Continúo recordando al joven de pectorales y brazos sumamente marcados, señales de lucha, consecuencia de diambular en las calles.

La necesidad de sobrevivir hace que aprendas a defenderte, tu cuerpo te exige protección, la cual no puedes darle si no tienes ninguna base, es allí donde se comienza con el ejercicio, por lo que cada razón va entrelazada a una necesidad.

La tinta que cubre su piel en las zonas de los fuertes brazos, por las pequeñas marcas también debe de tener tatuajes en el pecho, quien sabe en que otros lugares igual, ocultos bajo la camisa blanca, dejando resaltar por una chaqueta sin mangas, ya que estaban rasgadas, de cuadros en un azul prusia con un rojo carmesí los músculos que se tensaban al momento de mi caída, unos vaqueros de mezclilla elástica resaltando las piernas bien definidas de éste ya que estaban bien ceñidos a su cuerpo, terminando en el interior del comienzo de unas botas negras, que le daban un aire sexy a aquel joven que veían mis ojos.

En su cuello tenía presentes varias cadenas, no eran gruesas, eran sencillas, podría decirse que eran tres, o tal vez cuatro, al igual que anillos en sus dedos y pulseras en sus manos, un pañuelo azul recogía aquellos desordenados, alocados por lo cual característico en esos resaltantes rizos castaño claro que caían sobre la zona de sus orejas, por lo visto aún conservando ese tan ridículo complejo que parece seguirle y fortalecerse mientras más pasa el tiempo.

Su apariencia lucía tal y como él quería, peligrosa, salvaje, pero no sólo eso sino que también seductora y completamente sexy, no sé en que planeaba convertirse Neil, pero éste no es el niño que se escabullía para pasar las navidades  en casa conmigo, éste es un playboy totalmente distinto al que conocí algún día, aunque he de admitir que por momentos pareciera como si estuviese entablando una pelea consigo mismo internamente, debido a que parecía arrepentido.

Es como si de un segundo a otro sentía que debía alejarme lo antes posible de caer en sus garras, en la oscuridad y tristeza que envuelve su pasado e incluso su presente, que no sesará hasta acabar con su futuro, destruirlo, de pronto se presentaba tierno cambiando mi tiempo y espacio por completo, sus miradas iban transformándose en algo más allá de lo oscuro, pero no esa oscuridad aterradora, sino aquella que pronuncia los más  exquisitos e inimaginables deseos que puedan recorrer todo tu cuerpo, era algo maravilloso.

Me muerdo el labio involuntariamente al sentir aquella deliciosa sensación desplazándose hasta algún lugar oscuro e inexplorado en lo más profundo de mi vientre. Intento desesperadamente serenarme.

Por dios que hago recordando detalles tan... tan...

[Excitantes]

¡Callate! ¡Callate de una maldita vez! No puedo sentirme excitada por Neil.

[¿Por qué no? ¿Por qué discriminas tanto al motociclista peligroso?]

Porque es mi mejor... mi mejor amigo, le conozco desde que tengo uso de conciencia, no puedo permitirme sentir cosas de ésta magnitud hacia él.

[En algún momento te has preguntado ¿qué tanto lastimas a Neil siéndole indiferente?]

De seguro se siente confundido, tal vez por eso mismo fue que me besó. No cabe otra explicación, simplemente confundió sus sentimientos hacia mí, algo que sería normal, dejamos de vernos, de hablarnos, de relacionarnos, son cosas que pasan, bueno eso creo. Se ha confundido, eso es todo.

[Todo lo que tú quieres pensar]

¿A qué te refieres?

[No me preguntes, muy en el interior aunque te duela aceptarlo sabes muy bien cual es la respuesta a lo sucedido]

— Señorita Alondra ¿se siente bien?

— Claro — me demoré en conectar con lo que estaba sucediendo a mi alrededor, ya hasta había olvidado la pregunta que me causó tantas reflexiones momentáneas, el doctor John me observaba algo preocupado — Sí, para responderle a su pregunta doctor John, sí lo digo por experiencia, Neil siempre me las hace pasar pero nunca consigo descifrar sus códigos, es algo plenamente imposible.

— Sólo si usted lo piensa así... Debe darse cuenta de algo, Neil nunca le ha puesto a usted un enigma de los suyos, ésos que tan sólo el mismísimo James Mayer podía descifrar ya que eran impenetrables, él contigo cambia por completo, se vuelve débil, deja que le hagan daño contar de que no te toquen ni un cabello. Creeme, conozco más de ti que lo que te imaginas.

— ¿En serio? Pero ¿cómo? — de un momento a otro mi respuesta se me hace algo estúpida, claro, era más que obvio — Neil...

— Nunca dejaba de hablar de ti, de culparse por como te trató, de maldecirse simplemente por haber tomado el camino erróneo, un camino que lo alejaría de por vida de ti, él no podía ni pensar en meterte en líos, mucho menos en hacer que tu vida peligrase, no se lo hubiese perdonado.

— ¿Neil estuvo metido en negocios turbios, en algo que le pudiese ocasionar daños? ¡Por favor John necesito que me lo digas! Aún estamos a tiempo de ayudarle.

— Wood será mejor que no te metas en eso, ya te he dicho que él quiere protegerte no quiere que...

— ¡Estoy cansada! — le grité haciendo que éste me mirase confundido.
— ¡Estoy harta de que me vea como un chiquilla indefensa a la que se comprometió a cuidar! ¡Me he cansado de ser débil! ¡Yo puedo cuidarme sola, no necesito de la ayuda de nadie, siempre he cargado mis problemas sola, no será la primera vez! No dejaré que Neil desperdicie su vida en algo que no vale la más mínima pena, no perderé a ese idiota tan sólo porque se comporte tal y como es... Un idiota.

— No está bien lo que hacen ninguno de los dos, ambos quieren ayudar a todos en el menor tiempo posible para disminuir el sufrimiento ajeno pero no podéis, Roma no se construyó en dos días, tampoco salió de la nada, fue producto de esfuerzo, dedicación, lucha y mucho sudor, son unos críos que quieren dejar de sentirse como unos cobardes en la vida de las personas que aman, pero se están poniendo en grave peligro y lo peor es que no se dejan ayudar e incluso se evitan el uno al otro para “protegerse” tan sólo lo están empeorando.

Estoy cansada de que critiquen todo lo que hago, me he cansado de que me traten como a una niña, no necesito un niñero que cuide de mí, ¿acaso llevo pañales? Pues no, lo cual significa que puedo valerme yo sola, puedo cuidar de mí yo sola, no necesito involucrar a nadie, estoy más que harta de no poder proteger a aquellos que son importantes para mí, que forman parte de mi vida.

Pude notar como el doctor John Wels me miraba preocupado, con pena y mucha lástima, se acabó, no le daré más el gusto a la gente de llamarme débil, no los permitiré que me miren con esas caras de «te entiendo» ¿qué entienden? ¿Acaso entienden algo? No, no entienden nada, nunca lo entenderán, no han pasado por lo que he pasado yo, no han sufrido lo que sufrí yo, no se sienten vacíos por dentro, han tenido una figura paterna y materna, un hogar, una vida normal, una familia feliz y acogedora.

¿Qué he tenido yo? Pues el amor de la tía Charlotte ha sido mi tablilla de salvación ante la fuerte y fría marejada, ha sido lo que me mantiene a flote, con suficientes fuerzas para llegar al puerto pero, aún así, me siento vacía por dentro, ¿por qué? Simplemente no lo sé, es un vacío que no consigo llenar con nada, un vacío de una madre que nunca tuve, a pesar de que la tía Charlotte halla tomado su lugar.

A cada rato me envuelve la tristeza de no conocer su rostro, ese dolor de que nunca le había importado, de que me dejó a la suerte, me dejó para morir, no le dolió que yo formase parte de ella, no le dolió que su sangre corriese por mis venas, pero aún así ¿cómo culparla?

A lo mejor no podía mantenerme, tal vez era una adolescente rebelde que tras huir de casa se acostó con el primer hombre que le pintó un cuento de hadas, a lo mejor era una prostituta la cual le falló la suerte y tuvo un engendro producto de sus noches de gozo o trabajo, di a saber, quizá fue una criada que se dejó seducir o fue violada brutalmente por su amo y el señor tras conocer la llegada de una bastarda fuera del matrimonio y con una criada decidió alejarse lo más posible dejándole desamparada, ¿quién sabe?

Pudieron haber sido tantas, hay tantas hipótesis rondando mi cabeza pero ni una sola pista de algo que esclareciera mi vida, la tía Charlotte, a ella debería preguntarle, nunca le he preguntado, tal vez ella tenga respuestas para mis interrogantes, sea como sea ella me halló.

— Doctor John Wells, por favor, estamos aquí para que me diga como puedo recuperarme de lo sucedido, así que con toda amabilidad le pido que dejemos el plano personal de lado.

— Claro, si así lo desea señorita Alondra Wood, continuamos con la consulta... — decía a la vez que escribía con rapidez en varios papeles colocando en estos su firma y un sello — Señorita Wood el objetivo primario del tratamiento es evitar el edema que se produce tras la lesión. La aplicación de hielo es básica en los dos o tres primeros días, junto con la colocación de un vendaje compresivo. Si hay dolor al caminar, debe evitarse el apoyo usando unas muletas para evitar aumentar la lesión. Dependiendo de la severidad de la lesión una férula o un yeso pueden ser efectivos para prevenir mayores daños y acelerar la cicatrización del ligamento, lo cual no creo que sea necesario en su caso pero podría ser de utilidad para el sanado rápido. La movilización del tobillo (flexión y extensión) y trazar círculos con el pie (hacia fuera y hacia dentro), pueden ayudar a reducir la inflamación y previenen la rigidez. Dependiendo de la severidad de la lesión, su médico en este caso yo, mientras Neil no me quiera quitar el trabajo, puede ayudarle con un programa de rehabilitación apropiado para conseguir un retorno rápido a la actividad deportiva y escolar. El tratamiento inicial puede resumirse en cuatro palabras: Reposo, hielo, compresión y elevación. Reposo: Es una parte esencial del proceso de recuperación. Si es necesario (háblelo con su médico) que estaré disponible las 24 horas del día si me necesita, elimine toda carga sobre el tobillo lesionado, haga el favor de no ser tan testaruda, hacer caso a las recomendaciones y requerimientos. Si necesita bastones siga los consejos de su médico o fisioterapéuta sobre la forma de usarlos, hablaré con Ana para que venga a supervisarle señorita Wood: puede necesitar un apoyo parcial o una descarga completa dependiendo de la lesión y el nivel de dolor. El reposo no impide la realización simultánea de ejercicios en descarga, como la natación o la bicicleta estática, pero nada de salir al colegio, no puede hacer locuras. Hielo: Llene una bolsa de plástico con hielo triturado y colóquela sobre la zona inflamada. Para proteger la piel, ponga la bolsa de hielo sobre una capa de vendaje elástico empapada en agua fría. Mantener el hielo durante períodos de aproximadamente treinta minutos, si es más es mejor. Compresión: Comprimir la zona lesionada con un vendaje elástico. Éste protege el ligamento lesionado y reduce la inflamación. La tensión del vendaje debe ser firme y uniforme, pero nunca debe estar demasiado apretado o le puede hacer más daño que remedio, por ello yo estaré cuando se lo coloquen. Elevación: Mientras se aplica hielo, eleve la zona lesionada por encima del nivel del corazón. Continúe con este procedimiento en las horas siguientes, con el vendaje de compresión colocado, así favorece a su recuperación y no se oxida de los ejercicios deportivos, evitando el aburrimiento además. Lo otro que se debe puntualizar señorita Wood es la rehabilitación, los dos objetivos de la rehabilitación son:
Disminuir la inflamación. Fortalecer los músculos que rodean el tobillo. La inflamación puede reducirse manteniendo el tobillo lo más elevado posible y con la utilización adecuada de la compresión. Debe realizar ejercicios para fortalecer el tobillo. De ello se encargará Ana, no tienes de que preocuparte, para la recuperación de tu esguince de tobillo te mandaré un seguimiento con antiinflamatorios...

— Pero ¿eso para qué?

[Y una vez más otra pregunta estúpida Wood]