Vicios y restricciones
Cuando esté sola,
nadie va a impedir
que tenga un poco de alcohol en casa.
Cuando esté sola
a nadie le va a importar
si en mi ropa hay olor a humo.
Si mis ojos se ponen rojos
y si la música está muy fuerte,
e incluso si muchas personas están en casa.
Nadie podrá impedimento que salga,
me enfieste hasta las seis
y el día se asome mientras camino.
¿A quien le va a importar?
A nadie.
Ojalá que nunca pase,
porque si pasa,
si algún día es que pasa,
me van a perder.
Porque así de frágil soy
ante el inminente vicio,
y así de frágil soy
ante ocasionar mi propia destrucción.
Algún día seré libre,
pero ojalá que ese día nunca llegue,
porque la primera decisión que tome
será el acabar conmigo.
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