Una tarde en el parque mientras corría se encontró con alguien que no usaba ni azul ni rosa, sino amarillo, blanco, violeta y negro.

Charlie sintió una punzada de emoción. ¿Era posible? Corrió hacia esa persona, incapaz de adivinar si se trataba de un niño o una niña, y tocó su hombro para llamar su atención. Unos ojos grandes y marrones enmarcados por una cara redonda y cabello corto como el de Charlie lo miraron.

Charlie tragó saliva y volvió a mirar la ropa de la persona frente a él. Pantalones violetas con mariposas blancas, una polera amarilla y zapatos negros. No era ni azul ni rosa.

—¿Eres niño o niña?

La persona frente a él sonrió.

—Ninguno. Los dos.

—No lo entiendo. Tienes que ser uno.

—¿Y quién dijo eso?

Charlie dudó.

—Yo… No lo sé. Todo el mundo.

La persona frente a él se encogió de hombros.

—Pues todo el mundo se equivoca —dijo.

—¿Dónde conseguiste ropa de esos colores?

—Mi abuela la hizo. —Era imposible ignorar el orgullo en su voz.

—¿Tu abuela hace ropa de colores que no son azul o rosa?

—No es la única pero sí.

—¿Y no te importa ser diferente? ¿Cómo te llaman? ¿Él o ella?

—Me importa más ser libre que diferente y así me siento libre. Y me llaman elle. Eso significa que palabras como por ejemplo bonita o bonito en mi caso quedaría como bonite, con una e al final. También uso le en lugar de el o la.

Charlie sentía que acababan de mostrarle un mundo nuevo, más brillante.

—¿Eso existe? ¿Una opción que no sea él o ella? ¿Chico o chica?

—Sí existe. Se llama no binarie.

Charlie probó la palabra y sintió un millón de cosquillas en su estómago y un calor hermoso en el pecho.

—Creo… —vaciló—, creo que podría ser no binarie pero no sé…

—¡Charlie, es hora de irnos! —gritó su madre a lo lejos.

Charlie entró en pánico. Tenía demasiadas preguntas.

—Escucha —le dijo le chique que vestía amarillo, blanco, violeta y negro—. Podemos vernos aquí mañana en la tarde y respondo todas tus preguntas. ¿Te parece?

Charlie asintió y le chique se volteó pero Charlie volvió a llamar su atención.

—¿Cuál es tu nombre?

Le chique sonrió.

—Ezra.