Se sentía bien.
EMMA
Quería que Fred se sintiera tan confundido como yo, aunque claro que me sentía mal por hacerlo sufrir, nadie merece que lo hagan sufrir, ni él ni yo, pero todo lo que haces se regresa, todo lo que sube, baja, son leyes básicas de la vida.
No quería pasarme, pero, lo hice. Es malo admitirlo, pero peor sería si no lo hiciera y peor aún es que lo estoy disfrutando, muchísimo.
A veces le mandaba mensajes a Fred para que nos viéramos en algún lugar, todo fluía a la perfección y luego, lo dejaba a la expectativa. No diría que es jugar con sus sentimientos porque de hecho, yo si lo quería y muchísimo más de lo que él podría imaginar.
Y eso me ponía en desventaja sobre él.
Es por eso qu me gustaba poner las cosas entre ambos un poco más complicadas de lo que en realidad son. Pero juro que se lo compensaría. Ya sé, soy cruel, pero deben entender esto, si él se rindiera en un mes o dos, sabría que no le intereso lo suficiente.
Solo lo hago para cerciorarme de que no me quiere para un rato, como muchos chicos, es una técnica infalible, una prueba en donde falla la mayoría, pero él ya había resistido una semana, no es momento de cantar victoria, pero me emocionaba que el de verdad se estuviera esforzando.
Esto también me ponía en una posición de poder. Sueno como si fuera una “dominatriz” o algo así, pero les juro que no estoy metida en esas cosas, bueno tal vez un poco, ok, tal vez lo suficiente como para no querer admitirlo públicamente.
―No deberías hacerlo sufrir tanto, el será el padrino de mi boda, no puedo permitir que trates así al mejor amigo de mi futura esposa. ―dijo Matt.
No pude evitar reírme a carcajadas, nunca en mi vida pensé que las palabras “Boda, futura esposa y padrino” pudieran ser pronunciadas por mi mejor amigo, el mismo que hace un año juraba que se volvería misionero porque se había rendido en el amor.
―Hablo en serio Emma.
―Si claro. ―bufé.
―De verdad me gusta mucho Ly, no me agradaría que ella se enterara de esto, seguro le molestaría, sobre todo se molestaría conmigo.
―Tranquilo Matt, esto es solo entre Fred y yo, aparte solo serán unos meses.
El asintió con la cabeza, mientras probaba un trago de su café.
―Bien, pero más vale que ustedes dos terminen juntos o me sentiré algo enojado.
Puse los ojos en blanco, entendía el punto de Matt, es lógico que no quiera que Ly se entere de que la mejor amiga de su amigo maltrata a su mejor amigo, ok, eso sonó mas enredado de lo que en realidad lo es.
Pero ustedes lo entienden.
Me llego un mensaje desde G-mail, Fred aun me escribía ahí de vez en cuando, de hecho, ahora era algo muy recurrente, a veces hasta nos desvelábamos hablando, de lo que fuera, eso en realidad no importaba, pero notaba sus ganas de ya saben, estar ahí, así que era un punto extra.
Destinatario: [email protected]
Asunto: aaaaaaaaaaaaa
Oye, creo que hoy no podremos vernos, mi maestro de Urbanismo y arquitectura es un desgraciado así que tengo que estudiar para mi examen de mañana.
Respuesta de: [email protected]
Asunto: eeeeeeeeeeeeee
¿Examen? Ni siquiera estamos en épocas de examen, si tienes otra cosa que hacer dímelo, aunque no tendría problemas en ayudarte a estudiar.
Destinatario: [email protected]
Asunto: iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
OMG ¿harías eso por mí? Te lo agradecería muchísimo, tu eres buenísima en urbanismo por lo que me han dicho, así que sí, sí, sí y si de nuevo, te espero a las 9 en mi casa.
Nunca en mi jodida existencia me hubiera imaginado a Fred rogándome por mi ayuda, de verdad él estaba interesado en arreglar las cosas conmigo.
Estaba rompiendo poco a poco sus barreras.
Y muy independiente a eso, me agrada verlo más abierto a recibir ayuda, no solo la mía, quien sabe que mosquito venenoso, ponzoñoso y nocivo le pico en vacaciones, pero me alegro de que lo haya hecho.
