

—¡Tu no vas a dejarme maldito imbécil, antes te mato! —lo amenacé.

—¿Me matarías?

—¡Si no vas a estar a mi lado, si, claro que sí, yo te mato antes de que me dejes!

—¿Estarías dispuesta a matar a alguien para mantenerme a tu lado? —seguia pareciendo divertido, pero a su vez parecía realmente serio respecto a mis respuestas.

—¡Si, mataré a cualquiera!

—¿Aunque sea alguien inocente?

—¡Si, si van a alejarte de mí, si!

Me sonrió, y me acaricio el cabello. Miro a Pierce y Adam.

—Parece que Amelia será parte de nuestro pequeño plan.