Hola mis amados lectores, soy consciente de que el capítulo anterior los ha matado pero toca algo de Osochoro. Bueno de nuevo estoy triste les cuento en el final del capítulo.

Como siempre los invito a leer mis demás trabajos y comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

Poemas sin amor 5.

Osomatsu estaba terriblemente dolido porque Karamatsu tenía novio.

No era otra cosa sino el hecho de que por años, siempre fue la prioridad en la mente del de azul. Bueno también tenía mucho que ver con que Choromatsu no era su novio todavía. Le tenía algo de envidia y resentimiento a Karamatsu por todo esto. Le quiere pero quiere golpearlo. Es un sentimiento algo extraño. Bueno considerando que probablemente estos celos también se derivan de ese amor infantil que alguna vez sintió por su amigo francés.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que pensó en eso, pero lo cierto era que una parte de él se siente importante porque es de los pocos lazos de Karamatsu. No está enamorado de él. Hace años que no lo está, sin embargo eso no quiere decir que no se haya vuelto posesivo con su amigo con los años. Karamatsu Matsuno es uno de los pocos lazos reales que Osomatsu tenía.

Osomatsu daría mucho de sí mismo para que Karamatsu no se vaya lejos de él.

Algo que no admitirá en voz alta es que las constantes partidas del muchacho de vuelta a Francia lo tenían tan herido. Siempre odio que el de ojos azules tuviera que marcharse. Peor aun cuando termino desarrollando ese enamoramiento infantil por el otro. Los inviernos eran especiales para Osomatsu que desde que tiene siete años esperaba ansioso el regreso de su mejor amigo. Ahora que vivía de planta en Japón, el castaño dudaba mucho. Era feliz, pero sentía que en cualquier momento su mejor amigo se iría para no verlo de nuevo. Lo volvería a abandonar.

Estaba asustado de perderlo para siempre. Por eso que se enamorara de Ichimatsu significaba 3 cosas. Primero: Karamatsu ahora tenía a alguien más importante que él. Segundo: Que si las cosas con Ichimatsu funcionaban entonces el francés tendría un motivo de peso para nunca irse. Tercero: Que si las cosas con el huraño gatito, por el contrario terminan mal; Osomatsu corre el riesgo de no tenerlo a su lado de nuevo.

Suspiro cansando.

El problema aquí radica en que Ichimatsu es muy difícil.

Terriblemente difícil.

Lo que significaba que su amigo tendría que esforzarse un montón para no equivocarse.

Lo que se traduce a más probabilidades para el fracaso que para el éxito. Lo que para el de ojos marrones se traduce en las posibilidades de perder a Karamatsu.

Una probabilidad que no está nada dispuesto a permitir.

Ichimatsu y Karamatsu son una pareja que le gustan juntos, ambos son sus amigos y les desea toda la felicidad del mundo. Aun así quiere estar seguro de que permanecerán juntos. Deben de hacerlo. Necesita que esta relación funcione tanto por el bienestar de ellos como el suyo propio.

Lo que Osomatsu no sabe es que con su actitud extraña que ha tenido últimamente tiene preocupado a cierto ojiverde que se la vive mirándolo. Intentando (en vano) comprender que pasa por la cabeza del cocinero. Ese cocinero acosador suyo. Ese mismo hombre atractivo que lo besa en cuanto se descuida. El mismo que ya le presento a su madre y poco le falto para decir que eran novios (aunque no lo son). Ese mismo que se jura enamorado de él. El mismo que en estos momentos está viendo, con cierto sentimiento que no sabe descifrar, los mimos que Karamatsu está haciéndole a Ichimatsu.

La sola idea de pensar que sean celos tiene herido al pobre profesor.

─ Oye Ichimatsu.

De manera súbita el de rojo va con el de morado. El de verde los mira atentamente.

─ ¿Qué pasa?

─ ¿Te puedo preguntar algo?

─Acabas de hacerlo.

─Anda, no seas así.

─Bueno, está bien. Haz tu estúpida pregunta.

─ ¿Exactamente qué es lo que sientes por Karamatsu?

Eso dejo de piedra a más de uno y está a punto de matar al joven escritor. En estos momentos esta rojo e hiperventilando.

─ ¡¿Qué mierda de pregunta es esa?!

Ichimatsu está más rojo que una manzana. Crispado y echando humo por las orejas. Ahora tiene de nuevo esas orejas gatunas que le salen en momentos así.

─Pues quiero saber. El tonto este te gusta lo suficiente para estar en una relación con él, pero ¿De verdad es algo especial?

El otro giro la mirada para ver a un dulcemente sonrojado Karamatsu que estaba sonriendo de forma natural sin poses. Algo en su pecho se oprimió.

─Yo....ammm...Y-yo...no perdería el tiempo en una relación de no ser así ¿No lo crees?

Eso lo dijo cruzándose de brazos dejando ver ese lado tsundere tan propio de él. Karamatsu pareció morir de felicidad.

─ Je t'aime aussi, Ichimatsu *

Dijo mientras lo abrazaba más fuertemente y el más joven se dejaba hacer sin ponerse tan especial con la situación.

─Mas te vale no lastimarlo.

Eso hizo que todos lo miraran y de repente dio una de esas sonrisas encantadoras y traviesas.

─No quiero tener que consolarlo después. Cuando esta triste es un fastidio.

Tras esto salió por la puerta trasera, motivado por un impulso de dudosa procedencia, Choromatsu lo siguió.

YYY

Choromatsu daría mucho de sí mismo si es significa tener acosándolo como siempre al tonto cocinero.

Es algo que jamás admitirá pues a él lo trata como algo de lo que debe deshacerse.

Pero no sabría qué hacer si un día tuviera que afrontarse con su eterna rutina que era interrumpida por el extraño hombre. El siempre pervertido y bromista hombre guapo de ojos marrones casi rojos. Con esa nariz levantada y la sonrisa traviesa tan propia de él. Verlo tan extraño estos días ha conllevado un dolor en el chico de ojos jade. Tan mal acostumbrado está a sus atenciones que le sorprende sobremanera que Osomatsu esté poniéndole toda su atención a Karamatsu. Ellos son jodidamente unidos, cualquiera que los viera juntos podría jurar que su amistad es de esas tan profundas que con un solo vistazo por encima no llegas a comprenderla del todo. Guardan tantas cosas entre ellos. Una vida juntos es lo que tienen detrás. No están enamorados, pero Choromatsu siente que si así fuera, él tiene las de perder. En este punto se siente tan inseguro como suele estarlo Ichimatsu. En momentos así se siente tan parecido a su alumno.

No entendió muy bien el motivo de que haya hecho esas preguntas tan directas, tampoco entiende el hecho de esa mirada extraña, menos aún entiende el motivo detrás de la extraña actitud. Solo hay una cosa que si entiende: Osomatsu esta resignándose con algo. No comprende bien con que, aunque hay una cruel probabilidad de que se ha rendido con su verdadero amor. Una probabilidad de que lo que haya entre ellos no sea real. Sea solo una pantalla para evitar hacer sentir mal a Karamatsu por no corresponderle. Lo ve ahí, fumando mientras mira al cielo y necesita preguntarle. Su corazón le está rogando porque disipe las dudas de su mente pero no se siente bien. Sencillamente su cuerpo por otra parte parece no querer cooperar y se limita a observarlo.

─Príncipe jade, deja de verme de esa forma. Harás que me excite.

Por su parte Choro se sonrojo violentamente ahora que se sentía descubierto.

─Eres un pervertido que no puede controlarse en los peores momentos ¿cierto?

─No sería yo mismo si fuera de otra forma.

Le sonríe de nuevo y Choromatsu solo lo contempla.

─Príncipe jade ¿Vas a terminarme de preguntar lo que has venido a preguntarme o solo me miraras así por horas?

─ ¡¿Cómo es que...?!

Oso se carcajeo.

─Bueno considerando que eres muy obvio y que siempre te pongo atención por lo que noto ciertas cosas de ti pues...

─Nunca creí que un estúpido como tú se daría cuenta de cosas así.

Oso hizo un puchero.

─Ni siquiera así me das algo de crédito. Eres tan cruel.

─Y tu un estúpido.

─Si pero soy TU estúpido.

En lugar de regañarlo por esta clase de bromas tontas, Choromatsu solo se vio algo roto.

─ ¿Aun dudas de lo que siento por ti?

Choromatsu se puso colorado y apretó la mandíbula. A Oso le hizo mucha gracia esa reacción. A veces, Ichimatsu y él eran tan tsunderes.

─Tomare tu silencio como una afirmación.

─Yo...

Osomatsu se giró para verse de frente y lo tomo de la mano.

─Karamatsu significa mucho para mí.

Cuando noto el dolor en los ojos ajenos apretó aún más del agarre de la mano ajena para evitar que huyera.

─El estúpido lleva siendo mi mejor amigo veinte años. Veinte años de los veintisiete que tengo. Llevamos siendo amigos desde que éramos niños. Era un niño con problemas, como ya te dijo mi madre. Yo cruzaba por una etapa un tanto difícil. Digamos que estaba en una etapa donde estaba descubriendo cosas de mi mismo. Cosas difíciles de sobrellevar. Cuando los otros niños comenzaron a notar que algo estaba mal comenzaron a alejarse y burlarse de mí. Estaba tan mal y aun así no les daría el gusto de verme derrotado. Por lo que ahí desarrolle esa manía mía de bromear por todo y no tomarme nada en serio: era para fingir que nada me dolía por mucho que me hirieran. Tan bueno me volví en esto que nadie se daba cuenta de mi dolor. Hasta que lo conocí.

