Capítulo dieciséis: la incomodidad despues del beso
Marcos
La estoy besando y peor aún lo estoy disfrutando como un condenado, es como si su boca fuera adictivo y yo solo quisiera deborarlo y sumergirme más y más.
Me separé al darme cuenta de lo que estoy haciendo, no es que me disgustara, sino todo lo contrario, me encanta navegar y explorar su boca como un campo desconocido.
La veo ahí confundida y respirando con pesadez, avergonzada, no entiendo porque actuó de esta manera, es que es tan difícil comprender que sucede conmigo.
Al principio solo significaba un favor que debía de cumplir hacia mi amigo, pero ahora se ha vuelto una obsesión, una adicción. Nunca me he permitido sentir algo más que deseo carnal hacia alguien, porque solo significaba un acoston y ya, pero con ella es todo lo contrario quiero tomarle de las manos, abrazarla, besarla, protegerla, hacerla gozar y pensar esto me hace desconocerme o será que nunca me di la oportunidad de conocerme como soy realmente.
Me siento estúpido y loco por pensar así, lo que me asusta es la posibilidad de enamorarme, solo una vez lo permití y sí no lo puedo negar fue lo más bonito que me paso, pero cuando acabo me sentí vacío y triste.
No sé cómo actuar ahora, ella solo sigue mirando hacia el cielo con vergüenza, como si solo eso se permitiera ver, se truena los dudillos como si eso disipara la incomodidad, pero es todo lo contrario, o por lo menos conmigo.
Después de levantarme, ella se asusta con mi brusquedad, buscamos el coche y en silencio nos dirigimos a casa, debo de sacar estas ideas de mi cabeza, lo que sea que tenemos solo durará dos días, y segundo ella está enamorada de Daniel o por lo menos él lo cree así y yo no puedo ser este tipo de amigo, que le roba la mujer.
¿O si?
La vi como ingreso primero, mientras yo me quedé en el coche intentando entender y procesar que sucede conmigo.
Si supiera que estaría en este dilema, en un principio no habría aceptado.
Al entrar oigo voces provenientes de la cocina, allí observo como Manuel habla y le ofrece algo, ella contenta se lo acepta y ríen en complicidad.
No quiero incomodarla, así que retrocedo y me vuelvo al inicio de las escaleras, será mejor tomar un baño relajante, así podré retomar mi postura de siempre, no quiero que se sienta incómoda.
Cuando estaba en el baño, pude oír ruidos provenientes de la habitación, me apresure en bañarme y cuando salí, vi a Alexa bailando y girando con telas en la mano al parecer eran prendas de ella, como si estuviera en un sueño giraba y sonreía. Su sonrisa es tan brillante y genuina, pero algo anda mal, así no se comportaría, sino estuviera borracha, como esa noche que nos conocimos.
—¡Oh, ahí está mi novio! —dice divertida.
Llegue lo más rápido que pude hacia ella, cuando la vi enredarse con la sabana, evitando que cayera, «eso fue como un dejavu» la recosté en la cama, un fuerte olor a licor me llegó y fue ahí donde comprendí, porque se ha puesto así, Manuel le gusta bañar los biscochos en alcohol.
Se incorpora de golpe haciendo que su frente golpeará mi nariz, esto hizo que un fuerte gemido de dolor abandonara mi garganta, pero que dolor.
—Lo siento —dice casi llorando.
Pero cuando intenta tocar la parte que me duele, lo presiona con mucha fuerza haciendo que me doliera el doble.
«carajo eso dolió»
Me incorporo y salí corriendo al baño, cuando veo al espejo no está hinchado ni morada, aunque puede ser porque aún no ha pasado mucho tiempo.
«Esto mañana estará feo»
Luego, vuelvo y la encuentro recostada con la mejilla roja, señal de que había llorado, la acomodo en la cama, le quito los zapatos y la dejo descansar, mientras intento acomodarme y cerrar los ojos, siento que me abraza por la espalda, me giro despacio y quedamos enfrentados, pero en ningún momento me soltó.
«Esta noche será larga»
A cabo de un rato, mis ojos ya se sentían pesados y solo quería ceder ante ello.
Al otro día cuando desperté me encontré solo, el lugar a mi lado se encontraba tibio como si Alexa apenas se huviera levantado. Por un momento me sentí decepcionado, al parecer mi subconsciente quería verla apena abriera los ojos, eso me hizo molestarme conmigo, después de todo siempre despertaba solo y no me hacía sentir molesto.
Pero hoy algo cambio, y no me gusta.
Autora: Danna
Univers
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro