Marcos

Ya había pasado unos días desde que nos volvimos de dejar al tío de Alexa seguro y ya mejorando, después de nuestra abrupta partida de la casa de mis padres ellos no han dejado de preguntar si habiamos llegado bien, si el tio se encontraba mejor, esto y lo otro.

Después de que Alexa se asegurará de que su tío se encontrará bien, nos regresamos.

Si quitamos la parte del accidente de su tío y el encuentro infortunio que tuvimos con aquel amigo suyo, el paseo hubiera sido un lindo recuerdo, aún no comprendo por qué el ambiente cambió cuando él llego, me sentía por decirlo de alguna manera desplazado y eso me enojo y talves me desquite de una manera poco educada, pero es que también debía de saber respetar el momento que teníamos, el chico este, podría haber saludado e irse, pero no se tuvo que quedar un rato hablando y riendo en mis narices.

Ya luego que él se marchara excusándose que tenía cosas que hacer me sentí más aliviado, un poco estúpido de mi parte, pero contaba los minutos para que se largara.

Aunque después de eso el ambiente cambió entre nosotros y el regreso al hospital fue un poco raro e incómodo.

En un momento donde ella salió a buscar algunas cosas, me ofrecí a quedarme a hacerle compañía a su tio y este me confeso que Alexa quería comprarle la casa, que en un principio perteneció a su familia por dos generaciones, prácticamente ella crecio alli después de la muerte de sus padres, les fue muy doloroso venderla, pero habían tomado esa decisión cuando Alexa ingreso a la universidad, aunque se rehusó al principio, ya luego termino aceptando con la promesa de que un día les compraría la casa y que esté en su familia nuevamente por muchos años más, por desgracia dos años después falleció su mujer y lo cambió todo, hoy en día la economía está fatal y eso la desmotiva día tras día, aunque él le diga que la intención lo agradece y que no quiere que termine enfermando por algo material, que ella es lo más importante que le queda.

La verdad es bonito que tu familia te apoye en tus sueños y metas y que si no logras cumplirlas como esperabas en un principio, tambien estén ahí para decirte que hiciste tu mejor esfuerzo.

Después de volver no hemos hablado de lo que paso ni en mi casa ni en argentina, fue como si todo lo que pasó haya quedado encapsulado en nuestros recuerdos, todo lo que hacemos es hablar de cosas de trabajo, si a eso se lo puede llamar hablar, solo son intercambios de monosílabos, quisiera decir mas pero las palabras se me atora y terminamos quedando en silencio.

En esta semana son incontables las veces que me ha llamado mi madre, al parecer Alexa hizo un buen trabajo cayéndole bien a toda mi familia, demasiado bien diría. Ahora se me hará más complicado crear una escusa para alegar que nos separamos, aunque esa idea no me gusta.

Algo de lo que me entere me dejó pensando, me llegó la noticia de que mi hermano busca información de Alexa, y no se conque fin.

Sin poder controlar mi curiosidad lo llamo.

—Hola hermacopia, ¿cómo estás?
Y todavía se atreve a contestarme así, como si no supiera por qué lo llamo.

—¿Cómo que hermacopia?, ahora mismo me dirás que andas tramando, ¿por qué buscas información de Alexa?

—No te enojes, fui idea de nuestra madre.

—Y ¿por qué lo haría? Si ella está feliz con Alexa, díme que sucede.

—Te lo diría si lo supiera, pero no sé. Talvez te está preparando un boda sorpresa con eso de que le cayo bien su nuera, ya sabes casual.

—Deja de decir tonterías

—Con nuestra madre nunca se sabe, debes de verla hasta parece que está preparando la boda de su hija y no de su hijo, ya quiere volver a verla, dice que si tú la lastimas o la dejas te deshereda.

—Cuelga que tengo trabajo.

—¿Por qué? No fui quien llamó, Cuelga tú.

«Con esto se suma otro dolor de cabeza»

***

Estando en la oficina, me llega una llamada de una amiga, para decir verdad es una llamada que no esperaba.

—Hola.

—Marcos, estás libre, esta noche necesitamos hablar tengo un super noticion.

—Supongo que sí, ¿vendrás con Xander?

—Obvio, no dejo a mi bebe solo porque luego, luego me lo quieren robar.

Seguimos hablando y riendo por unos minutos hasta que alguien irrumpe en mi oficina.

La veo entrar a tropezones, y cuando Su mirada conecto con la mía, vi algo que no había visto antes, ese brillo que los hacía único ya no estaba, no me gusta verla así, triste y distante.

Me entrego unos papeles y salió rápido como si estar conmigo en el mismo lugar la incomodara o la quemará, la vi irse y sentía una opresión en el pecho, quería jalarla de las muñecas para poder rodear su cintura y permanecer así por un rato.

«pensar así me asusta, no me reconozco »

Pero como puede llegar a ser tramposo el destino, ahora mismo voy entrando al restaurante y la veo cenando con alguien más, se ven que disfrutan, podría ser un amigo, pero el ambiente es más romántica, después de todo quien soy yo para reclamar algo, ella es libre y lo nuestro solo fue actuación, también es momento de que despierte de este sueño.

—Por aquí señor.

Había olvidado el mundo por un segundo, quedándome en medio del salón como un extra viendo a lo lejos.

Llegue donde se encontraba Amalia.

—Hola, perdón por hacerte esperar, y ¿Xander? —se me hizo raro no verlo pegado a sus faldas

—Fue a responder una llamada urgente.

Autora: Danna
Univers