Alexa

Después de un incómodo interrogatorio, Marcos pidió que por favor dejaran de agobiarme, cuando fue por culpa suya que estamos en esta situación, fue el quien me arrastró hasta aquí.

Después de unas horas de pasear y conocer el lugar llegaron los niños, tenían clases extracurriculares que no pudieron cancelar, desde lejos se oian sus quejas al llegar, al encontrarme con ellos me parecieron unos niños encantadores y con mucha energía, ya había olvidado como se sentía.

Carlos es el mayor, tiene ocho años y Carolina tiene seis, son tan parecidos que podrían pasar por mellizos, pero a la vez tan diferente.

Almorzamos al aire libre, llenar mis pulmones de aire fresco y sin contaminación fue refrescante y luego fuimos a descansar un rato y a darnos un baño, tranquilamente podria pasar por un perrito pues solo lo seguía, temía meter la pata si no lo hacia.

—Tu familia es muy simpática y agradable —le digo una vez que salgo del baño y lo veo recostado en la cama, parecía que me iba a responder cuando tocan la puerta.

Él es quien se pone de pie para ver quién de quien se trataba, mientras lo veía moverse.

—Hermano, ¿no interrumpo nada? —dice su hermano Manuel, mientras se asoma por el umbral dando una sonrisa en mi dirección.

—No, pasa, ¿qué quieres? —le dice cortante.

—Solo vengo a invitarlos a ir a la feria, Marlon y Sabrina llevarán a los niños para que dejen de estar de gruñones ¿se quieren unir?

Marcos gira y me ve como preguntándome con la mirada.

—Si tú quieres, esta bien por mi —digo dejándolo elegir.

—Ok, bajamos en un momento.

Después de bajar, nos fuimos en dos autos diferentes.

—Esto es genial —digo al ver el majestuoso lugar, lleno de colores, luces y olores entrando por mis fosas nasales.

Después de dos horas, Sabrina convenció a su marido de irse, y por alguna razón hicieron énfasis en que nosotros deberíamos quedarnos un rato más.

—Hermano, no seas gruñón y quédense un rato más, seguro Alexa quiere disfrutar del espectáculo de luces, será la primera vez que las vera.

Eso llamo mi atención y pregunté.

—Se trata de fuegos artificiales, lo harán en media hora o más, mi hermano te llevara al lugar especial de la familia, quedaras facinada.

—Manuel y por qué te vas, puedes quedarte e irte con nosotros. —trato de convencerlo.

—No te preocupes cuñada, yo ya los vi más de una vez, cuando tenga novia la traeré a que la vea, ahora no quiero ser el mal tercio de la pareja  —dice mientras guiña el ojo— me entiendes ¿verdad?

—No seas irrespetuoso y vete si te quieres ir, vamos ¡vete! nadie te detendrá —lo echa Marcos.

Ya después de que se marcharon, nos dirigimos a una carpa de comida, la verdad que moría por probar alguna cosa se me hacia agua la boca, lo que me convido caro solo me dejo con ambre.

—¡Oh no! No, no.

—¿Qué pasa? ¿Qué sucede? —me alarme al verlo así de sobresaltado.

—Alexa me olvidé mi cartera.

—No te preocupes, yo pue... —pero mientras buscaba la mia, recorde algo— Diablos la mía la puse en la mochila de Carolina. —digo con una mueca.

—Bueno, regresemos. —dice desanimado y con notable fastidio.

—Espera —busqué entre mis bolsillos— tengo estos, nos alcanzará algo —digo extendiendo unos billetes que me habían quedado de vuelto antes. —tú no tendrás algunos billetes, ¿por ahí?

—Eso no alcanzará ni para una ración de papas, es mejor irnos.

—Disculpe usted "Don yo solo uso plata grande", pero está bien esta simple mortal, que si tiene plata irá a conseguir la comida, solo quédese aquí ya vuelvo.

Camine por las diferentes carpas de comidas, hasta que pude conseguir lo que buscaba.

Dichosa y Orgullosa, deje frente a él una fuente con una hamburguesa, media ración de papas y todavía me alcanzo para un vaso pequeño de gaseosa.

—¿Solo te alcanzó para esto?, bueno esta bien puedes comértelo tú, yo no tengo hambre.

—Esto es suficiente para compartir.

Después de gruñir que eso no sería suficiente, termino aceptando, no las pasamos muy bien, fue como pasar un agradable momento con un amigo, aunque a veces sea un poco gruñón sabelotodo, es agradable estar con él.

Luego vimos como la gente se dirigía hacia un lugar, me dijo que ya comenzaria los fuegos artificiales, y decidimos ir también.

Pero en vez de ir hacia la parte de la Playa, fuimos hacia la parte arriba, se sentía más cerca del cielo, si miraba hacia abajo se podría ver como la gente se iba acomodando.

—¿Por qué solo nosotros estamos aquí?

—Porque, este lugar pertenece a nuestra familia, no viste el cartel de «prohibido el paso»

—Cada vez me sorprenden más, si me dices que también son dueño de este complejo, juro que no me sorprendería.

—No tanto, este pequeño lugar se lo compro mi papá a mi mamá, porque a ella le encanta estar cerca de las estrellas.

—Fue un detalle muy romántico —digo mientras miro hacia el cielo donde todo se empieza a iluminar y llenarse de colores que explotan.

Estaba tan concentrada viendo todos esos colores explotando y mezclándose en cielo, que no me di cuenta que me obsevaba, pero si senti su tacto al tomarme de la nuca haciendo que volteé, y allí mi corazón y mi mente explotaron en mil fuegos artificiales formando sus propios colores, Marcos me está besando y siento que me desmayo, una corriente me recorre todo el cuerpo, pero es una agradable y solo quiero sentir más,  parezco una niña que recién le han dado su primer beso.

Se separa de mí, y me ve no sé si pidiendo disculpas o ansiando más, pero yo necesito más y lo beso nuevamente y esta vez con más intensidad.

Autora: Danna
Univers