Capítulo 6
-Eso sería todo, gracias por su compra.
Me despedí de la amable mujer de la tienda en cuanto salimos de ella. Alex sostenía la bolsa con las cosas que en realidad solo tenía la tables de dibujo, una laptop y un parlante. Mientras que yo tenía un reloj y mi nuevo teléfono. Lo justo y necesario...
Sonreí ampliamente por las cosas pero entonces me detuve de golpe y recordé.
Estoy actuando como si me fuera a quedar aquí para siempre... Cuando me vaya no podré llevarme estas cosas, ¿por qué me dejé llevar? ¡Mierda! ¿Aún puedo devolverlos? No debí emocionarme tanto...
-¿Amaris? -reaccioné cuando escuché a Alex llamarme- ¿Estás bien?
-Yo... -miré la bolsa en su mano e hice una mueca de estar arrepentida.
Alex parece notarlo por lo que baja la bolsa y me toma por los hombros para hacer que le prestara atención.
-Escucha... Esto es tuyo, ¿sí? Desde ahora, estas cosas te perteneces. No importa cuánto tiempo te quedes aquí. Pero si el peligro pasa y aún quieres irte, puedes llevarlas contigo o dejarlas. Pero no te preocupes... ¿está bien?
-No me gusta pensar que derroche tu dinero para nada... ¿No prefieres mejor devolver las cosas? Yo... no las necesito igualmente.
Aparté la mirada apenada pero él acaricia un poco mis brazos.
-Pero las quieres, te gustaron y por eso te las compré -me sonríe-. No derrochaste nada, ¿okey? Y no las vamos a devolver, porque ahora son tuyas.
Me lo quedé viendo, por un segundo antes de suspirar profundo y asentir derrotada. Sonreí, enternecida por su actitud y ganas de hacerme feliz.
-Pero gracias por preocuparte por mi dinero, dice mucho sobre ti.
Me sonrojé un poco pero él vuelve a agarrar la bolsa con las cosas y me toma la mano.
-¿Vamos?
-Sí... -respondí.
Seguimos caminando por la manada, viendo las demás tiendas. Alex me convenció para comprar un par de prendas por si me quedaba más de una semana, no podría usar la misma ropa interior ni seguir usando sus camisas, aunque esto último no le importaba mucho y me lo dijo. Pero de igual forma, un par de ropas se convirtió en tres bolsas completas, y no porque yo quisiese.
Cada cosa que me quedaba viendo o mencionaba que era lindo, Alex me lo quería comprar.
-Estás exagerando. Para ya -dije.
-Pero se te ve muy bien, lo necesitas -dice haciendo una mueca de cachorro.
-No lo necesito, y ya estoy bien con lo que me diste. Así que, o paras ahora o devuelvo todo.
Me crucé de brazos mientras lo miraba entrecerrando los ojos, él rueda los suyos con una sonrisa divertida antes de levantar las manos derrotado.
-Bien... Tú ganas.
Me giré hacia la chica que nos atendía, la cual estaba mirando enternecida por su Alpha y riendo un poco. Le agradecí por las cosas y su ayuda para que escogiera. Alex y yo salimos nuevamente y yo suspiré cansada, ya me comenzaban a doler los pies.
-¿Podemos volver ya? Estoy algo cansada -comenté.
Alex asiente sonriendo pero entonces me pide que sostenga las bolsas.
-¿Qué harás? -pregunté curiosa.
Él solo me sonríe antes de transformarse en su forma lobuna, acerca su rostro al mío antes de agacharse e indicarme que me suba en su lomo. Agradecí, ya que no quería caminar realmente, y agarrando todas las cosas me senté sobre él. Tuve que atajarme bien, y atajar las cosas estratégicamente para que nada se fuera a caer. Alex empieza a andar y llevarme de nuevo hasta la casa cuando ya estaba atardeciendo.
Miré desde el lugar donde estaba saliendo la luna, la miré entrecerrando los ojos imaginando a mi madre riéndose de mí por lo que ella había hecho. Realmente darme un Mate fue la cosa más inesperada que ella pudo haber hecho conmigo. Volví la mirada al frente cuando llegamos a la casa y me bajé del lomo de Alex.
Él se volvió a su forma humana, aún teniendo ropa puesta, y vuelve a agarrar las bolsas. Aunque decidí quedarme con algunas para ayudarlo.
-Ah, han llegado -vimos a Jackson cuando Alex cierta la puerta- ¿Y todo eso?
-Son para Amaris. De una ya te aviso -dice Alex haciendo bufar a Jackson.
-¿Ni una sola cosita para mí?
-Tienes tu dinero, puedes comprarte algo tú solo -Alex pasa por su lado y sube las escaleras conmigo detrás.
-¡Jo~! Que malo eres, Alex.
-Ahá.
Me reí entre dientes pero Alex y yo fuimos hasta su habitación. Dejamos las cosas sobre la cama y yo suspiré mientras me estiraba.
-¿Quieres acomodarlas aquí o en otra habitación? -cuestiona Alex.
-¿Me quieres echar? -bromeé y él sonríe hasta acercarse a mí.
-Por supuesto que no, mi Luna... pero como eres humana creo que lo mejor y más cómodo para ti sería ir lento contigo... -me estremecí al sentir sus manos en mi cintura-. Pero no tengo ningún problema en que quieras quedarte.
Lo sé.
Me pregunté que haría ahora, es verdad que tengo que aparentar ser humana pero sin que yo lo quisiese... me siento mejor con él cerca. ¿Esto era tener un vínculo con alguien?
-Supongo... que podría quedarme... Confío en que no harías nada que yo no quisiese -me volteé para verlo y él me sonríe.
Aunque podía ver como intentaba ocultar su alegría de que haya decidido no ir a otra habitación lejos de él.
-Jamás lo haría, mi Luna.
Amplié mi sonrisa y el suelta mi cintura para agarrar las bolsas y dejarlas junto al armario.
-Mañana pediré que acomoden todo.
-Ya parece que me quedaré aquí mucho tiempo -comenté.
-No me importaría que lo hicieras -responde.
Lo pensé, pero aún quería ver más de lo que puedo ver solo en esta manada. Vine a la tierra a viajar y conocer, quería tener un uno de esos viajes por todo el mundo que hacen algunas personas para encontrarse a sí mismas. No podría hacerlo solo aquí.
-¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara? -Alex frunce el ceño mirándome.
Fue cuando me di cuenta que había dejado de sonreír y ya me había puesto desganada. Negué con la cabeza y volví a sonreír.
-No es nada, de verdad. Solo tengo sueño.
Él me mira sim creer en mis palabras pero yo sonreí nuevamente y me acerqué a su armario, me robé una de sus remeras y me fui hasta el baño.
-Voy a cambiarme, que no se te ocurra espiar -dije para aligerar el ambiente aún sabiendo que no lo creía capaz.
-No lo haré, puedes estar tranquila por eso -me sonríe.
Asentí y me adentre en el baño, cerré la puerta finalmente dejé de sonreír otra vez. Miré el gran espejo del lavabo, pensé en lo que podría hacer o lo que haría para cumplir con mi sueño. Aunque recordé que este mundo se mueve por el dinero, y aquí no tengo nada... está bueno estar aquí en realidad, tengo para comer, dormir, ducharme, cambiarme...
-No es tan malo aquí... -pensé en voz alta.
Me apresuré a cambiarme para que Alex no creyera que me sucedió algo y cuando estuve lista me salí del baño. Noté a Alex ya cambiado y justamente metiéndose bajo las mantas de la cama, me mira y sonríe mientras pasea su mirada por mí.
-Me alegra que decidas usar mi ropa antes que tu nueva pijama.
Sonreí avergonzada pero me acerqué a él y con un poco más de pena también me metí bajo las mantas.
-Te has adaptado muy rápido para ser una humana, me haces pensar de que ya tuviste encuentros con lo sobrenatural.
-Sí, bueno... siempre creí que había más que lo humanamente posible -reí nerviosa y fingí bostezar-. Buenas noches.
Me di vuelta y me cubrí hasta el cuello con la manta, esperaba que dejara el tema hasta aquí. Alex apaga la luz de la lámpara de su lado, cerré los ojos pero repentinamente sentí su brazo atrapar mi cintura y apegar mi espalda a su pecho, su aliento en mi oreja me hizo estremecer y suspirar.
-Buenas noches, mi luna.
-C..Creí que irías más lento, esto no es ir lento... -comenté sonrojada.
-Pues... tampoco pareces quejarte mucho -sonríe-. No te preocupes, no haré nada.
Me suelta y parece querer girar y darme la espalda pero automáticamente agarré su mano y la apoyé sobre mi cintura de nuevo, me acomodé y escondí mi rostro en la almohada. Alex no dice nada, pero escuché su pequeña risa antes de acomodarse conmigo, atrayéndome más. Sonreí, volviendo a cerrar los ojos y quedando dormida.
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