Lo mismo con respecto a Matt, él también había dado un giro de ciento ochenta grados, al parecer todos habían cambiado en vacaciones, fantástico, yo sigo escuchando la misma música desde secundaria, creo que los cambios no van conmigo, pero deberían.
Respuesta de: [email protected]
Asunto: oooooooooooooo
Bien, te veo allá, pero más te vale que si estudiemos, no como la otra vez.
Le respondí, con una sonrisa en la cara.
Espera, ¿Cómo que con una sonrisa en la cara? Am, yo no quisiera que las cosas fueran así, pero creo que la oxitocina en mi cerebro anda algo alborotada desde ese día en la fiesta, Dios, aun me tiemblan las piernas al recordarlo.
Era increíble la forma en la que Fred lograba hacerme ver estrellitas con simples recuerdos y ni hablar de todas las demás veces que las cosas han escalado a algo más.
De hecho, no lo hemos hecho, creo que ambos amamos poner tensión, para que cuando pase sea más satisfactorio, creo que todo el mundo debería intentarlo, en serio, es un sufrimiento que se siente tan pero tan jodidamente bien, o tal vez nosotros somos demasiado masoquistas, si seguro es un poco de eso.
Pero aun así, no nos privábamos de otras cosas, digo, no todo en este mundo tiene que ser penetración y ya. Es más, quisiera gritárselo a todos los hombres de este mundo, justo así:
¡NO TODO TIENE QUE SER PENETRACION PEDAZOS DE MIERDA!
Seh, algún día lo haré.
Dejando eso de lado. Fred y yo la pasábamos bien, eso es todo, si bien yo ya le había dejado los limites bien claros teníamos uno que otro desliz y eso estaba bien supongo.
Me gustaría dejarlo entrar a mi vida así porque sí, pero tienen que entender que mi confianza se gana, me daba miedo que me lastimara una tercera vez, entonces había que poner las barreras muy altas, él también tenía las suyas, pero ambos tratábamos de entenderlas y derrumbarlas, por más difícil que fuera.
No sabía a lo que esto llegaría, pero algo me decía que todo saldría bien, o solo era yo idealizando todo como suelo hacer.
Las cosas se enredaban bastante dentro de mi cabeza, porque yo me moría por estar con él, él era todo lo que yo quería, no lo sabía a ciencia cierta, pero, si lo sentía, es por eso que el amor es ciego ¿no? Porque no hay pruebas de que una persona sea para ti, tú solo lo sientes y te guías por ello, sin cuestionar nada, te tiras al abismo con los ojos cerrados esperando a que te rescate alguien, eso es el amor.
Suena de verdad muy horrendo. Pero admito que también algo poético, o tal vez solo estoy romantizando una idea errónea que tengo sobre él. Seguro nunca lo sabré. Bueno si podría, pero no tengo el tiempo de hacer introspección.
Estaba asustada, asustada de verdad, tenía ganas de que Fred lo supiera. Quería que el supiera el miedo que él me causa, quiero decirle como me asusta que lo nuestro no nos pertenezca y tengamos que dejarlo de lado, también decirle que me asustaba que él se diera cuenta del poder que tiene sobre mí, que si él quisiera podría destruirme en un minuto y que yo lo odiaría para siempre, eso me daba miedo.
Que difícil querer llegar a una idea cuando tu mente decide divagar entre las miles que tienes pendientes, resolviéndolas poco a poco, saltando de un extremo al siguiente, cuando lo único que quería era saber porque estaba sonriendo mientras contestaba el correo de Fred.
«Porque estas enamorada cabeza de chorlito» me dije a mi misma.
Ok bien, fue más fácil de lo que pensé, no debía sobre pensarlo tanto ¿verdad?
Pero bueno ¿a quién no le gusta una buena dosis de ideas irracionales de vez en cuando?
«Bien Emma, ahora hazme el favor de elegir que te vas a poner para hoy»
Bueno, solo será ir a su casa para estudiar, no tengo porque arreglarme tanto, elegiré algo sencillo, jeans, una blusa de Nirvana que encontré por ahí y una chamarra de cuero.
Me veía como la persona más posser existente en ese mundo pero está bien, no estoy para gustarle a la gente, estoy para gustarme a mí misma.
Aparte seguro estarían sus padres, era mejor elegir algo “meh” algo cómodo para estudiar y ya.
Normalmente nuestras citas de estudio eran en mi habitación en la universidad, me extrañaba que Fred de la nada decidiera ya no quedarse en el campus, aunque su casa está cerca de la universidad lo cual era una bendición eso es seguro.
Y bueno, ahora él quería que fuera a su casa, no es un problema para mí. Espero que para sus padres tampoco, más que nada porque siempre he sentido que nunca les agrade, digo, me conocieron desde muy niña, pero no eran buenos disimulando que no les caía bien.
Tal vez le preguntaré a Fred sobre el tema, solo me daba miedo que no quisiera hablar del tema y de nuevo las cosas se pusieran tensas, aunque por el cambio que ha tenido conmigo, la probabilidad de que algo así pase, se disminuye.
Me subí a mi auto, para conducir hasta su casa, al menos veinte minutos de camino, era aceptable, seguro llegaría a tiempo. No hacía falta que él me mandara su dirección, sabia exacto donde vivía, la casa menta más bonita de la calle, a él no le gustaba el diseño de su casa, me lo decía desde niños, él decía: “cuando crezca me hare una casa grande y moderna” sonreí por la nostalgia.
Este chico había cambiado tanto en tantas formas, pero algo de su yo de antes, se mantenía, lo sabía cuándo veía sus ojos.
Y entonces llegue a su casa, aparque cerca de la entrada, es curioso porque el auto de sus padres no estaba y no es como que ellos tenga garaje. Asi que algo ya se veía extraño. Camine hacia la puerta cuando note que mis manos temblaban un poco, bueno, decir poco es muy poquito, yo diría que mucho es lo correcto.
Estaba nerviosa por verlo. Al ver la puerta abrirse y ver a este alto chico con cabello de zanahoria con un pijama de Game Of Thrones y sus lentes algo chuecos, me hizo sonreír mostrando los dientes, eso no pasa muy seguido.
Claro que él se sorprendió por eso, porque él lo sabe, sabe que no sonrió de esa forma seguido. Entrecerró los ojos para observarme mejor y ahora él sonreía.
Luego me indico que entrara.
«Que forma más rara de saludarnos» pensé.
Ya adentro, me sorprendió lo clásica que era su casa, de niña jamás entre, repito, no soy la persona favorita de sus padres.
Ahora es parte, me ponía aún más alterada tener que saludarlos. Me daba miedo que reaccionaran mal por mi presencia, o que me trataran mal, porque no soy de las que se contienen, Fred lo sabe bien.
―¿Tus papás dónde están Fred? Quiero saludarlos. ― Le dije.
El subió su brazo para rascarse la nuca.
―Ellos no están, salieron, no quería decirte para que no pensaras mal, ―hizo una pausa. ― Mis papás no me dejan traer chicas, piensan que está mal, mal.
Seguro en otro momento me hubiera reído, pero no creo que sea lo más prudente en este momento.
― ¿Es por eso o porque no les caigo bien? ― me arriesgué a preguntar.
―No diría que les caes mal, es solo que te consideran un riesgo para mí.
Ahora si me reí.
― ¿Un riesgo para ti? ― le pregunté riendo.
―Si, es que ellos quieren que yo sea el mejor de la clase, y tú no me lo dejas muy fácil, pelirroja. ― Se acercó más a mí, quitándome un mechón de cabello de la cara.
―Y jamás lo haré, eres el mejor oponente que he tenido en toda la vida, no pienso dejarte ganar solo porque sí. ―le advertí.
―Podrías compartirme el podio―. Se acercó más a mí.
―Sobre mi cadáver―. Ahora era yo la que se acercaba más, para estar a nada de rozar sus labios.
Fred se acercó a mi oído. ―Tú no viniste aquí a retarme, tú viniste a instruirme sobre urbanismo ¿ves que eres tú la que no puede tener una sesión de estudios normal? ―. Susurró.
Me mordí el labio, era cierto, no soy la persona más centrada cuando lo tengo cerca. Es que de verdad, el me distrae mucho, cuando mueve los labios al hablar, o cuando habla de cosas nerds, Dios, eso es tan sexy.
Asentí a su comentario mientras alzaba los brazos. ―Bien tú ganas, vayamos a estudiar entonces.
Subimos a su cuarto, estaba lleno de posters de películas, también de álbumes de bandas como Falling In Reverse, Red Hot Chilli Peppers, The Runaways, Hole, Nirvana, The Dead Rabbits, Sistem Of A Down, Slipknot, Silencer, ¿sus papás lo dejaban escuchar Silencer? Mis padres escuchan el inicio de Sterile Nails y ya piensan que soy parte de una secta satánica.
Lo mismo pasó como cuando dije que quería quemar una iglesia como el vocalista de Mayhem.
Bien, ahora que lo pienso, también me asustaría que mi hija de ocho diga algo así.
Fred tenía un variado pero muy exquisito gusto musical, eso se lo enseñe yo, desde que éramos niños, nos juntábamos para escuchar The Offspring y Épica. Éramos demasiado alternativos para nuestra edad, por eso nos teníamos el uno al otro en la escuela.
Me acerque a los posters de Star Wars, tenía todos menos los de la última trilogía y ya me imagino porque, yo tampoco los tendría en mi cuarto, seria ofensivo para las primeras dos trilogías.
Fred se acercó a mí, para ver lo que yo estaba viendo.
―Drew Struzan hizo un increíble trabajo con estos posters, son tan perfectos. ―le dije a Fred.
―Son muy hermosos, como tú, eres tan bonita como un poster de Star Wars. ―dijo sin voltearme a ver.
Arque una ceja, mientras lo veía, ¿acaso me acababa de comparar con un poster?
―Eso es lo más romántico que alguien me ha dicho. ― Admití.
«Lo peor es que era cierto, al menos para mis estadares»
De verdad, era lo más tierno que alguien me había dicho en toda mi vida, es una comparación muy poco común.
Otros chicos te dirían que eres tan linda como una flor, pero Fred, Fred te dirá que eres tan linda como el casco de Darth Vader. Eso es un honor.
―Ya, ya, no hace falta que te burles de mi nula capacidad de coquetear.
―No me estaba burlando, lo decía en serio. ―respondí.
De reojo lo vi sonreír victorioso ¿Quién diría que un halago nerd es mejor que uno común?
―Anda, hay que estudiar antes de que se nos haga más tarde. ― le indiqué.
―Está bien. ―respondió tallándose los ojos debajo de sus lentes.
Nos sentamos en el piso y le pregunte qué cosas le daban duda, le explique el tema y le dije que hiciera una lluvia de ideas con las palabras claves, para que entendiera el concepto, luego situaciones, y bueno, cosas que seguro los van a aburrir muchísimo.
Al terminar de explicarle que fue más rápido de lo que pensé. Seguro le iría genial en su examen, más le vale, porque no me gusta desvelarme a lo tonto, pero yo confiaba en él y en sus capacidades.
Bueno, en realidad no era nada tarde, pero prefiero dormir temprano, a esta edad desvelarse se siente horrible y si, se los dice la chica que va a fiestas más veces de las que recuerda tomar sus dos litros de agua.
Me acosté en el suelo satisfecha de que por primera vez Fred había aceptado mi ayuda. Se sentía increíble.
― ¿Sigues cantando? ―preguntó.
―A veces, cuando tengo tiempo, en general, diría que lo sigo haciendo pero como un noventa por ciento menos que antes. ―le expliqué.
―Ya veo.
― ¿Tú sigues tocando batería? ―le pregunté.
Dudo un segundo pero asintió.
―Lo hago a veces, cuando tengo tiempo, me estaba aprendiendo una canción, Low de Lenny Kravitz.
―Me encantaría escucharte, seguro has mejorado un montón, puedo acompañarte con la voz si gustas.
Lo meditó unos segundos y luego accedió.
Me tomo de la muñeca, para llevarme a otro cuarto, supongo que tendrá un cuarto especial de música, no lo sé, yo solo estaba pensando en que quería que me agarrara la mano, pero cuando me anime a hacerlo yo, ya era muy tarde, ya habíamos llegado a su otro cuarto.
Su batería era roja con brillitos, era increíble, lo demás del cuarto estaba repleto de paredes anti sonido. Creo que a sus padres no les gusta mucho escucharlo tocar. Si yo fuera ellos, le pediría que tuviera la batería en la sala para poder escucharlo tocar siempre.
Fred busco sus baquetas y se sentó para comenzar a tocar, notaba que estaba algo nervioso, que seguro le daba pena tocar frente a alguien más, también en secundaria le daba pena, por eso jamás entro a la banda escolar, yo se lo implore la vez que saliendo de clases lo encontré tocando Dead! , Dios, debieron verlo, era fantástico.
