Capítulo 15
-Amaris... Entiendo que tengas tus cosas que mantengas en secreto, no quiero obligarte a contarme nada en realidad -suspira-. Solo... me gustaría que confíes más en mí y no te lo estoy exigiendo.
-No es que no confíe en ti, Alex; yo... realmente no sé como contarte y que me creas.
-¿Por qué no iba a creerte? Todo lo que tu digas para mí siempre será la verdad, aunque en realidad me estés mintiendo... Siempre creeré en ti antes que en nadie más. Mi Luna.
Apreté mis manos en mi regazo y mis labios entre sí, tenía las palabras en la punta de la lengua, con aquel sentimiento de estar por soltarlo de golpe pero sin poder. Seguía reteniéndome. Él espera por mi respuesta pero al ver que no decía nada y que sin disimulo me estaba deteniendo de decirle, él resopla un poco decepcionado pero tratando de ocultarlo.
-No tienes que forzarte... si no quieres decirme aún está bien -me sonríe aún así.
Se levanta para irse, mi cuerpo entra en pánico y lo agarré por la mano enseguida.
-Soy la hija de la Diosa Luna -solté.
Él se me queda mirando, pareciera analizar lo que había dicho con rapidez. Se voltea y vuelve a sentarse aún en silencio.
-¿De verdad?
-Sí...
Ninguno dijo nada más por lo que parecían ser minutos. Casi ni me atrevía a mirar a Alex.
-Así que era eso... -finalmente lo vi, estaba con una pose pensativa.
-¿Qué? -pregunté.
-Todas esas veces que sentía aquel gran poder... eras tú.
-Así que... ¿también lo sentiste? -asiente volviendo a fijar su mirada en mí.
-Jackson me mencionó que tu sueño era viajar por el mundo y conocer las ciudades humanas... -me encogí en mi lugar al ver su mirada de reproche por haberle dicho más cosas a su hermano que a él-. No preguntaré sobre tu confianza con Jackson, pero sí quiero saber... ¿todas esas veces ibas a las ciudades?
-Sí, pero siempre he tenido cuidado, lo juro -él mira mi brazo y yo lo sujeté-. Este solo fue un accidente, puede pasar, incluso a mi raza.
-Ya veo... -responde calmado. Suspira cerrando los ojos y vuelve a mirarme- ¿Quién más lo sabe, aparte de Jackson?
-Pues...
No sabía si contarle sobre el cazador, ¿se lo tomaría mal? Su enemigo supo algo importante de mí antes que él... Pero está esperando una respuesta, e inconscientemente ya no quería mentirle, además de que en su mirada esperaba que no lo hiciera.
-El cazador que me trajo... fue el mismo que me encontró primero en el bosque y... -moví mi brazo en el cabestrillo sin poder seguir hablando pero él ya lo entendió.
-Comprendo, él te ayudó con la fractura...
-¿Estás... enojado? -me atreví a preguntar.
-¿Por haber sido el tercero en saber sobre este secreto? No... -su sonrisa se vuelve una de lado y de superioridad- ¿Sabes por qué? Porque a diferencia de esos dos, yo no te obligué ni te forcé a decirme quien eres... Tú decidiste hacerlo por tu cuenta, ¿no es así?
Seguía sonriendo y yo me di cuenta de que era verdad. Con Jackson fue porque me sentía atada de manos y él insistió en que se lo dijera. Scott solo ató cabos y lo supo... pero con Alex... me dio la oportunidad de callar y seguir con mi teatro de ser humana, pero no quise. Fui yo la que lo detuvo y le confesó la verdad.
-No tienes que preocuparte por si yo me molesto por esto... No pasará, no tengo porqué molestarme.
Me sentía tan aliviada de escucharlo decir aquello que no pude evitar sonreír y agradecerle por todo. Alex era un hombre que realmente me encantaba tener a mi lado, tan diferente a todos los demás que conozco, incluso a los Dioses.
-No tienes porqué agradecer, mi Luna.
Él me sonríe con cariño pero seguidamente se levanta suspirando.
-No me gustaría dejarte pero tengo trabajo que hacer... ¿Te quedarás aquí?
-Creo que un rato más... -respondí.
-Entiendo.
Asiente antes de acercarse a mí y besar mi mejilla pero en realidad cerca de la comisura de mis labios, haciéndome sentir una explosión de emociones dentro se mi ser.
-Nos vemos, mi Luna.
Aquel susurro me hizo estremecer pero asentí en respuesta. Él se separa y vuelve a sonreírme una vez más hasta que se aleja y se va. Solté un suspiro muy largo mientras me acostaba en el sofá y miraba al cielo. Le había confesado mi secreto a Alex, ¿querrá algún beneficio de mí ahora que lo sabe todo?
-¿En qué piensas, Amaris? Él no es así.
Negué con la cabeza y me di un leve golpe antes de concentrarme nuevamente en el cielo. Resoplé, aunque el miedo seguía allí decidí ignorarlo, agarré mi tableta y volví a sentarme en posición para seguir dibujando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro