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Capítulo 16 "Quiero que conozcas a Ted"


Los siguientes días Harry respiró solo por inercia, sus pies y su músculo cardíaco se movían pero no sentía más que un vacío, eso era todo. Nada debajo de él, ni el césped que mojaba sus pies cuando caminaba descalzo o la brisa vespertina que acariciaba su rostro o las ráfagas que jugaban con su cabello cuando se asomaba por la ventana.

Habían transcurrido exactamente veinte semanas desde que vieron por última vez y sabía que no estaba muerto, únicamente porque sus oídos podían escuchar las canciones de Louis y sus ojos podían mirarlo a través de una pantalla pixelada, decir entonces que estaba vivo sería demasiado. Él no estaba vivo, él solamente respiraba.

"Louis Tomlinson fue visto en el aeropuerto de Heathrow el día de ayer, después de meses en su primer tour mundial, el cantante regresa a Londres para un merecido descanso antes de continuar la siguiente fase de su gira por Europa".

Louis había vuelto, estaba de nuevo en Londres, no es que eso significara nada pero; tal vez, si las conspiraciones del universo existían, podría ocurrir un milagro y...verlo.

Sabía que no podría acercarse, Salomon había jugado sus últimas cartas y junto con Candice, una orden de restricción hacia Amelie le fue impuesta, sin posibilidades de volver a hablar con ella.

En cuanto a Louis, sabía que aquel infame contrato especificaba claramente que no podrían acercarse públicamente, de manera cruel y muy personal, Salomon amenazó con herirlo si Harry incumplía.

Lo que ignoraba entre muchas otras cosas, fue que el equipo de Louis llevaba meses trabajando para finiquitar aquella monstruosidad, Louis había invertido gran parte de su fortuna y poco a poco algunas cláusulas eran canceladas, el final estaba a nada de llegar y solo esperaban la última firma de Salomon Coldwell para que la jaula fuera abierta y la golondrina cautiva volara al fin.

Estando allí, sentado sobre el sofá miró su reloj que marcaba más de medio día, con nostalgia miró hacia el cielo, un montón de nubes blancas corrían delante de sus ojos y el sol brillaba por encima de su cabeza, cerró los ojos y como un bucle, a su mente llegaron las palabras de Louis "lo mejor está por venir y esta vez vas a lograrlo".

Los días posteriores a su encuentro se había hundido más, estaba absolutamente arrepentido de haberlo echado, pero era lo mejor, tenía que serlo.

Louis había intentado ayudar, sacarlo de las sombras para hacer brillar su estrella pero era demasiado oscuro el túnel donde se hallaba.

—¿Saldrás? —preguntó cuando encontró a Niall a punto de cruzar la puerta de su departamento, llevaban meses compartiendo, con la misión secreta de cuidarlo, bajo la petición de Louis.

—¡Harry! —exclamó el rubio —sí, iré a una entrevista, he estado trabajando y hablando con algunas gentes —sonrió —deséame suerte amigo, probablemente estés frente al próximo mejor cantante de Irlanda!

—No lo necesitas Niall, pero ¡suerte!

—¿Quisiera acompañarme? Necesitas salir, podemos ir por un par de cervezas, llamaré a lso chicos, Liam y Zayn seguro se apuntan y Lou...—se detuvo antes de continuar —lo siento, lo siento, mi culpa.

—Está aquí, ¿cierto? —había esperanza, pintada en su rostro cuando hizo la pregunta, incluso el esbozo de una sonrisa —Leí que llegó ayer.

—Sí, llegaron ayer —respondió Niall, sintiendo la alegría que esto causaba en su amigo —ha sido muy cansado para Ted porque él-

—¿Ted? Así que ese tipo le acompaña —interrumpió sorprendido, Harry no era el mejor actor, fingió que esa información no lo lastimaba, pero su estómago se revolvió ante la idea —entonces viajan juntos.

—Pues sí, Louis no quiere dejar a Ted. Siempre que puede, lo lleva a todos lados. —respondió sin entender el cambio en el tono del ojiverde —¿Eso te molesta?

—¡¿A mí?!

—Harry, respira, —Harry ya había pasado por muchas crisis, un ataque de pánico era lo último que Niall quería —¿por qué no vienes conmigo?tal vez hablar con los chicos te haga bien.

—Yo hablaría pero, ¿ellos me responderían Niall? ¿Realmente crees que me quieran en su mesa?

—Estoy seguro que sí, por lo menos Louis.

—¿Y qué diría "Ted"? —resopló fastidiado —¿Qué clase de nombre es ese? ¿acaso es diminutivo de Theodoro o algo así?

—No —respondió Niall, todavía ignorando el aluvión que Harry estaba sintiendo —en realidad es Ed, Louis comenzó a llamarlo Ted por el juego de palabras, ya sabes; el apellido y esas cosas.

Harry no prestó demasiada atención a nada de lo que Niall dijo, él solo se sentía mareado por el nombre y su incomodidad era latente. Hablar del tal Ted no era su mejor tema.

—Piensa en esto, si por casualidades del destino te encontraras a Louis ¿cómo quisieras que él te encontrara? ¿no sería lindo que estuvieras presentable? Imagínate si hoy conocieras a Ted ¿no te gustaría verte ...

—¡¿Por qué querría conocerlo?! ¡Basta con el tipo! Es el nuevo novio de Louis, lo sé pero tienes que recordármelo a cada momento! No me interesa conocerlo —su ceño se frunció y finalmente Niall entendió de dónde provenía su molestia.

—En mi opinión, algún día me lo agradecerás —rió, dejó una palmada en el hombro de su amigo mientras terminaba de salir del departamento.

Harry dejó que su miseria lo arrastrara un poco más por un par de horas, hasta que; en un arrebato se pudo de pie frente al espejo. Niall tenía razón, le hacía falta una ducha y arreglar el desastre que tenía en su espacio. Si el universo conspiraba a su favor, volvería a ver a Louis, decepcionarlo era lo que menos deseaba.

Después de todo, ¿qué probabilidades hay de encontrar a un artista caminando por las calles de Londres? Las estrellas deberían alinearse milimétricamente para que aquello sucediera.

Limpió hasta donde sus fuerzas le permitieron, la ducha parecía milagrosa y aunque el cabello seguía rebelde logró una imagen menos fatídica que la anterior. Le tomó otra hora estar frente a la puerta del departamento, el picaporte en su mano, vaciló por un tiempo hasta que, en un acto de valentía, cuando sus monstruos mentales dormían, decidió intentarlo.

Iría por algunas cosas que necesitaba para empezar a mejorar el lugar donde residía, a estas alturas no se podía permitir algo mejor o más costoso. Salomon se había llevado casi todo de él y aunque todo suponía un final triste, Harry descubriría que el siguiente intento demostraría lo contrario.

Caminaba cerca de una tienda de juguetes en el centro comercial más pequeño cuando comprobó que sí, se alinearon, las estrellas y el universo estaban jugando a su favor.

Louis estaba allí, de pie, tan hermoso como siempre.

Una explosión se originó en su interior, corriendo salvajemente por todo su flujo sanguíneo cuando lo vio. Por un momento sintió que el aire ya no hacía falta porque al verlo ahí, tan hermoso como siempre, entendió que él respiraba de Louis.

Su corazón perdió una millonésima de fracción de segundo en un medio latido, de pronto fue como si vagara entre la felicidad y el dolor. La luz artificial del lugar era opacada fácilmente por la sonrisa de Louis, pequeñas esporas de polvo descendieron sobre su cabello y Harry deseó ser una de ellas, tan solo para estar así de cerca.

Se dirigió hacia él sin que su cuerpo le obedeciera... y se acercó.

—¿Louis? —un escalofrío recorrió su columna a una velocidad sorprendente.

Se giró lentamente y ahí estaba...era Harry.

El corazón del castañito palpitó con furia, como aquel día de su primer beso, como la primera noche que sus cuerpos encajaron. Un indicio de una preciosa sonrisa se dibujó en su rostro. Aquellas semillitas de esperanza que había echado en su corazón germinaron bajo el cobijo de sus lágrimas durante los últimos 4 años y en ese momento, la primera flor abrió.

—Harry...

Caminó lento, cauteloso, como si en el aire estuviera implícita su vacilación y el corazón de Louis ahora se encogió.

—¿Qué haces aquí? —lucía estúpidamente sorprendido y su felicidad se le estaba escapando por cada poro y en cada exhalación, pero no sabía cómo actuar ¿Debía darle la mano? ¿Un abrazo? Un beso ni pensarlo ¿O sí?

Lou, perdón Louis —se corrigió —no sabía que estarías aquí.

—Sí —Louis dio dos pasos hacia Harry, el movimiento fue tan lento como si temiera que él podría huir si se acercaba demasiado —Harry...—repitió, tal vez era tan inverosímil la aparición de Harry que tuvo repetir su nombre, saboreando cada fonema.

—Leí que regresaste ayer —logró decir, sus nervios le hicieron jugar con sus propias cutículas sin sentirlo, estaba extasiado y necesitaba todo el dominio para mantenerse a flote. Quería abrazarlo y que Louis susurrara lo último que dijo la vez anterior, Harry necesitaba que él le asegurar que todo iba a estar bien, no importa si todo se iba al carajo después, por ese instante él solo deseó creerle a Louis. —No quiero molestar solo te vi y... perdón, estoy siendo molesto, es solo que estabas aquí y yo...no

—Está bien Harry —un paso más pequeño que los dos anteriores y sus pies casi se rozaban, el castañito remojó sus labios en un tic nervioso, sus ojos no se apartaron de Harry, quería transmitirle que todo estaba bien, que no había razón para correr —no sabes cuánto me alegra verte. Te ves tan bien.

No pensaba igual de su imagen, Louis seguía luciendo igual que siempre, con ese beso del sol en la piel que susurra que está hecho de magia y milagros, su cuerpo no había cambiado en absoluto, todavía podía distinguir la línea de sus clavículas y la manera tan espléndida en que su cintura armonizaba su figura. La mandíbula inconfundible de Louis se alzaba preciosa sobre su cuello y su cabello coronaba como un halo de un ángel.

Louis era el hombre más impresionantemente hermoso que había visto.

—¿Estás solo?

—N-no, Ted está por allá. Vinimos a comprar algunas cosas para nuestra casa...

"Nuestra casa" esas palabras le supieron a hiel, Harry negó sin darse cuenta, intentando borrar aquello de su cabeza, hablar de casa era sinónimo de Louis, casa siempre significó el pecho del otro, la sonrisa o cualquier lugar donde fuera libre junto a Louis.

Al parecer, Louis ya no pensaba lo mismo.

—Oh... claro, entiendo. Será mejor que me vaya —señaló detrás suyo y comenzó a retirarse.

Habían demasiadas cosas estrellándose entre su pecho y su cabeza, queriendo salir y explotar entre ellos. Luchó por retenerlas pero todo iba en picada. Louis estaba allí, con alguien más, denominando "casa" con alguien más, y Harry no supo cómo atrapar cada palabra para que no se convirtieran en lanzas directas contra el tipo que ahora tenía el corazón de su Louis.

Sabía que este tipo existía, y sabía que se había metido tan debajo de la piel de Louis que incluso lo acompañaba en sus giras, algo que él siempre anheló. Estaba jodido y necesitaba correr lejos hasta que su corazón explotara y el dolor terminara.

—Adiós.

—¡Harry espera!

El corazón del castañito chocaba contra las paredes de su pecho, calentando cada espacio hasta limar cada borde. Sus manos se retorcieron una contra la otra hasta que la multitud de palabras resbalaron hacia atrás, su respiración se agitó con todas las emociones que estaba conteniendo y su boca seca no pudo pronunciar nada.

Harry, estaba allí, a menos de cinco metros de SU HIJO.

—Quiero que conozcas a Ted.

Todo era un éxtasis de emociones y nervios. Palabras que se cortaban, ansiosas por salir, secretos que merecían ver la luz y un niño a quien el mundo le podía cambiar en un segundo. Luego estaba Harry, el hombre que amaba, el mismo que había sido ridiculizado y azotado con mentiras de una supuesta paternidad; estaba frente al conocimiento más real de que el amor siempre encuentra el camino para volver, a punto de enterarse que los últimos 4 años, Louis los había dedicado a cuidar de SU hijo.

—¡¿Qué?!

—Sé que no sabes quién es y bueno, me gustaría qu-

—Sé quién es, Louis —interrumpió con las palabras más frías hasta ahora — es el amor de tu vida ¿cierto? Lo escuché.

El castañito bajó la cabeza y sonrió sin que se notara. Ese era su Harry, un pequeño niño grande y celoso, disgustado porque creía que alguien más lo había desplazado. Como si eso fuese posible.

Durante 4 años Chris lo había intentado sin éxito, incluso Sam, aquel chico que conoció meses atrás en su gira y que era encargado de abrir sus conciertos, también lo había intentado, pero con los mismos resultados.

—Harry en verdad creo que debes conocerlo, por favor.

No, no quería.

No podía.

Le había costado tanto salir de su departamento aquella tarde, había luchado contra sus propios pensamientos para nada. Justo en ese momento sintió que el destino se burlaba de él, "Ya está karma —pensó —¡¿qué más quieres?! Ya me quitaste todo".

No, no podía hacerlo en ese momento cuando apenas estaba empezando a creerse el valiente y enfrentar la vida.

Ver al hombre que ahora Louis cree que es su amor lo destruiría, pero; se lo debía, le había hecho tanto daño a Louis que se lanzaría del rascacielos más alto si él se lo pidiere.

—De acuerdo, pero-

No pudo terminar de hablar cuando un pequeño de casi cuatro años llegó corriendo hasta donde ellos estaban, el niño se lanzó sobre Louis muy emocionado y con un muñeco en la mano, mientras gritaba.

—¡Mira papá! Tío Z lo consiguió!

Harry quedó boquiabierto...

—¿Papá?


¡Oh Harry!

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"Amar es que abriguen, no importa de qué: del frío, de los miedos, de las dudas, de la tormenta y a veces; hasta de uno mismo".

Con ustedes, Edward Tomlinson Styles (o TED, simple pero efectivo).

Espero que este capítulo sane un poquito su corazón si les he hecho sufrir...se acerca el final.

Besos.

MAKI <3


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