¨Estaba debajo de un árbol, me habían estado lanzando bolas de nieve pero no porque estuviera jugando, los muy hijos de puta se estaban riendo de mi de nuevo. Llevaba ahí horas. Estaba fastidiado. La verdad es que si seguían las cosas así lo más probable es que terminaría rompiendo mi mascara y dándoles el gusto de llorar. Finalmente un par de niños aparecieron y corrieron a los que me estaban molestando. Estaba hecho ovillo cuando una mano se posó delante de mí. "¿Estas bien?" Me pregunto con una sonrisa amable. Tenía unos ojos azules arrebatadores y las cejas marcadas. Era tan bello y estábamos bajo un manto tan blanco que por un momento pensé que tal vez me había muerto congelado debajo de ese árbol y un ángel había venido por mí. Dubitativo le di la mano "Estas congelado" murmuro asustado mientras intentaba calentar mis manos con las suyas. "Vamos a la cafetería de mi abuelito, te invito un chocolate caliente" Con esto me comenzó a jalar amablemente para guiarme, al sentir que puse algo de resistencia me sonrió de una forma tal que me llego una calidez que no había sentido antes "Je ne vais pas faire du mal *"Eso no lo entendí para nada pero por alguna razón me dio tranquilidad. Luego vi a su lado a una niña morena de unos ojos iguales a los del niño que me daba la mano. Ella igual me sonrió y entre los dos me trajeron a la cafetería. Fue cuando por primera vez yo visite esta cafetería hace ya veinte años. Ahí conocí a Karamatsu y Karako y gracias a su amistad mi vida dio un giro. Al final no estaba tan equivocado en eso de los ángeles. Eran mi milagro personal. ¨

─No pude evitar desarrollar un lazo fuerte con ambos. Con el tiempo, este lazo se ha convertido en algo muy parecido a la hermandad. Soy hijo único pero nunca lo he sentido así. No desde que los conocí al menos. Supongo que es por eso que no puedo evitar tener miedo de perderlo. Ichimatsu me agrada pero si por su culpa Karamatsu se aleja de mí no sé qué va a ser de mí. Soy un desastre y de nuevo estaré sin trabajo. Y sin mi estúpido amigo. Porque mientras a él lo veo como hermano a ti te imagino a mi lado, siempre. Enamorados. Mi amor por ti es real. No seas tan celoso.

Esto último le dice mientras le guiña un ojo. Choromatsu entiende que si alguna vez alguien hubiera hecho lo que Karamatsu hizo por Osomatsu el también le tendría un gran cariño a esa persona y la querría cerca suyo.

Osomatsu se acerca sin bacilar, plantándole un beso. Este es más lento que los demás, lleno de todo el amor que quiere transmitirle. Choromatsu se ha dejado arrastrar por esos ojos y la sensación cálida que hay en su interior correspondiendo sin tanta vacilación. Están perdidos en el más sincero e inocente de todos los besos que se han dado. No se dan cuenta que un par los observa desde dentro.

─Así que fue por eso que no querías contarme como conociste a Osomatsu.

El otro sonríe y asiente.

─Supongo que es por eso y porque según Karako, siempre he sido un amable idiota. Me da algo de pena recordar que es parte de mi naturaleza.

─Al menos ahora esos dos se ven muy felices.

─Lo son.

Osomatsu siempre querrá a su mejor amigo a su lado, pero al que necesita para ser feliz es al príncipe jade que está perdiendo la respiración a su lado.

YYY

En el próximo Ichimatsu conocerá a la mama de Osomatsu. Capítulo 28. Cena con lobos.

Je t'aime aussi, Ichimatsu *- Yo también te amo, Ichimatsu*

"Je ne vais pas faire du mal *" - "No voy a hacerte daño*"

Les cuento que estoy triste: nosotros teníamos 5 perritas hasta la semana pasada que murió una envenenada. Ahora esta semana nos envenenaron a otras dos, de las cuales solo a una logramos salvarla a base de leche, nejayote y aceite de cocina. La que murió tenía con nosotros fácil unos cinco años. Dios. Ahora descubrí que estuvieron envenenando a otros perritos de la cuadra y me enoje mucho. Si bueno, si los perritos hacen travesuras a los vecinos y sus animales entiendo su enojo pero tampoco es para matarlos así. Yo no creo en eso de odiar y guardar rencor pero me es difícil luego de cosas así. Gente mala onda lastimando a unos pobres animalitos. Bueno supongo que sigo siendo muy sensible e idealista. Jajaja Bueno gracias por leer mis choco inventos, dejarme un review, dejarme otro ;). Nos estamos leyendo ¡Shao!

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