― ¿No piensas vocalizar? ―me preguntó.
―Ehh, no, vocalizar es para débiles y yo no soy débil.
―Como tú digas, al rato no me pidas un té de jengibre que no te lo pienso preparar.
Puse los ojos en blanco, Fred solo movió la cabeza.
―Ya anda, comienza.
Fred mira los tambores, luego los platillos, acomoda su pie en el pedal y luego, se queda callado.
—¿Podrías girarte? —pidió.
Yo lo hice sin replicar, escuche los platillos sonar un poco, es más, estuvo probando cada tambor antes de tocar, estaba bien, yo soy paciente.
Y entonces tomándome por sorpresa comenzó con el ritmo inicial que de hecho es el mismo en toda la canción, solo cambia un poco de vez en cuando.
Mi cabeza comenzó a moverse por inercia, seguía el ritmo de la canción, esperando mi turno de entrar, en lo que lo hacía, busque la letra en mi celular, ya que no estaba segura de recordarla a la perfección. Por suerte el intro de la canción es largo.
Entonces llego mi turno, comencé a cantar, no era una canción vocalmente imposible, tenía lo suyo, pero era tan divertida que no te importaba si la cantabas mal.
—Don‘t lift me up to tear me down, I just want a lover, baby stay with me on the ground. —canté.
—Drop with me let mi go, got to keep it low. —cantó Fred tomándome por sorpresa.
Gire mi silla para verlo, él estaba tan feliz, vaya que coordinación, Lenny Kravitz estaría muy orgulloso de él, me encantaba el feeling que tenia al cantar, jamás lo había escuchado, pero creo que ahora era uno de mis sonidos favoritos.
Lo que resto de la canción nos turnábamos para cantar lo que seguía, todo fluía muy bien, eso me encantaba. Obvio había momentos donde ambos nos equivocábamos pero eso hacia el momento más especial.
—I’m so tired of playing this crazy game. Someone’s always left out in the rain. —canté yo.
—Is there a chance that we can make it. Just keep it real ‘cause with can’t fake it. —cantó Fred.
—’Cause you and I can’t take this anymore, we’re got to keep our feet right on the floor.
—There’s no more secrets, no more lying, baby I’m really really trying. —hizo una pausa dramática con la batería. —To get to love. —terminó el verso.
Algo raro sucedía con la canción y es que se sentía como si nos la estuviéramos cantando el uno al otro.
Al terminar la canción, ambos reímos como nunca, claro que los halagos no faltaron entre nosotros.
«Esto se sentía tan bien, él y yo juntos se sentía de verdad bien»
Haría lo que fuera para mantener este sentimiento, de paz, combinado con afecto y alegría.
Después de un par de canciones más y de cansarnos, decidimos bajar por algo de comer. Bajamos las escaleras corriendo como si fuéramos niños pequeños de nuevo. Sacamos de la alacena unas galletas oreo y aunque no lo crean, Fred si termino preparándome un delicioso te de jengibre para mis pobres cuerdas vocales.
Estaba recargada en la isla de la cocina, disfrutando del postre de más alta cocina, cuando note a Fred algo nervioso.
—¿Notaste que la canción fue una indirecta, verdad?
— ¿Lo fue? —pregunté a pesar de saberlo.
Lo noté a la mitad de la canción, pero quería saber el porqué, sabía que me lo diría.
—Claro que lo fue y quiero que hablemos de eso.
Me quedé en silencio, invitándolo a seguir hablando y así lo hizo.
—Sé que ésto puede sonar apresurado, estas en todo tu derecho de decirme que no, pero en serio, quisiera tener algo contigo Emma, no digo que ahora, solo que, de verdad quiero intentarlo.
— ¿Y qué tiene que ver la canción entonces? —le pregunte ya que no me quedaba del todo claro.
—Es solo que me gustaría mantener las cosas como ahora, privadas.
Me acerque a él dejándolo arrinconado.
—Las cosas se disfrutan más cuando se hacen en secreto. —le dijé
Fred sonrió emocionado.
Ninguno de los dos sabíamos en que nos estábamos metiendo pero no nos importaba, porque muy en el fondo sabíamos que queríamos estar juntos y que solo eso importaba.
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Morí
Pero sobreviví y aquí estoy de regreso por millonésima vez.
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