Poemas sin amor 9
Hola mis amados lectores estoy con toda clase de sentimientos, este es el último de "poemas sin amor"
Como siempre los invito a leer mis demás trabajos y comentar siendo respetuosos.
Disfrútenlo
YYY
Poemas sin amor 9.
Choromatsu estaba muerto en vida.
Llevaba años sin sentirse tan vacío. Estaba sufriendo el peor de sus tormentos y su época de gloria debería estar cerca, mas no era sí. Sus propios miedos terminaron arrastrando al fango los sentimientos de la persona que más lo ha amado. Aun cuando ni siquiera el mismo profesor creía que valía la pena más allá de como escritor, eso no logro desanimar a su acosador pervertido favorito.
Lo llegó a desesperar tanto y puso su mundo de cabeza totalmente y seguía siendo, a todas luces, lo mejor que le había pasado. Su relación, su amor, era terriblemente real. Algo sincero y desinteresado. A su lado, la vida era estresante al máximo, pero era como si una inyección de vitalidad le fuera suministrada. Creyó que necesitaba tranquilidad para trabajar mejor, pero mientras más lo analiza, más le hace falta verlo paseándose por los alrededores de su apartamento mientras Choro intentaba trabajar, para en cierto punto, llegar a interrumpir de forma "disimulada" e intentar conseguir una sesión de besuqueos intensos o sexo sobre el escritorio (que casi siempre conseguía). Luego de eso, se des estresaba y la cabeza le funcionaba mejor, la inspiración fluía. El amor que corría por su sistema le ayudaba tanto como fuente de inspiración. Por eso en parte se sentía un poco bloqueado para hacer un gran trabajo, su hoja en blanco delante suyo era un dolor en su orgullo. Había estado escribiendo cosas muy depresivas, aunque no sabía si eso era un progreso, ha intentado escribir algo lindo, mas no fluye nada. Solo divagaba pensando en el dueño de esos ojos marrones preciosos.
Nunca le dijo ni una sola vez lo mucho que lo amaba. Cuando se acostaron la primera vez, se limitó a decir una especie de "Yo también" Mas nunca dijo con todas sus letras un "te amo". Era ahora que se sentía hundido que creía que hubiera sido fantástico hacerlo. Ser sincero a ese grado, ser más como Osomatsu cuando daba todo de sí.
Mira la fotografía de su amado por millonésima vez, y vuelve a romperse. Lo extrañaba tanto, pero su reputación estaba por los suelos por dejarse llevar por algo tan extravagante y riesgoso como una relación homosexual. Tal vez, su amor debía ser platónico. Sin mencionar que verlo ese día afuera de la casa de Karamatsu ha sido uno de los peores momentos en su relación. Ese tono de regaño donde no hay reproche, solo un verdadero sufrimiento y preocupación. Ha sido tan duro escuchar esas verdades. Duras y crueles salidas de la boca que solía hablarle sucio y romántico. Esa misma que besaba rico y tenía un sabor delicioso.
/Vamos Choromatsu, no es correcto que fantasees con las idea de que un día, podrán estar juntos. Es algo tonto, ya viviste por carne propia el dolor de ser menospreciado como un profesional serio/
Luego se daba de topes con la pared por ser un completo estúpido por pensar así. Era un egoísta miedoso. El cocinero adoraba cocinar, era su pasión. Sin embargo, no le daba su identidad como persona. Tenía mucha fuerza para darlo todo por amor, si hiciera falta, habría dejado de cocinar si eso significaba quedarse juntos. No se arrastró por el piso rogándole que regresaran porque no hacía falta. No hizo nada incorrecto. Intento incluso hablar con él con calma pero no le dio ni eso. Tal vez, en el fondo de sí, es consciente de que si le daba esa oportunidad, hubiera mandado todo al diablo y se habría quedado a su lado, que en momentos así, cree que es lo que debió suceder.
Aunque todo esto lo hacía por su escritura, su arte. A veces, los artistas deben de hacer grandes sacrificios por esta y a cambio, se vuelven grandes. Supuestamente la lógica era esa ¿no? Entonces ¿Por qué todo esto se sentía tan equivocado?
De repente, recibe una llamada que lo saca de su ensoñación.
─ ¿Bueno?
[─Choromatsu, amigo mío.]
Esa voz la conocía tan bien.
─ ¡¿Director?! Bu-buenas tardes.
Su jefe, el director de la escuela. Este comenzó a reírse.
[─Dime hijo, ¿Cómo has estado?]
Suspiro, no le diría la verdad a este hombre, por lo que se obligó a no sonar mal.
─Estoy perfectamente, gracias ¿Y usted?
[─Muy emocionado, terriblemente emocionado.]
─ ¿Y eso a que se debe?
[─Se debe a que mi amigo hizo lo correcto el día que te recomendó para el puesto.]
Eso fue algo muy nostálgico, hablar de su mentor.
─ ¿En serio? Eso me halaga pero no creo que sea muy acertado...
[─ ¡Ja! Los chicos como tú y su falsa modestia. La verdad es que estoy muy orgulloso, de ti. Mi amigo lo estaría igual. ]
─ ¿Por qué lo dice?
[─Estuve leyendo tus trabajos más recientes, la verdad es que estaba esperando que algo te golpeara para que despertaras ese gran potencial tuyo. Finalmente, mis plegarias fueros escuchadas. No sé quién o qué te ha inspirado, pero déjame decirte, que es lo mejor que has hecho en años. Tu carrera por fin llega a un punto elevado, con este gran material tan humano, tan real. Es sublime, es hermoso, es tan contradictorio. Quieres llorar, quieres reír, ser feliz, enojarte, es tan vivido y tan enamorado. Ahora, vengo a decirte que luego de todo este tiempo, no te rechazaré más tu petición de que financiara tu primer libro. Felicitaciones hijo, sigue así. Hablaremos luego para más detalles. Hasta luego.]
No le dio tiempo a decir nada y le colgó. Choromatsu comenzó a llorar y brincar por toda su casa. Nunca, en todos estos años el director había accedido, siempre le mandaba escritos nuevos y nunca aceptaba a financiarle un libro. Algo siempre le hacía falta y ahora, le mando como siempre un conjunto de escritos para no perder la costumbre, no se imaginó que por fin, finalmente lo lograría. Se inca totalmente sofocado y mareado por la oportunidad.
Mas, mientras mira a su alrededor se da cuenta de que no tiene a nadie a quien llamarle para celebrar algo así. El mayor logro de su vida y no le sabe cómo tal porque no está completo si no está su idiota para animarlo por eso. El idiota al final resultó ser él mismo, porque contrario a lo que pensaba en un principio, se da cuenta de que esa relación pudo hacerle perder la estabilidad pero era lo mejor que pudo sucederle porque lo hizo crecer tanto como artista como persona. Le daba los peores dolores de cabeza y los mejores momentos. Le llenaba de satisfacción. Osomatsu era lo mejor que le había pasado en la vida. Lo amaba.
/¿Pero qué demonios estoy haciendo?/
Se regañó mentalmente cuando finalmente se levantó del piso para salir corriendo a arreglar las cosas. Quería a su cocinero en su vida, a su lado, así eso significara que nunca más podría escribir poemas de nuevo. Porque sin él, estos volvían a ser aburridos poemas sin amor.
YYY
Osomatsu está en la cafetería que está a punto de cerrar. Ya no hay clientes porque está limpiando las mesas para salir. Karamatsu le había estado contando buenas nuevas, lo que lo tiene muy orgulloso. No tiene nada que contarle por su parte, extraña tener tantas idioteces que decir pero mientras más pasa el tiempo, menos interesante es su vida. Lo único que lo tiene terriblemente contento, es que sigue cuidando de lo que su amigo ama. Tal como este le encargó. Podría ser que cuidando las cosas de Kusomatsu no sea tan malo como cuidando aquellas que él mismo amo. Probablemente vaya a visitar a su madre porque ésta está preocupada por como están ambos. Con los corazones rotos ambos, pero uno está lejos lo que la preocupa todavía más. De repente escucha la puerta del local abrirse y sale de su ensoñación.
─Señor, lamento decirle que estamos por cerrar...
De repente siente que el piso se le ha movido cuando ve al chico de ojos verdes preciosos que lo miran con intensidad, tiene incluso las mejillas dulcemente sonrosadas por correr, le falta la respiración e intenta recuperarla.
─Hola Osomatsu...
─Ha pasado tiempo, Choromatsu.
Los dos entran en un incómodo silencio por un largo periodo. Que es roto por el mayor.
─ ¿Qué haces aquí?
El otro lo mira con intensidad, pues nota que en esos ojos que tanto lo aman lo miran con duda, con recelo. Lo ha herido tanto que no puede simplemente pedirle que no lo mire así. Es comprensible, aunque aún le hiere esa mirada sobre su persona.
/Vamos Choromatsu ahora o nunca/
─Por fin luego de todo este tiempo, el director ha accedido a financiar mi primer libro.
Osomatsu se siente ligeramente decepcionado y orgulloso en partes iguales.
─Vaya, llevas años trabajando duro. Estoy orgulloso de ti. Te lo mereces.
─Llevo años trabajando tan duro. Lo intentaba e intentaba, y volvía a intentar. No me rendí porque soy testarudo y orgulloso. Creía más que nada, que era tan bueno que merecía una oportunidad y no entendía porque no podía llegar a mas ¿Sabes? Solía creer que conocía las respuestas y cuando por fin perdí el falso control con el que vivía engañándome, estando en un punto tan difícil donde jamás creí estar y jurando que era lo peor que podía ocurrirle a mi carrera, a mi vida...termino siendo el más hermoso desastre que pudo ocurrirle a mi monótona existencia. Justo la clase de experiencia que me hacía falta para florecer. Lo que no esperaba, ni deseaba y que creí que era mejor no tenerlo pero al final, lo mejor que pudo sucederme fue que pusieras mi mundo de cabeza. Osomatsu...lo siento...cometí el peor error de mi vida cuando decidí terminar contigo...
En medio de su monologo el de verde comenzó a llorar de forma silenciosa pero no podía controlarlo, mientras que el de rojo escuchaba todo, impactado y herido. Estaba tan dolido todavía, esto seguía sin ser suficiente.
─Yo me entregue completo. Me partiste en mil pedazos, tú me has destruido ¿Cómo puedo estar seguro de que no vas a dejarme cuando las cosas se pongan difíciles? ¿Cómo puedo creer que estarás dispuesto a escucharme? ¿Cómo puedo saber si no escaparas de mi lado solo porque un día no tienes inspiración para escribir un poema y me culpas? Quieres regresar conmigo porque obtuviste un empleo gracias a que te sirvo como fuente de inspiración. Ese no es suficiente motivo para querer estar a mi lado. Quiero que quieras estar a mi lado, así eso no sea conveniente para ti o tu trabajo. Esto...no es suficiente, te perdono pero no regreso contigo, no así.
Tras decir esto le da la espalda para irse a la cocina de la cafetería, desesperado algo en Choromatsu se quiebra.
─ ¡Idiota, idiota, idiota, idiota! ¡No entendiste lo que quería decirte! ¡Yo quiero estar a tu lado, así eso signifique que nunca volveré a escribir un poema en mi vida! ¡Mi amor por ti es más grande que el amor que le tengo a mi profesión! ¡Si lo que necesitas para perdonarme es que rechace la oferta y no escriba nunca más en la vida lo hago si con eso vuelves! ¡Entiende que te amo y te quiero a mi lado! ¡Te amo, idiota! ¡Te amo, te amo, te amo, te amo, te amooo! ¡¿Me escuchas tonto? Te amo tanto....! Perdóname...
Dice hincándose en el piso, dejando fluir furiosas lágrimas, esta agachado hasta que una figura se posa delante de él. Sonriendo con complicidad mientras le estira la mano.
─Yo también te amo.
Choromatsu la toma y el de rojo lo jala con fuerza para estamparse contra la boca contraria en un beso necesitado, demostrándose lo mucho que se hicieron falta, largo, profundo, cálido, entre lágrimas, decidido. El mayor se aleja ligeramente para ver el rostro de su amado un momento.
─Yo digo que ahora tengamos sexo de reconciliación en la cocina...
Le dice acariciándole sugerentemente el trasero. El más joven explota en colores.
─ ¡Ni siquiera en un momento así dejas de ser un pervertido!
El otro se ríe y le recarga la frente.
─Extrañe esta clase de momentos...
─Yo también.
Pese a la queja termina dejándose llevar a la cocina entre besos y caricias, porque aunque no lo admita en voz alta, son esta clase de dolores contradictorios los que extraño tanto, los que ama con todo su corazón y a los que dedica sus poemas, estos que gracias a cierto demonio han dejado de ser sin amor.
YYY
¿Qué tal las cosas luego de 7 meses, entre Totty y Atsushi? Lo sabremos en el próximo Capítulo 52. No gane, no perdí.
Buu!! Estoy llorando. Ha sido bien bonito, pero este ha sido el final de Poemas sin amor y el fic ya no me sabrá igual. Veremos más de ellos pero ya no de forma individual. Ha sido un honor compartir esta historia secundaria por todo este tiempo; Gracias. Bueno gracias por dedicar su tiempo a leer mis choco inventos, (espero dejen otro) ¡Nos estamos leyendo, shao!
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