Brick

Termino de acomodar mis libros en uno de los estantes de mi habitación. No tengo un problema con la organización ni nada parecido. Hasta mi parte de mi habitación es un desastre, sin embargo todo lo relacionado con mis estudios tiene su espacio y organización. Eso no se discute.

Me pongo mis zapatillas rápidamente. Tomo mi cigarillos y mi encendedor. Salgo de mi habitación. No me llevo la llave porque nuestra residencia es bastante tranquila. Todos nos conocemos aquí. Nunca hubo problemas con eso.

Bajo por las escaleras. Realmente si pudiese fumar en mi cuarto lo haría pero no quiero problemas. En realidad lo haría en cualquier lugar, pero bueno reglas son reglas.

Me siento en uno de los bancos qué hay en el jardín. Me llevo el cigarrillo a la boca y lo enciendo. Doy una larga calada. Aunque prefiero mucho más la marihuana antes que el tabaco. Veo cómo caen las hojas de los árboles, la gente va de aquí para allá. Saludo a algunos estudiantes. Estar un año entero y hacer diferentes actividades extracuriculares te hace conocer gente.

Chequeo mi celular. Buscar trabajo no es fácil, y menos cuando mis horarios no son tan flexibles. Estudiar a la mañana y tener las tardes libres no es accesible. Intenté cambiar de horario pero no hay vacantes para cambiar, además de que no la universidad no permite cambios de horarios a menos que sea una emergencia.

Podría trabajar por las noches, pero en general son trabajos hasta muy tarde. Mis estudios son primero, eso es indiscutible. No tengo el lujo de dejar todo lo que llegue a hacer por un trabajo que no puede ni siquiera pagar el alquiler de un departamento pequeño.

Apago mi celular y fijo mi mirada a mis pies. Debería lavar los tenis. Cuando tenga un jabón blanco y un cepillo seguramente lo haré. Termino mi cigarillo después de unos minutos. Tiro el resto del cigarillo en el piso. Perdón planeta, seguramente las generaciones futuras me matarán por esto.

Vuelvo a mi residencia haciendo el mismo recorrido. Aprovecho y voy a mear al baño público. Sí, nuestra residencia tiene baños públicos. En general las habitaciones con baños privados son más caras.

Veo que la puerta de mi habitación está entornada. Vale, ¿quién coño entra en una habitación y no cierra la puerta? Entro sin dudar. Es mi habitación, no voy a entrar dudando. Al entrar veo a mi compañero de habitación de espaldas. Está dejando algunas cosas.

—Ey tío, ¿por qué dejas la puerta abierta? —le reprocho mientras me tiro en mi cama.

—Perdona, mamá. —me dice con una sonrisa.

—¿Y esa sonrisa? —le pregunto cuando lo analizo mejor. Cuando conoces a alguien, sabes bien lo que le pasa apenas ves su cara.

—Recuerdas que estoy dando tutorías. —asiento. —Bueno hoy tuve una con una chica nueva, y no sabes lo guapa qué es. Te quedarías anonadado apenas la vieras. —suelto una carcajada.

—¿Tú das clases por el dinero o por los números de las chicas?

—Por ambos. —piensa por un segundo antes de responder. —Pero te juro que esta chica es muy guapa, demasiado.

—Ya, ya, cada vez que conoces una chica dices eso. —le reclamo. Este chico no tiene arreglo.

—Esta vez es diferente. —menciona. Me encantaría ver eso. —¿Y sabes qué es lo más extraño?

—A ver, cuéntame. —digo mientras alzo los ojos.

—Que nunca la he visto. Y una chica así, no es fácil de perder de vista. —lo miro de reojo, ¿en serio está tan flechado por su belleza?

—Entonces debe ser nueva. —asumo mientras apoyó mi espalda en mi cama. —¿cómo se llama? —me atrevo a preguntar.

—Bombón Harrison. —responde con una sonrisa. —¿Sabes qué es lo mejor mejor de todo? —vuelvo a alzar los ojos en señal de que continuara con su relato. —Tiene personalidad, y una lengua muy afilada.

—Vaya, parece una mujer única.

—Debería invitarla a salir. —murmura por lo alto.

—Gran idea casanova. —le digo aún con una sonrisa. Siento que estoy repitiendo el mismo capítulo. Él entusiasmado por una chica, él saliendo con una chica, él disfrutando de la relación y él abandonando la relación. Sí, esto es un episodio repetido.

—Ella también me llamó así.

—Entonces no sólo tiene personalidad sino inteligencia básica. —le respondo mientras me río de su cara. Me lanza una zapatilla que casi termina en mi rostro. —Ey, mucho cuidado.

—Tranquilo, señor «rostro de oro». —se burla, luego suspira mientras apoya su espalda en su cama. —No quiero que sea como las otras veces.

Podría decirlo muchos comentarios sobre eso. Como por ejemplo que siempre lo dice antes de empezar una relación. Pero no quiero ser pesado con él.

—Ve con calma y asegúrate que no sea un capricho. Ni tú ni ella merecen sufrir ¿no? —le aconsejo de la forma más objetiva. No me considero experto en las relaciones pero sé qué consejos dar. —De alguna forma u otra compartirán bastante tiempo juntos ya que es tu alumna. Así que tómate tu tiempo para averiguarlo.

—Insisto, ¿no quieres abrir una línea telefónica para dar consejos? Serías muy bueno. —menciona luego de unos minutos.

—Prefiero dárselos a personas importantes.

—Espera, —me mira con ternura y de a poco se acerca a mí. De un momento a otro tiene su brazo alrededor de mis hombros: —¿eso significa que soy importante para ti?

—¡Ya! Córrete que me das calor. —me lo quitó de encima mientras él sigue sonriéndome.

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Ya sé que son medio aburridos estos capítulos, pero son pequeñas presentaciones para que entiendan todo mejor.
Gracias.