Cuando me desperté, tan temprano como siempre que había clase, vi como Lion se quejaba desde su posición en el colchón, a mi lado. Sonreí de forma maléfica en cuanto tramé un plan para mi venganza.

- Una bonita resaca, ¿verdad?- dije haciendo más amplia mi sonrisa.

Lion abrió mucho los ojos, como si mi voz lo hubiera sorprendido, lo que me faltaba ahora era que no se acordara de nada de lo que había pasado anoche.

- ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estoy?- preguntó él confirmando mis sospechas.- ¿Estás en pijama?

- Viniste muy borracho hasta casa de Summer, gritabas mi nombre y rompiste varios muebles de la cocina que Summer y yo ya hemos reconstruido. Ella me llamó para que viniera a calmarte y eso es lo que hice, logré acostarte en el sofá y de ahí rodaste al colchón, me quedé contigo porque te lo prometí anoche, no querías estar solo.

Vi como Lion se llevaba una mano a la cabeza intentando con todas sus fuerzas recordar algo de la noche anterior, por la expresión de su rostro supe que no estaba teniendo mucho éxito con ello.

- No recuerdo nada, pero aún así... ¿por qué viniste?

- Porque Summer no tiene porque aguantar tus rabietas... además, si querías verme a mí es lógico que haya venido.

- Gracias, por venir.- dice sonriendo levemente.- solo quería hablar contigo, decirte que lamento mucho haberme comportado como un capullo, debería haberte creído a ti y no a mi madre, eres mi novia y sé que fuiste sincera.

- Está bien, te creo... además, es imposible no amarte más aún después de verte borracho, eres muy amoroso.- dije estallando en carcajadas.

- Vale, vale, no quiero ni una palabra sobre eso.

Me reí como si no hubiera un mañana y lo besé cariñosamente para que no se enfurruñara conmigo. También lo abracé pegando su piel a la mía, adoro estar en contacto con su cuerpo. Comencé a acariciar su espalda por debajo de la camiseta, rozando su piel con las yemas de los dedos, es suave pero fuerte a la vez, me vuelve loca en todos los sentidos... es como esa sensación de tirar del cable del ordenador... pues igual con mis sentidos y alarmas.

Él metió las manos por debajo de mi pijama recorriendo toda mi piel, centímetro a centímetro por todo mi torso. En cuanto quise darme cuenta me levantó como si de una muñequita se tratara y me colocó entre sus piernas dulcemente, en este momento mi espalda estaba en contacto con sus duros y tentadores pectorales. Me quitó la blusa y empezó a acaricias y juguetear con mis pezones sensualmente, provocando que gemidos de placer salieran de mi boca de inmediato, Dios... era una sensación indescriptible... tan placentera.

Como no llevaba sujetador, Lion tenía todo el acceso que parecía desear. Se estiró arrastrándome con él mientras me giraba para tenerme de frente... todo ello para que su boca se abriera paso y lamiera, mordiendo a su vez, mis pechos. Yo por mi parte gemía y me arqueaba por todas las sensaciones y respuestas que mi cuerpo creaba a tan perfectas atenciones.

Una parte de mí quería pedirle que parara, pero otra parte, aún más grande quería que siguiera hasta el amanecer, quería mucho más, lo quería absolutamente todo.

- Lion.- lo llame entre gemidos, echando la cabeza hacia atrás para intentar despejarme sin éxito.

Él no habló, solo me estiraba cada vez más, ya debajo de su cuerpo, para saborear más profundamente mi piel, demostrándome cuanto me necesitaba, que yo tenía el mismo poder sobre él que él sobre mí. Demostrando lo mucho que me amaba. Por eso y por todo lo demás hice lo que cualquiera de vosotras hubiera hecho en mi lugar... rendirme al placer y la lujuria que mi cuerpo y mente sentían, agarré muy suavemente el pene de Lion y comencé a acariciarlo muy suavemente. La situación era un poco incomoda con la ropa de por medio, pero conseguí una respuesta inmediata por parte de mi novio, el cual soltó un gruñido tremendamente sexy.

- Joder.- dijo muy sensualmente entre dientes.

Lion comenzó a bajarse un poco los pantalones hasta que todo su miembro estaba libre y a mi disposición, o eso creía, pero él lo restregó por la parte baja de mi vientre, ya caliente por todas las sensaciones del momento arrancando fuertes gemidos de mis labios. Moví mi cuerpo para que me pudiera sentir más intensamente mientras yo sentía como el pene de mi amado novio se ponía cada vez más duro contra mi cuerpo.

Tras unos cuantos juegos florales más, Lion me desnudó desesperadamente, yo temblaba de expectación y él de impaciencia, parecía que hubiera esperado hacer esto por años, pero solo llevábamos una semana y media saliendo. Él también se quitó toda la ropa para pocos segundos después colocarse entre mis piernas, instante en el que me entró completamente el pánico.

- Espera, espera, espera... soy virgen.

- Si... ¿y qué?- dijo mirándome a los ojos provocándome un deja vú.

- Pues que me va a doler, la tienes demasiado grande y que no vas a usar condón y... y...

No pude terminar la frase porque Lion había comenzado a devorarme a base de besos.

- Para el carro, nena, claro que voy a usar condón así que respira y relájate... además, aún no voy a metértela.

Me relaje al oír sus palabras, así que volviendo a ser la de siempre y con un calentón digno de una adolescente con mal sentido común, lo agarré por la parte trasera del cuello para atraerlo hacia mí y plantarle el mejor beso que podía ofrecerle a este estúpido alien del planeta feromonas al que tanto amo. Lion le cogió del trasero para pegarme mucho más a su cuerpo y muy poco después ya estaba acariciando mi entrepierna.

Gemí arqueándome todo lo que mi cuerpo era capaz de hacerlo, el placer que me producía el tacto de su mano en mi parte más intima era inimaginable, iba mucho más allá de las expectativas que me había creado. Se notaba muchísimo su experiencia, pero no me iba a echar atrás solo por esa nimiedad, así que acaricié la punta de su miembro para que se pusiera más duro de lo que ya estaba.

Nuestros alientos ya se entremezclaban llenando el espacio que había entre nuestras bocas y eso que ni siquiera habíamos pasado de lo que la gente experimentada en el tema llama preliminares. Nosotros ahora mismo solo pretendíamos disfrutar de la piel, del tacto y del cuerpo del otro, intentábamos fundirnos... no queríamos terminar con esto, yo solo podía pensar en que quería estar así para siempre jamás, junto a él, el primer chico del que puedo decir que me he enamorado.

De repente escuchamos como alguien comienza a bajar las escaleras, por lo que Lion y yo nos separamos de un salto, vistiéndonos como buenamente pudimos a tal velocidad que la adrenalina era más fuerte de lo que nunca jamás pensé que podría ser. Nos acurrucamos en el sofá cama y miramos a las escaleras justo a tiempo para ver como mi súper amiga bajaba al salón despeinada por completo debido a lo movidita que había sido la noche anterior.