Hola mis amados lectores dios jajaja se supone que vendría en estos días a publicar pero tuve problemas y me castigaron (23 años y aún me castigan dios) por eso no había podido venir una disculpa.

Como los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

. Capítulo 16. No merezco un feliz cumpleaños

Karamatsu suele ser fanático de los festejos, las fiestas, las convivencias y el divertirse con sus amigos o de disfrutar de un buen baile. Le gusta el cigarro, el licor y la comida. Incluso en más de una ocasión ha tenido oportunidad de ligar (por no decir que prácticamente siempre que va liga).

Adora asistir a toda clase de festejos: bodas, graduaciones, y cumpleaños. Adora celebrar a sus seres queridos cuando es sus cumpleaños. Siempre es detallista, dedicado a la hora de elegir los obsequios, no es bueno eligiendo regalos siempre porque suele tener gustos muy diferentes al resto de la mayoría de las personas, aun así cuando se lo propone sus regalos pueden ser los mejores. Ama el hacerle ver a esas personas que el día que nacieron es importante para él porque esas personas tienen un lugar importante en su corazón.

Más sin embargo odia sus propios cumpleaños.

Nunca ha tenido un festejo que realmente haya disfrutado de corazón en toda su vida. Su familia celebraba grandes eventos el día de su cumpleaños, pero más que ir gente que lo quiere o celebrar su existencia, estos eran usados como pretextos. Como pantallas de humo para demostrar una situación familiar de la que carecen, presumir su situación económica y reiterar su estatus social. También aprovechaban para hacer negocios en medio de la fiesta y para quedar bien con los invitados, como demostrando que se les tenia gran cariño y los tenían en consideración.

Karamatsu siempre debía estar perfecto, menos que eso era inaceptable. Ropa impecable, modales impecables, actitud adecuada, verse lo más importante, elegante, sofisticado e inteligente posible. Quedar como un digno hijo de un hombre de negocios tan importante.

Pese a sus enormes esfuerzos, el alma carismática, alegre, amable y su interés en cosas más artísticas que en política y economía eran la burla de los amigos de su familia. Siempre fue el chico raro y extravagante, en esa clase de círculos ese tipo de cosas son no dignas. Sus padres siempre quisieron a alguien como alguno de sus primos o compañeros de clase como sus amigos para que fuese su hijo. Muchos años Kara intento ser lo que sus padres deseaban. Siempre se esforzó en ello. Incluso cuando tenía un estilo de vida más libre cuando estaba en Japón no desafiaba a sus padres, se había resignado a cumplir con sus deberes y responsabilidades cuando descubrió que la gente no era indiferente a su música.

Siempre habían dicho sus padres que un instrumento musical es algo que ayuda a trabajar ciertas partes del cerebro, ayuda a mejorar la atención y concentración. A algunos les sirve como des estresantes, sin mencionar que algo digno de mención es el tener habilidades artísticas aparte de las deportivas e intelectuales (que tiene de ambas) por lo que sus padres le pagaron a músicos particulares desde una corta edad para que aprendiera a tocar diversos instrumentos. Violín, piano, saxofón, clarinete, Violonchelo, arpa; fueron bajo elección de sus padres pero él solicito dos más bajo su propio criterio: guitarra y batería. Cabe mencionar que no estaban muy emocionados de su petición, pero dado que él era dedicado a todas sus clases, incluidas todas las de idiomas y asistía a todos los clubes que sus padres le habían indicado, consideraron algo sin importancia concederle el gusto con eso.

A la larga se lamentaron de ello, pues había agarrado gusto especialmente por el ultimo instrumento y a estas alturas los ritmos tan clásicos le eran insuficientes, quería probar muchos estilos y ritmos, sabía que no era algo que sus padres aprobarían por eso, impulsado por una fuerza extraña, se dedicó a aprender estos estilos en secreto. Muchos de estos los práctico en un lugar alejado de sus círculos comunes. En un parque bastante lejos de donde vivía, nadie lo reconocía y eso era un alivio. Incluso también a veces los de los puestos o cafeterías le dejaban quedarse a practicar dado que se quedaba bastante tiempo y siempre su consumo era constante. Hasta ese momento a él le gustaba la guitarra pero luego de finalmente aprender nuevos estilos se enamoró de ella. Practicar lo era todo.

Vivir de la música era algo que él quería hacer de todo corazón, pero que nunca se animó a hacer. Pensó que tal vez si bien era su pasión no era tan bueno, pero poco a poco la gente se arremolinaba a su alrededor para verlo cantar y tocar su guitarra. Era glorioso. Finalmente se sentía a gusto consigo mismo. Finalmente era él mismo y no ese muchacho infeliz que debe ser un futuro hombre perfecto.

