Dos días después.

MIKEY

—¿Entonces? ¿Vas a dejar las cosas como están? —me pregunta Takemichi, indignado.

Como pueden apreciar, el chupabolas de Draken le dijo a Takemichi y a Mitsuya la situación (la horrible situación) en la que me encuentro en estos momentos.

Yo no respondo, necesito soltar las emociones que están surgiendo dentro de mí. Me recuesto lentamente en la silla, me sentía agobiado, enojado, furioso, pero sobre todo cansado.

Cansado de ocultarme, porque es lo único que puedo hacer ahora para no poner en riesgo a personas inocentes.

También tengo otro misterio pendiente...

—Takemichi, ¿es que acaso no lo has escuchado? No podemos simplemente actuar como animales, nos van a matar como a perros. —Señala Draken bruscamente.

—Exacto, debemos ser más inteligentes. —Apoya Mitsuya con un tono más relajado.

Yo solo los escucho. Tengo la cabeza echada hacia atrás y mis ojos están cerrados.

—¿Entonces no podemos proceder de ninguna manera? —pregunta Tekemichi nuevamente, hasta parecía querer adueñarse del problema.

Siempre he creído que ese chico es especialmente raro.

—Ni siquiera sabemos quiénes son ni cuántos son... —aparentemente Mitsuya pensó en voz alta, porque el único que perece escucharlo soy yo.

Nos encontrábamos en una cafetería del centro de la ciudad, y si, es la misma cafetería en la que trabaja mi dorayaki quemado.

Ni se les ocurra preguntar porqué le puse ese nuevo apodo... metiches.

En fin, ni siquiera fui yo quien ofreció venir aquí. Es el destino.

—Buenas tardes, caballeros. ¿Puedo tomar su orden?

Me hubiese alegrado como una lombriz si no fuera porque no es ella quien nos atiende. Es otra chica, bajita, rubia, piel del color de una perla... y no sonríe.

Deberían despedirla solo por eso.

—Mikey ¿no se te antoja nada? —pregunta Draken.

—Pide lo de siempre y no me jodas.

—Vale.

...

Dormir.

Lo único que quiero es dormir. ¿Por qué nadie parece entenderlo?

—Mikey, te estoy hablando.

La rubia frente a mí cruza los brazos impaciente.

—Ahora no, Emma. Quiero dormir.

—¡Y yo quiero que me expliques esto!

Luego, saca su teléfono de no sé dónde y me muestra una foto. Tardo unos segundos en enfocar para distinguir la imagen:

En la condenada foto se puede ver que estaba de noche, habían dos personas paradas a una distancia considerablemente prudente, uno de ellos estaba cerca de una moto, una moto muy parecida a una que yo conozco muy bien ...

Me levando rápidamente de la cama para arrebatarle el celular y mirar con más detalle.

—¿De dónde sacaste esta foto?

Emma me mira indignada.

—¡¿Que de dónde?! ¡La pregunta es ¿qué demonios hacías DE NOCHE Y A SOLAS CON MI MEJOR AMIGA?!

Respiro profundo para no perder la paciencia.

—Emma, cálmate. ¿Me puedes decir cómo obtuviste esta foto?

—¡¡No me pidas que me calme, imbécil!! —ella respira y logra calmarse un poco—. ¿Qué le hiciste?

Al parecer Emma no sabe que esa chica no es su mejor amiga.

—De acuerdo —digo con simpleza, aunque sé que es una respuesta algo descolocada.

Me acerco a ella lentamente, la tomo de hombros y la arrastro suavemente hacia la puerta.

—Primero deberías preguntarle a tu "amiga" dónde estaba anoche ¿no crees? —trato de persuadirla.

Y aparentemente funciona.

Emma mira hacia otro lado pensativa, luego me mira apenada y asiente con la cabeza para luego irse entre los pasillos de la casa.

Pero de lo que ella no se percató es que me quedé con su teléfono.

Cierro la puerta detrás de mi y procedo con la mini investigación. Sinceramente me siento muy raro por hacer esto, no es lo mío. Soy de los que prefieren ir directo al grano.

Eso es lo que Takemichi y yo tenemos en común.

Salgo de la aplicación de fotos y entro al de los mensajes. Voy al primer chat y efectivamente ahí está la foto...

Sí, ahí está la foto.

Pero fue ella quien la envió de su celular.

Me percato de que el nombre del primer chat es 🧡Kyoki Hanagaki🧡.

Y decía:

Emma: ¡Oye! ¿No se supone que esta deberías ser tu?

Emma: 1️⃣Foto.

🧡Kyoki Hanagaki🧡: Mierda, el jefe va a matarme.

Emma: ¡Pues apúrate tonta! ¡Solo pídele que la meta para que caiga tieso de una ves y ya! No es tan difícil...

Kyoki Hanagaki: Eso ni tú te lo crees. ¿En serio crees que tu hermano es tan fácil?

Kyoki Hanagaki: Aunque claramente nunca pensé que algo como eso pasaría...

Emma: ¿Eso significa que podrías morir a manos de ese hombre?

La chica con la que ella conversaba tardó dos horas en responder.

Kyoki Hanagaki: Eso solo pasará si se entera de que tengo una hermana gemela y que esa hermana está haciendo lo que debería estar haciendo yo. Si ella tuviera el veneno tal ves sería útil, pero...

Emma: La parte más crucial es que él muera después de haber experimentado el mayor placer de su vida.

Kyoki Hanagaki: Exacto.

Emma: ¿Como lo harás?

Kyoki Hanagaki: Ya me las arreglaré.

Cuando el teléfono se apagó por la poca batería mis manos estaban temblando y todo mi cuerpo estaba cubierto por una capa de sudor frío. Mi garganta se sentía apretada, mi pecho dolía desgarradoramente y mi visión ya se estaba tornando borrosa...

Y lo único que deseé en ese momento, fue que ojalá nunca se me hubiera ocurrido agarrar el teléfono de mi hermana y... descubrir esto.

Un sollozo silencioso se escapó de mis labios.

💔