"Lancé un grito de auxilio a través de la poesía y todos aplaudieron, sin saber que me estaba muriendo"Luis Pardo.

—¡Louis!, ¡Louis, abre! —la voz desesperada y persuasiva de Liam sonaba detrás de la puerta, mientras sus manos golpeaban sin piedad la madera que resonaba en el vacío. El reloj marcaba más de la media noche y el silencio era ensordecedor al punto de odiarlo —¡Louis!

—¡Vamos amigo, solo queremos estar contigo! —esta vez fue Niall quien gritaba, pero su voz solo reflejaba el miedo contenido en cada palabra, tres y cuatro golpes más chocaron contra la puerta mientras sus nervios explotaban —¡Louis!

—¿Por favor? Responde Tommo, —suplicó— solo queremos saber que estás bien.

Nada. El silencio fue el único que volvió a responder y aquello solo erizó sus vellos.

Haciendo uso de la fuerza y pese a los destrozos, Liam y Niall entraron al departamento de Louis. Parecía deshabitado desde hacía mucho, la ausencia de ruidos causaba escalofríos mientras que un aire de tristeza y aflicción se cernía pesadamente sobre ellos. No había rastros de Louis, ni en la sala o cocina. El pasillo parecía interminable amenazando con mostrar un cuadro difícil de soportar.

La habitación se erigió como el único escondite, uno demasiado lúgubre con el aire lleno de tristeza. Las cortinas impedían que ningún rayo de luz llegara, empeorando la terrible imagen del castañito que se perdía entre la oscuridad.

Niall y Liam eran dos hombres fuertes, pero no estaban malditamente preparados para ver la condición de su mejor amigo; Louis estaba tirado sobre su cama, atrapado debajo de desordenadas sábanas, con los ojos cerrados y la vida escapándosele en un hilo muy fino, aquel castañito que siempre brilló para el mundo, ahora estaba hecho bolita, perdido en un plano desconocido intentando protegerse. La escena era como ver un ángel atrapado en un mundo banal, volviéndolo miserable y dejándolo en ruinas.

Los chicos se lanzaron a tocarlo buscando desesperadamente sentir su pulso. Débil; muy débil lograron percibirlo, su cuerpo estaba frío, su rostro violentamente demacrado, pómulos hundidos, labios resecos y sin color. Louis no se movía, no respondía, no reaccionaba ante los gritos y movimientos de Niall.

—¡Mierda! ¡Maldición! ¡¿Qué hiciste Lou?!, ¡¿Qué hiciste hermano?! —gritó Liam, demasiado alterado por una escena injusta y cruel. Nunca nadie debería prepararse para ver a sus seres amados caer así —por favor Louis despierta, ¡por favor!

—¡Liam! ¡Dime que aún respira —gritó Niall, su voz se quebró mientras intentaba levantarlo, sostuvo su cuerpo, demasiado frágil y cuando sintió el frío de su piel, casi percibió la vida abandonando su cuerpo —¡No Louis!¡Despierta!

El eco de la habitación replicó las voces y gritos de ambos hombres, una llamada de emergencia y unas luces rojas que alertaban de la presencia de los paramédicos fue apenas parte de los que recordarían de aquella triste noche.

El tiempo que la ambulancia recorrió hasta llegar al hospital fue como un bucle, ninguno de ellos sintió nada más que un miedo y un vacío dentro del pecho. Todos los relojes del mundo no pudieron apresurar el tiempo y a la vez se volvía implacable.

A la luz de la habitación sus cambios se hicieron notar; la piel preciosa y bronceada por el beso tibio del sol había perdido su lozanía mostrando un estado inconvenientemente pálido, la grasa debajo de sus caderas apenas se notaba, las venas sobresalían en sus manos y las clavículas eran terriblemente visibles, el deterioro era evidente.

Su cuerpo luchaba por mantenerse vivo, su alarma de emergencia se encendía sin recibir aún aquella ayuda que rogaba, la única que curaba su corazón: Harry.

Despertó abrigando una sensación de calor en las puntas de sus dedos cuando una mano sostenía la suya y la apretaba amorosamente, divagó un poco entre sueños pero sonrió..."él" estaba aquí, Harry había sentido su dolor y había regresado a su lado.

Sin abrir los ojos aún hizo un leve movimiento donde intentó un apretón pero estaba tan débil debido a la inanición de tantos días que su cuerpo no colaboraba por completo. Navegando en medio de la inconciencia y de la realidad, reunió las pocas fuerzas que tenía y lentamente se despertó. Giró su cabeza para verlo, pero una punzada en el brazo y la incomodidad del catéter al no poder moverse se lo impidieron.

Louis despertó en una habitación que no era la suya y entonces toda su esperanza se esfumó.
La mano que lo sostenía era la de su Janine, su madre.

—Hola mi niño, bienvenido de vuelta amor —depositó un beso en su frente y recorrió con su mano libre los cabellos desordenados.

