No había mejor sensación que sentir los rayos del sol encima de tu piel, acariciándola mientras pequeñas gotas de sal salpicaban tu cara al navegar. Kohaku estaba sentada a un lado del shichibukai tarareando una canción mientras el otro solo seguía la dirección señalada de vivre card, a unas horas de llegar al lugar destinado.

-Creo haber encontrado la persona que me superará.

Kohaku observó sorprendida a Mihawk por unos segundos. Nunca había encontrado alguien a su nivel, y mucho menos dicho que alguien era capaz de ser mejor que él así que era raro para ella escuchar esas palabras.

-¿Quién?

-El segundo a mando del protegido de Shanks.

Ratos antes, los dos habían hablado sobre el encuentro que tuvo el shichibukai con Luffy en su búsqueda de nakamas para su aventura al perseguir a una banda de piratas hasta el Baratie. Zoro, como había dicho Mihawk que se llamaba, al parecer era el primer integrante de la banda y un ex cazapiratas cuyo sueño era llegar a ser el mejor espadachín del mundo. La verdad es que se hacía raro ver como tanto él como Shanks habían apostado ya por la nueva generación a estas alturas. Sabía que dentro de nada serían los primeros a mover y cambiar el mundo, aunque no esperaba nunca que sin haberse hecho un nombre aún ya tuvieran gente que sí creía en ellos. Da escalofríos.

-¿Crees que te superará? -Kohaku parecía estar en su mundo, como si de verdad no pudiera entender las palabras que había terminado de escuchar o si fuera solo imaginación suya-. Primero tendría que superarme a mí.

Y Mihawk lo sabía. Desde que la mujer a su lado se hizo a la mar Mihawk le enseñó la mayoría de cosas que sabía para empuñar una espada, pero al volver de su primer viaje por las nubes y ver una de las Saijo O Wazamono cuyo filo estaba forjado en kairoseki, acabó de enseñarle todo. Aunque también sabía que Kohaku no presentaba ninguna presencia para la mayoría de la gente que la conoce y hace que la sobrevaloren.

-No.

Fue todo lo que Mihawk dijo antes de volver a poner toda su atención delante del mar. A su vez, Kohaku cogía con fuerza la empuñadura de su katana. Se negaba a aceptar más cambios después de lo de Gol D. Roger y más que fueran unos novatos que aún no conocen nada del mundo los que hicieran temblarlo. ¿Porque debía cambiar? ¿No había ya suficiente desgracia para añadir aún más y dejar el peso sobre unos hombros inexpertos? Si ni siquiera los yonko habían hecho nada para cambiar la situación, ¿que pueden hacer ellos?

-Sigo sin entender vuestro fanatismo.

-Deberías dejar de idolatrar tanto a las viejas generaciones -Mihawk suspiró, no quería meterse en ese tema con ella y mucho menos ahora -. Estamos a punto de llegar.

Al escuchar esas palabras Kohaku observó el Log Pose de su muñeca y vió que definitivamente estaban demasiado cerca ya. Mierda. Buscando en la bolsa encontró su pequeño kit de coser y empezó a cerrar el agujero que se había hecho a causa de Smoker, aunque aún necesitaba aprender mucho. Shanks iba a reñirle otra vez. Ese pañuelo fue el primer regalo que obtuvo al hacerse al mar al igual que el Log Pose de la muñeca: un pedazo de Shanks y uno de Mihawk siempre con ella.

El primero tras la visita de Shanks a su isla natal (la cuál se encontraba bajo su protección) poco después de la ejecución de su ex-capitán. Kohaku se encontraba en Loguetown con sus padres para ver el acontecimiento tan especial, cuando al volver se vieron perseguidos por unos piratas y Shanks se interpuso enmedio y les salvó, regalando el pañuelo a la pequeña con una agria expresión. Años más tarde, regresó a donde vivían para poner la isla bajo su protección al descubrir que era donde se hallaba esa chica y como pasó con Luffy posteriormente, ella también quiso hacerse a la mar. El segundo, cuando momentos después de hacerse a la mar se encontró con Mihawk y la hizo su aprendiz.

Parecía demasiado simple e irreal como en tan poco tiempo conoció a dos de las personas más famosas actualmente, aunque a causa de su relación con ellos, Kohaku tampoco se quedaba atrás.

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