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Capítulo 22 "Una nueva brújula"

NOTA: Capítulo lleno de drama, no hate please (el siguiente será "awwwww").

Dedicado a @DonajiRoldan y @oli95via


Harry tenía la mirada en la pared o en ningún lado en realidad, empezó a sentirse sofocado, atrapado en su departamento como si no existiera el aire suficiente para respirar o una jodida puerta de salida. Se estaba asfixiando, con la sensación de ir en picada directo a estrellarse sin poder evitarlo.

Había recibido la última mierda de Salomon, una llamada con un mensaje detonador "¿Has visto a Louis? Está triunfando, cosa que tú jamás podrás, te superó Harry, y ¿sabes qué es lo mejor? Que yo gané, yo siempre gano. Estás maldito Harry, si te acercas a él lo vas a arruinar, por eso te quité a la niña, y a Tomlinson, te despojé de la banda y de todo tu dinero, te arrebaté todo porque no mereces nada..."

Caminó trastabillando, intentando llegar a la puerta o hacerse de cualquier objeto, para ese momento ya no estaba tan consciente, sus acciones eran un mero reflejo de supervivencia porque no existía ya mucha coherencia.

Estaba teniendo un maldito ataque de pánico.

Comenzó de forma súbita, sin advertencia. Su cabeza iba a mil por segundo, cientos de pensamientos simultáneos lo estaban desquiciando, sin poder controlarlos, las imágenes, los sonidos y la falta de aire le estaban oprimiendo el pecho, las lágrimas corrían por su rostro y el color en su piel empezaba a tornarse azulada debido a la falta de aire.

El florero cayó rompiéndose cuando lo golpeó tratando de tomarlo, le siguieron algunos otros objetos que encontró a su paso, incluso la botella de whisky que estaba cerca, rodó haciéndose añicos.

Dolía, dolía mucho y todo se volvía oscuro a su alrededor. Parecía que moriría en cualquier momento.

Su cuerpo se estremecía involuntariamente y un miedo descomunal lo sobrecogía, su garganta se cerraba impidiendo el paso del aire.

Tenía que luchar, resistir e insistir en no dejarse vencer, solo debía respirar, solamente eso pero era lo más difícil cuando su mente corría veloz y su sistema colapsaba.

—¡Harry! —Louis golpeó la puerta un par de veces, pero no obtuvo respuesta — ¡Harry! ¿Podemos hablar? Solo será un momento, por favor?

El ruido de cosas quebrándose le sorprendió y casi se desquició cuando comprendió que algo no estaba bien. Quizá fue la adrenalina o tal vez había subestimado su fuerza, cualquiera que fuera su motor, lo agradecería después.

Dio un par de patadas e incluso lanzó golpes al cristal hasta que logró entrar.

—¡¿Harry?! ¡Mierda! ¡Harry! —de un par de zancadas llegó hasta él y lo sostuvo.

El rostro de Harry estaba de azulado debido a la falta de respiración y sus ojos desorbitados. Louis estaba frenético, pero se obligó a concentrarse. Lo volcó sobre su espalda y lo arrastró en posición diagonal formando un ángulo de casi 45° contra el respaldo del sofá, Harry estaba boqueando, desesperado por respirar, sus piernas temblaban incontrolables, y sus manos estaban hechas puños, enterrando sus propias uñas en sus palmas.

—Respira, vamos Harry ¡puedes hacerlo! Respira conmigo —Louis sostuvo sus mejillas y se aseguró que lo mirara cuando le habló —¡vamos! Inhala - exhala. Respira de nuevo, inhala - exhala —repetía con ahínco —respira cariño, todo está bien, ¡puedes hacerlo Harry! ¡Vamos!, vamos. Estoy aquí Harry, sigue respirando, inhala - exhala.

—Eso es Amor, lo estás haciendo bien —tomó sus manos y las abrió para que dejara de lastimarse —había rastros de sangre en sus palmas y bajo sus uñas restos de piel —Mírame Harry, sigue respirando. Quédate conmigo, inhala – exhala, por favor sigue respirando.

Quizás el tiempo se volvió su verdugo más cruel, cada segundo contaba más que nunca. Louis seguía hablándole, guiándolo para una mejor respiración y con cada palabra, Harry peleaba por seguirlo.

Su pecho subía y bajaba con rapidez pero poco a poco comenzó a ralentizarse, sus ojos estaban fijos en él, podía reconocerlo pero sus reacciones distaban mucho de coordinarse. Sus grandes manos se movían inquietas entre las manos del castañito y su labio inferior era aprisionado bajo sus dientes con fuerza cuando dejó de boquear por aire. Louis tuvo que evitar que se hiciera daño cuando pasó su pulgar sobre éste.

Harry ladeó su rostro como buscando un soporte en el contacto de Louis. Cerró sus ojos y sus fosas nasales se abrían y cerraban intentando regular el aire.

—Eso es Cariño, —animó, aun con la garganta apretándose ante la conmoción —¡lo estás haciendo muy bien! Sigue respirando así, vamos a lograrlo, solo sigue respirando, escucha mi voz Harry —asintió ligeramente como señal de que estaba atento a sus palabras y Louis por fin respiró ante esa respuesta.

—Concéntrate en respirar conmigo, ¿sabes dónde estamos? —intentó traerlo de vuelta —Vamos, vamos escucha mi voz, solo respira Amor ¿puedes oírme? tienes que luchar...—suplicó —todo va estar bien, lo prometo —sonrió, pero se estaba comiendo la cabeza de la impresión de encontrarlo en pleno ataque, imaginando lo peor.

—Muy bien Hazza, lo estás haciendo muy bien, sigue respirando, todo está bien. Estoy contigo, no estás solo —tomó sus manos entre las suyas demostrando que no lo soltaría, ni ahora ni nunca y el ojiverde apretó con más fuerzas, diciendo con esa acción que no quería que lo hiciera jamás.

Mirarlo así, hizo que Louis se sintiera culpable, pensando que lo había dejado a la deriva tanto tiempo, revolcándose en sus heridas y su impotencia salió como lluvia desde lo profundo de su corazón, pero las secó rápido, en este momento se trataba de Harry.

Le llevó unos minutos más lograr estabilizarse por completo, pero lo logró. Louis permaneció con él por más de dos horas, susurrando palabras de ánimo, diciéndole lo bien que lo había hecho y cuán orgulloso estaba de él. Recordándole todo lo importante y valioso que era, trayendo a la memoria aquellas bromas, películas y cualquier tema que no lo incomodara, necesitaba distraerlo y asegurarse de que estaba bien.

—Louis —habló después de un rato de silencio, todavía recostado sobre el sofá con las manos retorciéndose una contra la otra —¿A qué viniste?

—Estoy aquí, ¿no es obvio lo que quiero Harry? —le sonrió con ternura.

—Sé que estás intentando que seamos amigos en serio, pero...—aclaró su garganta para que su voz saliera lo más clara —no creo que sea lo mejor.

—¿Por qué dices eso? ¿Uhm? —llevó una mano hasta el cabello de Harry y lo peinó ligeramente hacia atrás —he venido a darte dos noticias que van a hacerte la vida más fel-

Lo miró por una fracción de segundo, sintiendo las palabras agolparse en su garganta porque ya no sabía cómo decirle que no quería alejarlo, pero Salomon tenía razón cuando dijo que estaba maldito y no quería arrastrarlo a su mundo de oscuridad.

—Solo márchate, necesito que te vayas...—Louis sintió una punzada, lo observó con amor suplicante, sus ojos enrojecidos por el llanto y solo quería acabar con su martirio ¿Cómo alguien pudo haber dañado a este ser maravilloso? —no puedo estar bien si estás cerca de mí.

