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VIII. Confusión


Con la llegada del amanecer, el sonido de las aves se filtró por las ventanas.

El pájaro carpintero, que anidó en el árbol cercano, golpeó la madera de manera constante. La brisa suave hizo tintinear las campanas de viento, y Wei WuXian se desperezó.

Sintió el peso adicional sobre su costado. Su brazo punzó ante la falta de sangre y se movió. Al hacerlo, escuchó la protesta de una voz sofocada por el sueño. Wei WuXian estaba solo en cama la última vez que lo recordó. A menos que volviese a caer inconsciente en el establo con el burro, no encontró lógica a tal acontecimiento.

Giró sobre su costado, e intentó dar rostro a la presencia desconocida. Aunque admitió que tuvo miedo de encontrar lo que fuera. ¡Tal vez era absurdo, pero era la clase de persona respetable que guardó su primer beso y el resto de expresiones de afecto para aquella dama con la que alguna vez se casase!.

Todo lo que advirtió fueron hombros sólidos y firmes, la piel desnuda en la nuca, de un blanco prístino como el polvo de perlas y el jade más puro. El cabello se dividió por la mitad, disperso entre las almohadas.

Wei WuXian contuvo la respiracion, tomó uno de los mechones que cubrió las facciones y al hacerlo encontró el rostro dormido de la última persona que esperó encontrar en los confines de la tierra.

"¡Lan Zhan!", gritó contra su oído.

El joven se quejó y se apartó.

Wei WuXian se puso en pie y no abandonó la manta, a fin de proteger su pudor. Se presionó contra el borde de la cama hasta apartarse lo suficiente. Al encontrar su oportunidad, posó sus pies sobre la superficie y saltó de vuelta al piso de madera, sólo entonces dejó ir la sabana, y se apretó al otro lado de la habitación.

"... ¿Wei Ying?", balbuceó Lan WangJi, haciendo a un lado los restos de su somnolencia. Frotó sus ojos con el dorso de la mano y le enfocó.

Su boca cambió de sorpresa a disgusto. Le escudriñó con la mirada, como si algo extraño hubiese ocurrido, y él, perdido toda razón.

Probablemente fue así.

Pronto comenzó a maldecir su mala memoria y la manía desagradable de pasar borracho tres cuartas partes del tiempo. Supo que había llegado al límite imaginable e hizo una promesa de sobriedad, en silencio.

"¿Qué ocurrió?".

"Yo debería preguntar lo mismo, Lan Zhan, ¡¿Qué haces aquí?!".

Lan WangJi dio una mirada oscura, y sus gestos se ensombrecieron. Su boca de un agradable rojo formó una línea tensa y delgada, y no dio respuesta.

Cojeó sobre el tobillo malo, y recuperó sus botas. Se apartó hasta el biombo, tomó una túnica corta y descolorida, que acostumbraba usar para trabajar los campos inundados. Una vez que consiguió sentirse decente, trató de intentarlo de nuevo.

Lan WangJi no hizo un solo movimiento. Se mantuvo meditabundo, como si intentase encontrar coherencia en los acontecimientos. Viéndose tan confundido como el propio Wei WuXian, sus manos bajaron a las palmas de sus manos, por encima de las mantas que protegían su modestia. La túnica interior resplandeció con los rayos del amanecer, y, advirtieron las formas naturales de su cuerpo a través de las transparencias pálidas de la tela ligera.

Su cabello parecía más largo que la última vez que se vieron, y el rostro adquirió un toque maduro, aunque aún juvenil. En bordes suaves y líneas angulosas que realzaron la belleza que siempre le caracterizó.

Sea lo que sea que haya ocurrido. Pasó, y nada pudo hacer al respecto.

Incómodo, comenzó a atarse el cabello en un medio recogido, y sintió apremiante volver a trabajar sus tierras.

"¿Fue una broma?", le preguntó Lan WangJi.

La expresión fría en su rostro, le dejó en claro que no estaba para juegos estúpidos, así que Wei WuXian tragó saliva y trató de parecer desenfadado.

"Oh, ¡Ah!, nada como una broma, Lan Zhan".

"¿Entonces, qué le ocurre a Wei Ying?", presionó sin simpatía en su voz.

"Solo olvídalo, ¿bien? Quizá me desperté demasiado pronto y mí memoria se hizo un caos. Olvide que estabas aquí".

"¿Wei Ying, lo olvido?".

"Ya sabes como soy", lanzó una carcajada animada. Sin embargo, el buen humor no llegó a los ojos. "¡Tengo una mala memoria!, ya he olvidado lo que hice ayer, e incluso antes de eso. Así que no te lo tomes personal".

Lan WangJi no se mostró convencido. Hizo la manta a un lado, y tomó lugar al borde de la cama. Su expresión fue digna, y las prendas se mantuvieron en su sitio con recato. El cabello cayó en cascada por su espalda, y la luz brillante de la ventana resplandeció como un halo de belleza. Contuvo el deseo de gritar y quejarse con un '¡Demasiado brillante!'.

"¿Wei Ying tiene mala memoria?".

Sintiendo alivio por la mentira a medias, dio una sonrisa estúpida y asintió. "No parezcas tan tenso, Lan Zhan, tampoco es como que sea la gran cosa".

Lan WangJi repitió incrédulo. "¿No es la gran cosa?".

Wei WuXian mordió el interior de la mejilla, contuvo los deseos de actuar como un mocoso, y reprender al hecho de que Lan WangJi repetía sus palabras sin cesar. "En fin, ¿estabas aquí por...?". dudó. "¿Una cacería nocturna? ¿no es así?".

",,,"

"Escuche durante la guerra que te dedicabas a ayudar a la gente común, eso te valió el apodo de Hanguang-Jun, ¿cierto?".

",.."

"¿Encontraste lo que estabas buscando?".

Lan WangJi dio una respiracion profunda, y dijo: "Si".

Sus palabras no fueron simpáticas, ni conciliadoras. Se puso en pie, conteniendo el desaire y tomó la túnica exterior, doblada cuidadosamente sobre el taburete cercano.

Las prendas se ajustaron al cuerpo de Lan WangJi, y Wei WuXian apartó la vista nervioso.

"Em... Si. Me alegra que hayas podido descansar. Te dejaré tranquilo para que puedas prepararte y todo eso".

Antes de dar oportunidad al segundo joven maestro Lan, Wei WuXian se apartó y cerró la puerta.

Lan WangJi no le siguió, pareciendo confuso y cauteloso. Wei WuXian hizo una inspección cuidadosa a su lugar, y no encontró nada fuera de su sitio. Al menos, no fuera del sitio donde lo dejó la última vez. El mangostán y la cesta de frutas bajó, y la canasta con vegetales estaba vacía. Lo que dio pista al hecho de que Lan WangJi había preparado algo.

Por el resto, en el área común, divisó la cantidad de desorden habitual. En libros y manuales antiguos que se negó a clasificar y ordenar. Sobre la mesa se extendió su diario, al girar sobre las páginas, encontró la última inscripción, datada hacía dos días.

No hubo información destacable. Se mantuvo el misterio. La inscripción decía: 'Lan WangJi ha subido la montaña'.

Devanándose los sesos para recordar que carajo ocurrió, terminó por frustrarse. Buscó en los manuscritos y ensayos sobre el escritorio. Pero todo lo que notó fue la explicación en los radicales para un talismán de calcinación, y los garabatos desprolijos de una matriz de contención de agua para facilitar la pesca sin redes.

Cerró el libro y lo dejó en su sitio.

Entonces supo que Lan WangJi había llegado poco menos de dos días atrás, y compartieron cama en ausencia de una habitación de invitados.

Sintiendo que la mortificación se asentaba hasta desaparecer, supuso que lo más lógico era continuar con su vida. Después de todo, Lan WangJi debía tener otros casos que atender. Personas a las que ayudar, una familia que le esperaba y una secta a la cual volver.

Caminó hasta la entrada principal y se colocó el sombrero de bambú con tanta fuerza que se bloqueó la vista.

No importaba. Fue bueno verlo una vez más. Quizá, estaba frente al inminente fin. Después de todo, fue Wei WuXian quien se apartó primero. Sus vidas ya no orbitaban en el mismo mundo.

Ya no era un cultivador.

Atravesó el campo en un andar regular, y dedicó los primeros instantes de la mañana en reparar la cerca al límite de la propiedad. Sin embargo, dicha tarea no tomó demasiado tiempo. Se hizo con el asa y aró la tierra en los campos a un costado de la casa. Por el resto, los huertos gozaron de un buen riego, y la corriente de agua fluyó entre los vegetales sembrados.

Siempre hubo algo diferente por hacer. Ya fuese recolectar, ordenar, secar al sol, pelar o acumular para las reservas del invierno. Aún era temporada, y dedicaba todo el día a prepararse para el invierno. Aún así, como en años anteriores, fue difícil mantener la constancia. Por lo que, en los días en que su cabeza se encontró asentada sobre su cuello trabajó por horas y horas hasta terminar con las tareas pendientes. El grano ya había sido almacenado, deshidratado y secado al sol del verano, pero la roca del molino seguía rota. Había estado así por un puñado de días. Cuando se recordaba bajar al pueblo por un reemplazo con el cantero, algo ocurría, y terminaba por olvidarlo.

Quizá le tomaría menos tiempo concluir con las tareas de arado si Manzanita no fuese tan arisca y se negara a trabajar. Era complicado para una persona cubrir una gran cantidad de terreno. Pese a ello, no hizo queja del asunto y disfrutó del trabajo físico. Fue bueno reenfocar sus prioridades a partir de la deserción al mundo del cultivo.

Tenía el tiempo suficiente para pensar, e incluso no hacerlo. Como su ritmo de vida se había convertido en un vaivén de irregularidades y confusión. Tener momentos para la nada, fue bienvenido. Por un instante silenció la incertidumbre y gozó de la vida de campo.

Advirtió la presencia de Lan WangJi bajo la sombra del ginkgo. Wei WuXian sonrió para sus adentros y apenas se contuvo. Era adorable de ver. Había transcurrido casi una vida desde que ambos se encontraron. Y muchas cosas cambiaron. Pero no el semblante de señorito remilgado y la antipatía de Lan WangJi.

No pudo imaginar cómo alguien tan aversión al sol intenso de la tarde podría viajar de un lugar a otro a través del polvo y las altas temperaturas. Pero Lan WangJi se destacó por ser una caja de sorpresas y contrariedades.

Sediento, se acercó al pozo. Trato sin prisas, y sació su sed. Buscó un poco de Lan WangJi, a fin de conversar antes de su inminente partida. Pero el segundo joven maestro Lan no se mostró interesado en formar parte de la cháchara trivial.

En su lugar, se permaneció cautelosamente atento en las inscripciones sangrientas en las rocas dispuestas alrededor del perímetro.

"¿Cuál es su propósito?", preguntó Lan WangJi sin ceremonias.

"Ninguno, supongo". La atención viajó del grabado a Wei WuXian. Sus ojos de intenso ámbar se apretaron con recelo y escudriñó. "Las inscripciones ya estaban ahí cuando yo llegue".

"¿Qué clase de maestro las escribió?".

"Tal vez, alguien muy oscuro".

"Mn". Lan WangJi meditó en su respuesta, y desenfundó a Bichen. "Si es un arreglo oscuro, debe ser investigado y erradicado en la brevedad posible".

La punta de Bichen amenazó con pulverizar la enorme roca, pero algo al interior de Wei WuXian le empujó a hablar. "¡No lo hagas, didi! ¡No sabes las consecuencias de esa cosa!".

"Wei Ying tampoco lo sabe",

"Bueno, eso es cierto. Pero no está molestando a nadie. Es tal como dices, es menester investigar antes de actuar".

La espada espiritual de Lan WangJi fue envainada, y el brillo plata golpeó sus ojos. El joven cultivador pareció memorizar las marcas y muescas sobre la roca y finalmente se apartó.

Wei WuXian le vio caminar por la línea perimetral del terreno, emulando un paseo por el campo. Sin embargo, supo que estaba en búsqueda de las otras siete rocas en los alrededores. No pudo evitar pensar en que era igual a su tío. Yendo en contra de todo aquello que atentara a la ortodoxia. Si alguna vez se enterara del pasado de Wei WuXian, trataría de desollarlo vivo. O, en su defecto, arrastrarle de vuelta al Yunshen Buzhichu para recibir un exorcismo.

Decidió dejar que Lan WangJi explorara y pasara el tiempo en, lo que sea que estuviese haciendo. De este modo, se echó una canasta a los hombros y comenzó a caminar.

En lo alto de la cumbre, notó raíz de huang jing, yutou y fruto hong zao. Buscaría por brotes de bambú en una próxima ocasión, de momento, se satisfizo con lo que encontró.

En su camino de vuelta, divisó brotes de papa dulce. Escarbó por un puñado de ellas, y pensó que serían buenas para asar más tarde.

Se dedicó a lavarse en el pozo y enjuagó los vegetales antes de arrojarlos a una cesta limpia. Al entrar a su casa se sorprendió por la presencia de Lan WangJi.

Tenía esa expresión en el rostro. Compujado y agrio. Como si estuviese emocionalmente constipado y tratar con Wei WuXian fuese problemático. Fue un vistazo al pasado, y le recordó el periodo de estudio en Gusu.

"Lan Zhan, didi, ¿aún sigues aquí?", cantó.

"Si".

"¿Lograste descansar?", desvió el tema. El sombrero de bambú se colgó en su soporte, el segundo jade de Gusu le tendió una toalla fresca para que eliminará los restos de humedad del rostro.

"Investigaba las inscripciones".

"¿Encontraste algo interesante?", le inquirió entre dientes. Fingir parecer desenfadado fue complicado, había sido mucho tiempo desde que pasó tiempo con alguien que le conociera, y temió que sus emociones pudiesen ser leídas. "¿Qué decían los grabados?".

"Es impreciso. Seguire investigando".

"Por supuesto". La atención de Lan WangJi siguió férrea a su persona. Fue tan penetrante que le hizo estremecer. Y tan profunda como las llamas de una fogata. Las emociones en su rostro alexitímico fueron nulas.

Wei Ying esperó por un sermón. Temió ser descubierto en sus mentiras, pero no fue el caso. Lan WangJi dio un suspiro corto y sus hombros se relajaron. Aquello apuntó a ser un buen indicio, así que habló con ese tono vago, y se abrazó a la vida sin preocupaciones.

"¿Qué es lo que Wei Ying tiene ahí?".

"Bastante cosas buenas, didi", sonrió. Hurgó en la cesta, y alzó una papa dulce hasta sus ojos, y celebró. "La encontré bajando la montaña. La asaré para ti más tarde, Lan Zhan".

Lan WangJi sonrió por primera vez en el día.

Fue agradable verle actuar de manera accesible.

Después de un almuerzo simple, Wei WuXian continuó con su trabajo. Arrastró los costales de semillas de un lado a otro e hiló los extremos para evitar inconvenientes.

Cuando el cielo adoptó un brillante y enceguecedor tono naranja y negro, se dedicó a cortar la leña para reabastecer la leñera, y el agua para el baño.

A raíz de la indisposición a irse, por parte de Lan WangJi, asumió que se quedaría a pasar la noche. A menos que tuviese una cacería nocturna más tarde, y se encontrara de paso. Wei WuXian consideró su presencia en dado caso y cortó la madera adicional.

Al momento en que dejó caer el hacha y se dedicó a entrar a su hogar, fue golpeado por el delicioso olor a comida. Fue tan abrumador que su estómago protestó y arañó, exigiendo ser alimentado. A diferencia de más temprano, Lan WangJi hizo un esfuerzo en elaborar una cena en orden, y sin olvidar ningún acompañamiento. La carne estuvo casi ausente del banquete, pero hizo el pescado de río que Wei WuXian cedió más temprano en uno de sus descansos para hidratarse en el pozo.

"Aiya, Lan Zhan, me haces sentir un anfitrión infame. ¿Qué clase de persona hace que sus invitados cocinen para él?", negó.

Lan WangJi no dijo nada. Tuvo esa mirada de pez muerto en el rostro y parpadeó con lentitud como un felino. Sirvió del estofado en un tazón, y tendió el cuenco a Wei WuXian.

Dio un sorbo y contuvo el gemido de alegría. Faltaban algunas especias picantes, pero por lo demás fue una sopa maravillosa.

Tentado a un poco de cháchara trivial, habló: "'¿Quién te ha enseñado a cocinar tan bien?".

"Aprendí".

"¿Realmente? Asumí que serían como esos señoritos mimados que eran incapaces de preparar algo aún si su vida dependía de ello".

Lan WangJi frunció el ceño y se mostró arisco. "Cocinar es una habilidad indispensable para cualquier persona. Asegura la supervivencia en cualquier territorio hostil".

"¿Puedes culparme? Soy terrible preparando nada. ¡Qué injusto!. No solo eres de un agradable ver. Tienes estatus, prestigio, belleza, riqueza y gran poder en el cultivo. ¡Ahora un magnífico cocinero!".

"Los halagos vacíos están contra las reglas".

"Solo guarda silencio, didi", se apresuró a decir. "Yo digo lo que quiero decir, no son halagos sin sentido".

Lan WangJi contuvo un 'Hmp' y se dedicó a su cena.

Al término, compartieron una taza de té, Y Wei WuXian se satisfizo con la papa dulce que dejó quemar entre los leños.

"Mí memoria es mala y soy olvidadizo", se excuso. Dio una mordida al bocadillo en manos y contuvo una maldición desagradable cuando se quemó la boca. Sin embargo, contuvo el deseo de escupir los retos sobre su mano, y en su lugar, masticó un puñado de veces hasta que consiguió tragarlo. "¿Qué hay de nuevo en tú vida?".

"..."

"¿Cómo dices que ha ido tú vida en estos últimos... años?", dudó. Pese a ello, Lan WangJi apenas dijo nada, y meditó su respuesta.

"Xiongzhang y shufu gozan de buena salud".

"¿Qué hay de tú secta?... ¿Pudieron salvar los restos?".

"Mn, las reparaciones van bien".

"Eso es bueno", sonrió.

Lan WangJi jugueteó con discreción con la ciruela roja en manos. En lugar de comerla, acarició la piel hasta que se hizo suave y luchó por encontrar las palabras para mantener el hilo de la conversación.

Wei WuXian habló primero: "El día de mañana hará sol, y el viento soplará fresco sin demasiada violencia. Deberías partir ahora que el tiempo aún es bueno. En un par de semanas las corrientes gélidas comenzarán a bajar del norte y será más complicado para tí tratar de volver a Gusu".

Lan WangJi se mostró escéptico y su rostro se agrió. "... ¿Qué?".

"¿Ah? ¿Demasiado pronto?, ¿Acaso estás herido, Lan Zhan?". Lan WangJi tenía esa cara de 'Has recibido un golpe en la cabeza y te has vuelto estupido'. Su expresión se agrió y se mostró irascible. Pero en el buen sentido. Todo adorable e instando a los deseos maliciosos de Wei WuXian de hacerle reír.

"No estoy herido".

WangJi bebió de su té e inclinó la taza antes de caer en cuenta que el líquido se había terminado.

"¡Oh!".

La cena no fue tan bien como esperaba, pero Lan WangJi no hizo preguntas incómodas y no se ensañó con él aterrorizando con su mal humor.

Wei WuXian trató de ayudar en la limpieza, pero Lan Zhan le exilió de la cocina, y fue el segundo jade quien arremetió contra las cacerolas y fregó la cocina con un paño hasta que la frustración se esfumó.

Para ese entonces, volvió al estudio y llenó la tetera para iniciar el té.

Wei WuXian tuvo esa sonrisa tonta en el rostro, Lan WangJi no le correspondió. No pudo entender cómo es que ambos terminaron compartiendo cama la noche anterior, teniendo al arisco segundo jade de GusuLan como compañero de mantas. Rio para sus adentros ante el absurdo.

La única conclusión fue el alcohol.

El alcohol le hizo cometer toda clase de locuras. Una vez despertó en una tumba poco profunda, sin registro de los acontecimientos previos más allá de su última memoria bebiendo en el bar del poblado vecino. Arañó en búsqueda de aire fresco y se arrastró de regreso a su cabaña para terminar con la reparación del diván de madera lacada que había conseguido días atrás.

De pronto, consideró sus pensamientos, fue imposible que Lan WangJi se alcoholizara cuando su clan era tan estricto.

"Dime, Lan Zhan. ¿Alguna vez has bebido?".

Lan WangJi dio un sorbo a su té y negó. Añadió. "Es contra las reglas".

"¿Aún fuera del clan Lan?".

"Preferiría no hacerlo, si se me da la opción", corrigió.

Wei WuXian hurgó por el trozo de madera a medio tallar. La gubia marcó hendiduras en la forma de la caja de madera para almacenar los reactivos y polvos para usos... no ortodoxos. Y por no ortodoxos, se refirió al cinabrio o algunos huesos que se acumularon, no inocentemente en los rincones de la casa. Los furmones de hoja de hierro extrajeron pedazos de madera, y se dedicó a eliminar el exceso.

Lan WangJi hizo la cabeza a un lado como un adorable gato doméstico, y pareció curioso. "¿Wei Ying no trabajara en sus manuscritos esta noche?".

Dio una sonrisa tensa, y no abandonó la gubia. Se cubrió con restos de astillas y aserrín, se encogió en hombros y trató de parecer desenfadado. "Trabajaré en esto el día de hoy. No hace mal hacer otra clase de cosas después de un arduo día de trabajo", no dijo que, en realidad no estaba interesado en esas cosas. No en el cultivo, no en nada que tuviera que ver con ello. Se había apartado por una razón.

Lan WangJi estuvo parcialmente de acuerdo.

El segundo joven maestro Lan se puso en pie, a lo que Wei WuXian asumió que iría a prepararse para el Hai-Shi. En su lugar, se dedicó a recolectar los rollos regados por la habitación, clasificó sin prestar demasiada atención a los títulos y les ordenó en su sitio hasta que el área quedó despejada y limpia.

Lanzó una carcajada radiante, y supo que Lan WangJi se estaba volviendo loco por el desorden acumulado. Más no le culpó.

"No es gracioso", le reprendió.

Pero, en efecto, fue muy gracioso.

Al término de la noche, había concluido una hermosa empuñadura de madera para un cuchillo de cocina. Wei WuXian se riñó al ser incapaz de mantener su atención fija en una única tarea. Y se dijo que siempre podía terminar con la caja de almacenamiento otro día.

Lan WangJi se puso en pie con un rostro alexitímico e hizo un anuncio. "Estoy cansado".

Wei WuXian asintió. Hacía tiempo había perdido la habilidad de mantener registro y seguimiento al paso de los minutos y shichen pero, por las palabras de Lan Zhan concluyó en que el Hai-Shi estaba cerca.

"Será conveniente tomar un baño", volvió a hablar.

Wei WuXian sintió que un rayo lo golpeaba, y saltó de su lugar. "¡Es cierto! Soy un anfitrión terrible. ¡Lan Zhan, enseguida caliento el agua para tú baño!".

"No". Se agrió. "Wei Ying había dicho-...", se interrumpió.

"¿Qué fue lo que dije?".

Lan WangJi negó. En medio del estudio comenzó a salir de su chaqueta exterior, y pronto quedaron tres túnicas más por liberar, pero, tratándose de Lan WangJi, el ser capaz de ver sus muñequeras se consideró un acto tan íntimo como ver a una joven dama en interiores.

Horrorizado y nervioso por el actuar insensato de Lan WangJi, huyó fuera, mientras la siguiente capa de ropa se deslizaba por sus hombros.

El frío de una noche sin estrellas le golpeó el rostro y le dolieron los músculos faciales. Tomó un par de leños y los arrojó al fogón. Lanzó una llama al interior y comenzó a arder a gran velocidad.

Mientras mantenía vivo el fuego, se recordó una y otra vez que debía mantener el ritmo. Lan WangJi se iría tarde o temprano. No tenía ni idea de que estaba haciendo pero lo resolvería.

¿Cómo lidiar con un joven Lan WangJi temperamental y poco prudente?.

¡Ni siquiera parecía la misma persona!, Error, fue justo como en esa cueva cuando lo mordió, y se comportó arisco.

Mientras ardía el fuego, no pudo evitar pensar en los sueños de juventud que tuvo alguna vez; y lo melancólico que era pensar en ellos ahora.

Cuando adolescente, se imaginó una cabaña de lo más que común. Desde la construcción se emitiría el chirriar de un telar. Y, ahí habría una persona. Una persona que conocía bien. Vestiría túnicas sencillas de algodón en celeste y blanco; y pese a ser usadas por esa persona, daría la impresión de ser un renombrado cultivador. Ni siquiera necesitaba ser habido en el uso de telares, podría formular un hechizo que permitiese la maniobra de la máquina sin necesidad de agotarse, y tejería algodón mientras permanecía a pocos cun, leyendo un libro.

Wei WuXian entraría por la puerta principal con voz cantarina y alertaría de su llegada. Tendría una hoz sobre el hombro, una caña de pesca en la mano y una pajita en la boca. Ambos estarían felices y cómodos en su vida en el retiro. Lan WangJi tendería un poco de agua en los días calurosos y cocinaría estofado Suan Caiyu para él.

Lan WangJi cuidaría la casa, coseria, cocinaria, y ayudaría a manejar el gasto, y el remendado de ropa.

Pero ahora era imposible. Y solo podía existir como un sueño feliz.


***


La teoría de que Wei WuXian le estaba jugando una mala broma poco a poco perdió fuerza.

WangJi se convenció de que aquel actuar anómalo solo pudo tratarse de la realidad. Y Wei WuXian, y su extraño actuar, partió de alguna razón que debía descubrir.

Entre sus teorías estaban: (1) una maldición, la cual pudo ser atrapada durante una cacería nocturna, o el viaje por tierras inhóspitas. Aunque, no era un experto en maldiciones y jamás escuchó de ninguna con aquellas características. (2) pudo relacionarse a la creación del arreglo oscuro que perímetro aquella antigua cabana; (3) secuelas derivadas de la guerra, o (4) alguna desviación de qi, antes o después del ataque de los Wen.

La quinta opción fue la más tentadora, al mismo tiempo, la que no deseó reconocer con facilidad. Se dijo que el resentimiento altera el temperamento, y daña el corazón. Nunca se había ahondado en el estudio del resentimiento más allá de las consecuencias inevitables de su presencia. No tuvo manera de saber cómo es que la energía yin podía atacar a una persona; y que la misma permitiese que el resentimiento circulara dentro de caminos espirituales y alimentara el espacio vacío del núcleo dorado.

WangJi pensó entonces que había sido negligente. Y era su culpa que Wei WuXian estuviese así.

Tal vez, si hubiese insistido en permanecer en el LianHua Wu, o investigado en la biblioteca secreta del clan Lan, podría haber encontrado la manera de eliminar el resentimiento, que se pegó a sus entrañas, a fin de liberarle de la oscuridad.

No hubo oportunidad de más recriminación, pues Wei WuXian golpeó la puerta de la habitación, y entró. Le apreció nervioso y dubitativo. Su aliento se atascó en la garganta. WangJi bajó la vista a su apariencia, sin comprender las razones del sobresalto. Un par de días atrás le tocó y apretó constantemente, e instó a sacarse la ropa y lo alimentó. Ahora, se mostró casi respetuoso de su reputación. Apartó la vista de la túnica interior de transparencia, cuyo estilo permitía mantenerse fresco ante el uso de cinco capas de ropa. La cinta reguladora se dobló con cuidado cerca del espejo de mano y su cabello cayó sin adornos.

Frunció el ceño. "¿Estás bien?", preguntó WangJi.

"¡Lo estoy, Lan Zhan! ¡Realmente lo estoy!".

Lan WangJi deseó tentar los alcances de su mente y su memoria. No consideró honrado hacerlo, pero, aún así, lo vio como un experimento en favor de descubrir el mal que aquejaba a la persona de su interés, y que conservaba sus afectos. "¿Wei Ying recuerda de lo que hablamos la noche anterior?".

"¿Recordarlo?", murmuró para sí mismo, en un tono tan bajo que apenas fue percibido por el oído entrenado. WangJi no mostró una sola emoción y aguardó por su respuesta. "¡Por supuesto que lo recuerdo! ¿Por quién me tomas?".

"¿Wei Ying está de acuerdo?".

"¡Ah! ¡Por supuesto, claro que sí!", se tensó.

"¿No será un inconveniente? Wei Ying parecía cansado cuando lo dijo".

La carcajada nerviosa de Wei WuXian se escapó de sus labios, pero su rostro se esforzó por mantenerse desenfadado y casual. Recuperó parte de su determinación y se mostró serio pero jovial. "Ningún inconveniente, didi".

"..."

"A todo esto, deberíamos dejar el misterio".

Con ello, WangJi supo que mentía y no tenía ni idea de que estaba hablando. No en las preguntas vagas o la falsa interrogante.

A menos que se refiriera al estado somnoliento en el que le pidió bañarse juntos.

Frente a él, yació una persona diferente al Wei Ying de la noche anterior. La pregunta fue ¿por qué? y ¿de qué manera?.

A simple vista parecían ser similares. En cuanto a movimiento, ademanes, palabras y el núcleo.

Wei WuXian se excusó en volver a su trabajo y WangJi concluyó sus abluciones.

Algunos momentos pasado el Hai-Shi, regresó a donde Wei WuXian, y dijo: "Es tarde, ¿Wei Ying vendrá a la cama?".

Wei WuXian abrió mucho los ojos, y contuvo la sorpresa con una tos baja. Fue casi divertido de ver. Supo que debía mostrarse más determinado que dubitativo si deseaba comprender la raíz del problema.

"¡Me quedaré un rato más! Quiero terminar esta talla antes de ir a dormir".

"Mn". WangJi apretó los extremos de su túnica a fin de mantener la modestia y caminó hasta la habitación. Esperó una vara de incienso y luego dos, así pasó un shichen, e, inevitablemente se quedó dormido con el sonido de la madera siendo tallada de fondo.

Con la llegada del Mao-Shi, los restos de un sueño profundo se desvanecieron. Al extender la mano en el extremo libre de la cama, concluyó en que Wei WuXian no había regresado a su habitación.

Se preparó rápidamente, y ató su cabello en una cola de caballo alta, sostenida por un guan de plata intrincada, y, propiciando que los extremos de su cinta imitaban el movimiento natural de cascada.

Ordenó la habitación con minucia. Al revisar el contenido de su bolsa qiankun, concluyó en que sus prendas limpias se vieron limitadas y tendría que hacer algo pronto para evitar la inmundicia.

Tomó el bok choy, sorgo y arroz, e incluso harina de trigo y preparó el desayuno. Se recordó las preferencias de Wei WuXian, quién, con discreción, acostumbraba condimentar sus platos con brillantes hojuelas de chile hasta que la preparación se convertía en un vistoso rojo.

WangJi esperó que Wei WuXian disfrutará de un desayuno vegetariano en ausencia de algunos ingredientes fundamentales. Habría pensado en la presencia de algunas gallinas para obtener huevos diarios, pero no fue nada como eso, y se encontró extrañando a sus conejos.

Cuando la mesa fue servida, adornada y posicionada, caminó hacía el estudio para llamar a Wei Ying.

Wei WuXian yació dormido sobre un puñado de cojinetes y almohadillas en el área común del estudio. Balbuceó un sin fin de incoherencias, su cabello se llenó de ralladura de madera y aserrín, y la forma irregular le pareció dolorosa. Tendría un fuerte dolor de espalda y cadera a partir de dicha postura.

"Wei Ying debe levantarse, es tarde".

Se alertó, pegó un respingo y la respiracion se engrosó. "¡Lan Zhan!", cantó al verlo en la somnolencia. "¡Aún no amanece!".

"Es un shichen después del Mao-Shi".

"Aún así, ¡Demasiado pronto!".

WangJi frunció el ceño, y sus dientes se apretaron; Wei WuXian, tan excéntrico y dramático como solía ser, lloró sintiéndose intimidado.

"Ridículo".

"Qué manera de tratar a tú anfitrión".

"El desayuno está hecho".

Esto hizo resplandecer a Wei Ying, que olvidó el lagrimeo absurdo en pro de alimentar su estómago.

WangJi estaba a medio camino de llevar una cuchara de congee a su boca, cuando Wei WuXian hablo: "Me preguntaba, ya que el día es agradable y todo eso, ¿cuándo te marcharas?".

"¿Marcharme?".

"¡Por supuesto! Debes tener mejores cosas que hacer con tú tiempo. ¡La visita ha sido increíble!, pero estás demasiado lejos de tú clan. Tú familia se extrañara de tú ausencia", dijo con total seriedad.

WangJi se hubiese conmovido, de no advertir en que aquello no era otra cosa que un intento de disuasión.

Cediendo al lado terco e inflexible de su persona, abrió la boca tras terminar el bocado de congee. Fue determinado, y añadió: "No me iré. Wei Ying dijo que debía quedarme aquí".

"Aiya, er-didi, ¡¿cuándo dije eso?!".

"Hace un par de días".

Wei WuXian contuvo un chillido ahogado, y se irritó consigo mismo. Tras recuperar el buen juicio, se pronunció: "¡Demonios!, Lan Zhan, no. ¡Tú tío se enojara contigo si no regresas!".

"Shufu lo entenderá".

"¿Qué hay de tú hermano? ¿No te necesitarás en el Yunshen Buzhichu ahora que la guerra ha terminado?".

"Yo he cumplido con mis responsabilidades. Mí trabajo ha sido adelantado, entregado y aprobado. Tengo permitido vagar por la tierra en orden de erradicar el mal".

"¡Es tal como lo dices! ¡Si te quedas aquí, no podrás ayudar a todas esas otras personas atormentadas!".

"Puedo hacerlo", retó.

Wei WuXian rebotó en su sitio, y berreó.

Inventó excusa tras excusa, hasta que resultó absurdo e infantil. WangJi encontró un remate para el comentario, y se mantuvo reacio a ceder.

"Lan WangJi, ¿por qué de todas las razones te quedaras aquí?".

"Wei Ying me ha pedido permanecer".

"Lan Zhan, Lan WangJi, Lan er-didi. ¡Esto no es nada como en mí sueño!".

"... ¿Qué sueño?", le inquirió curioso.

"Eres una belleza dominante, ¡no puedo lidiar con eso!", dijo con miseria, más no se mostró desdichado. Fue dramático.


***


Wei WuXian se dio por vencido de mala gana.

Dio a entender que conversarían del asunto en otro momento. Quizá, una vez que encontrase los argumentos apropiados para hacer frente a una situación que le hizo sentir confuso en razones.

Huyó a sus campos y recolectó los vegetales maduros.

Mientras, WangJi se encargaba de la casa y el orden en el interior. Advirtió la presencia de algunos vegetales frescos, lavados y despiojados de hojas desagradables. En su mente, barajó las posibilidades para el almuerzo, aunque supo que necesitaría conseguir algunos manuales para ampliar su catálogo de platillos a ofrecer.

Desde el interior, se apreció a Wei Ying correr de un lado a otro para dar término a las tareas pendientes. WangJi se vio motivado a ofrecer su ayuda, sin embargo era ignorante en mucho del trabajo de campo. Se preguntó cómo es que Wei Ying se cultivó en tales saberes.

No pudo evitar pensar en que el día era cálido, casi caluroso, de no ser por la corriente de aire suave, que sopló como una gentil brisa, y batió las campanas de viento.

Sintió el peso de su bolsa qiankun contra la cadera y consiguió una cesta.

Bajó por la senda del río, donde el agua corría cristalina y las rocas de la orilla le permitieron acercarse lo suficiente sin arruinar el resto de sus prendas limpias.

Sintió la mirada curiosa de Wei Ying mientras se abría paso en el terreno. Mientras tallaba y exprimía, divisó su presencia cercana; dudando en acercarse o no.

Finalmente lo hizo, y sus pies juguetearon nerviosos.

"¿Qué ocurre, Lan Zhan?".

"Lavo", dijo como respuesta.

Wei WuXian contuvo la broma. "Eso puedo verlo".

Wei WuXian, huyendo del ardiente rayo del sol, se mantuvo cerca haciéndole compañía. Cuando el resto de ropa de cama se vio limpia y sin rastro de agua, Wei Ying se apresuró a tomar la cesta entre sus brazos y acompañó a WangJi para que se encargará del resto.

Hubo una sonrisa satisfecha en sus labios. Por primera vez en todo ese tiempo, Wei WuXian tuvo pequeñas lunas en sus ojos debido al regocijo que trajo su presencia.

Mientras WangJi se encargaba de las sábanas limpias, dijo: "Lan Zhan, ya he cortado algo de leña para el baño de más tarde".

"Mn".

"Solo la mitad de la madera habitual. Hoy es un día caluroso, no será necesaria tanta leña".

"Comprensible".

"También he conseguido agua del pozo para que no tengas que hacerlo cuando prepares la cena".

Con un gesto genuino, agradeció.

Wei WuXian cedió poco a poco a su presencia. Aún le instaba a volver a GusuLan; pero, comprendió que no hubo manera de tratar con su necedad.

Fue lo suficientemente amable para enseñarle a cortar la leña de manera adecuada sin que su fuerza terminase por pulverizar el tocón. Días más tarde, le guió por el bosque con canasta en mano para recolectar algunas hojas verdes y vegetales de montaña. Wei WuXian expresó queja ante la falta de carne en su comida; fanfarroneando, cazó un faisán y le desplumó. Se mostró exigente y quisquilloso, señalando el tipo de estofado que deseaba comer. Y, también se consiguieron brotes de bambú.

WangJi no pudo ignorar la sensación cálida de su mano siendo acunada por la de Wei WuXian; quien, señaló los desniveles, el suelo tramposo e inestable, y se mantuvo tan cerca que todo el misterio previo pareció un sueño confuso.

Esa noche, cuando WangJi le preguntó: ¿Por qué lo haces?, refiriéndose a la vida en el campo; Wei WuXian tendió una sonrisa complicada: "Se sintió como un sueño que anhele por mucho tiempo incluso antes de la guerra... No sé cómo o cuándo comenzó".

"¿Qué es lo que más le gusta hacer a Wei Ying?".

"Reparar cosas", dijo con toda sinceridad. "La vida en el campo es tranquila. Siempre hay algo por hacer. Se puede descansar y vivir en paz. Puedes olvidar los pesares de una vida anterior".

Lan WangJi estuvo de acuerdo con él.

No pudo evitar preguntar sobre los estudios en el cultivo y el autoaprendizaje.

"Lo he dejado. No es que espere compartir mis teorías. Nunca tomaría discípulos. No me interesa saber nada más de ese mundo. Pero es natural para mí hacer lo que hago".

"¿Qué decepcionó tanto a Wei Ying?", dijo con desanimo.

Wei WuXian no fue claro, y se encogió de hombros. "Los hombres, ¿supongo?. No lo recuerdo, pero, creo que lo mejor es no recordarlo [...] No había amabilidad en el corazón de las personas. Sin importar el bando por el que lucharemos". Dio una respiración profunda y agotada, y dijo: "La gente, no siempre es buena, y no valen la pena".

WangJi no presionó por más, y supo cuándo dejar ir el tema. Se percató de la dificultad en el discurso de Wei WuXian y la pesadez con la cual compartió sus pensamientos. Su mano dio un tenue toque sobre el dorso de la mano; sus facciones se ablandaron por algo más tierno y comprensivo; pero, en igual medida, triste.

Esa noche, con la llegada del Hai-Shi, y tras concluir sus abluciones, caminó de vuelta al estudio, e instó a Wei WuXian de volver a la cama.

Wei WuXian pareció acceder con cierta tensión, y sus músculos se apretaron hasta ser doloroso de ver.

"Wei Ying puede tomar este extremo".

Aceptó.

La respiración de WangJi se reguló hasta que consiguió un sueño tranquilo y profundo. Sin embargo, no esperó la reacción de Wei WuXian. Y fue despertado por una serie de movimientos violentos y erráticos.

Al recomponerse, divisó a Wei WuXian aferrándose a su cuello y al área del pecho; la tela de la túnica se apretó con tanta fuerza que temió que las hebras se desgarraran. Gritó y se retorció por tanto tiempo, que se vio tentado a someterlo, en su lugar, saltó de la cama y lanzó Claridad y Limpieza, hasta que la volutas de resentimiento se asentaron y la consciencia de Wei WuXian regresó.

"... Wei Ying", llamó.

Wei WuXian se mostró confuso y aturdido durante un tiempo. Mantuvo su atención fija a sus palmas abiertas, y pareció sensible a reconocer su propio nombre. Sus ojos se entrecerraron, como tratando de divisar entre la bruma.

Tocó Claridad una vez más, y Wei WuXian se serenó hasta ser él mismo.

O eso mostró.

"Lo siento", dijo. "Te he despertado".

"Wei Ying no tiene por qué preocuparse por eso".

"Lo hago, yo-...".

WangJi interrumpió, y consoló: "No es nada, Wei Ying debería dormir".  

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