—¿Mamá? ¿Q-qué pasó?

—Sh, todo va a estar bien cariño. Mamá está aquí.

Liam miraba la escena con pena, sus sentimientos y emociones seguían revueltas como un torbellino, le había golpeado la ira que creció en su interior cuando lo encontró al borde del suplicio, le detuvo el miedo a perder a su mejor amigo y le encaró de nuevo el rencor, ¿por qué Harry? ¿por qué a Louis?

Él y Louis habían formado un vínculo de amistad más allá de toda simpleza, siempre jugando, siempre bromeando, componiendo, escribiendo. Louis era como su alma gemela pero en amigo y solo lo entenderían aquellos afortunados que lo habían encontrado también.

—¿Mamá?

—Vamos a reparar la vida. Yo te acompaño.

Louis podía sentir el amor de su madre y lo reconfortaba claro, vagaba sobre su cabeza la sensación de volver a su niñez cuando caía y entonces los brazos de mamá eran el refugio ideal, el lugar seguro. Siempre pensó que los abrazos de su madre eran los mejores hasta que Harry lo abrazó.

—¿Se fue? —no esperó una respuesta audible porque los gestos de Janine y Liam lo dijeron todo—, claro que se fue.

Janine se acercó y le rodeó con sus brazos, su cuerpo cálido fue un abrigo de aquellos que cobijan del frío y sin embargo; sus huesos todavía temblaban, aquel abrazo de la mujer fue como ingerir algún alimento liviano, podía ayudar, pero nunca sería suficiente para saciar.

Su corazón estaba cansado de gritar su nombre porque no recibió respuesta alguna. Su mente entera se negó a recibir un silencio de parte del que era su gran amor, paleaba la imperiosa necesidad de su presencia, como siempre pero por primera vez, Harry no respondió.

Quiso hablar, quiso preguntar por qué estaba ahí pero no pudo, cerró sus ojos y una lágrima descendió, su mente solo repetía Harry-Harry-Harry.

Pero Harry no estaba, él se había ido. Salomon su manager los había llevado al límite y con la llegada de Candice Rowe todo empeoró. Tan solo unos pocos días después de que Salomon permitiera a Harry volver con Louis, la chica se presentó con una prueba de embarazo "estoy embarazada Harry" fue todo lo que dijo. Al principio fue como una bofetada fría, una broma de mal gusto pero cuando Harry aceptó que no recordaba nada más que recuerdos vagos después de una botella de vino, todo fue cuesta abajo.

Harry se había ido, a mitad de la noche después de haber intentado en vano recordar, después de pedir perdón a Louis por no tener una explicación sólida, se fue. Dejó detrás de él a un Louis en ruinas, deprimido, con pensamientos abrumadores e incapaz de luchar por su vida. Louis, ese chico que había sido el faro que siempre lo esperaba de regreso a casa.

Quién de los dos sufrió más? Eso se descubriría más adelante. Lo único cierto es que después de aquel día, el alma le dolió como nunca antes lo había hecho.

La velocidad en sus reacciones disminuyó sin prestar demasiada atención a qiénes le hablaban, no escuchaba sus palabras, solo sabía que no eran los brazos de Harry, no era su voz, no era su olor, no era él y por dentro, el frío comenzaba a congelar todo como un invierno cruel, lo que estaba por descubrir sin embargo; es que una semillita de flor de primavera estaba en tierra.

Tres días transcurrieron desde que Louis había despertado por breves momentos, su cerebro comenzó a mostrarle imágenes, Harry hablando, él llorando, un beso, una despedida y este lugar.

Movió sus ojos y encontró a Liam quien de inmediato se mantuvo junto a él.

—¡He! buen día bello durmiente —sus lindos ojos cafés mostraban alegría mezclada con preocupación —me alegra verte bien "idiota" —sonrió— vas a estar bien.

—Hola "animal" —sonrió débilmente —¿por qué estoy aquí?

—Tranquilo hermano, no te alteres, necesitabas que te atendieran y tuvimos que venir, pero en cuanto te sientas mejor nos iremos.

Louis irradiaba tristeza y vergüenza, una pizca de dolor y un pecho que había sido despojado de su corazón, sí, estaba jodidamente con el corazón roto.

—¿Dónde dejaste a Malfloy? —dijo, refiriéndose a Niall.

—Persiguiendo a una de las enfermeras, ya sabes que él no pierde tiempo —su tono cambió cuando habló de nuevo —Louis, no voy a juzgarte ni reprocharte nada, pero si vuelves a asustarme de esta manera, juro por el pelo rubio sagrado de Niall que yo mismo te echaré desde el maldito puente más alto que encuentre y publicaré ese video de la secundaria.

—Perdón.

—No, no te atrevas a disculparte. No sé exactamente cómo te sientes, pero intento entender, solo quiero que sepas que demasiada mierda no se aguanta solo, apóyate en nosotros idiota —se abalanzó sobre el castañito para abrazarlo y esconder así aquella lágrima que escapaba de sus ojitos marrones.

