Capítulo 1
El sol empezaba a salir por el horizonte y la luz entraba lentamente dentro de la habitación de la posada. No era gran cosa: una cama de matrimonio algo mullida, un armario y un pequeño tocador al fondo cerca de la puerta al baño. A contraluz y a esas horas parecía demasiado lúgubre para ser una posada en Loguetown, aunque la localización de esta y la reputación que tenía era el lugar ideal para que un pirata pudiera descansar en tierra firme.
Cuando me sentía perdida siempre volvía a este lugar si no estaba lo suficientemente lejos del East Blue. La última vez que vine había menos marines por las calles y todos los futuros novatos que salían al mar daban una visita al lugar de ejecución. Ahora, en cambio, parecía que se habían multiplicado los marines y varios novatos perdían sus esperanzas al ser entregados a la marina con tan poco recorrido.
Fuera, la neblina se disipaba poco a poco como si tuviera miedo del calor del sol y su tiempo hubiera pasado, aunque era el mejor momento para salir, justo cuando la ciudad dormía y empezaban a levantarse las primeras almas. Quitándome la pereza de encima, me levanté y preparé todas las cosas para partir, no sin antes aprovechar para darme una ducha. El pasillo del lugar no distaba mucho de la decoración de la habitación, igual de oscuro y poco decorado que daba paso a una entrada demasiado forzada a parecer agradable al público, como si esa pequeña decoración pudiera dar cinco estrellas al lugar.
El hombre de recepción no lucía mejor. Tenía un aspecto desfavorecido y delgado, pálido incluso. Tenía un ligero tic en las manos y a cada momento jugaba con sus pulgares nerviosamente. A pesar de ello, su silencio era lo mejor que poseía. No preguntaba si eras un pirata o algún ladrón a pesar de tener el diario cada día y guardar las recompensas que salían en él.
Pasando por delante, le devolví las llaves y le di unos berries de más, lo cuál él agradeció asintiendo levemente.
-¿Puedo?- había otro diario encima del mueble y me había llamado la atención.
No había nada demasiado importante. Alguna noticia sobre un pirata más capturado u otro haciendo fechorías. O eso creía hasta que llegué a los posters de recompensas. Un muchacho con una sonrisa de oreja a oreja ocupaba toda la foto del poster, pero lo que más me impactó fue el gorro que llevaba. ¿No era el de Shanks?
"Monkey D. Luffy, dead or alive"
-¿Puedo quedarme este poster, si no le sabe mal?
-¿Uh?- el recepcionista me miró perplejo dos segundos y volvió a leer su diario -. Claro, todo tuyo.
Guardando el poster dentro de un saquito que llevaba siempre conmigo, me despedí de aquel hombre y salí del lugar enseguida. En menos de un minuto había decidido cuál sería su próximo destino, ahora solo necesitaba encontrar un barco.
El puerto no estaba demasiado lejos, quedaba a diez minutos andando, y sin el bullicio de la gente sería más fácil incluso. Estaba pensando la cantidad de bellies que tenía en ese momento para pagar a algún navegante y que le acercaran al lugar cuando me vi envuelta en humo. ¿Un incendio? Al no ver fuego quedé aún más extrañada cuando golpeé el suelo a causa de un impacto. De entre el humo salió un marine de pelo blanco con un puro en la boca.
-Maldita escoria- el hombre no paraba de mirarme con odio mientras seguía sobre mí.
-¿Humo?
No pude evitar sonreir. Así como él se había materializado, yo me desvanecí y empecé a deslizarme hacia el puerto. Solo para volver a caer dos segundos después, notando una punzada en el hombro y volviendo a mi forma normal.
-Quién iba a decir que además eras idiota.
Al parecer el arma que empuñaba era hecha de kairoseki. Y si además tenía rango, ya empezaba a entender porque cada vez había más marines y menos novatos por la zona. Teniendo a un hombre así en estos lugares solo hacía peligrar la aventura de la gente que se hacía a la mar.
-Lo siento humitos, no tengo tiempo que perder.
Se le hinchó la vena de la frente y yo intenté zafarme, sin éxito. ¿Porque nunca veía venir a los enemigos? Si hubiera sido otro momento, otras circunstancias, me habría dedicado un rato con el marine pero hoy no tenía tiempo. Cogí mi bufanda enrrollándola en el arma del hombre y con todas mis fuerzas la mandé lejos, no sin antes rasgar la tela. Mierda. Volví a convertirme e irme rápidamente, sólo para ver el maldito marine seguirme otra vez. De todas las miserables logias, ¿¿tenía que ser humo??
-Disappear
Al llegar al puerto desaparecí. Me volví neblina, gotas de agua demasiado finas para verse a simple ojo y al desviarme del marine en un astillero, me senté. Hacer esto siempre me daba náuseas. Pero ¿dónde conseguía yo ahora transporte?
Caído del cielo, mis plegarias fueron escuchadas. Un pequeño barco con una enorme cruz se distinguía a lo lejos. Bingo. Con un último esfuerzo cogí altura y me desplacé hacia dicho barco.
Por otra parte, Mihawk estaba demasiado absorto mirando la recompensa de cierto pirata cuando notó unas diminutas gotas de agua en la cara. Y a los pocos segundos observó una pelirrosa sacando todo lo que llevaba dentro por la borda. Su cara se distorsionó.
-Una sola mancha y te entrego a Impel Down.
Al ver no reacción por parte de la chica, suspiró.
-Deberías entrenar tu stamina.
Kohaku levantó la cabeza y se sentó con cuidado dentro del barco (o más bien bote). Mihawk seguía igual de impasible que siempre, y no pude evitar reír al recordar que parece que está luchando siempre para el título de 'hombre de piedra incapaz de expresar sentimientos'.
-También debería encontrar un nuevo bote y un maldito marine no me ha dejado. ¿Sabes que hay un capitán de la marina con una maldita logia de humo? ¡Humo! Ese idiota me hace competición.
-¿Y que te hace pensar que voy a dejar que vengas conmigo?
Era Mihawk. Sabía hacia donde se dirigía en estos momentos, o tenía una ligera idea sobre ello. Al fin y al cabo, yo estaba en su mismo lugar.
-Vas a ver a Shanks, ¿verdad?
--------------------------
-------------------------
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro