unico.
El viento pegaba en su cara, podía sentir la calidez de esa tarde entrar por sus poros. El sol iluminaba suavemente la ciudad y los nervios le cortaban la respiración.
Ya eran las cuatro, hace diez minutos que llego a la cafetería y Mafuyu aún no se encontraba allí.
"Mejor para mi, así me da más tiempo de prepararme mentalmente." pensó Uenoyama en la entrada de ese lindo lugar, aún recordaba la primera vez que lo visitó, fue en una de sus citas con Mafuyu. Solo se sentaron a admirar el atardecer, a tomar café y a charlar de todo un poco, fue tan perfecto que deseó que durara para siempre.
Ese día conoció mucho sobre su novio, desde su color favorito hasta su talla exacta de zapato. Fue divertido además de curioso compartir datos sobre el otro como si fuese una gran necesidad y es que, aunque sabia que era algo que toda pareja suele hacer, jamas había compartido sus sueños, miedos e incluso deseos de forma tan sincera como esa tarde.
Ya iban a cumplir seis meses desde que se formalizaron como pareja y aunque fuera sorprendente jamas había conocido a Moshiro, su suegra, es decir por supuesto que al ir a su casa intercambiaban un saludo de vez en cuando pero jamas habían tenido una conversación real. Recordaba haber intentado decir más que un hola una mañana que la encontró en una tienda, sin embargo cuando quiso acercarse ella lo miro, e inmediatamente huyo con un aura incomoda, eso le extrañó; luego de un tiempo decidió proponer a Satō el tener una tarde los tres juntos para conversar, claro, solo si ella estaba de acuerdo. El acepto y al día siguiente le indico que su madre también.
Y ahora estaba aquí, esperando al chico que lo traía loco y a su progenitora.
—Tal vez esto fue mala idea, no dejo de temblar, ¡que ridículo!—susurró para si mismo.
—Uenoyama-kun...—pronuncio Mafuyu a la distancia.
Mierda
Se encontraban aquí, el y su madre, ahora no sabia que hacer. Ambos estaban frente a el, su lindo novio ofreciéndole una sonrisa y la mayor un poco seria a su parecer, pero normal.
—Hola, que bien que pudieron venir...¿e-entramos?—dijo nervioso.
—Si, busquemos una mesa disponible—pronuncio Mafuyu haciendo un ademan a su madre para que ingresara al lugar, cuando lo hizo, detuvo a Uenoyama un momento tomándolo del brazo para darle un beso en la mejilla rápidamente.
—Oye, tranquilo, mi madre suele ser seria pero no muerde, solo se tu mismo ¿si?—
—Seguro, es solo que no puedo evitar estar nervioso, se que fue mi idea pero no suelo darle una muy buena impresión a la gente con mi cara de amargado—
—Pues a mi tu cara me gusta.—comento Satō mientras sonreía.
—Si, lo que pasa es que estas ciego.—
—Uenoyama...—
—Bueno, no importa, intentare ser agradable, espero no arruinarl..—el joven de ojos azules fue interrumpido por un rápido beso en sus labios.
—No lo vas a arruinar, confía en ti mismo, tu me enseñaste a hacer eso—Dijo el pequeño tomando sus mejillas con ambas manos, justo como el lo hizo hace casi un año—Eres una buena persona, mi madre seguro que te llegara a querer, no lo podrá evitar.—Y con esto dieron por acabada la conversación entrando así al establecimiento donde todo olía a café.
Uenoyama seguía inquieto, sin embargo no dejaría que eso lo hiciera quedar mal, esperaba que esta tarde fuera tan bien como quería.
Calculaba que tenían una hora de estar en la cafetería, ya habían conversado bastante y aunque su madre no hablaba mucho Mafuyu se sentía bastante cómodo. Su novio el cual estaba a su lado, de vez en cuando temblaba por lo que el tomaba su mano debajo de la mesa dándole una señal de que intentara calmarse. Le causaba un poco de gracia todo su nerviosismo y no podía evitar pensar en la vez que Yuki quiso hablar con su "suegra" para contarle sobre su relación, claro que el que estaba nervioso en esa situación era el y no el rubio, puesto que mientras imploraba para que no dijera nada indebido, su antes pareja se veía bastante cómodo contando todo con detalle, como si fuera una historia de todos los días.
Ver a Uenoyama intentando ser lo mas amigable posible le encantaba, realmente agradecía ese gesto de querer conocer mejor a su madre e intentar tener una buena relación con ella, eso quería decir que de verdad anhelaba estar con el.
—...y por eso me encontré a Mafuyu allí...—termino de relatar Ritsuka.
—¿Sueles ir mucho a esas escaleras? En el instituto supongo habrá otros lugares más cómodos para estudiar...—respondió Moshiro un poco confundida.
—amm...bueno si, hay mucho lugares silenciosos,pero esas escaleras son realmente cómodas para tomar siest...—El azabache paro en seco, lo más seguro es que pensó en mejor no decir que dormían ahí en vez de estudiar, ya que eso hacían, dormir o platicar mientras se hacían mimos en el cabello.—¡Son bastante cómodas para hacer deberes! Casi nunca pasa nadie, así que es bastante silencioso, jaja—
—Fue una casualidad, nunca había estado allí antes, pero agradezco que así fuera esa tarde—concluyó el pelinaranja dándole una cálida mirada a su novio.
—Suena como una linda historia...¿entonces sabes tocar guitarra?—pregunto la mujer.
—¡Si!, aprendí desde pequeño, no me considero excelente per..—
—Ya veo...que curioso, conocí a un chico que también era guitarrista, debiste haber oído ya sobre el...—dijo su madre con la mirada clavada en sus ojos cafés.
"¿Que haces mamá?" pensó Sato un poco preocupado por lo que pudiera salir de su boca, bien le dijo a Moshiro que era mejor no comentar nada sobre Yoshida puesto que no quería poner incomodo a Ue, además de que el tema de su primer amor era algo que seguía dejándole un pequeño nudo en la garganta.
—Bu-bueno si, quiero decir he escuchado un poco sobre el, admiro su talento para la guitarra, realmente lo hacia bien...yo..—
—Me extrañaría que no lo hicieras, era muy bueno. Dime...¿como escuchaste su música?—
—Mamá...déjalo, eso no es importante—dijo Mafuyu un poco irritado, se le hacia bastante innecesario hablar de Yuki ahora, no quería que la conversación se volviera tensa.
—Esta bien Mafuyu, no hay problema.—comento el azabache tomando su mano por debajo del mantel blanco que se expandía por la mesa.—Aveces ayudo a la banda de Hiiragi y Shizusumi, ellos me han enseñado un poco de la música que componían junto con Yuki, sonaban increíbles juntos. De hecho hace unas semanas ayude a terminar la melodía de una de sus canciones y me pareció bastante bue...—
Dejo de poner atención, "un minuto, ¿Uenoyama-kun acabó una canción de Yuki?" pensó el mayor confundido, ¿por que no se lo habrán contado?, supuso que Hiiragi quería mantenerlo en secreto para evitar problemas, pero mas que "enojarse" se sentía agradecido que su novio realizara un gesto tan lindo, incluso si fue por hacer un simple favor no estaba obligado, sin embargo aún así la termino, esperaba poder escucharla pronto...
—Entonces tocas la guitarra, estas en una banda y eres amigo de los chicos...vaya se podría decir que eres como el...—
¿que demonios?
—Mamá..., no digas tonterías...—
—No son tonterías, solo me parece curioso que sean tan parecidos, quiero decir hasta su forma de hablar se me hace simili...—
—Mamá...basta.—insistió Mafuyu con un tono suave pero que dejaba notar una molestia, no tenia intención de seguir escuchando algo así. Uenoyama se puso tenso, lo pudo notar al ver como se quedo callado y un pequeño temblor en su mano rozó la suya.
—Yo...—Uenoyama intento hablar pero fue interrimpido.
—Igual no te preocupes...—comento la mujer—Por mas que lo intentes no es como que puedas llegar a remplazarlo.—
—¡MAMÁ!—exclamo Mafuyu sorprendido y enfadado.
¿Había escuchado bien?, no se lo podia creer, ¿como se atrevía a insinuar algo asi de Uenoyama, y decirlo en frente suyo? Fue un comentario cruel y fuera de lugar.
Todo quedo en silencio por un minuto, el ambiente se volvió incómodo y oscuro, lo que precisamente el de cabello naranja trató de evitar, antes de que intentara arreglar la situación sintió como su novio se ponía de pie y con la mirada hacia el suelo pedía permiso para luego irse al baño. Mierda, si el se sintió mal por lo que dijo su madre no quiere ni imaginarse el como se sintió Ritsuka. Volteo su mirada para conectarla con la de Moshiro.
—¿Mamá, por que dijiste algo como eso?...,¿sabes como se debe de sentir ahora? El intentaba ser amigable para caerte bien ¿y tu le respondes así?—
—...Lo siento Mafuyu yo...—
—No se si fue tu intención lastimarlo de verdad, pero quiero que cuando vuelva—si es que lo hace—le pidas disculpas, el no merecía escuchar eso, mucho menos de tu parte.—termino por decir molesto y triste. Esperaba que Ue no se lo hubiese tomado tan mal.
—¿Pedir disculpas? Fue un comentario simple, si el se ofendió no es mi problema Mafuyu, no tengo tiempo para esto.—Exclamo su madre poniéndose de pie y tomando su bolso.—Me voy, te dejare dinero para que pagues el café, nos vemos en casa—y así terminaron sus palabras para luego desaparecer del lugar.
—P-pero mamá...—
Se había ido sin ninguna explicación, lo dejo ahí parado con la palabra en la boca. Le extrañaba su comportamiento, ella no era una mujer grosera, y el que ahora lo fuera con Ue, el chico del que siempre suele contarle, había dolido. Sobre todo por que sin querer ahora sentía miedo de lo que Ritsuka podría pensar sobre el.
¿Lo trataba como su remplazo?No. Mafuyu estaba seguro de eso, para el Uenoyama era su nueva felicidad.
Un balde de agua fría, así se había sentido, como un cuchillo helado que pasaba por su columna.
Se puso de pie y se dirigió hacia al baño, al cerrar la puerta se miro al espejo y suspiro. Un remplazo, ¿eso era? no, el jamas intento serlo. Siempre fue consiente de la relación de Satō con Yoshida, siempre se dejo muy en claro a el mismo que aquello estaba en el pasado, no es como si estuviera intentado ser su reflejo ni mucho menos.
Sin embargo, jamas imagino que la madre de Mafuyu le diría algo así; es verdad, toca la guitarra y esta en un banda, pero ¿eso lo hacia su semejante? lo dudaba. No obstante no podía evitar imaginar en que pensaba su novio, ¿también era un remplazo para el? si la respuesta era si, no podría soportarlo. Uenoyama realmente lo quería y el pensar que el chico por el cual volvió a conectar con la música no lo veía a el, si no a otro, le partía el corazón.
Se tomó el rostro y despejó su mente, no quería pensar en cosas así, el sabía que el tema de Yoshida era muy delicado, fue el primer amigo y amor de Mafuyu, respetaba a ese chico y el significado que llevaba en la vida del peli naranja. Ritsuka nunca se había sentido menos por saber que Yuki estuvo antes.
No podía mentir y decir que no sintió celos al principio cuando no conocía toda la historia, pero cuando lo supo todo, lo único que sintió fue una pena en su pecho por la decisión que había tomado el joven Yoshida.
Se prometió a sí mismo hacer todo lo que pudiera por lograr que Mafuyu estuviera feliz y cómodo, que sintiera amor de nuevo y que cada sonrisa fuera sincera. Su plan de reunirse con su "suegra" fue precisamente por eso, quería conocerla mejor y entablar una relación, después de todo era la madre del chico que tanto lo tenía enamorado.
Al parecer sus esfuerzos fueron en vano, ahora estaba seguro de que no le agradaba para nada.
Tomó su restante dignidad, se lavó la cara por última vez, la secó con una toalla y se dirigió a la salida del servicio de hombres.
El no era el remplazo de nadie, el era Uenoyama Ritsuka, un tipo alto, nervioso, virginal y enamorado, tenía claro sus sentimientos por Mafuyu y no dejaría que ese comentario lo arruinara todo.
Al llegar a la mesa pudo notar a Mafuyu solo, sentado con la mirada hacia bajo y con un aura de tristeza.
—...¿Mafuyu?—pronunció suavemente el menor haciendo que su novio volteara para conectar sus miradas.
—Ella...ella se fue.—
—Oh...,yo...¿quieres irte?—preguntó dudoso, sentía que seguir en ese lugar volvería la situación más incómoda.
—Si, cancelemos la cuenta y vamos a caminar.—concluyó Mafuyu con una suave sonrisa.
Luego de pagar se dirigieron hacia el muelle, el mismo donde Satō expresó sus sentimientos hacia el, y claro donde tuvo su pequeño gay panic para luego aceptar nervioso y feliz. Su atracción era mutua.
Caminaron y caminaron por más de ocho minutos sin decir una palabra. El clima era abrasador y la luz del sol aún iluminaba el día. Pensó en decir algo pero se detuvo cuando escuchó la voz de su novio.
—Ue...¿podemos hablar?—preguntó el chico sin verlo a la cara. Ahora si que sus nervios estaban de punta.
El asintió para luego dirigirse a una banca con mirada al mar.
—¡De verdad lo siento!—exclamaron ambos al compás para luego sonrojarse por su sincronización.
—Jaja, lo siento, tu primero por favor—pidió con un tono que dejaba ver como la calma lo había abandonado.
—Ue, enserio lamento lo que paso, no se por que mi madre dijo algo así.—podía notar como Mafuyu se encontraba ansioso y un poco decaído.—Ella no es una mala persona, jamas pensé que pudiera insinuar que tú eres...bueno ya sabes.—
—Entiendo Mafuyu, yo lo lamento; arruine todo no debí platicar sobre que tocó la guitarra y todo eso. Probablemente tomo mi discurso como si estuviera dando alguna impresión equivocada...realmente pensé que podría ser diferente esta vez.—
—No, no es tu culpa que ella haya hecho ese comentario, además ¿diferente en que sentido?—
—Casi nunca le caigo bien a la gente a la que me acerco. Si tengo amigos es por que ellos me hablaron primero. Y bueno, cuando tú y yo nos conocimos te trate muy feo, siento eso...—
—Ue mírame—Mafuyu tomo sus manos dándoles así un caliente tacto.—Sabes que no soy bueno expresando lo que siento, pero lo diré por que necesito que lo entiendas.—con la mirada en la suya se acerco para darle un beso en los labios.
Era un beso suave pero lleno de cariño, uno de esos que cuando te toca experimentar todo se vuelve negro y te dejas llevar por el amor.
No pensó en nada, solo siguió lo que su corazón le decía, y así duraron hasta que la respiración les obligó a parar.
—Uenoyama-kun yo te quiero, te quiero de verdad. Eres una persona hermosa, física y sentimentalmente, eres amable y tierno, y tu talento para la música es extraordinario.—Podía notar como las palabras de su novio eran sinceras, el brillo en sus ojos se lo gritaba.—Yo me acerque a ti por que necesitaba arreglar las cuerdas de una guitarra, y lo que menos llegue a pensar era que terminarías ayudándome a restaurar las de mi corazón. Lo que dijo mi madre es verdad, tú no vas a remplazar a nadie, por que no necesitas hacerlo. No estas en mi vida para eso, yo me permití tomar la oportunidad de quererte, de aceptar tu cariño por que soy feliz, tu eres mi nueva felicidad Ritsu, y te prometo por Tama que mis sentimientos hacia ti son tan sinceros que no puedo creer que te los esté diciendo. Puedo notar que voy a vomitar...—concluyó con sus manos temblando.
Su vista se nublo, su piel se erizó y su corazón palpitaba de manera que su pecho dolía. Estaba sentado y aún así no era suficiente, si no se desmayaba ahora pensaría que estaba soñando. Dejo todas las cadenas que lo ataban, y derramó sus pensamientos como pintura en un lienzo.
—Mafuyu, yo no se que hacer en el amor, nunca he tenido una pareja. En toda mi vida nunca había experimentado el querer a alguien de esta manera, pero ahora estoy aquí y puedo jurar que tienes mi corazón. Yo no quiero ni intento ser otra persona, todo lo que has visto de mi es lo que realmente soy. Tengo 17 años, soy inseguro, dependiente de la música y una persona que no puede controlar lo que siente, soy tan virginal que doy pena—su último comentario hizo reír al otro chico, y a el también. Eso era verdad pero no dejaba de ser chistoso.
—¡Hablo enserio Mafuyu!, basta—pidió Ritsuka divertido.
—Perdón, perdón...continúa por favor jaja.—
—Yo...solo quiero dejar en claro que jamás voy a pretender ser algo que no soy, intentaré hacerte feliz con lo que pueda y prometo ser un mejor novio para ti, solo te pido una oportunidad y no desistas de mi por ser tan...poco experimentado.—termino su discurso con la cara roja, lleno de vergüenza pero desbordando honestidad y sacando el peso que doblaba su espalda.
—Tu ya eres un buen novio, yo jamás desistiría de ti, no cuando deseo que te quedes para siempre conmigo.—y así, volvieron a unir sus labios para dejar que su tacto hablara por si mismos. Nadie podía hacer sentir inferior a Ue, no ahora que Mafuyu le dio el soporte para seguir adelante y dar lo mejor de sí mismo.
—¿Puedo preguntarte algo? Si no te incomoda.—se extraño por la petición del pelinaranja, pero asintió dispuesto a responder.
—Tu...¿por que terminaste su canción?—
—Hiiragi me lo pidió, al principio me negué, no me sentía muy cómodo haciéndolo, pero luego dejé mi orgullo de lado y decidí hacerlo. No quería decirte por que no sabía como reaccionarías...es una canción muy hermosa Mafuyu y no quería arruinarla.—suspiró para seguir relatando.—Cuando acabe el trabajo Hiiragi me dijo que no se escuchaba como si yo la hubiera tocado, realmente agradecí que así fuera, mi objetivo era continuar su obra, no volverla mía. Me gustaría que la escucharas, yo se lo que Yuki significa en tu vida y puedo asegurar que escuchar su canción para ti te haría bien.—
—Muchas gracias por esto Uenoyama, si llegan a presentarla estaré en primera fila.—con una sonrisa en la cara se abrazaron y dejaron que cada persona los viera, ya nada importaba, solo ellos y ese momento.
Uenoyama se encontró con un amargo atardecer ese día, pero Mafuyu era azúcar suficiente para endulzar lo que restaba de la noche.
Setenta y dos horas pasaron luego de aquel acontecimiento, el cielo estaba oscuro y el frío se impregnaba en cada parte de la ciudad.
Era ya de tarde, los estudiantes agradecían que sus lecciones del día habían acabado, fue una jornada tan larga que podían jurar llegar destruidos a casa.
Mafuyu y Uenoyama se encontraban en sus casilleros, listos para dirigirse al estudio y realizar el último ensayo de la semana, ambos en clases distintas pero con la misma cantidad de cansancio. Luego de colocarse los zapatos y tomarse de las manos se dirigieron a por un paraguas por si empezaban a chispear gotas desde las nubes.
—¿Crees que hoy haya una tormenta?—Mafuyu no era fan de las lloviznas fuertes, es verdad que el sonido de estas era relajante pero cuando empezaban los rayos crecía una sensación de preocupación en el.
—No lo sé, en las noticias no mencionaron algo sobre una, pero si empieza a llover muy fuerte deberemos refugiarnos en un establecimiento...Haruki y Akihiko tendrán que esperar o venir por nosotros.—
—No me gustan los truenos...—el azabache volteó a ver al pequeño dándole una cálida sonrisa al igual que un beso en su frente.
—Lo se, pero no te preocupes, me asegurare de tener un refugio antes de poder presenciar uno—
Así ambos tomaron camino hacia la calle, dispuesto a llegar junto a sus compañeros de banda y amigos; sin embargo antes de que pudieran salir del área escolar Uenoyama captó la presencia de alguien al frente.
—Mafuyu...¿esa no es tu madre?—el mencionado levanto la vista y conecto la mirada con la de la mujer, noto que había preocupación en ella y se sintió extrañado por verla ahí.
Se acercaron a ella y hubo un pequeño instante incómodo.
—Mamá...hola, ¿que haces aquí?—
—Hijo...hola.—había confusión por ambos chicos, era extraño ver a Moshiro por este lugar.
—Mamá...¿pasó algo?—preguntó Mafuyu preocupado.
—No yo...no paso nada.—Uenoyama noto como la mirada de la mujer conectó con la suya, inmediatamente los nervios se apoderaron de su cuerpo y mente, su personalidad llamada dramático empezaba a crear varios escenarios de lo que podría pasar a continuación.—Vine por que, quiero hablar Uenoyama-kun.—
El ambiente se puso tenso, la pareja se vio a los ojos y dudaron sobre cómo reaccionar, pero antes de que el mayor dijese algo, Moshiro lo corto con su voz.
—Uenoyama yo...quiero pedirte una disculpa sincera—
El azabache no supo cómo reaccionar, ¿escuchó bien? probablemente su yo ansioso creó una realidad alterna en su cabeza.
—De verdad lamento lo que dije hace unos días, mi comentario salió sin más y me sentí mal al no tomar en cuenta lo que tu pudieras sentir ante ello. Yo no pienso realmente lo que dije, no creo que seas el remplazo del joven Yoshida; el era alguien especial para mi, su perdida también dejo una marca en mi vida, y el captar que había conocido a otro chico con algunas cosas en común me volvió egoísta y no medí mis palabras—La mujer se inclino mostrando arrepentimiento y dando la imagen de alguien que pedía perdón desde su corazón—Por favor, te suplico que me perdones por como te hice sentir, por haber arruinado la tarde y espero que podamos comenzar de nuevo.—termino para quedarse en la misma posición esperando la respuesta del menor.
Uenoyama sintió una pena inmensa, verla de esa manera lo avergonzó, no creía merecer disculpas tan intensas, así que procedió a calmar la situación.
—Moshiro-san, por favor no se incline más—la mujer obedeció y conectó la mirada con el de nuevo —Yo realmente aprecio que se disculpe, lo que paso no fue agradable pero no por eso significa que pienso que sea una mala persona, entiendo sus razones, y por supuesto que acepto sus disculpas. Me encantaría empezar de nuevo con usted—finalizo dándole una cálida sonrisa a la madre.
Mafuyu estaba procesado la información, jamas imagino que su mamá hiciera algo así, mucho menos en la escuela, pero eso no quitaba que se sentía feliz de lo estaba pasando.
--¡Gracias!, ¡muchas gracias! Uenoyama, prometo ser la mejor suegra que tendrás en la vida.—la mayor abrazo fuertemente al chico de ojos azules, el mismo que ahora tenía un color carmesí ligero en sus mejillas, la mujer se separó para luego decir unas palabras muy importantes para el—Le agradezco a Dios que haya cruzado un chico tan bueno en la vida de Mafuyu, te agradezco a ti por hacerse feliz mutuamente, gracias por hacer que mi bebé vuelva a ser el mismo—
—Mamá...no me llames "bebé" ¡es vergonzoso!—pidió Mafuyu sonrojado y desviando la mirada.
Uenoyama sonrió y respondió desde lo más profundo de su corazón.
—Yo le agradezco a usted por tener un hijo tan maravilloso, y le agradezco a la vida por haber encontrado mi nueva inspiración para hacer lo que amo. Prometo cuidarlo y siempre hacerlo feliz Moshiro-san—y con esto la mujer derramó unas cuantas lágrimas.
—Gracias, ya eres un buen yerno chico, ¿quisieran ir a casa a comer? les prepararé un rico café con galletas.—
Ambos chicos se miraron para luego asentir, el ensayo de podría posponer, comer era mejor.
—De acuerdo, iré a comprar galletas a la tienda de aquí, regreso en unos minutos para luego irnos a casa, dejaré mi paraguas, espéreme bajo techo—y con esto se alejo caminando hacia la tienda de la esquina.
—Eso fue...inesperado—comentó Mafuyu algo nervioso.—Me alegra que arreglaras las cosas con mi madre, ustedes son muy importantes para mi.—
—También me alegra Mafuyu, al parecer no le caí tan mal como creía—Satō río para luego abrazar a su lindo novio.
—Te dije que iba a amarte, es complicado no hacerlo, exceptuando a Hiiragi, el tiene problemas de ego—Uenoyama soltó una carcajada, eso era verdad.
—Su opinión sobre mi no me afecta, es un tonto—deslizó su mano suavemente sobre la mejilla del mayor para luego depositar un tierno beso en ella—Te quiero tanto Mafuyu, gracias por dejarme entrar a tu vida.—
—Gracias a ti por no rendirte conmigo Ritsu, también te quiero.—
Y así ambos chicos permanecieron abrazados dejándose llevar por el momento tan templado que compartían. Claro que no duro para siempre, puesto que el teléfono del menor empezó a vibrar en su pantalón.
Sin ganas se separó un poco del abrazo y tomo su móvil para luego observar que era lo que molestaba. Una notificación de mensaje por parte de alguien que probablemente luego los mataría.
Haruki 🐻
¿Donde diablos están tú y Mafuyu?, llevamos esperando un buen tiempo (ง'̀-'́)ง
Estaba seguro que su respuesta no sería del agrado para la mamá oso, pero las galletas y un buen café era lo que tenía planeado para hoy, por lo cual la música y sus gruñones padres segundos serían obligados a esperar a hasta mañana.
—Es Haruki, estará molesto por que vamos a faltar pero le daremos una buena excusa, ellos lo hacen también.—
—¡Uenoyama-kun! a este paso nos echarán de la banda.—dijo Mafuyu con una chistosa preocupación.
—No te alteres, ellos no echarán a la mejor voz del mundo, te lo aseguro.—sonrío para luego darle un beso rápido en los labios al chico en frente—Ahora ven aquí, el abrazo estaba disminuyendo el frío.—
Ambos cuerpos unidos por el amor, ambas almas llenas de vulnerabilidad encontrando un campo de protección.
Obtener una tarde incómoda para luego tener otra agradable.
Dos corazones que derramaban un afecto tan vehemente que podían lograr una firme sincronización.
So...como se puede notar es la primera vez que escribo algo JAJA, espero que les haya gustado y si tienen alguna crítica constructiva me encantaría leerla. Lamento si hay faltas de ortografía o cosas así, leí muchas veces todo pero puede que algo se me pasara :/
Cuando vi Given la pareja de Mafuyu y Uenoyama me cautivo por completo, los amo son hermosos 🌸
Y por su puesto que tengo mi personaje favorito que es Uenoyama rey de mi vida.
Pero regresando a mi punto, espero que les haya gustado este OS, y si me animo podría seguir escribiendo cosas de esta pareja u otras. Pero si, muchas gracias por el apoyo ♡︎
Nos vemos en las tiras cómicas. 🚀💗
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