/Aunque finalmente tuve el valor para hacerles frente. Decirles sobre mi amor por la música y mi decisión de no seguir los pasos de mi padre. Por cosas del destino no pude seguir mi ideal, mientras que para mis padres fue el final. El problema que ya habíamos tenido más esto fue demasiado para nuestra relación y termino por romperse. A veces pienso que cuando por muy mal que estés siempre puedes estar peor y fue poco después cuando me entere de la muerte de mi abuelito. Cuando Osomatsu me dijo que me había heredado la cafetería no lo dude dos veces y me vine para acá/

─Hoy estas muy pensativo, Kusomatsu.

Entonces Kara regreso a la realidad y miro a Ichi cerca suyo mirando con su extraña curiosidad que entre parece interés y no. Kara hizo una pose de esas raras que suele hacer antes de responder.

─Yo estoy siempre pensado, Chaton noir. Je suis un homme de grandes pensées philosophiques qui gardent votre esprit...*

Antes de lograr terminar el joven de morado le había metido a la fuerza un pedazo de pan, lo que provoco que el francés casi se asfixiara.

─Eres un fastidio, muere maldito.

Decía con voz sombría mientras le enterraba más el pan en la garganta.

─ ¿A quién piensas que puedes engañar?

Pregunto un Osomatsu un tanto irritado. Ichi se detuvo y al hacerlo el de ojos azules finalmente pudo sacarse el pan de la garganta, miro a Oso que lo miraba con esa mirada acusadora y se intimido un poco.

─ Je ne sais pas de quoi tu parles *

─No te hagas el idiota, Karamatsu.

El de ceño fruncido ignoro lo mejor que pudo a su amigo y todos miraron atentos la escena.

─Tu cumpleaños es en un par de días ¿No es así?

El otro por toda respuesta se tensó visiblemente.

─ ¿El cumpleaños de Karamatsu-niisan? ¡Suena divertido! ¡Hustle, hustle! ¡Mustle, mustle!

─ ¿En serio? Pues entonces será una ocasión especial para celebrar

Ichimatsu iba a volverle a reclamar que no le había avisado cuando era su cumpleaños, pero se arrepintió de inmediato cuando vio la expresión en la cara del francés, de Karako y de Oso. Estos dos últimos lo miraban preocupados y él lucia mortificado.

─No va a ser necesario

Los que se habían animado ahora lo miraban un tanto extrañados.

─ ¿Eh? ¿Por qué no?

─ ¿Por qué niisan no quiere?

─ ¿Ocurre algo malo?

Kara sonrió lo más fingido posible antes de levantarse.

─ Ce n'est rien * No deben preocuparse.

Se acercó al florero, tomo la rosa de siempre para Ichi, se la entregó.

─Espero verte mañana, chaton noir. Aujourd'hui, je vais début* porque estoy cansado.

─No te preocupes, yo cierro.

Aseguro Oso con una mirada tan solemne que casi nadie le había visto nunca que nadie de los presentes dudo ni por un segundo de que no lo fuera a cumplir. Kara le lanzo una mirada agradecida y a la vez con un mensaje que solo ellos dos podían entender antes de que el extranjero tomara la mano de Ichi, le depositara un beso en esta y saliera por la puerta de la cocina, seguramente yéndose por la puerta trasera para pasar por su motocicleta. Todos notaron que ya no estaba en el edificio porque escucharon el ruido del motor alejándose.

─Dime que le pasa

No era una duda ni una petición. Fuerte y claro, Ichimatsu le había demandado a Osomatsu una explicación. Este suspiro resignado.

─Karamatsu se siente mal al celebrar sus cumpleaños.

Todos se callaron meditando un poco pero Choro decidió hablar para quitar la tensión del ambiente.

─ ¿Eso es todo? Oh bueno, pero pudo decírnoslo, Hubiéramos entendido...

─Yo no dije que no le gustaran, príncipe jade.

─ ¿Entonces...?

─Karamatsu siente culpa cuando celebra sus cumpleaños.

Eso dejó atónito a más de uno y aún más ansioso al de morado.

─ ¿Eh? ¿Cómo que culpa? Explícate.

El joven escritor no podía evitar sonar tan exigente en ese aspecto. Oso lo comprendió y no se quejó.

─Mi primo siente que no merece que lo festejen.

Ante la obvia duda de todos, el de ojos marrones decidió que les explicaría la situación.

─Karamatsu es una persona maravillosa en muchos niveles. Un gran amigo, jefe, un gran hombre fuerte y apasionado. Cualquiera diría que con un hijo como él una madre estaría más que satisfecha. Díganmelo a mí. La mía habría hecho de todo por tener un hijo más como él que como yo.

El de rojo se rio ante la ocurrencia y a todos los presentes les resbaló una gota.

─Bueno siguiendo con el tema, es extraño cómo funciona el mundo. Contrario a lo esperado, sus padres son de esas personas que alguien bueno no es suficiente. Más que un hijo parecía que veían sus futuros asegurados teniendo a Kara. Lamentablemente el idiota jamás quiso ser lo que ellos esperaban. Él no se identificaba con esa persona. No era parte de su esencia ser como ellos querían. Como deben de suponer él nunca tuvo mucho amor. Por lógico, no era para menos que sus cumpleaños no fueran nunca lo que él quería. Conforme crecía creía que estaba bien si con eso hacia un poco felices a sus padres. Cuando finalmente decidió seguir su propia vida, digamos que aaammm por decirlo de una forma, las cosas no salieron como se esperaba. Le pasaron una serie de desgracias y termino aquí en Japón. Ahora tiene la idea de que como no fue buen hijo y no estuvo para su abuelo cuando esté enfermo entonces no es digno de que se celebre su cumpleaños. Si me lo preguntan yo creo que es una estupidez, pero hace difícil que me crea cuando por cinco años el único que lo felicito por su cumpleaños era yo.

Sin desearlo, Homura empezó a llorar de forma des consolable. Él único que se le acercó a abrazarla fue Jyushimatsu quien tenía una expresión muy triste en su rostro, era extraño que así fuera cuando todos están acostumbrados a verlo tan contento. Choro se veía realmente afectado. Ichiko se miraba preocupada por Karako quien estaba, por decirlo de una forma, desecha. Ella se sabía la historia pero lo que no podía evitar, era sentirse culpable por el abandono de cinco años que le había hecho a alguien tan vulnerable como su primo. Osoko y Choroko estaban consternadas de que alguien tan amable hubiera tenido una vida tan difícil, y sospechaban que no sabían ni la mitad de cosas que había vivido y sufrido ese pobre hombre mientras crecía. Ichimatsu, por mucho era el que peor estaba.

Él había perdido a su padre. Su padre había muerto en su adolescencia, pero mientras estuvo vivo siempre les demostró lo mucho que los amaba. Para él no había nada más importante que su familia. Lo amaba tal cual era. Incluso Ichi cree que su padre había notado el inicio de sus preferencias sexuales y aun así lo amaba como a nadie. Era su hijo y eso no iba a cambiar nunca. Amaba a su hermana así tal cual era, a ninguno de los dos les habría cambiado nada. Su felicidad era importante para él. Su madre no es cariñosa y es algo exigente, pero los ama e intenta dejarlo en claro a su forma. Siempre gozo de una familia que lo ama, por eso no entiende como él siendo una escoria si tuvo amor en su vida mientras que Kara siendo tan virtuoso nunca lo tuvo. Oso tiene razón. A veces el mundo no tiene sentido. Solo se le imagino así tan roto, como un niño pequeño no deseando que llegara su cumpleaños porque nunca sería divertido para él. Un adulto que creció sintiendo que no había en el mundo la suficiente gente que lo amara como para alegrarse porque estuviera vivo. Estaba en eso cuando una voz fuerte lo levanto de su ensoñación.

─ ¡En lugar de lamentarnos deberíamos hacer algo al respecto!

Dijo Osoko muy decidida, levantándose de su asiento. Todos la miraron con curiosidad.

─ ¿Tu que propones que hagamos?

Oso siempre estaba en sincronía con esa mujer y no pudo evitar preguntar animado.

─ ¡Vamos a darle el mejor cumpleaños de su vida a Karamatsu! Para que vea que hay gente que lo quiere y está feliz de que haya nacido.

Todos se levantaron animados y estuvieron de acuerdo en demostrarle su amor al pobre francés. ¡Karamatsu sabrá que es alguien muy amado ahora! Así no volverá a creer que no merece un cumpleaños feliz.

YYY

¿Qué tal estará la fiesta de Kara? Lo sabremos en el próximo Capítulo 17. Mi primer cumpleaños feliz.

Je suis un homme de grandes pensées philosophiques qui gardent votre esprit- Soy un hombre de grandes pensamientos filosóficos que mantienen a su mente

Je ne sais pas de quoi tu parles- No sé de qué hablas

Ce n'est rien- No es nada

Aujourd'hui, je vais debut- Hoy me voy temprano

Buu mis amados lectores lamento tanto no haber estado en dos semanas, pero de veras que no fue mi intención abandonarlos tanto tiempo. De hecho cada semana hice el capítulo correspondiente, pero al final no podía venir al internet a publicar con calma. Bueno en este capítulo no respondo reviews jaja los respondí ya todos en el capítulo 15. Nos estamos leyendo, no olviden dejar reviews. ¡Los amo!

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