Capitulo cuatro.

El misterioso irlandés.

Desconocido.

—¿Y bien?

Le pregunto a la chica que está en frente de mi.

La chica vacila por unos momentos. De seguro pensaba que me iba a olvidar del asunto solo por el hecho de estar con ella.

Ilusa.

Si supiera que lo único que me interesa es sacarle información sobre nuestro plan.

Mi plan.

Su semblante se ve triste y decaído, sin embargo sus pechos se endurecen de nuevo. Al parecer se excita cuando la trato mal.

¿Y dicen que soy el enfermo?

—El plan está yendo bien. Ahora fóllame de nuevo —se abalanza sobre mí, buscando de mi afecto, pero eso no va a pasar, necesito más...

Más información.

Le sostengo los hombros deteniéndola.

—¿Eso es todo? ¿No hay nada más?—esa no es suficiente información. Suelta la lengua, mujer. Ella se queda mirandome a los ojos, y en ellos puedo ver el deseo y súplica de que la toque, ese anhelo; ella quiere que la toque, pero no pasará nada si no me da más información.

Y ella lo sabe.

—Ellos ya se conocieron...

—¿Se tienen confianza?—la interrumpí. Es lo único que me interesa, a partir de ahí es que podré poner en marcha la segunda etapa de mi plan.

—No. A penas se conocen. Pero ya se están desarrollando sus sentimientos, el uno por el otro.

Bien es un gran paso. Sabía que esos dos eran unos elementos perfectos.

—Bien. Ahora sí, te daré tu premio—ella sonríe maliciosamente y me besa con desesperación, con anhelo, necesidad y amor.

A partir de aquí, puede que no quieras seguir leyendo porque hay contenido xxx.

Va a terminar con el corazón roto. Porque yo solo busco su colaboración, además de que es muy buena en la cama ella sabe cómo satisfacerme de diversas formas. Yo jamás involucro mi corazón en nada, lo único que me atrae de ella es su belleza, el dinero...

Y el sexo.

Ella pasa de mis labios a mi cuello. Me recuesto totalmente de la espalda de la cama, mientras sigue bajando...

Hasta llegar a mi pelvis.

Y...

—Ah...—gimo por lo bajo.

Maldición. ¿Ya había mencionado lo increíble es en la cama?

Ella lo hace como una profesional. Puedo sentir  su cálida boca alrededor de mi intimidad se va moviendo lentamente.

Hacia abajo...

Hacia arriba...

Las sensaciones son espectaculares.

—Maldicion —gruño por lo bajo. Luego me encuentro que va demasiado lento. Me está tentando. Sin pensarlo dos veces agarro un puñado de su cabello y empiezo a mover su cabeza con agresividad.

Suelto un gruñido que resuena por toda la habitación. Ella gime ante mi reacción, haciéndome sentir una deliciosa vibración alrededor de mi pene. Gruño más alto, y la muevo más rápido.

Más agresivo.

Más violento.

Ella sigue gimiendo rico, y yo ya siento que estoy a punto de correrme. Se que no sería nada caballeroso, pero me da igual. Al demonio la consideración, voy a correrme en la boca de esta chica. Sus gemidos se vuelven más frecuentes y yo solo cierro los ojos para recibir el delicioso éxtasis, y expulsar mi líquido en su boca...

Fin de la escena xxx.

Estamos totalmente exhaustos. Tumbados en la cama mirando el techo.

Esta es la única manera en la que puedo distraerme un poco. Dónde puedo ser "feliz" por así decirlo. Que irónico que me sienta así después de haberme corrido tres veces.

Genial, soy oficialmente un degenerado.

Pero ¿A quien quiero engañar?

Soy incluso peor que eso, porque estoy seguro, que en las profundidades de mi corazón, no existe la compasión o comprensión. A veces me pregunto si soy un humano, o un demonio disfrazado de uno.

Aunque me siento más identificado con un dios.

Suspiro ruidosamente, volteandome hacia la persona que está a mi lado; ella duerme plácidamente, su respiración es lenta pero constante. Una persona normal debería sentir culpa o remordimiento.

Y yo ni siquiera recuerdo la última vez que me sentí así.

—Codladh, a dhuine bhig. Beidh lá eile amárach —digo en el idioma con n el que originalmente crecí, mientras le acaricio la mejilla suavemente.

Me pongo de pie para ducharme y vestirme.

Y al cabo de unos minutos, me marcho.

Xxxxxxxx

Codladh, a dhuine bhig. Beidh lá eile amárach: Duerme, pequeña. Mañana será otro día.

Muy corto lo sé, pero para el próximo será diferente.