Dos enfermeras entraron a revisar signos vitales, tomaron temperatura y administraron los medicamentos. El segundo médico del día entraba a inspeccionar las condiciones de salud, anunciando que al siguiente día tendrían los resultados de los análisis practicados.

—¿Cómo te sientes? — el doctor verificó su pulso mientras registraba los datos —Tuviste mucha suerte Louis, si te hubieras quedado en esas condiciones unos días más, todo se habría complicado y no estaríamos aquí.

—Quizás hubiera sido lo mej-

—No termines esa frase estúpido —sentenció Liam y los demás asintieron —la próxima vez, iremos a saltar de un paracaídas o algo así si quieres ese tipo de mierdas y adrenalina.

El único movimiento fue encoger sus hombros y cerrar los ojos. Todo lo que hasta ahora conocía le fue arrebatado sin previo aviso. Pasó días en que le costó dormir y comer, sentimientos de culpa y baja autoestima le asaltaron.
No solo fue lo que sucedió con Harry, el estrés y la ansiedad a la que estaban sometidos durante tanto tiempo se presentó a cobrar...

Janine y Niall habían vuelto, escucharon al doctor mientras sonreían y rodeaban protectoramente su cuerpo.

—Tommo —dijo el rubio —me asustaste, estaba pálido y-

—Y por eso su cabello está más rubio hoy, nada tiene que ver las cinco horas que pasó en el salón y los tintes —broméo Liam.

Louis sonrió a medias, únicamente por compromiso, pero todos sabína que aquella no era una real, no había luz en sus ojitos azules y el mar que mantenía en ellos, estaba cubierto por una capa de nubarrones grises, demasiada niebla para un mar que siempre asombró por su belleza.

Janine acompañó al médico a la puerta para hablar con él, algo le decía que esto aún no terminaba y la respuesta estaba en los resultados que el médico tenía en las manos. Un sollozo y una sonrisa fue lo siguiente que Janine emitió.

Louis había pasado prácticamente dos semanas en los que apenas y consumió alguna bebida, se había presentado un cuadro de desnutrición, sus niveles de glucosa, sus defensas habían bajado en picada afectando su sistema inmunitario, su cuerpo prácticamente se había auto consumido en pro de preservación de la vida.

Se sentía débil, era difícil mantenerse despierto debido al desgaste, su cuerpo luchaba por proteger los órganos más importantes, la ausencia de alimentos por tantos días ahora era una carrera contra reloj, no había conservar los pocos comestibles y su estómago los devolvía causando dolor, irritación y un malestar general.

—¿Listo para volver a casa Louis? —preguntó el médico cuando volvió a acercarse, sin reparar en el significado de aquella palabra.

Su alta estaba lista y pronto regresarían a casa, una sonrisa triste se dibujó en su rostro al pensar en "casa" ¿cuál?

Siempre supo que casa no era un lugar, casa es donde te sientes seguro y amado, es a donde quieres escapar cuando sientes que ya no puedes más, donde eres tú mismo sin preocuparte, todo eso era Harry, su hogar y él ya no estaba ahí.

Lottie lo miraba ansiosa, aguantando las lágrimas. Hacía varias semanas había comenzado a preparar una sorpresa para él pero se presentó esta situación y quedó en segundo plano.

—Eres un muchacho muy afortunado —declaró el médico mientras sonreía, entregó el sobre a Lottie y conociendo el contenido de éste, preguntó —¿lo sabías?

Pero ¿de qué hablaba este hombre? ¿Acaso no sabía? No, no sabía el infierno que Louis estaba atravesando, ¿cómo podía decirle que era afortunado cuando su mundo se estaba cayendo y él estaba en el borde, a un paso de caer?

—Tengo dos noticias, una buena y otra excelente... —volteó a mirar a Lottie mientras ella se acercaba a su hermano.

—La buena es que ya puedes ir a casa pero necesitaremos que regreses, aún hay mucho por hacer, necesitamos verificar que tu salud esté en óptimas condiciones...

—Entiendo, —se encogió de hombros para demostrar que en realidad aquello no le importaba —¿ya podemos irnos?

—Louis, ¿no quieres saber la segunda noticia? —preguntó el hombre mayor. Louis, visiblemente molesto e indiferente se encogió nuevamente de hombros y resopló —No.

Lottie tomó su mano, tenía una sonrisa y lágrimas casi armoniosamente mezclándose.

—Louis...¡Funcionó! !estamos embarazados!

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"Hay tantas formas de suicidarse, pero ninguna de ellas es tan cruel como cuando te ves a ti mismo morir todas las noches (dentro de la tristeza)... Da Rodrigues.

Fue mi primera fic, no me juzguen con crueldad, pero sentía que le debía mucho a esta historia, ojalá si alguien me lee sepa que intentaré no defraudar su tiempo.

MAKI <3