Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo IV: Mirar hacia el futuro.

Regresé aquí dispuesta a desmentir esa frase que me repitieron, dispuesta a demostrarles que mi deseo de venganza y mi aversión hacia él no se irían tan fácil como los días, sin embargo, desde que volví a ver esos ojos negros sentí como todo eso se desmoronaba poco a poco. Todo empeoraba mientras más tiempo pasábamos juntos, cada mirada, cada roce, cada palabra despertaba esa parte apagada en mi corazón, pero mi perdición fue aquel día en el campo. Volver a sentir su aroma impregnarse en mí, ver como sus pupilas se dilataban y oír mi nombre con ese tono... Simplemente fue lo que faltaba para caer de nuevo ante él.

Tampoco logro olvidar ese día en las escaleras. Tenía mucho miedo, aunque ahora es ridículo pensar el porqué, pero verlo actuar así, verlo como un niño pequeño fue lo más tierno y chistoso que he podido ver en mucho tiempo, aunque me haya hecho recordar muchas cosas también...

Desearía que por un momento pudiera borrar todos los malos recuerdos y que estos latidos que siento cada vez que lo veo no fueran tan amargos...ojalá volvieran a ser como cuando nos conocimos.

—¡Amelia! Necesitamos hablar, por favor.

Miro detrás de mí y doy un suspiro de cansancio. Vincent, desde que confesé mis planes, no ha dejado de perseguirme con la intención de hablar las cosas, pero ¿Qué nos queda por decir?

—¿Qué quieres? —cuestiono.

—Sabes lo que quiero, Am.

—¿Cuántas veces te tengo que decir que no me llames así?

Él niega sin darle importancia a mi pregunta.

—¿Crees que escapando se solucionara todo?

—No eres el indicado para decirme eso. —digo con seriedad.

—Odio que siempre hables en clave. —Se queja.

—Odio que siempre intentes salirte con la tuya.

—¡Tú odias todo de mí!

—¡No tienes que ser un genio para darte cuenta! —exclamo— ¡Además tú también lo haces!

—¡¿Qué te hace creer eso?! ¡Quizás sigo amando cada parte de ti!

Lo miro sintiendo como mis mejillas comienzan a acalorarse y mi corazón vuelve a tener esos fuertes latidos, mientras que él simplemente me observa con algo de cansancio acumulado y demasiada tristeza.

—Sra. Amelia, la llama el jefe.

Miro a mi lado y veo a un guardia a unos metros de nosotros, solo espero que no haya escuchado nada de lo que acaba de decir Vincent. Primero no pienso que sea algo malo, pero de pronto la idea de que Vincent puede haberle dicho algo a su padre pasa por mi mente, por lo que lo miro, sin embargo, para mi sorpresa él parece igual de confundido y preocupado que yo.

—Vincent.

—¿Piensas qué soy capaz de traicionarte así? —cuestiona.

Me mantengo en silencio unos segundos, aunque sé mi respuesta al instante.

—Me puedo esperar cualquier cosa.

Él da un suspiro bastante dolido, pero igualmente me mira con firmeza.

—Te acompaño...

No digo nada más y sigo al guardia, con Vincent a mi lado.

Caminamos por un rato hasta que llegamos a aquella oficina y aunque desearía no pensar así, siento que algo malo va a pasar. Apenas entramos mis sospechas se hacen ciertas, ya que en el lugar hay varios guardias atentos a cualquier movimiento, miro a Vincent sintiendo como el temor aumenta, a lo que él simplemente me dirige una mirada de seguridad.

—Buenos días. —saludo al Sr. Harry.

Él me dedica una mirada que la verdad no logro descifrar, como muchas cosas de las que están sucediendo.

—Cuando elijo nuevos trabajadores me encargo de hacerles una gran revisión preventiva, sin embargo, ellos creen que porque los acepte pasaron esa etapa —Comienza a hablar sin siquiera saludar, poniendo mis pelos de punta—. Pero están muy equivocados, ya que no dejo de vigilarlos por un buen tiempo.

—No entiendo a lo que se refiere.

—Es mejor que comiences a entenderlo, Amelia Harris.

Cuando pronuncia mi verdadero apellido siento como todo da vueltas por un momento y al único que puedo mirar buscando un poco de apoyo es a Vincent, el cual está igual de sorprendido que yo, lo que me hace pensar por un pequeño segundo que él no tiene nada que ver con esto.

—Señor Harry, no logro entender lo...

—¡Cállate! —grita interrumpiéndome y a su vez golpea la mesa— ¿Qué haces aquí? ¿Eh? Todos te creyeron muerta.

Al darme cuenta de que no tengo como seguir mi mentira, intento mantenerme seria y calmada, mirándolo directamente a esos ojos.

—No debería confiar en los rumores, señor.

—¿Qué haces aquí? ¡Responde! —grita con desesperación.

—¡Creo que es bastante obvio! ¡¿Acaso olvidaste lo que le hiciste a mis padres?!

—¿Tienes la valentía de levantarme la voz?

—Grábate algo en la cabeza, yo no te tengo miedo. —aseguro, aunque por dentro este temblando.

Ese hombre me mira desconcertado, como si la que estuviera loca aquí fuera yo y no él.

—Todos estos años no fueron en vano, Harry.

Sin previo aviso comienzo a buscar algo en mi bolso, lo que alerta a todos los guardias, sin embargo, cuando ven que saco una carpeta se calman. Lo siguiente que hago es lanzar la carpeta con los papeles reales en su escritorio.

—Allí está todo —aviso con rabia—. En cualquier momento se irán a la quiebra.

Él agarra con desesperación los papeles y los revisa una y otra vez, quizás rogando que lo que ve no sea real.

—Cometiste un gran error, Amelia.

Antes de que pudieran hacer nada comienzo a correr fuera de la oficina, pero no podía ser tan fácil, ya que los guardias corren casi a mi misma velocidad. Corro por los pasillos rogando tener la fuerza física suficiente para escapar de este lugar, pero cuando estoy a punto de salir por la puerta principal, ilesa, más guardias aparecen, bloqueándome el paso.

Miro a todos lados intentando buscar una escapatoria, pero estoy completamente rodeada o eso pensaba. De un momento a otro, Vincent aparece con una pistola, apuntando a todos los trabajadores que puede.

—¡Aléjense de la puerta o dispararé! —amenaza con fuerza.

—Señor Vincent...

—¡Cállate!

Todos lo miran con algo de temor, mientras que lo único que puedo hacer yo, es observarlo con sorpresa, preguntándome una y otra vez como llegamos aquí. Sin decir nada más los guardias que bloqueaban la puerta se mueven, dejando libre el paso.

—¿Qué estás esperando? —pregunta, esta vez mirándome.

Sin avisar, Vincent saca de su bolsillo una llave y la lanza hacia mí.

—Vincent...

—¡Vete! ¡Es el auto rojo!

No digo nada más y salgo por la puerta, corriendo sin mirar atrás en ningún momento, simplemente forzando mis piernas para que no me abandonen en este momento. Apenas veo el auto que me indicó Vincent me subo y confiando en que no sea una trampa, lo intento encender, pasan unos segundos y el motor responde, dándome la esperanza que necesitaba.

Sin pensar en nada más piso el acelerador y manejo con toda la velocidad que me permite el vehículo lejos de ese lugar, lejos de esa familia, lejos de... Vincent, sin siquiera entender por qué hizo todo esto, aun sabiendo lo que le espera...




Con mis manos temblorosas y mi corazón asustado marco ese número, el cual puede que responda de la manera que espero o  puede hacer que todo acabe aquí.

—¿Quién es?

Cuando oigo esa voz rasposa luego de tres días siento como todo vuelve a mí.

—¿Puedo confiar en ti?

—¡¿Am?!

Me quedo en silencio, esperando la respuesta que creo saber, sin embargo, tengo que asegurarme y oírlo de sus propios labios. Luego de unos segundos él parece captar mi intención y suelta un pequeño suspiro que logro oír a través del teléfono.

—Claro que si, Am...

—Si te atreves a traicionarme ahora...

—Amelia ¿Qué más quieres que haga para que confíes en mí?

Me quedo en silencio unos segundos, aterrada de que todo sea una mentira nuevamente y volver a sentirme abandonada en la oscuridad, pero dejando eso de lado, siento que a mi corazón le hace falta verlo, aunque duela.

—Te mandaré la ubicación.

—Gracias, Am...

Sin nada más que decir, corto la comunicación y rápidamente le mando un mensaje con mi ubicación, simplemente entregándome a la vida, entregándome, nuevamente, a Vincent.




Apoyada en una pared, espero la llegaba de aquel chico, ignorando los pensamientos que cruzan por mi mente.

Apenas unos minutos después comienzo a escuchar un auto acercarse, por lo que me mantengo alerta en caso de que se le hubiera ocurrido hacer algo en mi contra, pero antes de poder escapar veo como el vehículo negro se estaciona a pocos metros de mí. Rápidamente baja Vincent con un aspecto algo desesperado, buscándome por todos lados, pero yo no me acerco sino unos minutos después, me aseguré de que este solo.

No me nota al instante, sin embargo, después de unos segundos me ve caminar hacia él y se me hace ver un brillo en esos oscuros ojos.

—Amelia...

—¿Qué sucedió?

Siento como mi corazón se detiene por un momento al ver un golpe en el rostro de Vincent.

—Era obvio que mi padre se enfurecería conmigo...

—¡¿Por qué lo hiciste entonces?!

Él se sorprende ante mi tono, pero sentir que por mi culpa pudo haber salido dañado me provoca un dolor en el pecho, inclusive si eso era lo que quería en primer lugar.

—¿Estás preocupada? —cuestiona con un tono juguetón, pero yo no siento que sea el momento para bromas y él parece entenderlo.

Me mantengo en silencio durante unos segundos, ambos estamos incómodos, pero Vincent se atreve a dar el primer paso luego de un suspiro.

—Creo que deberíamos hablar...

—Vincent...

—Yo no tenía idea de eso, Amelia —asegura con seriedad— ¿Crees que podría ser cómplice de la muerte de tus padres? Los apreciaba mucho... Aunque no lo pareciera.

Lo miro con desconfianza, tan siquiera pensar que todo lo que he creído durante años es falso, me hace temblar.

—Estuve investigando estos días —dice con algo de nervios—. Tienes razón, mis padres lo hicieron, ambos dieron la orden de que entraran a la casa y... Asesinaran a tus padres.

Desearía salir corriendo de aquí en este momento y no escuchar nada más, no verlo nunca, sin embargo, siento que si no vuelvo a ver esos ojos el dolor en mi corazón sería aún más grande.

—Amelia, solo quiero que sepas que te ame mucho, no puedes poner en duda eso, yo no tenía idea del plan de mis padres, te lo juro, también me siento usado...

Lo miro con mi mente dividida, una parte de mí desea creerle e irse tranquila, pero la otra me grita que no le crea ninguna palabra de la que dice.

—Mi corazón y mente son tuyas, ahora y siempre. Haría todo por ti, no dejaré que nadie más te haga daño, lo juro —asegura—. Espere todos estos años para verte de nuevo, tenía la esperanza de que volvieras o quizás encontrarte por la calle... No dejemos que quede en nada todo, por favor.

—¿Sabes lo que ocurrirá si me quedo aquí?

—¡Larguémonos juntos entonces! ¡Estoy dispuesto a hacerlo! ¡Sobre todo luego de enterarme de lo que hicieron mis padres! —grita con algo de desesperación— ¡¿Qué tengo que hacer para demostrar que te amo?!

¿Demostrar su amor? Creo que ya ha demostrado bastante, pero no sé si sea capaz de hacerle caso a mi corazón y dejar ir todos estos años con el viento.

Nos mantenemos unos minutos en silencio, dentro de nuestros pensamientos, sabiendo que la próxima cosa que digamos decidirá lo que ocurra a partir de hoy.

—¿Qué planeas hacer? —pregunta luego de un rato.

—Mañana sale mi vuelo, no tengo nada que hacer aquí...

Él asiente, algo decepcionado quizás, puede que haya esperado otra respuesta, mas, aunque quisiera, no tengo opción, debo marcharme.

—Al menos... Podemos pasar el día juntos...

Lo miro con algo de confusión ante su propuesta.

—Ya sabes, imaginando que solo somos Amelia y Vincent, de nuevo. —dice con una débil sonrisa.

Lo miro con duda, pero termino por asentir y suspirar, para luego apoyarme en su hombro con demasiado cansancio, puede que no sea mala idea...




Me pregunto si el corazón tiene la fuerza para olvidar el pasado y dar lugar al sentimiento que debería ser el más hermoso de todos, el amor.

Miro a Vincent mientras el sol comienza a esconderse, dando por terminado él último día que estamos aquí, dando por terminado todo lo que significaron estos últimos años, sin embargo, no quiero que acabe, desearía quedarme en este día por siempre.

Pasamos las horas recordando anécdotas, riendo un poco, comiendo, paseando como en los viejos tiempos y ahora estamos en esta montaña, observando nada y todo, haciéndonos una compañía que quizás nadie creería después de todo lo que ha pasado.

Doy un largo suspiro y siento como mi cuerpo comienza a temblar, un sentimiento agridulce me invade al pensar en todo lo que hemos vivido a lo largo de estos años y en especial estos últimos meses, los cuales, por un lado, deseo olvidar y por otro deseo grabar en mi memoria, sobre todo los momentos junto a Vincent.

De un momento a otro, sin previo aviso, una melodía comienza a sonar, por lo que miro a mi lado con sorpresa para toparme con la tierna y bondadosa sonrisa de Vincent, el cual tiene su teléfono en la mano.

—¿Un último baile, Am?

Doy un suspiro y suelto una sonrisa al darme cuenta de que Vincent no ha cambiado ni un poco. Sin decir nada, agarro su mano y mientras él deja el teléfono en el suelo, nos levantamos.

—Eres increíble.

—Lo se...

Comenzamos a bailar el lento "Can't fight this feeling", moviéndonos al ritmo de su música y para mi sorpresa, completamente coordinados, como si hubiéramos practicado esto por años, quizás fue así.

No nos importa si alguien nos puede ver, no nos importa estar haciendo el ridículo como dos adolescentes enamorados que bailan en medio de la nada, simplemente nos encerramos en nuestra burbuja, imaginando que solo somos Vincent y Amelia, que nadie más existe, que los dolores nunca fueron reales y que somos como cualquier persona que desea amar a un ser humano.

No puedo evitar soltar algunas lágrimas al tener todos esos pensamientos divagando por mi mente y creo que Vincent se siente igual que yo, ya que por sus mejillas también corren algunas finas gotas de dolor mientras me observa directamente a los ojos, con esa mirada tan profunda.

La canción poco a poco comienza a cesar, dejándonos cada vez más en silencio, sin embargo, nosotros no dejamos de movernos mientras lloramos gracias al reto que significaría estar juntos. Cuando la canción se detiene por completo no nos queda más remedio que también hacerlo, pero nos quedamos allí, observándonos en medio de la oscuridad, tan solo alumbrados por la luna, esperando aquella acción que ninguno se atreve a concretar.

Luego de unos segundos, poco a poco, Vincent comienza a acercar su rostro hacia el mío, dejando que su perfume entre por mi nariz y pueda observar con más lucidez su cabello café caer por su frente. Si fuera posible mi corazón explotaría por toda la emoción que siento en este momento, deseo con todas mis fuerzas unir nuestros labios en otro baile, pero a su vez tengo demasiado miedo de no poder dejarlo ir si lo hago.

Antes de dejar que más dudas se hagan paso en mi mente, él me besa.

Puedo sentir cada parte de él, también el sabor salado de las lágrimas que dejamos y seguimos dejando caer por ambos rostros.

La unión de nuestros labios fue corta, pero sentí como si todo se detuviera por un momento y solo fuéramos nosotros en este cruel y difícil mundo.

Abro los ojos con lentitud y lo primero que veo es la tierna sonrisa de Vincent dibujada en su rostro, gracias a eso no puedo evitar imitar su acción.

—Desearía que este día nunca acabara. —murmura contra mis labios.

—Yo...también.

Sus ojos brillan de una manera sorprendente ante mis palabras.

—¿Entonces porque no hacemos que dure para siempre? No tenemos por qué separarnos ahora —exclama tomando mi cara entre sus manos—. Vámonos juntos Amelia, podemos hacerlo.

—¿En serio? ¿Dejarías todo por irte conmigo?

—Claro que sí, Am, podemos comenzar de nuevo...

Lo miro durante unos segundos, desearía pensar que todo lo que está diciendo puede ser verdad, pero me parece tan imposible.

—Yo...Salgo mañana Vincent.

—Debo hacer unas cosas, en unos días puedo ir contigo, estaremos juntos...

Miro hacia el cielo, quizás pidiendo una pista de lo que debo hacer, ya que siento que de alguna manera estoy traicionando a mis padres, sin embargo, él no tuvo la culpa de todo lo que sucedió...

—Podemos... Podemos intentar.

En ese momento él me abraza con emoción, no sin antes darme un corto beso en los labios para luego comenzar a saltar gritando de emoción.

—¡Seremos felices! ¡Lo prometo!

Suelto varias carcajadas al ver su reacción ante mi respuesta, verlo actuar tan infantil se me hace muy tierno, verlo saltar y gritar emocionado mientras resuena por todo el lugar, creo que es lo mejor que me ha pasado y desearía dejarlo grabado en mi corazón y mente por el resto de mi vida.

De un momento a otro él se acerca a mí y me toma por las mejillas mientras apoya su frente en la mía.

—Te amo Am... Nunca lo olvides por favor...




¿Cuál es el sentimiento más fuerte? Una pregunta difícil de responder, hace unos meses hubiera dicho a ciegas que es el deseo de venganza, es más, ni siquiera hubiera pensado en el amor o cualquier otro, pero ahora, después de todo lo que ha pasado a mi alrededor y dentro de mí, pongo en duda esa respuesta. Quizás si tuviera que decir algo diría que depende de los deseos y oportunidades de cada persona, si tienes la oportunidad de que el amor sea tu sentimiento más fuerte y lo deseas lo será, sin embargo, si no tienes la oportunidad de perdonar y de dejar ir el pasado será la venganza o cualquier otro.

Miro por la ventana mientras noto como el suelo se aleja de mi alcance, sintiendo cada vez más lejano Londres, sintiendo cada vez más lejanos todos esos sentimientos dolorosos y abrumadores que me atormentaban día con día estos casi siete años de mi vida, en los cuales no logre encontrar ni una pisca de paz luego de la muerte de mis padres, inclusive si la gente que me apreciaba lo intentaba.

Ahora no sé que me espera, no sé cuál sea mi destino, no sé si las cosas con Vincent vayan a funcionar tal y como deseamos, pero me propuse intentarlo y poner todo de mi parte para dejar fluir el amor que siento y que guarde durante tanto tiempo hacia él.

Doy un largo suspiro y dejo que mi mente descanse luego de mucho tiempo, el futuro no está asegurado, ni cuanto tiempo nos quede, ni si vamos a funcionar juntos, ni siquiera si la realidad seguirá siendo la misma, sin embargo, ambos vamos a intentar superar cualquier otro deseo o sentimiento para sobreponer el amor que sentimos mutuamente.

El sentimiento más fuerte para mí en este momento es el amor, es la paz, es simplemente el deseo de vivir lo que quede sin dolor, ni sufrimiento...

—Nos vemos allá, Vincent...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro