Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15 "Nada es lo que parece"


Dedicado a @MYSUNflowerSC  @SweetCreature28HL.


Después de esa llamada no pudo concentrarse en nada más, Ted llamó su atención cuando se acercó bostezando de la mano de Lottie

—Papi, sueño —dijo mientras se acomodaba en el hombro de Louis.

—¿Tienes sueño eh? ¿Qué te parece si vamos a casa? —El pequeño solo asintió en la misma posición y solo se aferró más, abrazando su cuello.

Poco le importó que su propio evento aún no terminara, definitivamente tenía cosas más importantes que hacer. Se dirigió a casa en su propio auto mientras Lottie le acompañaba en los asientos restantes con Ted dormido en sus piernas.

"Louis, estamos en mi departamento. Harry está aquí, ven en cuanto puedas"

Fue el mensaje que recibió de Niall, simple pero detonador con el nombre de Harry en él. Harry era una ambigüedad en la vida de Louis, era su punto débil, aquel por el que atravesaría el mundo entero solo para verlo aunque fuera solo un minuto, al mismo tiempo era esa fuerza que lo impulsaba a seguir peleando cuando sus brazos perdían fuerza en la batalla.

En palabras más simples, Harry sería siempre aquello que muchos llaman "amor".

—Louis —Lottie caminó hacia él y le tomó ambas manos —No tienes que pedir permiso, ¿por qué sigues aquí? ¡Ve con él!

Para el momento en que salió de su casa; Ted ya se encontraba dormido en su cama y Louis subió a su propio auto, ignorando la forma en que su estómago se revolvía cuando pensó en todas las posibilidades de lo que podría encontrar. 

Cogió aire, muy muy fuerte y pisó el acelerador, con el corazón casi en la boca del estómago. Sus manos apretaban en volante con fuerza y la guía de su auto casi igualaba la tensión de sus antebrazos.

Mientras recorría las calles, deseó tener una máquina que lo transportara hasta el lugar donde estaba Harry porque cada maldito semáforo parecía burlarse de su ansiedad. Necesitaba asegurarse de que él estuviera bien.


En otro punto de la ciudad, un escenario diferente se desarrollaba, sin saber que el mismo castañito de ojos azules era el tema principal.

—La primera vez que lo vi, pensé que no era real —sonrió así, con la tristeza en los labios, pero se acomodó mejor en el sofá y ese movimiento solo hizo que la toalla húmeda se resbalara de su frente —nunca había visto a nadie como él. Mi madre lo amó desde el principio incluso un poco más que a mí...él era todo lo que yo podía ver y eso estaba bien 'porque no necesitaba nada más. Era tan brillante y feliz, y tiene esa maldita sonrisa que me podía derretir —sorbió —nunca pude decirle lo suficiente cuánto lo amaba...—Harry cubrió sus ojos con el dorso de su mano, las luces del departamento lastimaban un poco y todo comenzaba a girar a su alrededor.

Afuera, una tormenta se desató, presagiando lo que vendría. Harry se mantuvo la mayor parte del tiempo callado, se quedó dormido por cinco minutos, y en seguida despertó. Miró a Chris de nuevo y lo despreció por lo bien que lucía, aquel porte era de un hombre seguro, confiado y atractivo, luego se miró a sí mismo, casi un espectro, sucio, desaliñado y con la frente todavía manchada.

Apartó su mirada del rubio, y con el alcohol corriendo todavía por sus venas, le habló.

—Yo fui un cobarde, lo destruí y después me fui, porque soy un bastardo —se desahogó Harry, había cambiado su posición en el sillón pero cuando intentó pararse, se tambaleó. Chris se levantó de prisa pero el ojiverde no permitió el contacto y volvió a sentarse —solo no hagas lo mismo que yo, no le mientas nunca, ni lo abandones. Solo haz que nunca se sienta solo ¿de acuerdo? Debes cuidarlo pero no lo subestimes, Louis es impresionantemente fuerte...si lo haces te aseguro que nunca vas a perderlo.

—Deberías seguir tus propios consejos —soltó Chris sin pesarlo.

