Caída en la oscuridad
Habían pasado varios días desde su encuentro con Haber. Frente a los ojos de la joven y de la científica que la acompañaba, estaba una vieja televisión donde se proyectaban imágenes sobre cómo se estaban organizando los grupos militares en las cercanías del muelle para proteger un asentamiento donde se encontraba el terrible científico.
- No puedes hacerlo.
- Puedo y lo haré – comentó incorporándose para alistarse, pero la mujer la tomó del brazo – Por tu culpa perdí una oportunidad, no perderé otra – soltó.
- Amaris, yo... - intentó calmarla.
- Solo déjame – sentenció, apartando a la mujer y saliendo del apartamento donde se encontraban.
Ni bien pudo, se elevó a los cielos y voló rumbo al muelle. No pensaba en lo que estaba haciendo, solo sabía que debía acabar con todo. En pocos minutos arribó.
Cayó en la azotea de un edificio cercano y rápidamente analizó la escena. Habían montado una especie de base de operaciones móvil con grandes barricadas a su alrededor y con numerosos guardias rondando por la zona, pero lo que más llamó su atención fue el modulo que se hallaba separado del resto. Amaris supuso que ese sería el lugar donde se encontraría el científico así que sin dudarlo alzó vuelo y se lanzó en picada hacia el lugar.
No se detuvo a pensar en estrategias, ni en planes de escape, tan solo irrumpió atravesando el techo de aquella tienda de operaciones. Estando dentro, miró a su alrededor y rápidamente se encontró con el sujeto a quien buscaba. Haber vestía una túnica negra que cubría todo su cuerpo, solo permitiéndole a la joven ver la máscara del malvado.
- Te esperaba.
Amaris no dio respuesta alguna, solo avanzó hacia él. Intentó embestirlo, pero el sujeto no se inmutó, y la apartó con un fuerte golpe. Volvió a atacar y trató de atinarle un puñetazo en el rostro, pero él lo detuvo y dándole una fuerte patada la dejó en el suelo.
- ¿No pensabas que sería tan fácil o sí? - dijo mientras se quitaba la túnica y exhibía una imponente bioarmadura.
Arremetió contra la joven y le propinó fuertes golpes en el pecho y en las piernas. Tras cada uno la muchacha apenas lograba mantenerse en pie. El hombre aprovechó su ventaja y tomándola por el cuello, se elevó en el cielo y cuando alcanzó gran altura la soltó y le propinó un último golpe.
Amaris se precipitó contra la calle debajo de ella y escuchó como sus articulaciones se retorcían. Su enemigo descendía lentamente, y ella intentaba escabullirse arrastrándose.
Hizo lo posible por llegar a una alcantarilla y utilizó todas las fuerzas que le quedaban para poder adentrarse en ella. Estando en el borde, se dejó caer en las oscuras aguas y desde allí disparó un fuerte rayo de energía para destruir el acceso.
- No hemos terminado, tarde o temprano volverás a mí, siempre vuelves – dijo Haber desde la superficie, mientras sentía como su joven experimento escapaba una vez más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro