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Pureza Relativa 2

Hola mis amados lectores ando taaaan cansada dios, jaja en estas épocas ya toca que actualice mis demás trabajos pero joder me levanto temprano y sigo sin tener tiempo para mis cosas ¿Qué se supone que debo hacer para que mis días si me rindan? Jaja Bueno.

Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

Pureza Relativa 2

La alegría en la vida de Jyushimatsu siempre ha sido una constante.

Bueno relativamente hablando porque de más pequeño era un niño "más normal" de lo que lo es ahora.

Siempre fue muy alegre e inocente (a su forma) pero la sonrisa permanente apareció cuando comprendió que uno debe ser como uno es realmente, que intentar ser algo que no eres no es algo productivo. Jyushimatsu durante bastante tiempo intento ser como todos los demás. Pero algo dentro de él estaba en punto de ebullición para esperar el punto propicio para explotar y salir libremente al exterior. En un principio creyó que siendo amigo de Ichimatsu, necesitaría ser tan sombrío como él para que la gente comprendiera porque es que eran amigos. Luego, tras su obvio fracaso intento ser un poco más alegre de lo que era comúnmente para contrarrestar la personalidad de su arisco amigo. Solo que Ichi de pequeño no era tan así, de hecho el motivante al cambio drástico de la personalidad del de ojos dorados fue el suceso del cambio drástico del chico de ojos morados. Cuando Ichi se volvió más arisco, él se convirtió en consecuencia más alegre.

Hubo un evento muy importante en la vida del ahora joven escritor, que lo convirtió en lo que es ahora. Aunque ni de lejos tan doloroso como lo del fracaso.

Ese fracaso.

Lo más pesado que le ha tocado enfrentar al lado de su amigo. Gracias al chico despeinado siempre había alguien a su lado. Alguien tolerando su siempre enérgico ser. Alguien que lo quisiera (a su manera claro) incondicionalmente. Lo mismo que él siempre ha intentado devolverle. Siempre será su hermano.

Los padres de Jyushi son buenas personas que lo aman, pero les frustra bastante el hecho de no poder comprenderlo al cien. Aun así le tienen bien cuidado y son amorosos con él.

Siempre ha estado acostumbrado a que las dolencias ajenas le llenen el corazón de curiosidad y empatía. Quiere consolarlos y entender el motivo detrás de dicho dolor. Ichimatsu suele decirle que es porque es muy curioso y "blando".

Pese a lo acostumbrado que está a esto nada lo preparó para la llegada de la muchacha hermosa de mirada triste que llegó esa tarde a la cafetería.

Homura-chan.

Ella era una chica alegre con un corazón roto.

Una dulce persona que tenía algo que le hería el corazón como para siempre estar melancólica. No era como Ichimatsu, de buen corazón pero amargado. Era de esas personas tan alegres y frágiles a la vez. Tan rota. Tan sin vida. Tan desecha.

Aun así ella quería ser feliz de verdad. Quería cambiar su vida. Quería alegría. Quería amistad y lazos hermosos. Quería una vida nueva. Quería esforzarse por ello. Quería dejar atrás eso que la lastima para poder seguir adelante. Tan perseverante. Tan decidida.

Homura era algo ambivalente, porque era tan alegre y triste a la vez. Hermosa como pocas, eso sin duda pero más allá de su belleza exterior tenía una luz interna tan cálida, pero sutil dado su lado depresivo.

Eso lo maravillaba y confundía en partes iguales.

Mientras más maravillado y confundido se sentía más dudas le surgían, dudas que quería responder. Homura nunca respondía nada. Misteriosa. Mientras más misteriosa más intrigante. Lo que para el beisbolista equivale a más intrigante y atrayente.

Nunca habría sentido la necesidad de estar tan cerca de alguien como de Homura-chan, ella era tan parecida a él y a la vez tan diferente. No sabía cómo explicarlo porque no lo entendía. Aunque suele no comprender muchas cosas de todos modos.

Estaba muy emocionado de que ella anhelara tantas cosas. Él ahora solo anhelaba que ella fuera feliz. Parecía que Homura había encontrado su camino a seguir el día que probó el café de Karamatsu.

El chico alegre aun no podía dejar de admirar la habilidad para hacer el café que Karamatsu poseía, talento sin duda muy respetado por todos en la cafetería.

Sabía que todos los que están ahí van por el café y terminan amando no solo el producto sino también el local. No solo porque es bella, sino porque es cálida. Algo así como la esencia de la misma Homura, tal vez era por esto que ella lograba compaginar tanto con la cafetería perteneciendo de forma tan natural dentro de ella. Casi tan naturalmente como el mismo Kara.

Quien se habría de convertir en su amigo y "guía" en las enseñanzas que la ayudaran a preparar un café como el del francés.

Le gustaba que Homura-chan viviera ahora en la casa del de ojos azules. Así estaría más segura que vagando en las calles, además que cualquier cosa no estaría sola. Llevar las penas es más llevadero con la compañía adecuada. Y sin duda el extranjero es de los que esta incondicionalmente con sus amigos y puedes contar con él.

Pese a que le había alegrado la noticia, un poco de su ser se sentía un tanto incomodo de cierto modo que no podía explicar pero por lo demás estaba muy satisfecho. Aunque Ichimatsu era otro cantar. Nunca en su vida le había tocado ver a su amigo tan celoso.

El otro continuaba negándolo, pero la purita verdad es que la cercanía de la chica de trenza y el de ojos azules tenía al amante de los gatos de un humor de perros (o en su caso, de gatas). Como cuando ella recodando algo triste (de nuevo) giro el rostro para recargarse en algo como si de pronto le costara estar de pie, no se dio cuenta que lo que estaba al lado era el cuerpo de Karamatsu. Esto a ella la avergonzó mucho mientras que el francés no le tomo importancia, pero en automático el de morado fue y recargo su cabeza en el brazo del de ropa chistosa, mientras movía su cabeza como lo hacen los gatos cuando piden atención. En todo el suceso no dejo de lanzarle miradas de odio a la chica que se sintió un tanto asustada y se alejó.

Ichimatsu era muy posesivo.

─ Jyushimatsu ¿Tu sientes algo por Homura?

Le había preguntado directamente esa tarde cuando le había insistido para acompañarlo. Eso había descocado al de ojos dorados. Pues si todos sentimos cosas hacia las demás personas, solo cuando no los conoces y te son indiferentes es que no generas sentimientos hacia ellas.

─ ¡Homura-chan es una chica fabulosa! ¿Por qué lo dices Ichimatsu-niisan?

─Mmmm por nada en especial. Vamos.

Siguieron el resto del camino en total silencio pero la verdad es que se produjo una ligera duda en el corazón de Jyushi ante esa duda ¿exactamente qué clase de sentimiento es este que siente hacia Homura-chan?

YYY

Homura sentía esperanza.

Una tremendamente arrolladora esperanza.

Era patético para alguien como ella hacerlo, pero lo hacía no podía evitar sentirla.

Su vida había dado un giro de ciento ochenta grados.

Pocas veces fue tan feliz en la vida. Su felicidad aun no podía ser completa dado su aún abierta herida. Su pasado jamás dejaría de causarle dolencias, pero se esforzaba porque esos fantasmas dejaran de atormentarla, de todos modos ya eran solo eso: un horrible recuerdo que lo lograba incomodarla, pero un recuerdo en fin y al cabo.

Gracias a una fuerza mayor que por una vez veló por ella, o pensó que quizás ya había tenido suficiente eso ya no formaba parte de su presente.

Un presente maravilloso con personas que han sido grandiosas con ella.

Una meta de vida que la impulsa a dar todo de sí y que le da un propósito a su vida.

Finalmente ha comenzado a tener lazos, Karamatsu es un perfecto ejemplo de ello. La prueba viviente de que ahora no está sola.

Karamatsu.

Ese hombre lo más probable es que no fuera un ser humano común y corriente, y fuera un ángel disfrazado. Porque era demasiado bueno para ser real. Salvo por algunas extravagancias, el de ojos azules suele ser una persona encantadora, de esas que siempre están dispuestas a ayudar a los demás. Tan amable. Tan de buen corazón.

Gracias a él ahora tenía una nueva vida. Porque incluso le había dado asilo.

Intentó negarse por todos los medios, pero no era algo que estuviera en sus manos, el extranjero no acepto un no por respuesta.

Le estaría eternamente agradecida.

Porque ahora también tenía más gente a su alrededor con la cual convivir. Todos en la cafetería eran personas encantadoras y amistosas. Bueno casi todas. El amor de su sensei sí que era un poco difícil de tratar, pero no menos encantador. Le recordaba a un gato huraño que solo con su dueño es sutilmente afectivo. Obviamente ella no es del agrado de Ichimatsu-san, menos aún porque la ve como una rival en el amor. Sin embargo nada más lejos de la realidad. Ella jamás podría hacer tan feliz a Kara como lo hace el chico despeinado. Aunque su trato lo desconcierte, cierto es que al de ojos azules siempre le alegra la vida poder pasar su tiempo con el chico escritor. Además que ella ya no es digna para ser la esposa de nadie. Nadie debe de amarla porque es impura. Alguien sucia.

La música de cada tarde suena y es consciente de Ichimatsu ya viene, en cierto modo le tiene algo de envidia porque alguien le cante canciones y la trate la mitad de bien de lo que Karamatsu lo trata solo porque lo quiere y disfruta consentirlo. Ella también soñó alguna vez con enamorarse. Soñaba con un príncipe de dorada armadura que llegaría a salvarla y vivirían felices para siempre. Vaya que si era ingenua. Siendo tan consiente como lo es de que esto es imposible, en el fondo de ella aún guarda una pequeña esperanza. Pero jamás obligaría a nadie a tener que cargar con alguien como ella.

─ ¡Hola Homura-chan! ¡Hustle, hustle! ¡Mustle, mustle!

Ese efusivo saludo tiene la habilidad de llegar en el momento exacto.

─Hola Jyushimatsu-kun

Tan efusivo es el chico que no puede evitar sonreírle y dejarse contagiar un poco por su actitud.

─ ¿Cómo les fue en la escuela hoy?

─ ¡Fantástico! Me divertí mucho ¡Anote muchas carreras! Y amenace con mi bate al tipo que estaba molestando a Ichimatsu-niisan de nuevo...

─ ¡Se supone que ibas a guardar el secreto!

─ ¡cierto trata de olvidar eso Homura-chan! ¡Homura-chan no se lo dirá a nadie!

Ella no pudo evitar carcajearse ante los gestos que el chico de bate estaba haciendo para contarle toda la anécdota. Como siempre que se ríe demasiado entra en ese estado de shock y como siempre el de ojos dorados corre en su auxilio.

El muchacho alegre sí que era una maravillosa dosis de energía solo con estar ahí. Para alguien tan melancólica como se había vuelto ella misma, alguien tan inocente y gracioso era un alivio. Un remedio para los malos ratos.

Él no era consiente pero era una alegría verlo pasar por esa puerta.

Lo extrañaba para que fuera alegre, diferente, espontaneo y efusivo. Osomatsu no era inocente, Ichimatsu no era alegre, Choromatsu era demasiado propio, Karako muy competitiva, Ichiko igual que Ichimatsu y Karamatsu muy doloroso. Nadie podía hacerla reír a ese grado y una pequeña parte de ella imploraba que nadie lo intentara. Había ocasiones en donde el beisbolista le preguntaba sobre ella misma. No quería mentirle ni ocultarle nada, pero tampoco podía decirle la verdad.

Le daba demasiada vergüenza y sentía que por buenas personas que fueran, las cosas cambiarían entre ellos si se enteraban de la verdad. Podrían juzgarla. Quererla lejos. Ser excluida de nuevo. En soledad.

─Vamos Homura, aller à parler un peu avec mon petit Jyushimatsu en lo que yo les preparo unos cafés. *

─ ¿No quieres que te ayude?

─ Non, non ve y disfruta de un merecido descanso.

─ ¿Por qué ella si puede tomar descansos sentada con los clientes y le preparas hasta un café sin que te pongas a gritarle en francés?

Parce qu'il est pas inutile exploitée comme vous. *

patron idiot.*

Vrac inutile *

Homura no pudo evitar reírse sutilmente mientras los veía discutir entre ellos. Siempre era tan divertido y tierno a la vez el cómo era la relación de esos dos.

Finalmente ella se sentó con Jyushimatsu en la mesa que se estaba volviendo costumbre que ambos compartieran. Ahí viendo a todos los que van seguido a disfrutar del ambiente de la cafetería encajar entre ellos y sentada con este chico tan maravilloso, es plenamente consciente de que ahora tiene un lugar al cual pertenecer. Por su lado, el de sonrisa enorme también notó que si podía ver así de feliz a Homura-chan cada que fuera, bien valdría la pena el soportar la curiosidad.

YYY

Finalmente veremos un poco de convivencia de todos los de hasta ahora en la cafetería entre ellos Capitulo 13. Halloween

aller à parler un peu avec mon petit Jyushimatsu- ve a conversar un poco con mi Little Jyushimatsu

Parce qu'il est pas inutile exploitée comme vous- Porque no es una inútil aprovechada como tú. *

patron idiot.- Jefe idiota. *

Vrac inutile- Inútil flojo*

Bueno mis amores ojala hayan fangirleado aunque sea un poco con este lindo progreso el JyushiHomu dios. Espero les haya gustado mucho este capítulo kawaii. Dejen reviews si leen este mensaje para nada sutil XD. Bueno como siempre agradezco su tiempo en leer mis choco-inventos, nos estamos leyendo.¡Shao!

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