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Amelia

Apenas llegamos a casa el trio del caos me rodea y me hacen preguntas, no les presto atención, solo miro a Cameron que carga a dos pequeñas bebés al fondo de la cocina.

Hanzel se abre paso entre todos y se abalanza sobre mí, me deje caer al suelo de rodillas mientras lo acercaba con fuerza a mí.

—¡Mamá! —comenzo a llorar, entre mis brazos.

Solloce ligeramente, por fin tengo a mi pequeño entre mis brazos.

—Hanzel —lo aparte y mire sus ojos cafés con devoción, mi pequeño, mi Hanzel.

—Lamento mucho que te secuestraran por mi culpa.

—¿Que? No, no, no, amor, no, no es tu culpa, es mía y de papá por no parar de pelear y descuidarte. Lo lamento.

—Te extrañe mucho —dejo un beso en mi mejilla.

Yo tomé su cara y llene sus mejillas de besos.

—Yo igual te extrañe.

Hanzel se levantó.

—Mamá, porqué no vienes con Audrey y Amanda, seguramente también te extrañaron mucho.

Me dio la mano y me levanté, lentamente camine en dirección a Cameron.

—Me alegra saber que estás bien Amelia —dice pero no le pongo atención —. Supongo que querrás cargar a tus pequeñas, toma a una primero —me tendió a la que estaba envuelta en una cobija rosa pastel —. Esta pequeña dormilón es Audrey.

Al tomarla mis ojos se llenaron de lágrimas, sus mejillas eran igual de regordetas que las mías, pero su piel era igual de blanca que la de Mason, su cabello es negro y tiene unas largas pestañas.

Deje un beso en su mejilla y esto al parecer la despertó. Sonreí un poco al ver sus ojos. Sus ojos marrones, como los míos.

Mason se acercó a mí y la quitó de mis brazos para que pudiera cargar a Amanda. Esta tenía los ojos abiertos. Suspiré al tenerla en mis brazos y observar de cerca su heterocromia. Quitando eso, prácticamente es idéntica a Audrey.

—Son preciosas —murmure, Mason deslizó su abrazo por mi espalda ya que con el otro sujetaba a Audrey, Amanda al tenerla cerca frunció el ceño, Audrey por su parte estiró sus manitas en su dirección y balbuceo, contenta.

—Se parecen a ti —Mason beso mi mejilla —, ustedes tres son mis preciosas.

Sonreí ligeramente.

Baje la mirada y busque a Hanzel, estire mi mano hacia él, se acercó rápidamente y la tomó.

—Somos una familia —dije sonríente, ya habría tiempo de sufrir por Daniel y su recuerdo, no es algo en lo que quiera pensar ahora —. Les prometo que haré cualquier cosa por protegerlos.