—No digas eso Harry, ¿por qué estás tan a la defensiva? Déjame hablar, escúchame un segundo y si después quieres que me marche, me iré y...

—Quiero que te vayas, ahora.

—Esas ojeras se han vuelto permanentes, Harry... tus ojos no brillan —ignoró su rechazo y dio apenas un paso cerca de él, aun sopesando cada movimiento para evitar que huyera de nuevo, — creo que el alcohol no es la solución cariñ-

—Estoy bien Louis, —cortó, sin piedad, pero así tenía que ser para lograr que se marchara —no necesito que cuides de mí, no eres mi madre. —con la mandíbula apretada, conteniendo sus sentimientos, volvió a arremeter contra el castañito —No te quiero cerca, conocerte fue lo peor que me pasó, ni siquiera puedo mirarte sin recordar por qué me acerqué a ti en un comienzo, no eres mi tipo.

Sabía que eran mentiras, solo muros que estaba construyendo, aun así, dolió escucharlo. En su garganta se inició una revolución, palabras que se ahogaban y otras que luchaban por salir y explotar, una mezcla de veneno y miel se asentó en su boca por gritarle que aquello era una mierda, porque la verdad estaba escrita en sus ojos que lloraban cuando creía que Louis no lo veía.

Ignoró su desazón, y se centró en él, con la promesa de llevarlo a casa, con Ted.

—Harry estás muriendo, no me pidas que lo ignore, no puedo hacer eso —mantuvo un ritmo increíblemente pausado y estudiado, con miedo a romper la cercanía que poco a poco iba ganando.

—No estoy muriendo... o tal vez ya lo estoy y no me he dado cuenta, no he revisado lo que se dice de mí en estos días, como si importara.

—Déjame ayudarte, si tan solo me permitieras hablar, escúchame por favor —suplicó.

—¡Que te largues! ¡¿No escuchaste?!

—Hey, soy yo, soy Louis —tembló ante el grito, su cuerpo comenzaba a temblar también, como respuesta a lo que consideraba peligro. Los gestos del ojiverde tildaban de furia, pero Louis no era cobarde, tenía que romper esa barrera que solo enmascaraba todo el caos que estaba azotando a Harry, se armó de valor y trató de tomar su mano —Ven, siéntate y hablemos.

—¡NO! —se separó del castañito con un movimiento demasiado brusco y aunque se arrepintió en ese momento, no se disculpó —¡Eres un manipulador de mierda! ¡Quieres que todo se haga como tú dices y no estás escuchándome! ¡Vienes a mi casa a sentarte y alardear de tu perfecta vida, de tu jodido novio y tu estúpido... —el corazón se le cayó a los pies cuando se dio cuenta de lo que estuvo a punto de decir, ambos lo sabían —¿Ves lo que consigues?

Louis ahogó un sollozo, lo suficientemente audible para que Harry quisiera correr con histeria y tomarle de las mejillas y suplicar perdón por lastimarlo.

—Estoy intentando no abofetearte Harry porque entiendo lo que sientes, —enfrentó con el ardor de aquellas palabras no pronunciadas que laceraron su corazón —¿crees que fuiste el único que se fue a la mierda? ¡¿Eso crees?! Pues no fue así, yo también la pasé mal, y Zayn, y Liam y Niall, todos! Incluso mi hijo.

—No te pregunté nada...—respondió con desdén, pero su corazón estaba rompiéndose, miles de partes volaron dentro de su pecho porque sabía cuánto lo estaba lastimando, reinó en él la necesidad de alejarlo para protegerlo, Salomon era dueño de su vida y él era solo su títere, por lo menos es lo que él pensaba en ese momento.

—No, no lo hiciste, pero quiero que lo sepas, porque estás comportándote como un bastardo.

Harry tragó duro pero no dejó que aquello fuera percibido por Louis, en cambio le mostró una risa sarcástica y ruin.

—Bueno, parece que al fin te quitaste la careta y puedes decirme lo que realmente piensas de mí, —comenzó a dar pequeños pasos acercándose a Louis a medida que mencionaba una frase —que soy un bastardo, un miserable, un patán, fracasado y cobarde.

Sus pies chocaron en el suelo y sus ojos verdes enfocaron el mar agitado de Louis, había una niebla que los opacaba, una tormenta se había formado en ellos y los vientos arremetían duro, arrancando palabras que nunca sintió pero que, de todas maneras, dijo.

—No estoy usando ninguna careta, esa la tienes ahora mismo tú intentando alejarme, pero sé que solo estás asustado y si me dej-

—¡¿Así que soy un cobarde?! —ironizó, se alejó de nuevo hasta el otro extremo de la sala —¡un pobre diablo que necesita que el "gran Louis Tomlinson" lo salve, ¿eso crees?!

—No pienso eso, —retó, no se achicó como Harry esperaba y en el fondo, lo hizo sentir orgulloso de ver cómo Louis era capaz de no dejarse derrumbar tan fácil —justo ahora actúas como un bastardo, pero sé que no lo eres.

—¿Por qué haces esto? —reprochó, cansado de que ninguno de sus desplantes y groserías diera resultado —¿Por qué insistes conmigo? ¡Tienes al maldito rubio! Sé que están juntos y se besan y se abrazan, se susurran palabras de amor, ¡joder los vi! —se desplomó en el sofá, totalmente rendido y lloroso —no quiero verlos, no quiero que me hables de él, no quiero saber si besa mejor o si te ha tocado mejor que yo, no quiero que me digas lo feliz que te hace y-

—Nadie me hace feliz, más que mi hijo. —estableció, como un mantra que hondeaba en su vida —mi felicidad depende exclusivamente de mí. Pero si lo que quieres es no saber de Chris, entonces déjame hablarte de Ted...déjame contarte cuando apareció su primer diente o la primera vez que me llamó "papá".

Los hombros de Harry se movían arrítmicamente sin control, el llanto se cernía sobre él y las emociones le habían sobrepasado ya. El peso del mundo estaba sobre él, con la culpa de romper por última vez a Louis antes de soltarlo definitivamente.

—Te propongo que seas su amigo, que le llames todos los días, todas las noches, da igual si es solo un mensaje de voz o una llamada de horas. Solo quiero que...—la sobrecarga emocional lo estaba drenando, y sus fuerzas menguaban lentamente —él cuente contigo y tú con él, no es necesario que yo esté, solo quiero que lo conozcas mejor.

—¿Por qué? ¿El rubio no es suficiente?

Louis sentía que el mundo lo estaba abofeteando e iba en picada, directo a estrellarse. Sus ojos comenzaron a sentir pequeños chispazos y la presión de toda la discusión le estaba llevando a un punto oscuro donde ya había estado antes y al que no regresaría.

—Por favor cállate Harry, cállate por piedad —llevó sus manos a la cara, totalmente frustrado e hipando ya —¿Podemos detener todo esto por un momento?

Por unos segundos Harry no dijo nada, solo negaba con la cabeza y aquel silencio le dejó escuchar cómo se rompían cada una de sus ilusiones.

Louis levantó su mirada, respiraba con dificultad con las emociones a flor de piel y sus ojos no dejaban de humedecerse desde dentro. Se sentía abrumado, en un momento pensó que tocaría el cielo pero no fue así; estaba cayendo en picada hasta que el ojiverde volvió a hablar.

—Todavía estoy jodidamente enamorado de ti Louis —confesó, en ese momento Harry quería llevarlo sobre fuego y arena, rogando que le dejara adorarlo todos los días pero las palabras de Salomon todavía estaban en su mente. Ya lo había herido suficiente, lo siguiente que dijo era su verdad más preciada y le pertenecían a Louis, por eso se las regaló —te amo, te amo de una manera tan infinita que no lo sabes —se atrevió a tocar su rostro con los nudillos y luego extendió su palma sobre la mejilla —no lo sabes.

Ese simple contacto desencadenó una corriente frenética que le sacudió cada célula y erizó su nuca, al mismo tiempo era un maravilloso caos. La piel estaba fría pero el contacto creó chispas en su cerebro, dejó que la magia y el caos convergieran en su piel y no retiró la mano de Harry hasta que él lo hizo.

Louis escuchó su discurso sin interrumpirlo, sus anhelos se desvanecían con cada palabra y aunque intentó disimular su desesperación y derrota bajo una angustiante bocanada de aire, sus manos no dejaban de temblar y tuvo que obligarse a mantener la garganta clara para el momento en que finalmente dijera adiós.

Cuando Harry terminó de hablar, el castañito solo pudo soltar el aire en un suspiro que produjo desconcierto, pero calló sus protestas y hasta su enfado, todo estaba dicho. Se sentían abrumados, el aire abandonó sus pechos y el corazón lo sintieron apretándose en la boca del estómago.

—Estás enamorado —recalcó el castañito, Harry asintió. Esta vez no esquivó su mirada, quería verlo a los ojos sin máscaras esta vez para demostrarle que esa era su verdad —Entonces ¿por qué me...

—Te dejo en libertad —los ojos de Louis se abrieron aún más y su boca enmudeció. Se rindió completamente dejando que las lágrimas corrieran, no sabía de qué otra manera explicar lo que sentía —aquí ya no hay nada para ti. Solo prométeme que serás feliz, que no volverás y que... encontrarás un amor real y sano; lo mereces.

Entonces la comprensión de la realidad le asaltó mostrándole lo que Harry estaba intentado ocultar ¡Lo amaba! Harry lo estaba alejando porque pensaba que no lo merecía, no por falta de amor.

Louis leyó el miedo en su mirada y sus palabras más pausadas. Comprendió que Harry sacrificaba su amor para reparar sus heridas porque, aunque lo animaba a irse, estaba aterrado de no volver a verlo.

El ambiente se volvió aún más denso, un aroma a despedida se asentó en la habitación dejando amargos tintes de tristeza y desolación en el corazón de ambos, una opresión caló en lo más profundo de sus almas impidiendo la respiración y creando un nudo más imposible de pasar que nunca.

Parecía que sus vidas estaban llenas de ese aroma peculiar y que por más que Louis intentara; no lo podría quitar.

Lo vio alejarse y caminar hacia la puerta de salida, reconociendo el pánico apoderarse por completo de sí mismo porque aquella puerta no solo era para salir de su casa, simbolizaba también la salida de su vida.

Lo estaba dejando marcharse en contra de sus voluntades incluso cuando, de alguna manera su corazón suplicaba que lo detuviera, que dijera algo más como "Por favor no te vayas".

Louis caminó despacio, sin pausa, como regalando una última oportunidad con cada paso y sintiendo el frio en su espalda, reconociendo la tristeza de su lejanía.

Tomó entre sus manos el pomo de la puerta y antes de girarlo sacó de su bolsillo aquel objeto y lo extendió hacia el ojiverde.

—Tal vez, esto —señaló la pequeña memoria USB que dejó en la mesita antes de retirarse —te ayude a entender que después de todo lo que has sufrido, ahora te toca vivir y sonreír. No todo está perdido.

—¿Qué es?

La sonrisa enorme que se dibujó en el rostro de Louis era tan grande como su dolor.

—Es lo que tú quieras, un camino a la felicidad, una nueva brújula que te guíe a casa, o tal vez es mi abrigo; no lo sé...Tendrás que descubrirlo por ti mismo.

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"La tormenta es solo un proceso para la calma"... Genaro Falen.

No me odien, juro que voy a compensarlo en el siguiente, simplemente dividí el cap porque quedaba demasiado extenso, perdónenme la vida.

Besos

MAKI<3

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