—Soy el rey Midas —dijo de forma sarcásticamente dolorosa —todo lo que toco, lo arruino. ¿Lo has visto? Por supuesto que lo haces —bufa —sales con él, pues él está mejor sin mí. Además, como si no fuera suficiente contigo, ahora hay un "Ted, con los ojos más bonitos que ha visto"—ironizó.

Harry echó la cabeza hacia atrás y Chris no supo qué decir ante eso. Era claro que el hombre frente a él no tenía idea de quién era Ted.

Caminó hasta sentarse en el sofá contrario, sus manos encontradas bajo su mentón, procesando las palabras de Harry, había visto cómo Louis se hundió y durante años sintió desprecio por el hombre frente a él, porque creyó que era el causante de todo, pero ver a Harry así, tan roto como alguna vez estuvo Louis, le hizo entender que siempre hay dos lados de la misma historia, Harry también la había pasado mal, sofocado con un contrato ruin y bajo las órdenes de un hombre cruel, estafado con aquello que tanto anhelaba, y se odió a sí mismo por haber deseado que desapareciera de la vida de Louis para siempre.

Lo miró, con culpa y rencor también porque todos los sentimientos encontrados se arremolinaban en aquella habitación maltrecha. No solo era Harry, arrancando las costras de sus heridas, era Chris dejando que el ardor de las propias le escocieran el alma.

—Eres un idiota Styles.

—Lo sé. Perdí todo cuando lo perdí a él, —su tono grave y sus palabras más lentas de lo normal le hacían juego a la devastadora agonía en la que estaba sumido —y me convertí en esto, un remedo de hombre.

—¿Por qué dices eso? ¿Acaso Louis te lo dijo así? —.Se sentó frente a él en el sillón opuesto, si tendrían esta conversación ahora, diría lo que piensa. —¿Tan cobarde vas a ser que no te levantarás de tu miseria para pelear por él? ¡Estás tan sumido en tu mierda de autocompasión que es más cómodo dejarte pisotear en lugar de hacerle frente a los errores! No te los mereces, no te los jodidamente mereces ¡a ninguno! —gritó, hartó de ver la condición en que sumía Harry, pensando en Ted, aquel pequeño que también le había robado su corazón y a quien ya sentía como su hijo.

Había una tormenta sobre ellos, agitando las olas, enfureciendo sus pensamientos, y las palabras salían sin filtro, porque esconderlas más bajo una amabilidad necesaria no era la opción ya.

—Es lo que dije.

—Sé que has sufrido ¡joder, no fuiste el único! Pero eres tan egocéntrico que solo lames tus heridas y no eres capaz de ver las cicatrices de Louis ¡mierda Styles! Por 4 malditos años he tratado de acercarme de todas las maneras posibles, yo estuve ahí cuando él no pudo levantarse de la cama, cuando lloraba en los rincones pretendiendo que nadie lo viera, ¡yo estuve ahí en ese hospital cuando...—se detuvo, su pecho subía y bajaba agitado, un río entero de reclamos y palabras se agolpaban en su boca, listas para salir como flechas dirigidas a Harry, pero en el último momento las controló, era consciente de que no le correspondía a él revelar el origen del niño, así que por un momento calló, hasta que encontró las palabras para continuar 

—¿Hospital?...

—Yo estuve allí cada vez que él me lo permitió y sabes qué? ¡Tú también estuviste allí! porque él nunca te dejó, tu maldito fantasma le ha acompañado y lo peor es que estoy seguro de que él así lo quiere.

Harry lo miró con un ceño totalmente fruncido en desacuerdo con las palabras que el rubio soltó, Louis lo había olvidado, él había encontrado un nuevo amor en ese tal Ted, él mismo lo dijo y Harry supo que no mentía, lo supo por la sonrisa tonta que apareció cuando habló de ese tipo.

—Yo ya no significo nada —su labio inferior fue atrapado entre sus propios dientes para callar un sollozo —soy malo para él y él... tengo que alejarme porque soy malo para él.

—No es así. —Chris aceptó con resignación— Escucha, sé que no me conoces pero no es así, debes creerlo; y sé que te está doliendo, que te sientes solo y perdido, pero no es así.

—Louis es demasiado bueno.

—Y protector —dijo Chris, refiriéndose al ojiverde —le salen garras y alas cuando se trata de ti.

Ambos tenían el pecho oprimido, con la voz ronca y la sinceridad en la boca, pintando cada palabra. No había hacia dónde correr para esconder del otro el dolor que cada uno estaba sintiendo, porque la esperanza de uno de ellos se estaba apagando, mientras para el otro el sol comenzaba a brillar.

—Él no se merecía nada de esto.

Chris lo miró de nuevo con el rencor asomándose.

—Yo estuve ahí ¿Sabes? —increpó —cuando te fuiste. Yo le llamaba por teléfono de madrugada porque sabía que estaría despierto y él ni siquiera podía hablar. Al otro lado de la línea solo escuchaba sus sollozos y no sabes cuánto te odié, porque él no merecía eso. No sabes cuánto deseé ser tú, para que, aunque fuera una sola vez, él me miraba como te mira a ti, incluso en una fotografía. —Chris se levantó y caminó en círculos, con las manos en la cintura y la voz a punto de quebrarse —él también se dejó caer, pero no se quedó en el suelo para siempre, él solo limpió sus lágrimas y aceptó su destino. Ahora mira lo fuerte que es —una chispa brilló en sus ojos como los de cualquier enamorado, el orgullo que se erguía en su pecho al hablar del castañito.

¡Dios! Chris también estaba enamorado.

—Lo amas, también puedo verlo...

—En todo este tiempo no he parado de imaginarnos en un futuro juntos —mordió su labio para no llorar y continuó hablando —imagino los fines de semana en casa, y él usando una de mis camisas y caminando descalzo, tomando una de esas malditas tazas de té que tanto le gustan ¡Dios! Odia que se enfríen pronto —rió, pero el sonido fue más parecido a un sollozo.

Harry comprendió que estaba frente a un gran hombre, uno que era digno de ser el compañero de Louis.

—¿Sabes? —habló Harry convencido —si fueran otras circunstancias, estoy seguro que tú y yo podríamos haber sido amigos —sonrió de lado pero sin intenciones reales, solo como dejando que la vida se burlara de su situación.

—Quizá...


El sonido de la puerta interrumpió aquella conversación. Chris caminó hacia la puerta, no esperaban a nadie más, así que tomó una profunda inhalación para infundirse valor. 

Nunca los había visto interactuar a ambos en un mismo espacio, cada vez que Louis hablaba de Harry, Chris había distinguido la pasión con la que lo hacía, así que ahora necesitaba esta fracción de segundo para ponerse su coraza y fingir que no dolía.

¡Joder! Claro que dolía, las personas nunca se preparan para ver a sus amados correr a los brazos de otro.

—Hola, Bonito —le saludó con una sonrisa y ladeó su cuerpo permitiéndole el acceso.

—Chris ­—un medio abrazo fue todo lo que obtuvo. Inhaló fuerte intentando grabar su aroma, apenas rozó sus labios sobre el cabello perfectamente arreglado de Louis cuando este se separó —¿Dónde está? —la urgencia de verlo, se hacía notoria y aunque le estaba destrozando la mirada triste de Chris, necesitaba verlo.

La figura desgarbada yacía sobre el sofá, poco importaba las condiciones desaliñadas del rizado, el abandono a su persona y la austera pulcritud con que siempre se había mantenido, Harry estaba ahí, necesitándolo, su sola existencia era suficiente para que el corazón del Louis lo reclamara como suyo, estaba grabado a fuego en cada átomo del castañito y aunque intentara ahogar el sentimiento, el amor por Harry siempre florecería con aroma a "te extraño, a vuelve por favor".

—Harry...— sus manos temblaron indecisas sin saber si seguir su corazón y tocarlo, abrazarlo y confortarlo, porque Harry lucía tan roto como Louis lo estuvo, pero se detuvo y en su lugar, se acercó hasta colocarse en cuclillas para estar a su mismo nivel de visión.

El corazón de Harry reconoció de inmediato aquella inconfundible voz, perfecta, armoniosa; ese acento que había amado desde que se conocieron y abrió los ojos de nuevo.

—¿Louis? —una sonrisa estúpida se escapó, los malditos hoyuelos de nuevo saludando a los ojos azules como viejos amigos que tanto se han extrañado.

—¿Estás aquí? ¿Eres real? —alargó una mano para tocar su rostro, pero se detuvo antes de llegar a rozar la piel.

—Lo soy —fue la promesa repetitiva lo que le hizo salir de su trance hasta ahuecar su rostro y comprobar que no era un sueño, Louis, su Louis estaba ahí. Saltando contratos de mierda, esquivando la crueldad de Salomon y rompiendo las barreras de la fragilidad.

No hay una fracción en el tiempo en que Louis lo haya decidido, no se detuvo a pensar en lo siguiente que haría, habían sido años alejados y ya era insoportable la penumbra de la lejanía. Todo su cuerpo hormigueaba por tocarlo.

Un millón de gritos se ahogaron en su garganta impidiéndole hablar, solo era su corazón furioso queriendo salir disparado como un proyectil, preciso para rodearlo y contenerlo dentro de sus brazos.

El corazón de Harry también quería ser sostenido entre los brazos y el pecho de su chico, acunando cada latido como la melodía que lo hipnotizaba.

Louis no luchó más contra el sentimiento y se lanzó hacia él, fundiéndose en un abrazó.

Su estómago se hundió ante las sensaciones que estaba experimentando. Era como si los brazos del otro se convirtieran en fuego, y allí supo que todo el tiempo pasado habían estado muriendo de frío. Pronto se convirtieron en hogar y todos los sentimientos guardados, finalmente explotaran al mismo tiempo.

Esta vez no estaba soñando, había testigos que podrían asegurar que Louis era real y que la locura de Harry tenía cierta lucidez.

Fue un sentimiento abrumador el que lo embargó cuando Louis comprendió que en este punto él era el único que lo sostenía, que Harry dependía enteramente de él, y entonces lo abrazó con todo el vigor que poseía para transmitirle con la fuerza de sus brazos, lo que su boca estaba callando.

Lo dejó llorar hasta que los temblores de sus hombros y los hipidos desaparecieron bajo su abrazo sanador.

—Estás aquí, ¡Dios! Louis estás aquí...

—Lo sé.

—¡Estás aquí, eres tú!

Niall y Chris se retiraron, la escena pecaba de ser demasiado íntima como para perturbarla y contrario a todo; Chris sonrió, su chico estaba feliz y eso era todo lo que siempre había deseado para él.

La fuerza del amor con el que ambos se sostuvieron como si su vida dependiese enteramente del cobijo del otro fue la señal para que Harry comprendiera que aquello era una enorme bandera blanca, una bandera de paz.

Louis lo escaneó, sus ojos no dejaban de gritar el amor que le tenía. Tener cerca a Harry era indescriptible, sin importar lo jodida de su situación, tenerlo cerca era por mucho una bocanada de aire limpio.

Con cada segundo que pasaba escuchando su respiración era como inhalar vida, y exhalar miedo.

—Perdón, no sé qué decir, solo... s-solo quiero pedirte perdón, por favor.

Rondaba en su mente como un bucle constante, la noche en que lo abandonó, el rostro de Louis cuando Candice dijo estar embarazada y él no pudo ni supo negarlo porque todo era muy confuso. Harry sentía el monstruo de la culpa erguirse de nuevo sobre él impidiéndole continuar suplicando por misericordia.

Cuando finalmente el peso del mundo lo estaba aplastando; Harry ya no podía seguir hablando, Louis tomó ese momento para soltarlo y mirarlo a los ojos, aquellos ojos verdes estaban apagados, las ojeras oscuras debajo de estos gritaban las noches de desvelo y el enrojecimiento ocasionado por el llanto rompió el corazón de Louis.

—Sh, ya está Harry, ya está.

Harry se separó de él y bajó la mirada, sentía tanta culpa que no se atrevía a ver a los ojitos azules que tanto amaba.

Louis se sentía impotente, había visto a Harry en condiciones lamentables la última vez, pero ahora simplemente era desgarrador ver en lo que se estaba convirtiendo, abandonándose a sí mismo por completo, el castañito sintió que él mismo podría morir ahí mismo debido al dolor de verlo así, sin esperanzas.

Desde el primer día en que se conocieron, en cada acción que Louis había ejecutado no había más que apoyo, adoración y lealtad hacia Harry, y a pesar de lo hermoso que pareciera, el sentimiento era trágica y hermosamente mutuo.

—Harry...

—Perdón, perdón...Sé que merezco el peor de los castigos, —masculló de forma histérica —quiero desaparecer, terminar de morir.

—Shh Harry, basta —Louis usó un tono dulce y susurrante para hablarle, temiendo alejarlo —No puedes abandonarte de esta manera.

—Te hice mucho daño Louis, prometí cuidarte y mira lo que hice, soy malo para ti —Louis rogó que una estela de magia les cubriera para que desapareciera ese inmenso dolor de Harry, preferiría mantener aquel punzante dolor antes que dejar que él siguiera en esa condición tan impropia de un ser increíble como Harry.

Porque aunque nadie lo reconozca, hay mucha gente rota por ahí, llevando pedazos cortantes que se entierran cada vez más, con el corazón contagiado de culpa y dolor, para ellos, el único antídoto es el amor.

—No es así, te conozco, sé que eres bueno —Louis intentó abrazarlo nuevamente, pero se detuvo cuando lo escuchó gritar.

—¡No, suéltame Louis! Lo merezco, todo lo que me pasa porque te decepcioné y me arrepiento, y yo...yo no puedo seguir porque te dañé y eso es lo que me duele más, tú mereces lo mejor Louis y él es mejor que yo ­—una mirada fugaz pasó de Louis a Chris que desaparecía por la habitación contigua. Restregó sus manos en frustración sobre su rostro casi marchito.

—Harry, tienes que perdonarte cada error, no puedes seguir cargando tanta culpa; y no hay nadie a quien culpar, excepto a la bebida entre tus manos —dio un vistazo al lugar donde la evidencia de la presencia del alcohol era difícil de ocultar.

Louis había llegado prácticamente hondeando su bandera blanca del amor, metafóricamente con una nota pegada a su corazón con un aviso de "Vengo en son de paz" .Con su sonrisa mágica capaz de incendiar el lugar sin destruirlo, así era él, un ser lleno de luz capaz de darle brillo al rincón más oscuro, capaz de tocar el alma, antes de tocar la piel.

—Mereces ser feliz Louis, ¡joder! Te mereces el universo. Yo...q-quiero que seas feliz,  —la mano presurosa de Louis empeñada en secar sus lágrimas actuó de inmediato desapareciendo bajo su tacto todo rastro de lágrimas.

—¿Y no quisieras acompañarme?

—¿Qué dices? —Preguntó con incredulidad ante la pregunta de Louis, para él era difícil reconocerse a sí mismo bajo esas capas de tristeza, pero para Louis seguía siendo su Harry.

Sus palabras hicieron eco en los oídos de Harry pues creía que esa petición era imposible, pero aquella pregunta provenía de Louis, su persona favorita, el hombre por el que se enfrentaría a la más terrible tormenta solo para salvarlo, el hombre al que le dan ganas de besarlo en la frente y hacerle el amor en la cocina, la persona que lo hace sentir a salvo, el que nunca le ha mentido así que debe creer en lo que dice.

Para Louis ese era Harry, igual que un viejo hábito imposible de romper, Harry representaba todos esos sentimientos que no podía abandonar, el escalofrío que no dejaría escapar porque cuando recorría su columna lo llevaba a otra dimensión, la persona que siendo su punto débil lo volvió más fuerte, por el que salió de las sombras para hacer brillar su estrella de nuevo.

—Harry... hay tantas cosas qu-

—¡No Louis! Mírame! ¡soy el hombre que te lastimó porque se dejó engañar como un estúpido crío —frustrado, restregó sus manos sobre sus ojos y bufó por toda la habitación, aún tambaleándose —¡Estoy acabado! ¡soy un lastre, un infeliz hijo de put-

—Harry, —le interrumpió — no estoy aquí para juzgarte, solo tú puedes hacerlo, solo tú sabes tu pasado, las opciones que tuviste.

—Pero...ya no soy el mismo, no valgo nada Louis y quiero que te vayas...

—Harry...—Louis quería callarlo, más que nunca Ted estaba en su boca para salir pero no era el momento, Salomon todavía tenía poder sobre Harry, así que calló pero le costó tanto tragar esa confesión que su garganta dolió como nunca.

—Vete...

—Necesitas ayuda Harry.

—No necesito nada, no pedí que vinieras, no te quiero aquí —masculló sin poder mirarlo, porque si lo hacía, se derrumbaría —vete y no vuelvas nunca más... por favor.

Aquella sala fue testigo mudo de cómo el corazón de ambos se rompía cada vez más. Louis lo miró con asombro, supo que Harry hablaba en serio cuando guardó silencio, pero la hacía desde la cuna de la culpa y solo por eso Louis no lo despreció.

Por algunos instantes no se movió, hasta que el silencio del ojiverde le obligó. Dio dos pasos hacia atrás y se giró para emprender la retirada. Se detuvo cuando Harry volvió a hablar.

—¿No dirás nada más? ¿Tan solo "márchate"?

—¿Qué más podría decir?

—Yo también he estado allí, sé cómo te sientes pero no puedes darte por vencido, no dej-

­—Te he escrito muchas canciones, todas son sobre ti. —declaró sin detener el torrente de palabras —En mi mente- en mi mente tengo miles de conversaciones contigo donde te digo cuánto lo lamento y cuánto... te digo todo lo que podríamos ser si yo no lo hubiera arruinado.

—Harry...

—Querías que dijera algo más, pues ahí lo tienes.

—Estás siendo injusto, he venido a decirte que estás tan cerca de-

—Si te pido que te marches no es porque no te ame, es porque mereces lo mejor y yo... yo no valgo nada Louis, no tengo nada, no soy nadie —le interrumpió, sintiendo tanta humillación.

—Vales muchísimo Harry. Sé exactamente cómo te sientes, pero nada está perdido para siempre.

—Tú eres lo único que me sostuvo, si no he muerto ha sido porque rogué al cielo que me dejara verte una vez más.

—Entonces ¿es todo?

—Sí. Pero quiero que sepas que voy a buscarte Louis, dentro de algunos años voy a buscarte y quiero encontrarte tan feliz con la vida y con quien elegiste para amar. 

—Nada es lo que parece Harry, te lo prometo.

—¿Louis? —Niall estaba en el umbral de la puerta con el teléfono en mano —Lamento interrumpir pero Lottie llamó, dice que es Ted, te necesita.

Un silencio denso se dejó caer en la habitación, entre ellos los silencios más que incómodos eran jodidamente dolorosos y este era por mucho, uno de ellos.

Las lágrimas corrieron ahora de forma horizontal por el rostro escondido entre el sofá, Harry había escuchado nuevamente el nombre de Ted y había visto el cambio en el semblante de Louis, la rapidez con la que se disponía a ir a su encuentro y aquello dolió como una bofetada.

—Ve —dijo seguro —ve con él, te necesita más que yo.

—Algún día Harry, entenderás por qué nunca debiste dejarte vencer.

Harry no respondió, se limitó a negar con la cabeza y cerró los ojos. Ver salir a Louis de su vida por segunda vez, era insoportable.

—Harry —dijo Louis, antes de cruzar el umbral de la puerta —Se acerca lo mejor y esta vez vas a lograrlo.

En ese momento no lo sabía, pero su vida estaba a punto de cambiar cuando conociera a quien creía su rival.


......................................

"El problema empezó cuando escribí tu nombre por el simple hecho de rellenar una hoja en blanco".

Besos.

MAKI <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro