13. Siguiéndola
Khalid
No puedo creer lo que estoy viendo.
Todo parece tan irreal que pienso que podría ser una mala jugada de mi mente, porque por más que le de vueltas, no puedo encontrarle una explicación lógica no solo a lo que estoy viendo, sino también a lo que estoy sintiendo. Y la excusa de ser una simple decoración de Halloween no funcionará está vez.
Ahí, en la pequeña sala de ese departamento, Amara mira fijamente el círculo de agua frente a ella. Se ve tan pequeña y frágil que siento que podría ser devorada en cualquier momento. Está tan concentrada en sus propios pensamientos que ni siquiera notó cuando abrí la puerta y entré a su hogar. No debí de haberlo hecho, pero mi jefe me pidió investigar las desapariciones, y sentí que ella, con todo el tiempo congelándose a su alrededor, podría tener respuestas. No me equivoqué.
En estos últimos días he estado pasando cerca de su casa, y hoy incluso me animé a pararme frente a su puerta. Estaba dispuesto a irme y descartar la posibilidad de que Amara tuviera algo que ver con este misterio. Pero cuándo ví una luz azul brillante filtrándose por las ranuras de la puerta, no lo pensé dos veces y entré a la casa que para mi sorpresa, no tenía ninguna cerradura.
No sé cuánto tiempo ha pasado. Pero ambos nos quedamos petrificados. Amara admirando el portal de agua frente a ella, y yo admirando su expresión llena de nostalgia.
Pero el mundo a mi alrededor empieza a girar cuando ella se sumerge en el agua hasta que todo su cuerpo se desvanece. De pronto ya no me importan las personas que han desaparecido, o las armas que ella lleva consigo. Corro lo más rápido que puedo e intento tomar su mano antes de que desaparezca del todo, pero no lo logro. Tan solo siento un ligero toque. Un segundo en donde nuestra piel se toca antes de que ella desaparezca por completo.
Soy un agente, un detective. Y la información que tengo hasta ahora es que las personas que se encuentran con está luz nunca regresan, y si lo hacen, es sin vida. Si algo así le sucede a Amara...
La simple idea nubla mi juicio. Ella y yo no somos nada. Tuvimos un encuentro furtivo hace años, antes de que ella decidiera irse sin decir ni una palabra. Fueron años de pequeñas coincidencias y pizcas de esperanza, pero a grandes rasgos, no sé absolutamente nada de ella. Y no debería importarme lo que pase con una desconocida.
Pero, contrario a todo lo que pienso, cuando el portal frente a mí comienza a cerrarse, encerrando a Amara a dónde sea que haya ido, llevándose la oportunidad de volver a verla, no lo dudo y salto.
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